Capítulo 12. 🔥
"Cualquiera puede acelerar tu corazón, pero no cualquiera te hace vibrar el alma"
Blaster.
Nelly.
Suspiro para sacar todo el aire que he estado reteniendo en mis pulmones.
No quiero que este momento se termine nunca, quiero quedarme con él aquí, hacer de cuentas que nada existe y que solo somos nosotros, que no hay más preocupaciones que ser felices, solo quisiera olvidarme de toda la mierda que nos espera afuera.
—He pasado los dos mejores días de mi vida.
Me dice Nate que se encuentra acostado en mi estómago, yo juego con sus cabellos, enrollándolos en mis dedos.
—No quiero que este día termine nunca —admito con la garganta seca.
—Yo menos, pero tenemos que regresar a casa —miro la pantalla y son casi las siete de la noche.
—Sé que no será lo mismo —me duele decir esto —. Quizá no nos podamos ver en algún...tiempo.
Veo que se levanta y se sienta en el colchón.
—Claro que no será lo mismo. Me has encontrado Nelly, ahora será tan difícil para mí olvidarme que estás viva y aquí, no podré solo ignorar el hecho que hemos estado juntos y que me amas —me siento frente a él y toma mis manos —. Eso nunca podré olvidarlo.
—Yo tampoco y no sé como podré soportar estar sin ti —me trago el nudo que se forma en mi garganta, no quiero que me vea llorar, él no.
—Bella, tú eres más fuerte de lo que te imaginas, esta separación no será temporal, te prometo que haré lo que sea para vernos lo más pronto posible, después de esto yo tampoco creo resistir tanto.
No puedo evitar mirarlo con amor, me le aviento a los brazos.
—Solo una vez, por favor —le suplico acariciando su cuerpo —. Solo una vez, así podré resistir solo un poco más.
—Todo lo que tú me pidas —me besa y me muerde el labio.
****
—Te ves tan hermosa —acaricia mi mejilla con el dorso de su mano. Necesito de este contacto para saber que esto es real y que no es solo un sueño del que no quiero despertar.
—Y tú eres tan jodidamente atractivo —le doy un beso.
—Tus palabras me halagan.
—Te amo, Nate quiero que lo tengas muy presente.
—Y yo te amo a ti, quiero que lo recuerdes cada noche —agarra su celular y lo enciende al igual que yo hago lo mismo —. Mierda.
—¿Qué? —me muestra la pantalla, en esta se despliega el nombre de papá.
—Tengo llamadas y mensajes de mi papá —niega con la cabeza.
—Y yo de mamá y Alek —tengo muchos mensajes de voz de ambos.
—Pasame tu número, estaremos en comunicacion, necesito saber que estás bien.
Le dicto mi número y él hace lo mismo.
—Procura no desaparecer tanto tiempo esta vez.
—No lo haré. De verdad no sé si podré soportar mucho tiempo —se guarda el celular y me agarra de la cintura.
—Podrás, yo lo sé —pasa un mechón de mi cabello detrás de mi oreja —. Eres muy fuerte, nada es imposible para ti. Solo te pido unos días, solo eso.
—Está bien —rodeo su cuello con mis brazos —. Seré fuerte.
Me sonríe.
—Vamos.
Me toma de la mano y salimos de la casa, Cami ha dejado una camioneta para poder regresar, Nate deja la maleta en los asientos de atrás y me cierra la puerta, rodea la camioneta y sube.
Dejamos ese lugar atrás y conduce a casa. Me será imposible no pensar en estos momentos, ahora más que nunca sé que lo amo y que quiero estar con él, pero será tan difícil hacerlo con nuestras familias de por medio.
Apoyo mi cabeza en el hombro de Nate mientras él maneja, en la radio suena una canción, la noche es testigo de este gran sentimiento, solo no quiero que este se termine nunca.
Llegamos a Manhattan y Nate detiene el auto en el parque donde fue secuestrado. Apaga el motor y me mira.
—Pronto estaremos juntos, lo prometo —me da un beso en la mano.
—No tardes por favor —dice que no con la cabeza.
Nos besamos unos minutos donde me lleno por completo de él, de su esencia, de todo lo que él representa para mí. Bajamos de la camioneta y sube a su auto y yo al lado del piloto. Cuando llego a casa la puerta se abre a mi paso, saludo al hombre que cuida la puerta y bajo, rodeo la camioneta para sacar la maleta.
Entro y veo las luces encendidas, ya casi es medianoche no sé quien puede estar despierto a esta hora.
—¿Donde carajos andabas? —mamá sale de la sala, en sus manos trae una taza de té.
—Ocupada —le digo y pretendo caminar hacia las escaleras pero me su voz me detiene.
—No he preguntado si estabas ocupada o no —masculla —. Te he preguntado dónde te has metido estos dos días, Nelly estábamos preocupados por ti, ni Camila ni Peter nos dijeron nada.
Me acerco a ella.
—Mamá estoy bien.
—No, Nell, no es eso, sino que Seth está allá afuera y es peligroso, él puede hacerte daño, de nuevo —baja la cabeza pero hago que me mire.
—Mamá, Seth ya me ha hecho demasiado daño, no sé que más me puede hacer además de todo lo que ya me hizo, no le tengo miedo, quien debería tener miedo es él.
—De todos modos, es peligroso.
—Lo sé —decido terminar con esta conversación, sé que no arreglaré nada con ella —. Solo te puedo decir que no estuve ni cerca de él.
—Por favor, no desaparezcas así, me preocupas.
—No te preocupes —le sonrío —. Ya no lo haré —me devuelve la sonrisa y subo las escaleras. Al entrar a mi habitación Camila me espera acostada y con pijama, al verme se sienta sobre sus rodillas.
—Quiero que me cuentes todo lo que pasó.
—Cami, la curiosidad mató al gato —cierro la puerta, me empiezo a quitar la ropa.
—Una pregunta.
—Pregunta.
—Nate se ve más joven ¿cuántos años tiene?
—Solo es un año menor que yo —me encojo de hombros.
—Así que te gustan menores —sube y baja las cejas, tiene una cara de picara. Me pongo una pijama y me meto en la cama a su lado.
—Solo es un año Cami, además no es como si esto hubiese sido planeado, porque creeme cuando te digo que nada de esto estaba planeado, ni enamorarme del hermano de mi ex novio ni pasar con él todo un fin de semana.
—Debe ser hermoso lo que estás pasando en este momento —apoya su codo en la almohada y en su puño su mejilla.
—No creas, no me hago ilusiones. Por ahora sé que lo nuestro no puede ser, nuestros padres se odian y ninguno de los dos estará de acuerdo con esto.
—Eso no lo había pensado, pero ¿Tú lo quieres verdad?
—Lo amo Cami, lo amo tanto y no quiero estar lejos de él.
—¿Y qué vas a hacer?
—Lo que quiero ahora es vengarme de Seth, hacerlo pagar por cada lágrima y cada golpe que me dio, quiero verlo derramar lágrimas de sangre, quiero que vaya al infierno. Después pienso hablar con Nate y decirle que quiero irme lejos con él, yo...
La puerta se abre abruptamente dejando ver a mi primo detrás, parece molesto.
—¿Estás enamorada de un Beckett? —cierra la puerta y me mira mal. Me siento en el colchón al igual que lo hace Cami.
—Alek espera...—le pido.
—Espera nada, estás diciendo que estás enamorada de un Beckett, por si no lo recuerdas su hermano te secuestró, te pegó, te violó y te hizo tanto daño que...
—No necesitas repetírmelo, lo sé, pero Nate no es cómo Seth ni como su papá —espero que entienda.
—Ellos son todos iguales, Nelly, no pienses que será diferente a su padre y su hermano.
—Te lo puedo asegurar, Alek, Nate no es cómo ellos. Él me ama.
—Si la tía Vera sabe de esto.
—Tú no le dirás nada —lo amenazo —. Ella no puede saber nada, no por ahora.
—No le digas nada —le pide Cami —. Deja que Nell haga lo que ella quiera, por ahora Nate no ha hecho nada como para desconfiar de él.
Alek niega con la cabeza.
—No sé.
—Por favor, Aleksei, no te pido nada, solo eso, mamá no puede saber que estoy con un Beckett.
—Me pides cosas a cada rato —bufa —. Pero está bien, mira solo que no te haga nada porque yo mismo lo mato eh —me señala y le sonrío.
—Gracias, te aseguro que él no me hará daño.
—Eso espero.
Nate.
Cuando llego a casa ya casi es medianoche, no puedo regresar a esta cruda realidad, ahora que he estado con ella estos días me acostumbré a ella, a su perfume, a su presencia. Será muy difícil regresar a mi realidad.
Me estaciono y salgo del auto, al entrar a la casa y pasar por la sala me detengo al ver a mi padre y mi hermano ahí.
—¡Vaya! —expresa mi padre enojado —. El niño bonito por fin aparece —se pone de pie
Me detengo y veo que Seth tiene encima de sus piernas una computadora, sus pies están estirados arriba de la mesita de enmedio de la sala. Me mira de reojo y sigue con lo que sea que está haciendo, veo que se ha cortado el cabello y ahora lo trae más corto, nunca lo había traído así de corto.
—¿Donde demonios te habías metido, Nathaniel? —masculla mi nombre hasta casi escupirlo.
—Por ahí.
—¿Y fuiste por ahí con la misma ropa dos días? —me mira de arriba abajo.
—Lo siento, debí avisarte que saldría.
Creo que sigue molesto por saber que me enamoré de Nelly, no es conveniente que sepa que me he visto con ella y que planeo hacerlo de nuevo, no solo una vez, todas las que se puedan.
—Como sea —suspira —. Mañana nadie saldrá de esta casa, Antonio y Naomi llegan mañana y quiero que estén aquí.
—Está bien, papá.
Miro a Seth que parece no le importa mucho lo que diga mi padre. Jared se da media vuelta pero me voltea a ver por encima de su hombro.
—Y Nate.
—Dime.
—No desaparezcas así.
—Entendido.
Subo las escaleras para ir a mi habitación, al entrar cierro la puerta y me tumbo en el colchón, saco el celular y le mando un mensaje a mi bella flor.
Yo:
Apenas te he dejado y ya te extraño demasiado mi bella flor.
Bella:
Somos un par de enamorados entonces, te extraño Nate.
Yo:
Me lo he pasado muy bien estos dos días. Quisiera estar contigo en estos momentos.
Bella:
Pronto estaremos juntos, lo prometo.
Yo:
Lo sé, pero...me voy a dar una ducha y cambiarme de ropa, te amo.
Bella:
Voy a dormir, amor, te amo.
Dejo el celular encima de la cama y me meto al baño, las caricias de Nell aún siguen en mi cuerpo, si cierro los ojos puedo sentir sus labios en mi piel, sus manos recorrer mi cuerpo y sus palabras cerca de mi oído. Esta maldita tortura me está matando y temo que mi sed por ella no sea saciada de inmediato.
Camila.
Nelly golpea a Igor, le da una patada en la cara y este agarra su tobillo haciéndola caer al suelo de boca, parece que se ha golpeado la mejilla, veo como se retuerce en el suelo intentando zafarse de esos grandes brazos que parecen tenazas. Igor no tiene compasión por ella y la golpea una y otra vez, no le importa que sea mujer.
—¡Vamos Nelly! ¡Acaba con él! —la animo para que le rompa la madre a ese ruso de mierda. Nelly le mete una patada en el estómago que lo hace caer, ella se pone de pie rápidamente pero este reacciona y se va contra ella con todo, los dos caen al suelo, Igor se coloca a horcajadas encima de Nelly y lanza puñetazos, los cuales ella esquiva y se protege con ambos brazos.
—Nelly vamos —le escucho decir a Alek a mi lado que se muerde las uñas.
Nelly está debajo de ese mastodonte que mide el doble que ella y mucho más fuerte también, pero eso a mi amiga no le importa, sé que ella acabará con él.
Nelly grita de coraje y se suelta de Igor dándole justo donde las arañas hacen su nido, donde no le da el sol, creo que Igor no tendrá descendencia, todos los que estamos aquí soltamos un "uh" de dolor, se coloca encima de él y ahora es ella la que le da con todo a él.
—Ya basta, basta —Alek detiene la pelea ante el enojo de muchos —. Sé que les gusta la sangre pero este pobre amigo necesita hielos —lo dice por Igor y el golpe ahí abajo y los demás golpes en el rostro.
—¿Estás bien? —Nelly se acerca a mí, se quita las vendas y le entrego el agua.
—Ya sabes, las heridas se borran —lo dice por la gran herida que tiene en el labio.
—Creo que estar con Nate te ha hecho bien —le susurro para que nadie más escuche. Ella se sonroja, más de lo que ya está.
—Creo que sí —se encoge de hombros.
—Cami te buscan —Nell y yo volteamos a ver a Pete quien es quien me ha llamado.
—Voy —Pete asiente con la cabeza y se aleja, miro a Nell.
—Anda ve.
Me doy la vuelta y subo las escaleras, salgo de la casa y en el patio veo a...
—¿Castiel? —al verme camina hacia mí. Bajo los escalones y cuando estamos frente a frente lo que hace me deja sin habla. Él no dice solo me abraza, me aprieta y me hace sentir un poco mejor.
—¿Qué haces aquí Castiel?
—Ya no puedo con esto Cami, esta separación es horrible, estoy viviendo un infierno en la tierra, ya no puedo estar sin ti, ya no quiero estar sin ti Camila Rose.
Lo separo un poco de mí, me duele.
—Yo...no sé que decir.
—No digas nada, por favor, vamos a hablar.
—Es que...—miro por encima de mi hombro, me agarra delicadamente de la barbilla y me hace mirarlo a los ojos —. Yo...—no quiero admitirlo pero él me descompone en un instante.
—Camila, yo te amo —su voz se quiebra —. Te amo y no quiero estar sin ti, no puedo. Joder Camila, no sé que has hecho conmigo pero no puedo estar lejos de ti.
—Castiel, no te das cuenta que estamos en bandos diferentes, tú eres amigo, casi hermano de Seth y yo en este momento lo odio tanto que si pudiera lo mataría con mis propias manos —empuño las manos y él las toma entre las suyas.
—No sé porqué y no me importa Cami.
—Yo le soy fiel a Vera y a...—me quedo callada cuando veo que él ya no me mira a mí sino que mira algo por encima de mi hombro.
—No quiero meterme en esto que no me importa pero —volteo a ver y Nelly está detrás de nosotros, Castiel está muy sorprendido.
—¿Nelly? —parece que ha visto un fantasma.
—Hola Castiel —le dice ella bajando los escalones de la casa, sigue muy exhausta, su rostro está rojo y en el cuello trae una toalla blanca.
—Pero tú...—Cas me mira —. Ella estaba...
—Cierra la boca —cierro su boca con dos dedos y me doy la vuelta hacia Nelly que se detiene frente a nosotros.
—Mira Cami, sé que esto no me incumbe, que no es mi asunto pero...
—No lo digas —le advierto y me cruzo de brazos y frunzo el ceño.
—Déjame hablar, Camila, además tú me hiciste secuestrar a ya sabes quien para que estuviera con él.
—Ni me digas nada, zorra descarada, bien que te gustó.
—Camila —Castiel no entiende nada.
—Me meto porque sé cuánto extrañas a Castiel y cuanto lo amas.
—No hables Nelly, no hables.
—¿Tú me extrañas? Porque yo te he extrañado demasiado a ti.
—¿De verdad? —me volteo a verlo, él asiente con la cabeza.
—A ver, sé que Castiel es amigo de Seth pero eso no debe importarte, lo que importa es lo qué tú sientes por él y lo que él siente por ti, además ya me voy a encargar yo de hundir a esa rata.
—¿Hablas de Seth?
—De quien más.
—No entiendo —Nelly y yo nos miramos.
—No hay mucho que entender, Seth...
—Cami no, deja que Seth le diga, eso no nos corresponde a nosotras, solo a él.
Asiento con la cabeza y me giro hacia mi chico rubio que espera.
—Vamos a otro lado.
—Sí, vayan a coger —dice Nell a mi espalda a lo que Castiel niega con la cabeza.
Yo no lo quiero admitir pero también he extrañado mucho a Castiel, estar con él era la mejor sensación de todas, ahora podemos hablar y aclarar las cosas de una vez por todas, ya sea con sexo o hablando, una de dos.
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