Capítulo 20. 🔥
"Así es mi infierno...pasas una noche con mis demonios y te levantas en el cielo"
David Sant.
Nate.
Siempre he sabido que Seth es el hijo favorito de mi padre, puede ser que sea por el hecho que son tan iguales que se llevan tan bien, pero hoy confirmo mis sospechas, papá siempre le dará la razón a Seth por más equivocado que este esté, siempre será así.
En momentos como estos extraño mucho a mamá, sé que las cosas serían tan diferentes si ella estuviese aquí, ella me diría que hacer en estos momentos y tendría a alguien con quien platicar, a quien decirle todo lo que me estoy guardando.
Cierro la puerta de mi habitación y apoyo mi espalda contra la madera, suspiro y cierro los ojos.
Con Nell todo es más fácil, con ella no hay este tipo de dramas, no tengo que dar explicaciones y todo es más relajado, con ella todo está bien. Necesito estar con ella. La necesito tanto.
—¿Nate? —escucho dos golpes en la puerta.
—Dime.
—Necesitamos hablar hijo —me separo de la puerta y la abro, papá está del otro lado, me hago a un lado y dejo que entre a mi habitación.
—Creo que ya era hora que tú y yo habláramos —papá asiente con la cabeza, me da la espalda —. ¿De qué quieres hablar?
—De lo que pasó con tu hermano...
—No necesito que me digas nada acerca de eso, tú siempre apoyas a Seth, por más cruel y sádico que él sea, siempre lo vas a apoyar a él —papá niega con la cabeza y se da la vuelta.
—Yo te quiero Nate, te amo más que a nada en este mundo, al igual que amo a Seth te amo a ti, pero hay cosas imperdonables, cómo...
—El que yo me enamorara de Nelly —digo con fastidio. Sé que a mi padre le molesta lo que hice pero él menos que nadie tiene derecho a decirme que hacer.
—Sí, eso —dice —. No estuvo bien hacerlo pero no podemos cambiar las cosas, lo hecho hecho está Nate, y por tu seguridad es mejor que te vayas de la casa.
Me quedo mirándolo sin creer lo que mi papá me está diciendo, no puedo creer que él me esté corriendo de la casa, que él...haga esto.
—Papá...—las palabras se me atoran en la garganta al verlo tan decidido, serio, sin ningún tipo de expresión en su rostro.
—Lo lamento Nate, pero es lo mejor, tú y Seth bajo la misma propiedad solo representa catástrofe, no pueden estar los dos juntos porque...no me quiero ni imaginar que va a pasar si tú y tu hermano se enfrentan, no quiero que ni tú ni él terminen muertos, Nate. No podría soportar perder a uno de mis hijos, eso no Nate.
—Tú me estás corriendo de la casa —tengo la voz rota.
—Te estoy dando la oportunidad de dejar esta vida, de empezar algo nuevo alejado de todo esto, no lo entiendes ¿verdad? —niego con la cabeza —. Si tú no te vas tendrás que hacerte cargo de los negocios, de vender armas, traficar drogas, aún hay nobleza en tu corazón hijo —se acerca y pone una mano en mi pecho —. No quiero que tu vida se resuma a esto, que termines como yo, como Seth.
En su voz hay un dejo de tristeza.
—Eso no va a pasar, se supone que yo...
—Que tú ibas a continuar con esto pero al ver a Seth me doy cuenta que no es una opción, no quiero que tú acabes así. Ahora puedes terminar tus estudios, ser alguien de bien, vivir con ella si eso es lo que te conviene —sonríe.
—Papá yo...no sé que decir.
—No hay nada que decir Nate, no está a discusión, es por tu bien. No me digas a donde te vas a ir, no te comuniques conmigo hasta que yo lo haga. Seth tiene un solo objetivo y es capaz de hacer cualquier cosa por conseguir lo que se propone.
Sus ojos se llenan de lágrimas, es la primera vez que lo veo así de frágil, así de mal.
—Gracias —pone una mano en mi nuca y la otra en mi mejilla.
—Eres mi hijo Nate, haré cualquier cosa por ti, por tu hermano.
Sonreímos.
Sale de mi habitación y cierra la puerta, observo mi habitación, cada esquina, cada centímetro de ella. Nunca me he alejado por mucho tiempo de mi casa, siempre he dormido en esta habitación porque esta es mi casa, pero ahora tengo que irme y es tan difícil tan solo pensar que ya no voy a ver a mi papá.
Nelly.
Cuando llego a casa Vera está en su despacho, Cami corre para alcanzarme en las escaleras.
—Vera ha estado preguntando por ti —se engancha de mi brazo, me mira de arriba abajo —. ¿Por qué traes ropa de hombre?
—Es que —miro hacia el despacho y la apresuro a subir las escaleras, corremos por el pasillo y nos encerramos en mi habitación.
—¿Estuviste con Nate? —asiento con la cabeza —. Lo sabía, los vi salir del club esa noche.
—Nate me llevó a Upper East Side, tiene una casa allá, se la dejó su mamá —Cami se sienta sobre el colchón y cruza sus piernas —. Él arregló la casa y la ha puesto a mi nombre —Cami abre los ojos y se queda con la boca abierta cuando levanto la mano y le muestro el anillo que rodea mi dedo.
—¡Oh-por-Dios! —grita y se pone de rodillas, mira mi mano y después a mí —. Le dijiste que sí ¿verdad?
Niego con la cabeza.
—No le dije que no, tampoco que sí.
—¿¡Qué!? Dios Nelly —se aleja de mí —. Tú amas a ese hombre no puedo creer que no le hayas dicho nada.
—No estoy segura —me encojo de hombros.
—¿No estás segura de qué? ¿Del amor que sientes por él? ¿De lo que él siente por ti?
—No es eso, creo que este no es el momento para pensar en una boda —se cruza de brazos.
—En nuestra vida ningún momento es para una boda, Nelly, pero nosotros tenemos que hacer los momentos.
—Lo sé —digo con frustración —. Pero no quiero decirle que sí solo porque sí, quiero estar cien por ciento segura, en el momento que le diga que si acepto ser su esposa es porque estoy más que segura que eso quiero.
—Bueno —dice. Su ceño se relaja y sonríe al ver de nuevo el anillo —. Me alegro mucho que estos días te fue bien, peroooo —se pone de pie —. Alek ya habló con Elizabeth, ella está dispuesta a decir todo lo que sabe, pero, quiere hablar contigo, nada más contigo.
—¿Por qué? —se encoge de hombros —. Bueno, deja que me de un baño y dile a Alek que la traiga —Cami asiente con la cabeza.
—Felicidades Nelly —me dice antes de salir de la habitación.
—Gracias —le digo y sale, cierra la puerta y me quito la ropa de Nate, la doblo y le dejo encima de la cama.
Entro al baño y un ligero aroma a Nate llega a mi nariz, huelo a él, toda yo huelo a él y eso me gusta. Entro a la ducha y me quito la ropa, la dejo en el suelo y abro la llave...
Escucho golpes en la puerta. Ya me he puesto la ropa, solo estoy acomodando mi cabello.
—Adelante —la puerta se abre y Cami entra.
—Elizabeth está aquí.
—Voy —me pongo de pie y las dos salimos de la habitación, cruzamos el pasillo y bajamos las escaleras.
—Está en la sala, están en la sala —dice, damos la vuelta a la pared y cuando cruzamos el umbral de la puerta veo a Elizabeth con Alek a su lado. En cuanto ella me ve abre los ojos y se pone de pie.
—Elizabeth —me acerco a ellos, Alek se pone de pie al lado de Elizabeth.
—Nelly Król —puedo sentir el odio que su voz desprende y no me pasa inadvertido el asco con el que escupe mi nombre.
—Hablemos —le digo y antes de darme la vuelta Alek me habla.
—Nelly...—veo en sus ojos una advertencia.
—No le haré nada —Elizabeth mira a Alek con miedo, Alek no deja de mirarme —. Lo prometo —sonríe.
Le hago una señal a Elizabeth con la cabeza para que me siga, Alek le sonríe y ella da los primeros pasos hacia mí. La espero frente a las escaleras y la llevo por la parte delantera de la casa al patio trasero. Elizabeth mira con curiosidad la propiedad, parece encantada con cada rincón.
—Me ha dicho Aleksei que odias a Seth igual o más de lo que yo lo odio —me dice.
—No creo que exista otra persona que odie más a Seth de lo que yo lo odio.
Escucho su risa.
—Tú no te imaginas cuanto lo odio, es...lo peor que me pudo pasar en esta vida y en la siguiente también.
—Veo que tú también lo quieres ver destruido —caminamos hacia el patio de atrás y nos detenemos abajo de uno de los camastros, el sol está a todo lo que da.
—¿Qué fue lo que te hizo Seth para que ahora lo quieras ver muerto? —no se anda con rodeos. Me voltea a ver y yo a ella.
Debo decir que es muy bonita, es por eso que mi primo no le quita los ojos de encima.
—Seth me mintió, jugó conmigo para cumplir solo una maldita venganza. Se metió a mi casa y se hizo pasar por otra persona solo para ganarse mi confianza y después darme un golpe por la espalda. Me secuestró, me torturó, me golpeó...él —desvío la mirada cuando la vergüenza se apodera de mí, es tan difícil hablar con otra persona de esto, nadie fuera de mi familia sabe lo que Seth me ha hecho —. Seth me violó y quedé embarazada, el día que me escapé de su casa perdí a mi bebé, ahora entiendes porque lo odio tanto.
—Yo no sabía que él te había hecho esto, es un monstruo —aprieta la mandíbula —. Es un ser despreciable que se merece arder en las llamas del mismísimo infierno.
—Con tu ayuda vamos a destruir su imperio, Elizabeth, vamos hacerle pagar a Seth todo el daño que te ha hecho, que me ha hecho. Y eso será tan satisfactorio.
—Me han dicho que la venganza no es buena —ruedo los ojos.
—Sí, sí, a mí también me lo dijeron muchas veces, Cárter y mira hasta donde me han traído esas palabras, mi padre está muerto, Seth me usó y mi hijo murió y nunca lo podré conocer.
—Te entiendo, mi hermano también murió hace algunos años, creo que eso tenemos en común.
—¿Entonces? —suspira.
—Está bien, te voy a ayudar, pero debes cumplir con lo que tu primo dijo y proteger a mi madre —se estruja los dedos.
Está nerviosa y no es para menos, su vida y la de su mamá peligran. Dudo en poner mi mano en su hombro, pasan unos segundos en los que me debato para hacerla sentir bien o no.
—Oye —al final pongo una mano en su hombro y estos se relajan —. Vamos a cuidar de ti y más que nada de tu madre, no vamos a permitir que nada les pase ni a ti ni a ella.
Me mira por encima de su hombro y me sonríe.
—Sé donde guardan toda la cocaína que llega al país, por donde llega y quien se las vende.
—Esto lo deben saber todos —camino hacia la puerta de la cocina, Elizabeth me sigue, cruzamos la cocina donde Nana nos mira pasar, pero no dice nada. Llegamos a la sala y Alek espera junto con Cami, al vernos se voltean y esperan a que hablemos.
—Elizabeth tiene algo que decir —me hago a un lado, repasa la sala y cuando ve que Vera entra aprieta los labios.
—¿Quien es ella? —pregunta mi madre.
—Ella tiene mucha información que nos interesa a todos. Sigue Elizabeth.
Asiente con la cabeza
—Jared ha hecho tratos con los del muelle, él les paga mucha plata para que ellos se hagan de la vista gorda, la cocaína y heroína son las principales drogas que les venden los Mexicanos, esta entra por Brooklyn Cruise Terminal y la guardan en el barrio de Dumbo, exactamente no sé donde pero Jared va una vez a la semana a ese lugar.
Elizabeth nos mira a todos, esperando que la información que nos ha dado sirva de algo, ella no se imagina lo mucho que esto nos va a servir.
—Gracias Elizabeth —le dice Vera —. ¿Tienes más información? —asiente con la cabeza.
—Sé donde guardan las armas que les venden a los mexicanos.
—Eso nos lo dirás después, ahora hay que seguir a Jared para saber donde guarda la droga. Nelly ven.
Me hace una seña y la sigo fuera de la sala.
—Necesito a un hombre que siga a Jared sin levantar sospechas, ya sabes, que haga un trabajo limpio y que pase desapercibido.
—Ok.
—Esta información es valiosa, esta chica sabe mucho así que es un peligro para Beckett —habla despacio —. Debe estar protegida —asiento con la cabeza.
—Ha pedido que cuidemos de su mamá.
—Me lo ha dicho Alek, eso ya está arreglado, hija.
—Al menos sabe que puede confiar en nosotros.
Mamá asiente con la cabeza.
—Voy a llevar a Elizabeth a su departamento —Alek se acerca a nosotras, a su lado Elizabeth que perece nerviosa.
—Elizabeth —habla Vera —. Si necesitas algo solo habla con nosotros, estaremos ahí para ti y no te preocupes por tu mamá, ella está sana y salva.
—Muchas gracias Vera.
Mi madre asiente con la cabeza.
Alek se despide de nosotras y sale junto con Elizabeth de la casa.
—No sé —Camila se une a nosotras —. Pero esto me huele muy mal —frunce la nariz —. Beckett ya debe saber que Elizabeth ha estado en esta casa y...
—No lo digas —le advierto a Camila —. Espero que todo salga bien y que ella al igual que su madre salgan bien de esto.
Nunca me ha gustado meter a otras personas es este tipo de asuntos, pero esta vez es necesario, Elizabeth es la única persona que ha estado tan cerca de los Beckett que sabe todos los negocios de ellos, es riesgoso sí, pero para poder salir victoriosas debemos correr riesgos y es lo que estamos haciendo.
****
Seth.
Ayer que llegué después de la discusión con Nate él ya no bajó, sabe que lo que ha hecho está mal por eso no tiene vergüenza para verme a la cara.
Lo odio.
Odio cada parte de él, su esencia y todo lo que representa, es un idiota que no sabe en lo que se ha metido. Nate no se imagina la clase de mujer que es Nelly, al final va a terminar por apuñalarlo por la espalda, así cómo ella acostumbra hacerlo.
Le doy una calada a mi cigarrillo y veo el último mensaje que me ha mandado Ileana, ella es tan diferente a todas las chicas que he conocido, ella es un ángel y lo apropiado sería que me alejara de ella antes que las cosas salgan mal, antes de que le haga daño, antes de que termine herida.
El celular vibra y en la pantalla se despliega el nombre de Jared.
—Dime.
—Necesito que vengas, he descubierto algo.
—Voy para allá.
Cuelgo y salgo de la casa, cruzo el patio y entro a la casa de papá. Al pasar por el despacho veo que la puerta está abierta y entro, dejo la puerta entre abierta y me acerco a papá que está sentado en uno de los sofás.
—¿Qué pasa?
—Si o no te dije que Elizabeth sería a la larga un problema —se ve molesto. En la mano tiene un sobre que deja encima de la mesita, miro a Jared y con el mentón señala el sobre.
—Sí lo dijiste —me siento frente a él y agarro el sobre.
—Mira eso —dentro hay unas fotografías, las saco y las empiezo a revisar, todas son de Elizabeth, ella en su trabajo platicando con un hombre, él está de espaldas, pero cuando paso a la otra foto me puedo dar cuenta de quien es.
—Aleksei Koszlov —digo y papá asiente con la cabeza.
—Mira las últimas fotos —paso a las últimas fotos —. Son de ayer—se estruja las manos y bufa.
En las fotos está Eli saliendo de la casa de Vera y a su lado Aleksei, en otra está ella y el ruso en el edificio donde ella ahora vive.
—Maldita sea —mascullo y dejo el cigarrillo dentro del cenicero.
—Te lo dije Seth, te dije que esa niña al final iba a traicionarnos —se pone de pie.
—Esto no es posible —no puedo creer que Eli esté haciendo esto, que ella haya sido capaz de esta gran traición.
—¡Lo es Seth! La voy a matar, te juro que...—me pongo de pie ante sus palabras.
—Tú no vas a hacer nada —le advierto —. Esto debe ser una equivocación, ella no pudo...no puede hacernos esto.
Jared se ríe de manera sarcástica y niega con la cabeza.
—Esto no es una puta equivocación Seth, esa —aprieta los puños y suelta un bufido —. Niña lo va a pagar —se da a vuelta —. Y tú no vas a hacer nada.
—No le vas a hacer daño.
—Solo será una advertencia, una puta advertencia para que piense bien en lo que hace y elija un bando —agarro mi cigarrillo y le doy una calada.
Asiento con la cabeza, Jared se acerca al escritorio y habla con alguien, aprovecho para salir del despacho, saco el celular y le llamo a Eli. Suena una, dos, cuatro veces pero ella no responde, no la culpo, la última vez que nos vimos no terminamos bien, ella me odia.
—Mierda —no me doy por vencido y le marco de nuevo, las veces que sean necesarias hasta que me responda.
—¿Qué mierda quieres Seth? —suspiro aliviado.
—¿Eli estás en tu departamento?
—¿Qué quieres? —bufa.
—Carajo ¿Estás en tu departamento si o no?
—Sí, estoy saliendo para ir al trabajo.
No, no, no.
—Eli vete de ahí, tienes que buscar la manera de salir de ahí y que no sea por la puerta principal.
—¿Qué te fumaste Seth?
—Nada, mierda Eli, estás en peligro, Jared ya sabe que le estás dando información a Vera, él te quiere dar una advertencia pero tú y yo sabemos como es su manera de trabajar.
—¿¡Qué!? —escucho cómo su voz se descompone.
—¡Qué salgas de tu departamento carajo!
—Está bien —escucho sus pasos, cómo si estuviese corriendo —. ¡Mierda!
—¿Eli? Háblame ¿Eli? —la llamada se entrecorta, se escucha mucho ruido —. ¿¡Elizabeth!? —la llamada se corta, intento llamarle pero ya no responde —. Carajo.
Apago el cigarrillo y salgo corriendo de la casa.
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