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02

Tres días habían pasado desde aquella reunión.

Taehyung podría asegurar que jamás había sentido un celo tan fuerte como el que acababa de terminar.

Yoongi había ofrecido su ayuda, pero el Omega se había negado, lo único que podía hacer era sentir como su lobo llamaba al lobo de Jeon, implorando que fuese por él.

Su cuerpo ardió durante esos tres días, cada vez que se tocaba cerraba sus ojos para imaginar que era el alfa azabache quien estaba recorriendo su cuerpo, gemía su nombre descontrolado.

Yoongi se encargó de desocupar esa parte de la mansión para que nadie escuchara a su esposo implorar por otro hombre, sería un desastre que alguien se diera cuenta de la farsa que habían llevado durante años.

Una vez todo había acabado, tomó un baño y salió decaído de la habitación en busca de su esposo, el cual encontró en la sala, completamente absorto en sus pensamientos.

—Yoongi— lo llamó.

El pálido se levantó de inmediato hacia el Omega, revisándolo, escaneando que se encontrara bien, escucharlo romper cosas dentro del lugar lo había mantenido bastante intranquilo.

—Ya pasó todo Tae —dijo acariciando su mejilla.

—No pasó Yoon, sentí que me volvía loco, aún ahora después que mi calor pasó, siento que perderé la cabeza si no lo veo otra vez —su voz se quebró.

El alfa se sentía desesperado al igual que él, también necesitaba ver al pelirosa, pero era imprudente presentarse ahí sin una invitación, aún así no se quedaría esperando mientras Taehyung sufría y él mismo sentía morir por la lejanía de su Omega.

—Lo solucionaré Tae —dijo apresurado— Te quedarás aquí, yo resolveré esto.

El Omega lo observó irse, mientras un mal presentimiento comenzaba a formarse en su interior.

Al llegar a la mansión Jeon, no fue necesario presentarse, todos lo reconocían desde la fiesta y le dieron libre acceso, ambas manadas eran aliadas.

Se aproximó a la entrada y encontró a Jimin saliendo del lugar, el cual lo observó sorprendido de verlo frente a él.

—Un placer volver a verlo, Omega Jeon ... vine porque debo hablar con su esposo —dijo serio. 

—Bienvenido Alfa Min, me temo que no será posible.

Mi esposo se encuentra indispuesto — habló simple — dígame que necesita, le ofreceré un café.

Alfa y Omega fueron hacia la cocina de la casa, el personal tenía un día de permiso y no se encontraba ahí.

Jimin sirvió una taza de café junto con unas galletas que él mismo había preparado y se sentó frente al Alfa.

—No daré Rodeos Omega, ambos sabemos lo que pasa aquí.

Tae paso un celo bastante desafortunado. No me permitió ayudarle... ¿sabes a quién llamaba no?

—Lo sé —hablo bajo— Jungkook también estuvo en celo y lo llamó —finalizó—el lazo es fuerte, aun viéndose solo una vez sus lobos se reconocieron, los están lastimando —dijo triste.

Min se levantó de su lugar y se acercó a Jimin, quedando frente a él.

—Yo también me estoy volviendo loco Omega... solo soy más fuerte al parecer...no sé cuánto podré controlarme — habló peligrosamente cerca de sus labios.

La cordura abandonó por completo al Omega, quien jaló de la nuca del pálido para juntar sus labios en un beso descuidado y deseoso de placer.

Jalando sus cabellos y lamiendo sus labios apresuradamente, como si su vida dependiera de ello.

Los dedos temblorosos del alfa, quien sentía que no tenía control de su cuerpo, fueron hacia la pretina del pantalón del peli rosa, tocando el borde, buscando algún ápice de rechazo de parte del chico, quien estaba con sus ojos cerrados, solo disfrutando cada beso y cada tacto.

Sin previo aviso, el alfa bajo sus pantalones y desvistió la cintura del contrario para subirlo sobre la mesa y juntar sus pelvis frotando ambas intimidades descaradamente, sin ser consciente de que sus lobos habían tomado por completo el control y estaban dispuestos a todo.

Se necesitaban, añoraban más, descubriste por completo y reclamarse de todas las maneras posibles.

—Tómame Alfa — Suplicó.

Esa sola petición fue suficiente para hacer que el mayor se alineará en la intimidad del peli rosa e ingresara en él por completo, sacando un gemido placentero por parte de ambos y comenzando la entrega de forma pasional, tocando todo a su paso y gimiendo sus nombres tan fuerte que cualquiera podría oírlos.

Embestía profundo, mientras sus manos sostenían la delicada cintura y su boca se apoderaba de sus labios, descendiendo por su mandíbula hasta llegar a su cuello, dónde puso total esmero por dejar sus marcas y humedecer con su saliva.

Sus olores estaban mezclados y estaban seguros de que cualquiera podía oler ese encuentro a kilómetros, la casa estaba inundada de sus aromas.

— Dame tu nudo alfa—demandó nuevamente el omega.

Esas palabras terminaron con la poca conciencia que le quedaba a Min, sabía que era una locura, que esto cambiaba por completo todo y sin querer arrastraba a Tae a todo este embrollo, pero era tarde, su lobo había encontrado a su mate y teniéndolo así, bajo él pidiendo por su nudo no sería algo fácil de ignorar, no si se lo estaba demandando el lobo del Omega.

Los dientes del alfa salieron a la luz en el momento exacto que su orgasmo llegó al punto más alto, mientras su nudo se formaba y llenaba la intimidad por completo.

Enterró profundo aquellos en el cuello del Omega que se deshacía en sus brazos, mientras su lazo era lamido y sellado por completo.

Jadeantes y satisfechos por aquel acto, se daban caricias y besos mientras el nudo bajaba y las respiraciones se calmaron.

Se observaron a los ojos, conscientes de lo que habían hecho y de todo lo que tendrían que enfrentar desde ahora.

No sé sentían arrepentidos, más bien, era como si las piezas del puzle al fin hubiesen encajado dónde debían estar.

—Eres mío Omega — recalcó el alfa con posesividad.

—Desde ahora y para siempre Alfa— respondió sin rodeos.

Un beso tierno y delicado tomó lugar, uno que sellaba al fin el encuentro que se había llevado a cabo en ese lugar.

—¡Que esto Jimin! Maldito Omega zorra! — gritó el viejo Jeon, quien había llegado en el momento exacto para ver cómo se cometía la traición contra su hijo.

El grito sobresaltó al Omega, haciendo temblar en su sitio preso del pánico que siempre había tenido cuando ese hombre se hacía presente.

Por instinto, Min se puso frente a el adoptando una actitud dominante y protectora, haciendo entender solo con la mirada que cualquier paso en falso contra su Omega, le iba costar la vida al contrario.

Uno de los guardias vio la situación, habia sido testigo en reiteradas ocasiones como el viejo Jeon, había ofendido al Omega de su líder y las palabras hirientes que siempre tenía para el, estando seguro de que esta vez sería mil veces peor,

Decidió dirigirse hacia la habitación de Jungkook y alertarlo de que un problema se estaba a punto de presentar en la cocina del lugar.

—Cuide sus palabras —demandó Yoongi—sabe que por ley puedo matarlo si lastima a mi Omega, no tendré piedad —aclaró.

—¡Quién te crees Min! —gritó colérico— es mi casa y ese Omega zorra es el esposo de mi hijo, el líder de la manada de Busán, al cual acabas de traicionar al tomar a este... traidor, como tu Omega, teniendo a tu esposo aún en casa —gritaba.

El alfa pálido se acercó lo máximo posible a él, enfrentando, con la mirada fija en sus ojos, sin un ápice de temor ante el mayor.

—¿Te enfrentarás a mí por esta puta?

En menos de lo que pudiese pestañear su cuerpo fue lanzado al piso y los golpes empezaron a caer sobre su rostro, sintiendo los gruñidos del líder de Daegu, mientras propinaba cada ataque sin detenerse, convertido por completo en una bestia, que solo pudo ser controlada cuando Jungkook lo sostuvo de sus brazos y lo apartó de su padre.

—Suéltame Jeon, este viejo alfa se atrevió a ofender a Jimin —decía tratando de liberarse—sabes que estoy en mi derecho de matarlo —recalcó.

Jungkook dio una rápida mirada a su esposo y pudo ver la marca en su cuello recién hecha, comprendiendo todo lo ocurrido y dejando salir el aire de sus pulmones.

Sabía lo que debía hacer, se lo había prometido desde que eran niños.

—Lleven a mi padre al calabozo —demandó —Esperarás ahí la decisión — finalizó.

El viejo alfa no tenía las fuerzas para debatir aquella orden, estaba muy herido y a su edad, no podía mantenerse en pie con todos los golpes que había recibido.

Los guardias se lo llevaron, dejando a los tres restantes solos en el lugar, mientras Jungkook observaba a la nueva pareja de forma comprensiva.

—Lo siento Jeon, sabes que esto sería inevitable.

El alfa azabache asintió.

—Lo sé, pero fueron descuidados, esto será un problema—se acercó a Jimin ante la atenta mirada de su ahora alfa—¿Estás bien Mimi? —acarició sus cabellos ganándose un gruñido de parte de Min—No me gruñas alfa tonto, Jimin siempre será mi mejor amigo, no podrás contra eso —recalcó.

Min Yoongi solo sonrió por eso, tenía razón, era lo mismo que pasaba con Tae, ellos siempre tendrán ese vínculo de amistad.

—Lamento que las cosas pasaran así Jungkook, no quise generar todo esto...no pudimos evitarlo...

El pelinegro asintió, volviendo a tener su atención en el que aún era su esposo.

—Estoy bien Kook, aunque ahora creo que soy un traidor infiel — hablo con una sonrisa nerviosa— Perdóname, sé que haríamos las cosas con calma, pero-

—Tranquilo, ya no digas más, no me expliques, ambos sabíamos que esto iba a pasar, si no eran ustedes dos, sería yo y... Tae —dijo observando a Min.

Recién en ese momento el pálido recordó a lo que iba y se sintió avergonzado por el rumbo que tomó todo, aunque no se arrepentía, por primera vez en su vida se sentía completo.

—De hecho venía por Tae...

Creo que las cosas se desviaron solo un poquito — sonrió.

La mirada preocupada del azabache se hizo presente.

—¿Sucedió algo con él? ¿Está bien? — preguntó apresurado.

—Lo está, al menos físicamente— respondió— Mira, seré honesto.

Acaba de salir de su celo, tres largos días que parecían interminables.

—Tú... — preguntó dudoso.

El Omega se alertó ante la respuesta, la sola idea le creaba un hueco en el estómago, aunque la pareja sabía que no tenían al menos para ese punto, ningún derecho en reclamar.

—No, no estuvimos juntos, pero si quise ayudarlo —aclaró—Tae se negó a que lo tocara, tuve que pedir que desocuparan la mansión, él no hacía más que pedir por ti — habló serio— me preocupe Jeon, lo escuchaba romper cosas, estaba descontrolado y temí por qué se lastimara.

Jungkook se sintió culpable, él también estuvo en celo, pero no pensó que para el Omega hubiese sido tan terrible.

—Hoy salió de su habitación — continuó hablando Yoongi—está decaído, se siente desesperado y eso es algo muy poco común en él, siempre ha sabido mantener a raya cada emoción y guardar la compostura — se sentía triste por su amigo— venía por ti Jeon, planeaba que llegáramos a una solución, aunque las cosas se desviaron, tomaron otro rumbo — sonrió hacia Jimin mientras tomaba su mano—no quiero verlo sufrir, jamás permitiría que algo le pasara, creo que lo entiendes, porque es lo mismo que lo de ustedes, tu protegerías a Jimin con tu vida, al igual lo haría yo con Tae.

—Quiero verlo —demandó— Déjame ver a mi Omega—su voz era grave.

Min Yoongi sonrió satisfecho.

—Eso quería oír Jungkook —dijo sonriente— tenemos que solucionar todo esto y dar el rumbo que corresponde a nuestras vidas.

Los tres asintieron ante eso y salieron del lugar, tomando rumbo hacia Daegu, dónde un nervioso Omega esperaba noticias de su esposo.

Los nervios hacían estragos en él, ya habían pasado seis horas desde que Min había salido de su hogar y no tener noticias de él lo mantenía preocupado.

Se encontraba en la sala cuando el olor de su esposo, se hizo presente.

Pero no venía solo, había algo más, otros aromas que podía reconocer perfectamente, más uno de ellos que estaba haciendo a su lobo saltar y dar vueltas como un adolecente enamorado.

Caminó con rapidez hasta ellos, encontrandolos en la entrada a los tres, percibiendo de inmediato el aroma extra sobre el cuerpo del alfa pálido.

—¿Yoonie? — habló expectante.

El alfa se acercó a él y tomó sus manos.

—Lo siento cariño... —soltó una de sus manos para atraer al Omega peli rosa hacia él— nuestros lobos son unos imprudentes —río.

Taehyung los observó calmadamente, comprendiendo de inmediato.

— Tú lo eres —respondió divertido—a papá no le va a gustar esto — su semblante se volvió temeroso.

No era un secreto para nadie en Daegu el temperamento del señor Kim, el mismo que hacía temblar a sus hijos solo con una mirada y al que muchos temían en el lugar.

—No va a tocarte ni un pelo Tae, te lo prometí cuando nos casamos, te alejaría de él y te cuidaría con mi vida.

Estoy enlazado con mi Omega destinado ahora, pero no cambia las cosas, lo de nosotros, nuestra amistad y protección sigue igual, no dejaré que se acerque a ti.

El Omega se sentía desprotegido por alguna razón.

Sabía que su amigo estaba ahí, pero esto cambiaba todo.

Si su padre se enteraba, era capaz de lo peor, sabía que lo culparía por no mantener a su esposo a su lado, cosa que no le importaba mucho, pero sí el hecho de que el alfa era un tanto violento.

Jungkook observó todo, manteniéndose al margen por unos segundos antes de percibir el olor a miedo del Omega, acercándose a él invadiendo con sus feromonas para darle un poco de tranquilidad.

Los ojos de Taehyung se cerraron, disfrutando de la atención y del aroma que lo envolvía, mientras los otros dos sonreían por la interacción tan bonita que se generaba entre esos dos, sin aún decir siquiera una palabra.

—Estoy aquí Omega, nada pasará — le dijo suavemente, mientras tomaba su mano con delicadeza.

Sus ojos se encontraron por primera vez desde su llegada y Taehyung podría jurar que jamás se había sentido tan en paz como ahora.

—Qué descortés soy — trató de distraer su atención, las ganas de lanzarse al alfa lo estaban matando — adelante, pasen, prepararé de comer para todos — sonrió.

Jimin se acercó a él por primera vez regalándole una sonrisa cálida, una que fue recibida de la misma forma por el contrario, casi automáticamente.

—¿Puedo ayudarte? 

—Me gustaría — hablo bajito.

Se sentía cómodo con el, era extraño considerando que era la primera vez que hablaban después de la fiesta, eso no era impedimento para sentir que se conocían de antes.

—Acompáñame por favor — pidió tomando la mano del peli rosa y caminando con él hacia la cocina.

Desaparecieron de la vista de los alfas, los cuales tomaron rumbo hacia el despacho de Min, debían poner en claro muchas cosas y decidir los pasos a seguir para evitar algún problema y que algunos de los omegas salieran lastimado.

—Aquí podemos hablar tranquilos Jungkook, no hay nadie más en la casa que nosotros cuatro — dijo tomando asiento y  haciendo una seña para que el contrario hiciera lo mismo.

—Bien — respondió—está claro que Jimin ya no puede volver conmigo a Seúl, y tampoco puedo llevar a Tae, no hasta que pueda concretar mi divorcio sin problemas y sin que Jimin se vea involucrado en una disputa con el consejo.


¿Que piensan de lo que pasó entre el yoonmin?

Espero sus comentarios, gracias por leerme siempre 

🌸 ErLith_ 🌸 





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