Capítulo 8.🔥
"Donde el alma vibra, ahí es".
Joel Montero.
Seth.
Son más de las doce del día. Nate ha salido como lo hace los viernes y papá, bueno papá está algo raro. Con dos dedos corro un poco las cortinas y veo a Jared recostado en un camastro, tomando el sol, me mira y me llama con dos dedos.
Salgo de mi casa y el sol me golpea el rostro haciendo que apriete los ojos. Desde hace unos días han empezado a remodelar todo lo que yo destruí el día que Nelly se fue de la casa. Eso fue estúpido.
Me acerco y me siento a su lado.
—¿Qué?
—Tengo algo que decirles —se desliza y queda sentado. Agarra una botella que parece de whisky y me la entrega —. ¿Dónde coño está tu hermano? —encojo un hombro mientras leo la etiqueta de la botella. Papá le da un trago a su vaso.
—¿Tequila?
—Así es.
—¿Ahora vamos a vender tequila? —lo miro.
—No —me quita la botella de las manos —. Este tequila es de Antonio Vega, el muchacho que me vendió la droga y al que le vendí las armas.
Sirve un poco de tequila en un vaso tequilero y me lo entrega.
—Ajá.
—Va a venir en unos días, él y su novia vendrán y se quedarán un par de días aquí, me van a traer las drogas. Y necesito que tu casa quede ya, Seth ¿Cuánto tiempo van a tardar en arreglar todo? ¿eh? —miramos a los trabajadores que sacan las cosas rotas.
—No sé, ya en unos días —lo miro —. ¿Tendremos a un mexicano y su novia caprichosa en esta casa? —bebo el tequila y al sentir el alcohol recorrer mi garganta hago un gesto, es fuerte, sabe rico, pero quema la garganta.
—A ella no la conocí, pero él es agradable, me recordaba a ti cuando estuve en su casa, en Nogales. Lo único que te pido es que te comportes y que por ningún motivo voltees a ver a esa mujer que no sea con otros ojos que se refieran al negocio. Antonio te puede matar si ve que coqueteas con su mujer.
—¿Por qué me dices esto a mí y no a Nate?
—Porque te conozco Seth y sé de lo que eres capaz y de lo que no, tú le echas los ojos a un buen culo y unas lindas tetas.
—Sí claro.
—Ya te he dicho.
Me quedo a su lado disfrutando del agradable día.
Papá empieza a toser como perro enfermo.
—Creo que deberías ir al doctor —le digo acostándome sobre el camastro.
—Después iré.
Sirve más tequila.
—¿Este es el negocio limpio que tiene el mexicano?
—Este y algunos otros negocios de los que no quiso hablar.
Asiento con la cabeza.
Hoy voy a salir con Castiel y Gale, hace tiempo que no salimos los tres juntos y ya necesito salir a algún lado con mis amigos. Después de la pelea que tuve con el imbécil ese no me querían dejar entrar al Sky Room, pero con una buena plata olvidaron la pelea.
En este mundo todo gira alrededor del dinero, la gente hace y dice lo que tú quieres por interés, ahora las amistades se basan por cuantos seguidores tienes en Instagram, por cuantos suscriptores te siguen en YouTube, lamentablemente la vida se basa en eso. La gente es interesada y no da nada sin recibir nada a cambio.
Cuando la noche llega lo hacen Gale y Castiel, el primero trae auto nuevo. Es un Audi r8 de color rojo. Me río al ver la belleza que trae esta noche. Me asomo del lado donde viene Cas y apoyo los brazos en la ventanilla.
—¡Vaya! —le echo un vistazo al interior. Los asientos son tipo deportivos en Alcantara, preciosos. El color rojo se funde con la decoración y los arneses de competición no faltan. La consola del conductor tiene un indicador central de marcha y revoluciones del motor iluminado con luces led —. ¿De dónde has sacado esto?
—Ya sabes. Vámonos.
Corro por mi auto y alcanzo a Gale en la calle, él va delante de mí, quiero un auto así.
Cuando llego al Sky Gale y Castiel ya han bajado, el primero le encarga su auto a uno de los chicos el valet parking. Bajo y un chico se acerca.
—Ni un rayón —le advierto a lo que asiente con la cabeza.
Entramos al Sky Room y como cada noche está a reventar, vamos la piso de arriba y pedimos algo de beber.
Pasamos un buen rato en la terraza bebiendo y fumando.
—Al ver este lugar se me ha ocurrido una idea —un hipido sale de mi boca.
—Seth estás hasta el culo —me dice Cas frunciendo la nariz.
—Dime que has pensado —ese es Gale.
—Abrir un bar mucho mejor que este, ya saben —les hago un guiño.
—¿Cómo qué?
—Todo lo que te puedas imaginar.
Me pongo de pie al ver que mi vaso está vacío y nadie viene a atendernos.
—¡Seth, carajo! —grita Cas y los dos vienen detrás de mí.
—Espera aquí.
Gale camina hacia la barra.
—Creo que deberías de beber tanto ¿Hace cuánto que bebes así? Dime ¿Quieres morir?
—Vamos Cas, deja de ser tan aburrido, desde que terminaste con Camila no hay quien te soporte.
—Toma —Gale me entrega el vaso lleno.
—Y tú deja de traerle que tomar, está hasta el culo —Gale ignora a Castiel.
—¿Ven a ese pobre diablo? —señalo a un tipo frente a mí que no deja de echarme miradas —. Él sí que es un pobre diablo.
Digo esto un poco más fuerte para que me escuche, desde que llegamos no deja de mirarnos.
—Seth basta.
—¿Me dices eso a mí?
—¡A quien más idiota! —me bebo lo último que queda en mi vaso.
Se acerca con violencia a mí, empuja a Cas y Gale, me empuja haciendo que me estrelle contra la pared de vidrio que tengo en la espalda. Antes de poder hacer algo me golpea en el rostro, en el estómago y de regreso en la cara. Siento como me revienta el labio y me arde la mejilla. Me le echo encima y caemos los dos al suelo. Lo agarro del cuello de su camisa y empiezo a golpear su rostro con furia repetidamente, la ira me ha cegado por completo. A lo lejos escucho las voces de Gale y Cas que me piden que pare, pero no lo hago, sigo golpeando al hombre debajo de mí.
—¡Ya basta Seth, ya basta! —me grita Cas —. Ya deja de meterte en problemas —volteo para ver al chico que me sostiene al igual que lo hace Cas ¿Y este quién es? Gale empuja al tipo con el que me he peleado minutos atrás.
—Será mejor que se vayan —les dice Gale —. Sino quieren tener problemas.
Me sientan en uno de los sofás y dejo de prestarle atención a todo lo que tengo a mi alrededor. Solo escucho murmullos, alguien se presenta y no sé qué más pasa.
Minutos después tengo frente a mí a una chica de cabello negro y piel de porcelana. Echo la cabeza hacia atrás y la miro de reojo.
¿De donde ha salido este ángel?
Ileana.
Hoy voy a salir con mi hermano a uno de esos lugares de moda que ahora están en la boca de todos. No soy mucho de andar en esos lugares, pero la ocasión la merece ¿Cuál ocasión? Que me la he estado pasando en el trabajo toda la semana y ya es hora de divertirme un poco, o al menos eso es lo que dice Dixon, espero no arrepentirme de esto, nunca sale nada bueno de andar en esos lugares donde hay tanta gente. No me gusta mucho.
—¿Ya estás lista? —se asoma por la puerta y se acomoda los puños de la chamarra de piel que trae puesta. Hoy a parte de su típica chamarra trae unos pantalones de mezclilla azul, unas botas negras y un gorro de lana de color negro también.
—Ya voy —me pongo el pinta labios delineando cada curva de estos.
—Va a venir Jason —resoplo. Jason es uno de los amigos de mi hermano y dice que siempre ha estado enamorado de mí, o tal vez está enamorado de mis pechos o mis caderas no precisamente de mí.
—Sé que te molesta, pero es mi amigo.
—Lo sé —me doy la vuelta y agarro el bolso de mi cama, meto mi celular, mi labial y otras cositas ahí —. No te preocupes solo haré de cuenta que no existe.
—Eso es imposible si todo el rato se la pasa pegado a ti como garrapata.
—¡Qué asco Dixon! —hago una cara de asco y lo empujo lejos de mí, salimos de mi habitación y cierro la puerta. Bajamos las escaleras y salimos de la casa, Dixon maneja esta vez y procura ser prudente, o al menos lo intenta. Sabe que no me gusta meterme en problemas y él es un imán para eso.
Llegamos al mencionado lugar, ese del cual mi hermano no ha dejado de hablar y decir que está bien, que hay gente cool, que venden buenas bebidas, que esto que lo otro y bla bla bla. A primera vista se ve que es un buen lugar, uno donde la gente suele venir muy a menudo y solo niños ricos. Dejamos el auto cerca del lugar y Dixon y yo bajamos, echo la cabeza hacia atrás, el lugar tiene al menos unos cuatro pisos, arriba se ve mucho movimiento.
—Sky Room —digo mirando el lugar de arriba abajo.
—Así es —mi hermano se guarda las llaves en uno de los bolsillos de su chaqueta —. Aquí es donde vengo la mayoría de las veces.
Me ofrece su brazo y me engancho a éste, saluda al tipo de la entrada, de inmediato somos el objetivo de las personas que están afuera y que no han podido pasar desde quién sabe qué horas.
—Ya hasta el cadenero te conoce Dixon —entramos. Abajo está a reventar de gente, el DJ hace que todas las personas salten de un lado al otro y griten y se rían. Los miro sorprendida.
Busco un lugar donde nos podemos sentar, pero Dixon se acerca a mí rostro.
—No, vamos arriba, está mejor allá arriba —señala las escaleras. Le hago caso y me suelta para ponerme frente a él, subo las escaleras y solo al entrar veo porque la mayoría de las personas vienen para acá. La vista es impresionante, hay una enorme barra con luces de color neón que pueden verse desde fuera, afuera hay unos sofás con unas mesitas en medio. La gente bebe, plática y come alguna botana. Hay una parte al aire libre.
—¿Qué hay en los pisos de arriba? —le pregunto a mi hermano cuando termina de subir las escaleras.
—Habitaciones —frunzo el ceño.
—¿Qué?
—Para dormir, mal pensada. A veces la gente bebe demasiado y pide una habitación para descansar un poco y seguir la fiesta por la madrugada.
—¡Ahhh!
—Y también para tener sexo por si conoces a alguien interesante —pasa a mi lado y va directamente a la barra donde lo esperan Jason y Cole. El primero al ver que me acerco se acomoda la chaqueta, se pasa la mano por el cabello y bebe un trago de su bebida.
Me acerco a ellos y mi hermano ya ha pedido algo para mí.
—¡Ileana! —grita Jason por encima de la música que viene desde abajo, es demasiado fuerte —. ¡No sabía que ibas a venir!
Por supuesto que sabía, se hace el tonto.
—¡Hola Jason! ¿Cómo estás?
—¡Ahora bien!
Ay no, ya va a empezar.
Le sonrío. Dixon me entrega un vaso largo con un popote reciclable y una bebida de color rojo. Miro el vaso dudosa de si beber o no, miro a mi hermano.
—Bebe, no es nada malo, solo tiene poco alcohol.
Me hace un guiño y se quita de su banco para cederme su lugar al lado de Cole, sabe que no me gusta estar al lado de Jason, es demasiado insistente y me desespera, a veces.
Estamos ahí viendo a las personas que están afuera, Dixon ha bajado a bailar un poco con Cole, el muy maldito me ha dejado con Jason, pero este se ha ido a besar con una tipa, o bueno eso es lo que yo creo, no es tan inocente ese hombre.
He pedido otro vaso de lo que sea me ha pedido Dixon, al cabo de unos minutos él y Cole suben y piden algo, mi hermano se sienta a mi lado. Parece cansado, se quita el sudor de la frente con una servilleta de papel.
Miro hacia afuera y entorno bien los ojos al ver a una persona que yo he visto en algún lugar.
«Puede ser él».
Me digo intentando buscar el rostro del hombre que está detrás de la puerta de cristal. Parece que está demasiado ebrio pues se mueve de un lado al otro como si el suelo fuese una tabla desvencijada. De un momento al otro él se da la vuelta y puedo ver a la perfección su rostro, cabello rubio, mandíbula cuadrada, labios carnosos, cejas tupidas ¡Es él! El paciente que se escapó del hospital, el que dio un número de teléfono falso y que no vivía en la dirección que decía su expediente, el mentiroso.
Él está con dos hombres, uno de cabello rubio que parece modelo Versace, delgado, pero con buen porte y el otro de cabello castaño, un poco más fornido que el chico Versace.
—Dixon —le agarro el brazo sin dejar de mirar a los tres chicos, no vaya a ser que se vayan.
—¿Qué?
—¿Conoces a esos chicos? —disimuladamente señalo a los tres chicos, Dixon entorna los ojos y asiente con la cabeza.
—Sí, los he visto muchas veces aquí y otros bares de moda ¿Por qué? ¿Los conoces?
—No, bueno sí, bueno mira —mi hermano frunce el ceño confundido —. ¿Ves al chico alto rubio, de mandíbula cuadrada? No al delgado, ese no, el otro de cabello peinado hacia atrás.
—Sí ¿Ese qué?
—¿Recuerdas que hace unas semanas te dije que había llegado un paciente que tuvo un accidente de auto y que sólo estuvo en el hospital unos días y después salió sin que le dieran el alta?
—Ajá —mi hermano sigue sin entender que pasa.
—Es él, el rubio alto, es el tipo este.
—Vaya, vaya —se les queda mirando a los tres cuando de repente este tipo empieza a hablar con un tono de voz más fuerte y a echarle bronca a otro hombre del otro lado de la terraza. Este último se acerca violentamente a los tres chicos y empuja al rubio delgado y al castaño solo para acercarse a Beckett, lo empuja con furia estrellándolo contra la pared de vidrio.
Y entonces empiezan a volar los golpes, Beckett recibe algunos puñetazos en el rostro y el estómago, me asusto, se incorpora y se va en contra del tipo este y los dos caen al suelo.
—¡Haz algo! —le grito a Dixon a mi lado —. ¡No me mires, haz algo! —se pone de pie al igual que Cole y Jason. Beckett golpea con fuerza y coraje al hombre debajo de sus cuerpo.
Dixon se mete y entre él, Cole, Jason y los amigos de Beckett lo separan antes de que algo peor pase.
—¡Ya basta Seth, ya basta! —le grita su amigo rubio —. Carajo deja de meterte en problemas —me quedo a un lado, Dixon sostiene a Seth y su amigo los empuja lejos del otro chico y de sus amigos.
—Será mejor que se vayan —les dice el castaño —. Si no quieren tener problemas.
Mi hermano sienta a Seth en uno de los sofás de adentro, me pide me acerque a ellos y con miedo lo hago.
—Mira cómo está —lo veo bien del rostro y está mal, tiene el labio roto, una ceja y un golpe en la mejilla —. Voy abajo ¿Y lo curas?
¿¡Yo!?
—Está bien.
—Espera aquí.
Cole y Jason esperan a mi lado. Los amigos del chico que se acaba de agarrar a golpes con Seth bajan las escaleras con él, parece que todavía quiere seguir peleando.
—Gracias —salgo de mi ensimismamiento y veo que el rubio se acerca a nosotros, le da un apretón de manos a Cole y Jason —. De verdad gracias, sino se hubieran metido no sé qué hubiera pasado. Mi nombre es Castiel, él es Gale —señala al castaño —. Y él es Seth.
Seth, Seth.
—Yo soy Cole, él es Jason —saludan a Jason —. Ella es Ileana —les sonrío y me saludan de beso en la mejilla —. Y él que acaba de bajar es Dixon.
—Mucho gusto.
Me quedo ahí mirando como los cuatro platican, menos Seth, él parece alejado de la realidad, echa la cabeza hacia atrás, me mira de reojo y cierra los ojos, parece cansado, harto, fastidiado de la vida ¿Qué llevaría a este hombre tan joven a estar cansado de vivir? ¿Por qué es tan bello? ¿Por qué no dejo de mirarlo?
Seth.
Aparece un chico y le entrega algo a la pelinegra.
—¿Puedo? —la miro de arriba abajo.
—Claro —se acerca a mí con cautela y se sienta a mi lado.
—No muerdo.
—Ok —sonríe nerviosa. Saca unas cosas de un botiquín y empieza a curar mis heridas del rostro.
Cas se acerca y con él lo hacen los demás.
—Te vamos a llevar a tu casa Seth, no estás en condiciones para manejar.
—Estoy bien —me quejo cuando la chica aprieta el algodón contra la herida de la ceja.
—Lo siento —se encoje de hombros.
—Te va a llevar Dixon —¿Quién es Dixon? —. Yo me iré en el auto de Gale, tampoco está en condiciones para manejar.
Volteo para ver a Gale que se ve igual que yo, él ha bebido menos que yo, pero aun así no debe manejar.
Asiento con la cabeza sin ganas y suspiro.
La pelinegra termina de curar mis heridas y bajamos a la calle. Cuando salimos todo el aire me da de golpe, me mareo un poco. Cas me sostiene y esperamos que nos traigan los autos.
—Tú te vas con Jason —le dice el tal Dixon a la chica.
—Pero yo quiero ir contigo.
—He dicho que irás con Jason.
—¿Y tú auto?
—Cole irá en el y se regresa con Jason. Yo pido un taxi.
—Pero Dixon...—ella me mira de reojo.
—He hablado Ileana.
Así que ese es su nombre.
La pelinegra se aleja en la otra dirección con dos chichos que parecen sus guardaespaldas. Cas me sostiene para que no caiga ya que no me encuentro del todo bien.
—Lo lamento —le digo a Cas.
—No te preocupes Seth —los autos llegan y me ayudan a subir a mi auto, Cas y Gale suben al de Gale siendo Cas el que conduce.
—Nada más le haces un puto rayón Castiel.
Amenaza Gale a Cas, él niega con la cabeza. Desaparecen de mi campo de visión, el chico que tengo a mi lado me ayuda a abrochar mi cinturón y arranca. Veo el auto de Gale pasar delante de nosotros. Acomodo la cabeza en el asiento y cierro un momento los ojos. La he cagado esta noche. Creo que la mejor manera de controlar la ira que siento hacia Nelly es de otra forma, canalizar estos sentimientos en otra cosa, no solo bebiendo y fumando. Esto en lugar de ayudar solo me hace daño, no puedo seguir sintiendo por ella tanto rencor y odio así, así no.
—Seth.
—Seth, despierta.
Alguien me mueve. Abro primero un ojo y después otro. La puerta de mi lado está abierta, frente a mí están Castiel, Gale y el chico nuevo.
—¿Dónde estamos?
—En tu casa.
Me incorporo y ellos se hacen a un lado, efectivamente estamos en mi casa. Me quito el cinturón y entre los tres me ayudan a llegar a mi casa. Entramos y me ayudan a llegar a mi habitación, lo último que escucho es como Cas y Gale la agradecen al chico nuevo. Cuando mi cabeza toca la almohada caigo rendido, después de eso no sé nada de nadie.
Ileana.
Ya es tarde y Dixon aun no regresa. Lo bueno es que mis papás estaban muy dormidos como para darse cuenta que llegué con Jason y Cole y sin Dixon, me habrían preguntado por él y la verdad no iba a saber que decirles, soy mala mentirosa me hubiesen descubierto en la primer mentira.
Me asomo por la ventana cuando escucho el ruido de un auto, la puerta de la entrada se abre y a lo lejos veo a mi hermano entrar. Las luces del auto se alejan y ya puedo respirar tranquila. Me pongo un suéter delgado y salgo al pasillo, Dixon sube y entramos a su habitación, se quita la chaqueta que deja encima del respaldo de una silla.
—¿Qué pasó? Estaba preocupada por ti —se sienta en la orilla de su cama y yo lo hago a su lado.
—Tuve que ir a Manhattan. Allá vive el chico este —se quita las botas.
—¿Y?
—Esta gente es peligrosa Ileana —me mira y baja la voz —. Muy peligrosa.
—¿Por qué lo dices? —me entra la curiosidad.
—Yo sé lo que te digo.
—No me puedes dejar así, no me dices nada y no quieres que haga más preguntas.
—Creo que entre menos sepas, mejor. Ese tal Seth es mala hierba.
¿A qué se refiere con esto? ¿Por qué no me dice que está pasando?
Dixon solo me deja con curiosidad por saber más, Seth parece una buena persona, si puede ser que tenga un mal carácter y que no es muy amigable que digamos, pero no creo que sea tan malo como Dixon me lo hace creer.
Que rabia, ahora no me podré sacar esto de la cabeza, no dejaré de pensar en ellos, menos en Seth que parece oculta muchas cosas.
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