Día 12 | Alma de papel | Final
—Jimin, oscurecerá en unas horas, creo que deberíamos regresar.
—Un segundo, un segundo, ya casi termino.
Jimin con dos manos parecía volar sobre le teclado de su teléfono.
—Listo. Podemos irnos.
Antes de montarse a la moto de nieve, Jimin le dejó a Taemin lo que sería el último mensaje entre ellos. En muy simples palabras, tal como es él, le dejó escrito su necesidad de no seguir en una relación que lo dañaba. Aunque sabía que Tae había forjado sentimientos por él y en algún punto se sintió querido, también sabía que nunca se sintió seguro. Y eso necesitaba decirlo. Y lo hizo. Tal vez un mensaje de texto no era el mejor modo de cerrar un ciclo pero era el único que tenía en ese momento y si no lo hacía, no podría iniciar nada con Jungkook, así de simple.
Expuso su corazón cuando le dijo que cada “Tonto” que había salido de su boca había hecho un surco en su alma de papel. Qué dolía aún más sabiendo que Tae conocía su condición neurodivergente y aun así, jamás dejo de hacerle saber que ante sus ojos, él era un “tonto”. Y él no era ningún tonto, él tenía otros modos de pensar, de sentir y de manifestarse pero eso no lo hacía inferior y no fue hasta conocer a Jungkook que se enfrentó a la realidad entre alguien que se burlaba de sus diferencia a alguien que las sentía como únicas y adorables. Así lo hizo sentir Jungkook, especial. En tan solo unos días su autoestima había subido todos los escalones que Taemin le había hecho bajar con su mirada demoledora. No importaba que después llegara con rosas y disculpas, el surco estaba hecho. Escribir ese texto fue liberador para Jimin y cuando presionó el botón de enviar, se sintió libre y feliz, sintió que tenía ganas de jugar con la nieve, tirarse sobre ella y hacer miles de alas de ángeles fríos o correr como un cachorrito a los brazos de un hermoso hombre que lo miraba como si fuera único.
Por primera vez en toda su vida alguien frente a él no lo juzgaba ni se reía de sus “cosas raras” y que en más de una ocasión le había hecho sentir que él, era perfecto tal y como era.
Así era Jimin, distinto, diferente, un corazón noble que sentía pena porque autito estaba solo, que ordenaba todo objeto de menor a mayor y que probaba con la lengua el color de la cosas…
Ese era el Jimin por el que Jungkook comenzaba a sentir más que deseos de besarlo, él sabía que detrás de la belleza física había un alma bonita y especial que él deseaba conocer, cuidar y amar.
Está sería la Navidad que el universo había designado para que Jungkook, un solitario sin remedio, abriera su corazón y dejara entrar al dueño de los ojos más hermosos del mundo que había llegado en un autito rojo que quedó varado en la nieve y todo gracias a una bendita, bendita tormenta.
Fin
Un cuento de Caracola.
Publicado el 24 de diciembre de 2024
Así llegó a su fin esta historia y el reto de escritura de 12 días.
Le agradezco a Kitty_Kawaii_G por invitarme a jugar en esta dinámica.
El resultado fue lindo y disfruté escribiendo este cuento que por supuesto tiene mucho de mí y de mis "diferencias divergentes".
Gracias por acompañarme, por leer, por dejarme hermosos comentarios.
Ustedes son mi motor y combustible para seguir andando.
Ahhhhh
Una cosita antes de irnos....como aún no es la Navidad (12:05 en Córdoba) me voy a tomar el atrevimiento de escribir un regalito de Nochebuena para este cuentito... ¡¡Ya llega!!
♪♪♪Chritsmas i Love U♪♪♪
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