Capítulo 25. 🔥
"La luz es fácil de amar.
Muéstrame tu oscuridad"
Ron Israel.
Seth.
Cuando llego a Dumbo las llamas consumen el inmueble donde se guardaban las drogas, el auto se detiene del otro lado de la calle, le pago al taxista y salgo, el color naranja sale de las ventanas y el humo negro se eleva por encima de las cabezas de los que están ahí mirando el incendio.
Cierro la puerta y me acerco a Jared quien da órdenes a sus hombres.
—No quiero a la puta policía aquí —les dice —. Esto no debe salir de aquí.
Los hombres se mueven rápidamente para sofocar las llamas que consumen la casa.
—¿Qué demonios pasó?
Me paso una mano por el cabello, las ventanas explotan y la gente que está mirando grita, algunos se van, otros más se quedan solo para curiosear.
—Fueron ellos, se llevaron todo, no dejaron ni un puto gramo de cocaína —dice muy bajo —. Te das cuenta de los problemas que no está ocasionando la muchachita esa.
Se refiere a Eli.
—Debí matarla en el momento que pude y no dejar que anduviera por ahí soltando lo que sabe, ahora será más difícil matarla ya que está con los malditos rusos —me mira severo.
—No la vas a matar —sentencio, frunce las cejas y me mira con cara de "¿Estás hablando en serio?"
—¿Qué? —me volteo a verlo.
—No la vas a matar, ella no tiene la culpa —se gira hacia mí y me agarra del cuello empujándome contra la pared de una de las casas.
—¡No ella no tiene la culpa! La tienes tú —me señala —. Por no saber mantener tu pene dentro de tus pantalones —aprieta mi cuello con tanta fuerza, no puedo quitármelo de encima.
—Jared —digo su nombre tosiendo.
—Jared la puta madre, Seth, espero que con esto aprendas con quien te metes —me suelta y apoyo mis manos en mis rodillas para tomar aire.
—Carajo.
—Sabes la bronca en la que nos hemos metido con esto, hemos perdido miles de dólares que no sé cómo vas a hacer para reponer, si es necesario vas y le vendes tu alma al diablo —se acomoda la camisa.
Sus hombres empiezan a apagar el fuego, pero es tan grande que se empieza a extender.
—No van a poder ellos solos.
—Pues muévete y ve a ayudar —dice mirándome mal.
Me quito la chamarra y me acerco. Pasan tan solo unos minutos en los que hacemos lo que podemos pero no es suficiente, Jared me mira con ganas de matarme y no es para menos, los bomberos llegan y empiezan a apagar las llamas antes de que estas lleguen a las casas contiguas. Jared les ha dicho que era una bodega donde guardaba algunos artículos electrónicos pero que fueron robados y después le prendieron fuego al inmueble.
Los policías le creyeron, la gente corroboró lo que decía. Le dijeron que tiene que ir a levantar un acta por el robo y el incendio y él dijo que lo haría —no lo hará—, miramos como todos se van, solo quedamos nosotros y sus trabajadores, mi ropa tiene manchones negros al igual que mi rostro.
—¿Dónde está tu auto? — mira alrededor.
—Me chocaron y lo tuve que dejar porque le dispararon a las llantas.
Bufa y se pasa una mano por la boca.
—Voy a mandar a alguien por el, ahora vamos a casa —miro la hora en mi celular y pasan de las tres de la mañana, sin duda alguna esta ha sido una larga noche, necesito un largo baño y descansar, ya veremos que hacer con lo que ha pasado.
Subo a la misma camioneta en la que sube Jared y Benjamín conduce a la casa, cuando llegamos voy directamente a mi casa y subo para darme un largo baño, entro al baño y me quito la ropa, la dejo en el cesto de la ropa sucia, al igual que los tenis que son un asco, dejo el celular encima del tanque del baño. Mientras el agua caliente cae sobre mi cuerpo y me quita la suciedad pienso en Ileana, en cómo ella me escuchaba y a veces le hacía gracia lo que yo decía, no me la puedo sacar de la cabeza por más que quiera, he estado tentado a llamarla muchas veces pero esas mismas me repito que no, que ella está mejor sin mí, que su seguridad es primero y que su vida no está en peligro, no puedo quitarle eso.
Salgo del baño y agarro el celular, me seco el cabello con una toalla y la parte de arriba. En el mueble donde está la pantalla tengo algunas fotos, en una de ellas estamos Nate y yo, agarro el marco y miro la foto detenidamente, eramos tan felices antes de todo esto, antes de crecer, antes de entrar a este mundo, antes de la muerte de mamá. La muerte de Víctor desencadenó muchas cosas malas, solo trajo consigo desgracias, me pregunto que hubiese pasado si él no hubiera muerto ese día, quizá mamá estaría viva, yo no hubiese conocido a Nelly y Nate no se hubiera ido de la casa.
Pero ya no hay vuelta atrás, lo hecho hecho está y no hay más remedio que aceptar esto, todo lo que se viene y que terminará solo con la muerte de uno de los dos.
Nelly.
En cuanto llegué a la casa de Vera les pedí a Alek y Cami que me dijeran todo lo que había pasado con lujo de detalles, nada se les podía pasar, tengo que saber todo lo que pasó anoche.
—Me hubiese gustado estar ahí para ver su maldita cara —les digo a ambos.
—Fue tan placentero —Cami bota el humo del cigarrillo —. Lo disfruté tanto —sonríe con malicia.
—Me hubiese gustado ver su cara cuando le avisaron que la casa en Dumbo se estaba incendiando —dice Alek.
—¿Qué hicieron con la droga? —les pregunto a lo que se encogen de hombros, los dos.
—Está en un lugar seguro —dice mi madre entrando por puerta de la sala. Eli se sorprende al verla.
—Bueno, este es el primer golpe de muchos, quiero ver a Seth pidiendo perdón de rodillas —aprieto las manos con coraje.
—Por cierto Nelly, me ha llamado Nikolay, ha surgido algo.
Nikolay es el hombre que mi padre dejó a cargo del negocio en Rusia, es quien hace los tratos con las demás mafias y todo eso, pero sigue las órdenes de Vera.
—¿Algo malo? —pregunta Alek que se acomoda en el sofá.
—Nada de qué preocuparnos —dice mi mamá y se sienta en el sofá más pequeño que está frente a nosotros —. Pero a él lo han buscado los Holandeses, están en guerra con los Albaneses —levanto una ceja sin entender muy bien —. ¿Recuerdas a Rykel De Vaux?
—Como no recordarlo si tuvo tratos con papá.
—Bueno el viejo De Vaux murió hace algún tiempo y dejó a cargo del negocio a sus tres hijos, el más pequeño se metió con un Albanés y una cosa llevó a la otra, así que para hacer pagar a los De Vaux los Albaneses les han declarado la guerra. Dice Nikolay que el mayor de los hermanos le ha pedido ayuda por si las cosas se salen de control.
—No sé —le digo mirando a Alek —. Tú que dices.
—Si podemos ayudarlos hay que hacerlo, uno no sabe cuando podemos necesitar de ellos y así como van las cosas necesitamos muchos aliados —asiento con la cabeza dándole la razón a mi primo.
—Está bien, hablaré con Nikolay y le diré que el día que Rykel se comunique con él le diga que estamos de su lado.
No me quiero imaginar lo que está pasando allá, pero los De Vaux debieron hacer algo muy malo como para que los Albaneses ahora les quieran cortar la cabeza, esos tipos son sangrientos, sádicos y retorcidos, ellos no tienen piedad de quien se meta con ellos, se desquitan con quien sea solo para hacer pagar a quien les hizo daño.
—Y tú me puedes decir dónde te has metido estos días, me dijo uno de los guardias que te vio salir con una maleta —miro a Cami y Alek, Eli parece incómoda.
—Bueno yo...
—¿En qué estás metida hija? Dime.
—Mamá no es nada malo, te lo aseguro.
—No te estoy preguntando eso, quiero saber donde duermes, con quien.
—Yo...—me rasco la nuca y entonces Alek habla.
—Dile, de todos modos se va a enterar y es mejor que se lo digas tú.
—¿Decirme que?
—¿Estás loco? —le pregunto a lo que solo se encoge de hombros —. Nada Vera, no es nada —frunce el ceño y apoya ambas manos en los reposa brazos del sofá.
—Dime que pasa Alek.
—No Alek, esto no te incumbe a ti —me pongo de pie.
—O le dices tú o se lo digo yo, prima —me amenaza. Me doy la vuelta y en su rostro tiene una sonrisa de suficiencia, sé que lo hará, sé que es capaz de decirle a mi madre que estoy con Nate.
—No te atrevas —lo reto y una de las comisuras de su boca se eleva.
—No me conoces.
—¿De qué están hablando? Alguien dígame que pasa aquí.
Vera se pone de pie y nos mira a Alek y a mí, Cami mira la escena divertida porque sabe lo que pasa y Eli, bueno ella se mantiene en silencio a la espera de lo que sea que vaya a pasar.
—No Alek —niego con la cabeza pero parece que entre más le suplico él más está decidido a hablar.
—Quiero saber que pensará mi tía de todo esto.
Aprieto las manos en puños y la incontenible ira sale disparada en un grito hacia mi primo.
—¡Esto no te incumbe! —me giro por completo hacia él, cuando menos me lo espero se pone de pie y me mira de una manera en la que jamás lo había hecho.
—¿Me estás diciendo esto de verdad? Esto me incumbe a mí, a Cami a tu madre y a cualquier persona que vive en esta casa.
—Con un demonio, alguien dígame que está pasando —Alek me incita a hablar con un movimiento de cabeza hacia mi madre.
—Yo estoy con Nate, estamos juntos —le aclaro a mi madre. Su rostro se descompone unos segundos en los que su quijada se desencaja y sus ojos se abren —. Lo siento, esto no estaba planeado para nada, pero es que...él se portó muy bien conmigo todo el tiempo que estuve secuestrada, me cuidó, curó mis heridas y me protegió de Seth más de una vez, él me dejó ir aquella noche y yo —me rasco el brazo en señal de nerviosismo —. Yo me enamoré de él y ahora estamos juntos.
Cami no se sorprende, no se ríe, no habla al contrario de Eli que se ve igual de sorprendida que mi madre.
—¿Desde cuando están juntos? —Vera no sale de su sorpresa.
—Hace unas semanas, nos vimos por primera vez y ahora...
—Vives con él —afirma y yo asiento con la cabeza —. Vaya.
—Yo no planeé esto, lo juro —me giro por completo hacia ella —. Él se ha ido de su casa, ya no trabaja para Jared, él lo ha corrido.
Se hace un silencio que más que miedo me preocupa, no sé que vaya a decir mi madre de todo esto y su rostro no me dice nada tampoco.
—Ya ves lo que provocas —le reclamo a Alek —. Si te hubieras quedado callado...
—De todos modos ella se iba a enterar tarde o temprano —encoge un hombro.
—Quiero conocerlo —dice de repente Vera. Los cuatro volteamos a verla.
—¿¡Qué!?
—Que quiero conocer a ese chico, que venga a cenar mañana, quiero saber si es tan diferente como dices que es —levanta una ceja.
—Él no puede saber nada de lo que estamos haciendo.
—Eso tampoco podrás ocultarlo por mucho tiempo —me volteo hacia Alek.
—Cállate, mejor cállate antes de que te golpeé —suspiro.
—Mañana —zanja mi madre antes de salir de la sala. Me dejo caer en el sofá que tengo más cerca.
—No lo puedo creer —dice por fin Eli, se había mantenido callada pero ahora se atreve a hablar —. ¿En qué momento pasó esto?
—Cuando Seth ya no podía más conmigo y le pidió a Nate cuidarme, él fue tan lindo —Eli se sienta a mi lado —. Me curó muchas veces, me daba de comer y jamás se rindió, al contrario.
—Nate es así —habla Eli y pone sus manos en mi hombro —. Tiene un gran corazón, siempre ha sido tan diferente a su padre y su hermano. Se los aseguro —mira a Alek y Cami —. Nate jamás la va a lastimar, más ahora que se ha alejado de esa casa y no está bajo la mala influencia de su padre, menos de su hermano.
—No sé —dice mi primo —. Yo no le tengo confianza solo por ser un Beckett.
—Alek por favor —le pido.
—No Nelly, no puedo confiar en él, no puedo —se aleja y sale de la sala.
—Alek —no me hace caso.
—Yo hablo con él —Eli se pone de pie y sale también de la sala detrás de mi primo.
—Todo va a estar bien —Cami se acerca y apaga su cigarrillo —. Eh, no te preocupes, Vera se va a dar cuenta de lo maravilloso que es Nate y de lo mucho que te ama, así como tú lo amas a él.
Agarra mis manos y les da un apretón.
—Solo espero que Alek cambie esa actitud —miro por donde se ha ido.
—Es comprensible que se preocupe por ti, eres su prima y él al igual que todos hemos visto las cicatrices que lo que pasaste esos meses te han dejado —miro mis brazos y veo cada una de las líneas que marcan mi piel, para mí será muy difícil olvidar y más que nada perdonar.
Las heridas pueden sanar pero dentro de mi alma siempre estará el recuerdo del maldito infierno que pasé con Seth.
Eli.
Salgo de la sala y me encamino por dónde se ha ido Alek, a él parece que no le agrada esta situación. Veo que sale de la casa hacia la piscina, se sienta en la orilla de esta y yo me siento a su lado. Se quita los zapatos y mete los pies al agua.
—¿Qué pasa? —le pregunto. Me voltea a ver.
—Esta situación, no es nada normal.
—¿Qué no es normal? —sus pies juegan con el agua de la piscina, yo también estoy descalza —. ¿Qué tu prima se haya enamorado de Nate? Créeme cualquier chica se hubiese enamorado de él, es tan dulce y noble.
—¿Y por qué tú no te enamoraste de él?
Directo y sincero.
Sacudo la cabeza y me río un poco.
—Bueno eso pasó porque algunas mujeres preferimos al chico malo, ese que tiene algún problema aquí —señalo mi cabeza —. El que fuma, el que se porta mal y que nunca va a cambiar su actitud rebelde. Está mal lo sé porque deberíamos ser como Nelly que se enamoró del chico bueno que la trata bien, que la ama y que daría todo por ella.
—Bueno creo que entonces llevo las de perder contigo —lo miro y él mira el fondo de la piscina.
—¿Por qué lo dices?
—Está más que claro que me gustas, y con esto que me estás diciendo no creo que tenga alguna oportunidad contigo.
No estoy ciega como para no darme cuenta de que Alek me ve con otros ojos, no me es indiferente que le gusto, eso se ve a miles de kilómetros, me sorprende, eso sí, porque jamás llegué a creer que alguien como yo le pueda gustar a alguien como Alek, digo es un lindo chico, atento y me cuida, yo solo atraigo a los hombres como Seth y que le guste a Alek me sorprende mucho.
—Creo que con Seth aprendí que no me merezco ser tratada como él lo hizo, que merezco a un hombre que me quiera, me respete, me cuide y más que nada que me ame.
—Yo podría hacerlo —lo volteo a ver —. Solo si tú así lo quieres —se encoge de hombros.
Se ve tan lindo cuando hace esto.
—Creo que si quiero.
Sé que es muy rápido esto que está pasando, pero las mariposas en mi estómago cada vez que lo veo me dicen que tal vez Alek sea el chico que yo merezco, el que yo necesito.
Alek sonríe y agarra mi mano, no hago nada para soltarme de su agarre, al contrario, aprieto su mano y aquí en silencio nos quedamos a contemplar la tarde y disfrutar de la compañía del otro.
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