Día 11 | Mi sueño de Navidad
Casi a punto de abandonar la cafetería, la llamada de Taemin llegó. Jimin le hizo un gesto a Jungkook como diciendo «¿ves? tenía razón»
Jungkook quiso retirarse pero Jimin lo sostuvo del brazo y no se lo permitió, él quería que Jungkook escuchara lo que iba a decir.
A través del móvil, podía escucharse la voz del novio demandante y enojado, al parecer no era una llamada de disculpas, Taemin seguía enojado y su tono iba en aumento.
—Deja de gritar, Tae —Jimin intentaba dialogar pero del otro lado no le daban la oportunidad.
Él miraba a JK y ante cada cosa que Taemin le gritaba y negaba con la cabeza, sentía una rara mezcla de vergüenza y culpa, había pasado por tantas situaciones iguales a estas que había perdido la cuenta.
—Si no dejas de gritar, cortaré la llamada y te juro por todo lo que no creo, que me deshago de este número y no volveremos a hablar nunca más.
—¡Lo sabía, eso es lo que quieres! —Bajó la voz—¿quieres dejarme?
—¡Contéstame, Jimin! —gritó de nuevo.
Aunque Jimin no hubiera activado el altavoz las quejas de Tae se podían escuchar estallando el teléfono.
—¿Puedes calmarte? Así no se puede hablar.
—Jimin, si no vienes, te juro que esto se acaba, y muy mal —Puso acento en ese "muy"—voy a hacer que lo lamentes para siempre…
—Primero tendrías que encontrarme. ¿Y sabes algo? No podrás… se acabó Tae. Así no me trata nadie. Menos tú.
—Regresa a mí, Jimin.
—No.
—¿Dónde estás? Dime ya mismo donde estás, iré por ti.
—Estoy en…
Miró a su alrededor, Jungkook creyó que buscaba la dirección del lugar y sintió angustia anticipada, le daría la dirección de donde estaban, luego ubicación, vendría a buscarlo y …
—... en una cafetería —Era obvio que contestaría literal en donde estaba en ese momento— es bonita, tiene Wi-Fi.
—Jimin, por una vez en tu vida, deja de ser tan tonto y envíame la ubicación.
—No soy tonto, soy perfecto.
Jungkook le besó la manito.
—Entonces dime donde estas así voy por ti.
—Ya te lo dije, estoy en una cafetería. Ahora, porque en un rato alguien me llevará al cielo, así que Tae… no vengas por mí.
Cortó la llamada y se acercó a Jungkook con ojos de cachorro.
—Le dije cosas.
—Hiciste bien, ángel, estoy orgulloso de ti.
—Dime qué no soy un tonto.
—Eres perfecto, Jimin.
Él menguó sus ojitos al sonreír y Jungkook lo besó, un beso húmedo y sentido que Jimin devolvió con un gemidito de bebé.
—Eres un sueño, Jimin, mi pequeño sueño de Navidad.
Ahhh, mis bellos amores eligiéndose una vez más en mis historias... Son tan lindos.
¡Mañana último capítulo!
Lola 🧉
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