Cap. 44: Problemas estomacales
Bellwood, Nueva York
Hoy era uno de esos días en los cuales el orgullo de Ben Tennyson era pisoteado en gran medida. En un depósito desconocido, el héroe se encontraba atado de cabeza con una cinta rosa alrededor de todo su cuerpo; incluyendo su muñeca, impidiendo que pueda escapar usando su Omnitrix. Debajo de él, una canasta rosa con varios gatos lo esperaba si lograba salir de su trampa.
La responsable de todo esto era una chica japonesa con cabello morado oscuro atado en una cola de caballo, cuya punta era morado claro. Tenía puesto un vestido sin mangas rosado, con blanco en la parte delantera; el mismo terminaba en un borde de peluche morado. Tenía un collar rosado con cascabel en el cuello; manos de gato blancas, con el antebrazo de peluche igualmente morado, como guantes; medias rosadas largas, y zapatillas también rosadas con moño de peluche morado. Traía puestas unas orejas de gato rosadas, con relleno de peluche blanco dentro; gafas con marco rosado; y sus labios también eran rosados, además de dos líneas del mismo color en cada una de sus mejillas.
La chica recién descrita se acercó hacía Ben mientras veía cómo este forcejeaba para salir, a la vez que ponía sus manos en la cintura.
– El gato salió de la bolsa, Tennyson, gracias a mi querido ejército miau, miau. Ben puede estar por pedir la caricia de su nueva ama: Nyancy-chan.
Luego, la nombrada Nyancy-chan levantó tres gatos del cesto y los hizo subir por el cuerpo del héroe. Cabe aclarar que estos gatos tenían espirales en sus ojos, en señal de que estaban siendo manipulados.
Ben escupió un poco de pelo de gato que entró en su boca, y hubiera hecho algún chiste sobre el asunto de no ser porque la Chica de Acero, Supergirl, entró rompiendo el techo del lugar donde estaban. Flotando en el aire, se ubicó al lado del atrapado Ben.
Supergirl: Nyancy-chan, le das una mala reputación a los japoneses. Compórtate, o te obligaré a hacerlo.
Ben: Espera, ¿sabes quién es ella?
Supergirl: Ya lo sabes, Nyancy-chan. La chica que controla a los gatos.
Ben: Sí, la dama gato – dijo mientras recordaba – Eso es algo estrafalario.
Supergirl: No puedo discutirlo – dijo estando de acuerdo.
Ben: Muy bien, hagámoslo – luego se dirigió a la villana – Espero que no tengan rociadores en el Vacío, Nyancy.
En ese instante, la kryptoniana usó su fuerza y arrancó sin problemas la cinta donde estaba atrapado Ben, cayendo cerca del cesto y haciendo que lo gatos salgan corriendo.
Supergirl: Porque has sido una gatita mala.
Nyancy-chan: ¡Inicio la devastación y suelto a los gatos de la guerra!
La villana con temática de gato señaló una jaula con cinco tigres dentro. Dicha jaula se abrió, y los felinos se acercaron al dúo mientras gruñían.
Ben: Tú escoge, Kara. ¿La dama o los tigres?
Supergirl: Creo que lo correcto sería la dama.
Con eso, la Chica de Acero voló por encima de los tigres mientras Nyancy-chan huía. No le costó nada a Supergirl tomarla del cuello de su traje como si de un gato se tratase.
Nyancy-chan: ¡Miau! – luego volteó hacia Kara – Supergirl, realmente no quieres arrestarme, ¿verdad? – dijo intentando sonar tierna.
Supergirl: ¿Lo crees? – dijo con una sonrisa confiada – Además, me gustan más los perros.
Nyancy-chan: Rayos. Pamplinas – dijo frustrada y cruzando sus brazos.
De mientras con Ben, los tigres se acercaban a él como asechando a su presa. El héroe sólo sonrió ante esto.
Ben: Hah, no necesitaré a los más pesados – activó el Omnitrix y se transformó en su forma Gourmand.
Upchuck: Sólo a los que comen mucho.
Ben cargó contra los cinco felinos, sacó sus cuatro lenguas, y se los engulló a todos y cada uno. Sin embargo, sintió un malestar en su estómago y los escupió a los cinco envueltos en baba verde. Los pobres tigres quedaron, aparentemente, traumatizados mientras lamían la baba de sus pelajes.
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Más tarde, Ben contactó a su abuelo Max e hizo que un grupo de Plomeros se llevaran detenida a Nyancy-chan. A las pocas horas, estos arribaron en una nave.
Nyancy-chan: ¿Un tribunal galáctico? – dijo mientras subía esposada a la nave – Y-Yo sólo estaba tratando de tomar una ciudad pequeñita.
– Muévete.
Ben y Kara se quedaron allí para ver cómo la nave despegaba, llevándose a la villana directo a un aparente juicio espacial. Luego, la kryptoniana se volteó hacia Ben.
Supergirl: ¿Estás bien? No creo que sea bueno comer tigres enteros, es asqueroso.
Upchuck: No. Cuando soy Upchuck, sólo como maleantes de desayuno – sin embargo, el héroe comenzó a sentir otro malestar en su estómago.
Supergirl: Sí, ya veo.
Upchuck: No, algo anda mal – dijo con sus ojos muy abiertos y brillando verde – Como si millones de estómagos repentinamente chillaran de hambre – luego, cayó de espaldas al suelo, para volver a su forma humana después.
Supergirl: ¡Ben! – dijo mientras se agachaba para ayudarlo.
Ben: Vamos, Kara – dijo tomándose el estómago – Tenemos que viajar – la Chica de Acero quedó con una expresión de extrañez en su rostro.
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Supergirl: Peptos XI.
Ben: El hogar de los Upchucks.
Más adelante, a bordo de una Javalina de la Liga de la Justicia, Ben y Kara estaban de camino al mencionado planeta. El héroe pilotaba la nave mientras la kryptoniana revisaba la información sobre la especie de Upchuck.
Supergirl: De acuerdo a esta base de datos de los Plomeros, hay dos subespecies de Gourmands: los Murks y los Perks.
Ben: ¿Algo que explique mi dolor de estómago?
Supergirl: Dice que los Gourmand comparten gastronomía.
Ben: ¿Algo que explique lo que acabas de decir?
Supergirl: La misma alimentación. Los estómagos de los Gourmand están ligados a una vejiga trans-espacial, razón por la cual comen tanto.
Ben: Qué asco.
Supergirl: Sí, es asqueroso. Pero a la vez increíble, este gran universo no deja de sorprenderme.
En ese momento, la Javalina salió de la velocidad luz al llegar al espacio de Peptos XI. Sin embargo, apenas desaceleraron, una gran roca golpeó el frente de la nave.
Ben: ¿Qué fue eso?
Supergirl: Parecen escombros.
Ben: Entonces sostente – dijo mientras maniobraba entre algunas rocas, pero luego tuvo un mal presentimiento – Kara, ¿soy sólo yo, o eso parece...?
Supergirl: Sólo hay pocos sospechosos capaces de esto – dijo mirando una lista – Vilgax, Aggregor, incluso los Highbreed...
La kryptoniana se vio interrumpida cuando algo golpeó la Javalina por detrás. Estas eran tres naves doradas con partes verdes y motores morados, las cuales disparaban láseres rosados. Una transmisión llegó a la nave de los héroes.
– Nave desconocida, este es el teniente Rana de la celebrada Legión Calavera. Prepárense para la gloriosa destrucción a manos del Imperio Incurseano.
Ben: O podrían ser los Incurseanos.
Supergirl: Justo iba a nombrarlos.
Ben: ¿Qué están haciendo aquí? – otro impacto se sintió en la nave.
Supergirl: Conduce primero, pregunta después.
Ben: No lo sé, una batalla espacial es algo que disfrutaría. ¿Quieres tomar el mando?
Supergirl: ¿Crees que sea prudente?
Ben: Claro, Jetray resolverá esto – activó su reloj, pero se convirtió en Necrofriggiano.
Frío: O Frío, supongo.
Ben se hizo intangible y salió de la nave, al mismo tiempo que Kara tomaba el timón de la Javalina.
Supergirl: Y así comienza – dijo resignada.
Ben logró congelar dos de las naves, haciendo que se salieran de curso y pasaran a sus costados. La tercera abrió fuego contra el héroe; pero Ben voló por debajo, se hizo intangible, y apareció enfrente del Incurseano que la pilotaba. Este se cubrió asustado de un hipotético ataque.
Frío: ¿Son tus controles?
El héroe tomó con su mano el timón de la nave y lo congeló, haciendo que también salga de control y explotara la cabina. Una vez hecho eso, Ben regresó a la Javalina y se sentó en el asiento de copiloto, al tiempo que volvía a su forma normal.
Ben: Listo. ¿Eso fue imprudente?
Ben intentó presumir su pelea a su novia; pero vio que ella estaba ocupada manteniendo nivelada la nave, ya que uno de los impactos la dañó en medida.
Ben: Mira, allá hay un planeta que sigue completo – dijo señalando un planeta rosado.
Supergirl: La nave recibió muchos disparos, no sé si resista el ingreso al planeta.
La Javalina logró entrar en el planeta, pero la fuerza de gravedad fue mucha para que Kara lograra mantener estabilizada la nave. Aún así, logró hacerlo al estar al borde del suelo, haciendo que la caída no fuera tan grave.
Ben: Asombroso. ¡Lo hicimos, Kara!
Supergirl: Si te refieres a que yo hice todo; entonces sí, lo hicimos – dijo un tanto molesta.
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Unos momentos más tarde, Ben y Kara estaban caminando por el planeta buscando a los Gourmand. El súper oído de la Chica de Acero logró captar varias voces a lo lejos, y cuando llegaron se sorprendieron de lo que encontraron.
Supergirl: Ben, tu estómago nos avisaba de una gran invasión.
Dos acorazados Incurseanos se encontraban detrás de un gran ejército de los mismos; mientras que los Gourmand, divididos en Perks y Murks, estaban reunidos al frente de las ranas alienígenas.
Los que más peleaban eran los Murks; que atacaban a los Incurseanos con unos tenedores que usaban como armas y platos que tenían como cascos, disparando su baba, o atrapándolos con sus lenguas. Los Perks, que estaban armados con cucharas y llevaban tazas de metal como cascos, sólo se defendían si los Incurseanos se acercaban a ellos.
La atención del dúo neoyorkino se centró en un Murk que huía hacia su grupo, evitando varios ataques de los Incurseanos. Sin embargo, una explosión se produjo detrás de él, lo hizo caer al suelo, y pronto se vio rodeado de varias de las ranas armadas.
El Murk levantó los brazos en señal de rendición, pero Ben y Supergirl salieron detrás de los Incurseanos para salvarlo. Ben se transformó en Eco Eco, se dividió en dos, y se llevó cargando al Gourmand. La Chica de Acero aterrizó en medio de las ranas, y dio una sonrisa divertida.
Supergirl: Es demasiado fácil.
La kryptoniana dio un gran golpe al suelo con su puño, lo que provocó una onda de choque que hizo caer a todos los Incurseanos. Luego, con su visión de calor, comenzó a destruir varias de sus armas.
Cuatro Incurseanos lograron tomar algunas antes de que Kara las hiciera polvo y abrieron fuego contra Ben. Este se dividió en una tercera copia, la cual se dividió en otras seis más y se pararon frente a ellos.
Eco Eco: Ranas, están en serios problemas.
Los Eco Eco dieron un gran grito sónico que alejó a todos los Incurseanos en el aire. Luego, las copias volvieron a ser sólo una y salió corriendo detrás de las dos que cargaban al Gourmand.
Un Incurseano logró tomar su arma para dispararle a Ben, pero Supergirl logró golpearlo en el suelo y lo dejó inconsciente. Mientras, el tercer Eco Eco se unió a los otros dos mientras la Chica de Acero también los alcanzaba en el aire.
Eco Eco 1: Descuida...
Eco Eco 2: ... Te llevaremos...
Eco Eco 1: ... De vuelta...
Eco Eco 2: ... Con tu grupo.
Los Eco Eco llegaron con los Gourmand y arrojaron al que traían con ellos. Luego, Ben volvió a su forma humana.
Ben: No tiene que agradecerme.
– ¿Tú estás loco? ¡Soy un Murk, me regresaste con los Perks!
Efectivamente, Ben miró mejor y se dio cuenta que el Gourmand tenía razón, si la piel totalmente verde de los otros indicaba algo. Los Perks apuntaron al Murk y al dúo con sus cucharas después de eso.
– ¿Dónde conseguiste a estos alienígenas? – preguntó uno de los Perks.
– ¿Qué hacen? ¿Están aliados con el enemigo? – el Murk se levantó para contestarle.
– Oh, basta de escupir tanto Perk. Son Ben Tennyson y Supergirl – el mencionado apuntó su Omnitrix para enfatizar, Kara hizo lo mismo con el logo en su pecho.
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Después de esa confusión, el Murk llevó a los héroes hasta lo que parecía ser un coliseo, donde estaban discutiendo un representante de ambas especies de Gourmands.
– ¡Es tiempo de actuar! – dijo el representante Murk – ¡Los Perks piensan mucho, Cookmeister!
Cookmeister: ¡Ustedes, los Murks, actúan demasiado, Lanza Hierro!
– ¡Sí, como un Perk! – se escuchó desde las gradas.
– ¡Como un Perk, sí!
– ¿¡A quién llamas Perk, Murk!?
Ben: ¿Seguro que el Imperio Incurseano es su enemigo? – le preguntó al Murk después de ver toda la discusión.
– Lo sé. ¿No son irritantes? – luego levantó su pequeña mano para saludar a ambos héroes – Soldado Bolsa Café, aprecio su ayuda aquí aunque se hayan equivocado.
Ben: ¿Qué sucede aquí?
Bolsa Café: ¿Esto? Los líderes están exhaustos, la reina Rumbletum fue capturada por una tropa de Incurseanos anoche.
Cookmeister: Los Murk no quieren seguir la pelea. Debemos ejecutar el Plan Omega antes que sea muy tarde. ¡Hay demasiado en riesgo!
Perks/Murks: Mmm... comida – dijeron todos mientras sacaban sus lenguas y frotaban sus panzas.
Supergirl: ¿Plan Omega?
Bolsa Café: Uno muy grande, sólo la reina puede ordenarlo.
– ¡Hay que pensar en la reina!
– ¡Hay que pensar en la reina!
– ¡Los Murk estorban!
Cookmeister/Lanza Hierro: ¡Orden! ¡Silencio!
Ben se quedó pensando en una forma de solucionar este conflicto. Rápidamente tuvo una idea, activó su Omnitrix, y se convirtió en Upchuck Murk. Luego, se reunió con los de su especie.
Upchuck Murk: ¡Oigan, cállense todos! – dijo en medio del griterío.
Después de eso, el héroe volvió a hacer lo mismo pero con su forma Perk.
Upchuck Perk: ¡Sí, callados! ¡Vamos a oírlos!
Ben se dirigió hasta el escenario luego, volvió a su forma normal, y se ubicó en medio de Cookmeister y Lanza Hierro.
Ben: Hola, soy Ben Tennyson. Salvé al universo varias veces – saludó a todos los Gourmand – Unos son Perks y otros son Murks. ¿Y qué? Yo soy humano y mi pareja es una kryptoniana. No siempre concordamos, pero lo arreglamos – dijo intentando juntar a los líderes.
Lanza Hierro: Seré el líder de la misión para traer a la reina hoy.
Ben: ¡Sí! – dijo con el puño al aire – ¿Quién nos sigue?
Cookmeister: Tienen que estar bromeando. Si no ejecutamos el Plan Omega, atacaremos al enemigo directamente.
Perks: ¡Sí!
Supergirl: Eso sería menos riesgoso. Además, hay otras maneras – dijo parándose al lado del líder Perk.
Ben: ¡Se llevaron a la reina de los Upchucks, mujer!
Murks: ¡Sí! – dijeron ubicándose atrás del héroe.
Supergirl: ¡Si los Incurseanos ganan, la reina se quedará sin reino!
Perks: ¡Sí! – dijeron ubicándose atrás de la Chica de Acero.
Ben: Genial, que sea a mi modo.
Supergirl: No, Ben.
Ben: ¿Ah?
Supergirl: Mi decisión es firme – dijo con las manos en la cintura.
Ben: Bueno, también la mía.
Los Perks y los Murks se ubicaron a los costados del escenario. Luego, tanto los héroes como los líderes marcharon en direcciones opuestas listos para cumplir con sus ideas. Pero antes, Ben se dirigió a su novia.
Ben: Oye – Kara volteó a verlo – Buena suerte.
Supergirl: Igualmente, Ben – dijo giñándole un ojo.
Con todo dicho y hecho, la Chica de Acero se fue con Cookmeister y los Perks; mientras que Ben se fue con Lanza Hierro y los Murks.
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Acorazado Incurseano
Dentro de una gran nave Incurseana en el espacio, apareció una chica rana de ojos rojos, dos lunares debajo de cada ojo, y una marca en la frente. Vestía con un traje morado que terminaba en falda con líneas negras. Tenía medias largas blancas, y botas moradas con una línea negra en medio. Traía guantes grises y un cinturón con bolsas blancas. En su cuello portaba una bufanda blanca con las puntas para atrás. En su cabeza, traía una gorra de aviador morada con gafas del mismo estilo negras con una línea rosada en cada lente.
Esta era la princesa de los Incurseanos e hija del emperador Milleous: Attea.
Attea: ¡Raff! ¡Raff!
Raff: Aquí estoy, princesa Attea.
El mencionado se presentó detrás de la Incurseana. Tenía un rostro plateado metálico, con la parte superior rosada, como revelando su cerebro. En medio de este, había un círculo plateado. Su vestimenta iba de una túnica morada oscura, con una línea morada más clara bordeando el medio, y la misma también tenía cuello plateado. Sus guantes igualmente eran morado claro, y tenía brazaletes plateados.
Attea: ¿Cómo me llamaste? – dijo levemente irritada.
Raff: Perdone, generala Attea. Princesa, Vástago Adolescente Suprema del inmortal Imperio Incurseano, comandante en jefe de la celebrada Legión Calavera.
Attea: Mejor. Haz algo útil y llama a mi papá. Dile que mi momento de gloria está por llegar.
Raff: Nunca la corregiría, comandante en jefe; pero el ejército Gourmand es más fuerte de lo que esperábamos.
Attea: Yo soy el líder de la flota, Raff; no tú. ¡Trae a la reina!
En un corto momento, dos soldados Incurseanos llegaron con la reina de los Gourmand. Esta era más grande que los demás, parecía ser de la raza Perk, y tenía muchas manchas verdes claro por todo el cuerpo. Sus ojos estaban achinados, y sus labios eran morados con un lunar debajo.
Los Incurseanos dejaron a la reina en el suelo, mientras esta se levantaba con sus pequeños brazos del mismo.
Reina Rumbletum: Oh, vaya, hola. He estado planeando el más grandioso banquete de victoria.
Attea: Vas a entregarme este planeta, bolsa de vómito; o pagarás las consecuencias.
Reina Rumbletum: Oh ho ho, eso lo cambia todo. Tú no estás invitada.
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Más tarde, debajo del acorazado, los Gourmand Murk estaban abordando el mismo desde la Javalina de los héroes. Estos subían a base de eructos, que servían como propulsores para los pequeños aliens. De mientras, los soldados Incurseanos llevaban de regreso a la reina a su celda.
Reina Rumbletum: No toquen mi real persona, debo distribuir los asientos. Oh, ¿a dónde me llevan?
Un piso debajo de ellos, los Murks asaltaron a unos guardias que custodiaban una puerta y tomaron sus armas. Siguieron avanzando hasta toparse con otro guardia, pero fue congelado por Ben nuevamente transformado en Frío; el cual salió siendo intangible de una pared.
Frío: Como comer pastel.
Murks: Mmm... pastel – dijeron mientras frotaban sus barrigas. Ben sólo se palmeó la cara.
El héroe vio a otro Incurseano huyendo y lo congeló a la distancia. Luego, tanto Ben como los Murks se acercaron.
Frío: A eso le llamo sangre fría.
Ben y los Murks iban a seguir su camino, pero una señal de radio llegó a un terminal en la pared. El héroe volvió a su forma normal mientras respondía.
Raff: ¿Quién está ahí? ¡Guardia de la estación 19, repórtese!
Ben: Ah... soy el guardia de la estación 19.
Raff: Soy el comandante Raff. ¿Todo está bien ahí?
Ben: Ah, sí, genial. Todos estamos bien aquí. Ribbit y, ah... – los Murks se palmearon la cara – bueno, sólo ribbit. Es que estoy súper emocionado por... el emperador. ¡Viva la guerra!
Raff: ... Bien, siga alerta. Raff fuera.
Ben y los Murks soltaron un suspiro de alivio al ver que el engaño funcionó. Siguieron su camino hasta llegar a un pasillo, en el cual el héroe se detuvo para ver mejor.
Ben: Cuando subí a la nave Incurseana, las celdas estaban... por acá.
Cuando Ben volteó a ver al grupo de Murks, estos estaban comiendo unas tuberías de metal. Uno intentó esconderla detrás de su espalda, mientras el héroe sólo negó con la cabeza gacha.
Los Murks noquearon con sus tenedores por detrás a otros guardias Incurseanos, tomaron sus armas, y entraron en la celda de la reina Rumbletum.
Lanza Hierro: Manténganse congelados.
Murks: Mmm... congelados.
– ¡Sargento Lanza Hierro!
Uno de los Gourmand señaló a la reina, la cual parecía estar en animación suspendida en lo más alto dentro de un rayo rosado.
Lanza Hierro: ¡Está inmovilizada, sácala de allí!
El Murk al cual le fue ordenado liberar a su reina lo hizo golpeando su tenedor en los controles del rayo. Este se apagó, y los Gourmand se pusieron debajo de la reina para atraparla. Sin embargo, esta fue muy pesada para los Murks y cayó al suelo.
Lanza Hierro: Atrás, la reina necesita aire.
Reina Rumbletum: Ay, ay, ay, qué golpazo – dijo tomándose la cabeza – ¿Y qué pasó?
Lanza Hierro: No se preocupe, alteza, la sacaremos de aquí – dijo debajo de la reina.
– Ben Tennyson.
Repentinamente, Attea y varios soldados Incurseanos ingresaron a la celda de la reina y acorralaron al héroe y los Gourmand.
Attea: ¿Realmente crees que puedes escurrirte en mi nave sin que lo sepa?
Ben: Espera. ¿Attea? – dijo sorprendido.
Attea: Ajá, más vieja y sabia. ¡Ahora de pie, todos ustedes! Sólo lo diré una vez – dijo preparando un arma.
Ben rápidamente activó el Omnitrix y se convirtió en su forma Aracnochimpancé. Luego, tomó a la reina sobre él y comenzó a correr.
Mono Araña: No tienes que decirlo dos veces.
Lanza Hierro: ¡Ataquen!
Attea dio un salto hacia atrás mientras sus soldados abrían fuego. Ben esquivaba los disparos mientras algunos Murks se los tragaban y los redirigían. En eso, el héroe pasó a un lado de Attea junto a dos Murks.
Attea: ¡No!
La princesa Incurseana comenzó a perseguir al héroe y los Gourmand, pero se detuvo en una esquina ya que los Murks disparaban las armas que tomaron de los soldados.
Reina Rumbletum: ¡Oh, qué emoción! ¡Un rescate, qué delicia!
Attea comenzó a responder el fuego con su arma. Una plataforma en el suelo se abrió, dejando caer a los Gourmand mientras la princesa la esquivaba saltando. Luego, después de doblar otra esquina, dio un gran salto para desestabilizar a Ben.
Attea invitó a acercarse a Ben con su mano, el héroe hizo un par de poses de artes marciales e hizo lo mismo con su pata. La princesa cargó contra él, y después de una pequeña riña hizo estrellarlo contra un muro. Ben regresó a su forma normal luego.
Attea: Basta de jugar al mono – dijo evitando que use su reloj – Ríndete, o tendrás un real desastre que limpiar.
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Peptos XI
De regreso en el planeta de los Gourmand, los Perks y Supergirl corrían en dirección hacia un grupo de Incurseanos, los cuales también se acercaban dando grandes saltos. Las ranas comenzaron a abrir fuego, por lo que la kryptoniana se puso en frente para proteger a los Perks.
Algunos Gourmands lograron desarmar e incapacitar a unos soldados con sus cucharas, mientras Supergirl golpeaba a otros con sus puños. Sin embargo, cada vez aparecían más y más Incurseanos.
Cookmeister: ¡Hay demasiados enemigos!
Supergirl: Sí, tal vez debí oír a Ben.
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Acorazado Incurseano
Ben: Tal vez debí oír a Kara.
El héroe se encontraba junto a los Murks enfrente de Attea, la cual tenía a la reina en sus manos y le apuntaba con su arma.
Attea: Ya me oíste. Ríndanse o la reina se muere.
Reina Rumbletum: No la escuchen, chicos. Junto a mi pueblo, yo soy nada.
Repentinamente, la reina puso la cabeza de Attea en su boca para distraerla. Sin embargo, la Incurseana logró quitársela de encima y la arrojó contra los Murks como en un juego de bolos. Ben aprovechó y activó su Omnitrix, transformándose en Halcón.
Halcón: Gran error, niña.
Attea se quitó algo de baba de su rostro y cargó contra el héroe. La princesa saltó para darle una patada en el aire, por lo que Ben se cubrió cruzando sus brazos.
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Peptos XI
De vuelta con Kara y los Perks, estos seguían luchando contra soldados Incurseanos. La Chica de Acero usó su visión de calor para romper algunas armas, y luego derribó a los soldados.
Otros tres Incurseanos comenzaron a dispararle a la distancia, pero Supergirl usó el cuerpo inconsciente de otro para derribarlos, lanzándolo con una gran fuerza.
Cookmeister: ¡Son muchos!
Supergirl: ¡No para mí! – voló a gran velocidad y derribó a otros soldados Incurseanos sin problemas.
Cookmeister: Pensándolo bien, ya no son tantos – dijo derribando a uno con su cuchara.
En ese momento, lo que parecía ser una rueda gigante se acercaba peligrosamente a Supergirl y los Perks. Tenía partes gruesas de metal por todo lo que sería el "neumático", y dentro había una cabina verde con armas pesadas pintadas de plateado y dorado. Al acercarse cada vez más, se podía sentir cómo la tierra temblaba.
Supergirl: Por Rao.
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Acorazado Incurseano
Attea seguía peleando contra Ben. La princesa intentó usar un pedazo de madera para atacar, el cual se rompió cuando chocó contra el héroe. Attea aprovechó ese momento para darle una patada doble al estómago, dejándolo en el suelo.
Reina Rumbletum: ¡Vamos, chicos! – dijo cargando junto a los Murks contra Attea – ¡A la cuisine!
La reina y los Murks empujaron tanto a Attea como a Ben contra una habitación contigua. Al chocar contra una pared, todos quedaron amontonados como rocas, con la pobre Incurseana debajo de todos.
Reina Rumbletum: Perdón – dijo después de eructar. Los Murks hicieron lo propio luego.
Lanza Hierro: Yo diría... que literalmente no hay nada que salga de esta cámara – dijo entre el tumulto.
Llamando a la mala suerte, un circuito falló y la habitación donde estaban se cerró a la vez que sonaba una alarma.
Halcón: ¿Lo crees?
Una excusa de aire se abrió detrás de todos, por lo que inmediatamente comenzaron a aguantar la respiración para no morir sofocados. Los Murks lograron sujetar a su reina tomándose de las manos, cuando la Javalina de la Liga de la Justicia llegó para salvarlos.
Una vez que la reina y los Murks estuvieron dentro, fueron a salvar a Ben; el cual seguía flotando y aguantando la respiración. Una vez dentro, el héroe soltó el aire pesadamente. Pero sin que se dieran cuenta, Attea estaba sujeta a una parte de la nave con un casco puesto que resguardaba su aire.
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Peptos XI
Regresando con Supergirl, la gran rueda se acercaba peligrosamente a los Perks mientras abría fuego; por lo que la kryptoniana decidió tomar cartas en el asunto.
Usando toda su fuerza, se puso enfrente de la rueda con la intención de frenarla por lo menos. Al principio le costó, pero después de unos segundos logró su cometido, logrando que los Perks salgan del radio de ataque de la rueda.
Aún así, la misma era demasiado grande como para detenerla, por lo que buscó cómo destruirla. Usando su súper visión, comenzó a buscar puntos débiles; pero lo que llamó su atención fue ver a la Javalina ingresando al planeta.
Supergirl: ¡Ben!
Attea logró ponerse de pie sobre la nave y caminó hasta la cabina, mientras se quitaba la máscara que la cubría.
Attea: ¡Soy la generala Attea! ¡Princesa, Vástago, y Adolescente Suprema del inmortal Imperio Incurseano!
Halcón: ¿Qué?
La princesa entró a la Javalina y abrió la compuerta de salida, para después patear a la reina al vacío. Por suerte, esta cayó encima de la rueda gigante Incurseana, salvando su irónicamente su vida.
Reina Rumbletum: Ay, mi lindo traserito.
Supergirl: ¡La reina!
La Chica de Acero dejó de retener la rueda y voló para salvar a la reina. La logró atrapar justo antes de que se resbalara de la misma.
Supergirl: La tengo, alteza.
La kryptoniana voló hasta un grupo de Perks y Murks, y la bajó cuidadosamente junto a ellos. Todos comenzaron a ovacionar a Supergirl luego.
Mientras tanto, en la Javalina, Attea pateó fuera a Ben rompiendo una ventana. El héroe fue rápido y la logró tomar de la pierna, haciendo que ambos salgan de la nave. Ben logró evitar que caigan sosteniéndose del borde con una mano.
Halcón: ¡Mantenlo nivelado! – le dijo a Lanza Hierro, quien estaba ahora al volante.
Ben logró hacer que ambos cayeran sobre el techo de la Javalina. Unos momentos después, ambos se prepararon para pelear; pero el Omnitrix hizo sus clásicos pitidos, y el héroe regresó a la normalidad.
Ben: Oh, vaya.
Attea: Mal croar, niño terrestre.
La princesa cargó contra Ben y le dio una patada en el aire. El héroe logró evitar caer de la Javalina, activó nuevamente su reloj, y se convirtió en Amenaza Acuática.
Ben disparó un potente chorro de agua hacia Attea. La Incurseana no pudo evitar caer, y aterrizó en medio de un grupo de soldados que marchaban detrás de la rueda gigante.
Y hablando de la rueda gigante, Supergirl logró encontrar un punto débil en la misma y disparó su visión de calor. La rueda explotó de un lado, para después terminar cayendo de costado mientras seguía destruyéndose.
La Chica de Acero luego vio a la Javalina, la cual sobrevolaba la zona con el héroe transformado aún en el techo. Kara levantó su pulgar arriba, mientras Ben volvía a ser humano.
Ben: ¡Ahora bajo! – gritó no tan alto, sabiendo que su novia igual podía escucharlo.
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Unos momentos después, en una escena confusa, los Gourmand Perk y Murk estaban luchando entre ellos con sus cucharas y tenedores.
Cookmeister: ¿¡Qué les pasa, tontos!? ¡El Plan Omega es nuestra única oportunidad!
Lanza Hierro: ¡Hay una fuerza invasora en Peptos XI! ¡El Plan Omega hará el trabajo por ellos!
Reina Rumbletum: ¡Yo seré quién juzgue eso! – dijo con unos lentes sujetados con su mano. A su par, estaba el dúo neoyorkino.
Lanza Hierro: Reina Rumbletum – dijo arrodillándose.
Cookmeister: A sus órdenes, Su Majestad – dijo haciendo lo mismo. La reina hizo una seña para que se incorporaran.
Reina Rumbletum: Sargento Lanza Hierro, les agradezco el audaz rescate de mi real persona – eructó.
Lanza Hierro: No hay de qué, Su Majestad.
Reina Rumbletum: Mi pueblo, he planeado el más maravilloso festín. Oh, bueno, quizá en el siguiente mundo. Hoy es día de mudanza. ¡Bon apetite!
Inmediatamente, todos los Gourmand comenzaron a comer el planeta entero, incluyendo los acorazados Incurseanos que estaban en tierra firme. Este hecho provocó que el planeta comenzara a colapsar en algunos sectores, como en el que otras ruedas gigantes se acercaban, haciendo que caigan por unas grietas.
Ben: ¡Se comen el planeta! – dijo incrédulo y sorprendido, misma expresión que tenía Kara.
Reina Rumbletum: Ese es el Plan Omega. No pueden tomar nuestro planeta si no hay planeta que tomar. Se llama Peptos XI, pastelito. ¿Qué crees que les pasó a los otros diez?
Ben: Oiga, ¿dice que los otros planetas...? Las ruinas que vimos, ¿ustedes... se los comieron?
Lanza Hierro: Agh, y justo cuando nos empezaba a gustar este planeta – dijo mientras comía.
En otra parte del planeta, Attea y sus soldados veían cómo el lugar se venía abajo, mientras algunos acorazados caían a su inminente destrucción. Incluso una llama se alzó a su costado por un instante.
– ¡Su alteza! – dijeron algunos soldados tratando de hacer que se retire.
Attea: ¡No! ¡No dejaremos que estos monstruos nos venzan!
Raff: ¡Comandante en jefe, nuestras tropas! ¡No podemos soportar más esto!
Muy a regañadientes, la princesa Incurseana subió a una nave y dio la orden de retirarse. En poco tiempo, todos los acorazados presentes en Peptos XI abandonaron el planeta.
Por otro lado, Ben seguía observando sin poder creerlo cómo los Gourmand devoraban su propio planeta. Supergirl se acercó a su lado después.
Supergirl: ¿Crees que la Javalina pueda llevarnos de vuelta?
Ben: Pero el... pero el, ¿quién está...? ¿Pero qué...? Esto... Oh, no puedo – dijo sin poder armar una frase coherente. Su novia lo tomó de un hombro.
Supergirl: No es tan raro, si lo piensas. Todos suelen tener algún mecanismo de defensa. Es un...
Ben: Gran universo, lo sé – dijo completando su frase – A donde fueres... – dijo para después convertirse en Upchuck Perk.
El héroe comenzó a ayudar a sus pequeños amigos a comerse el planeta, devorando pequeñas colinas y haciendo algunas zanjas por el suelo. Cuando estuvo satisfecho, que quedó reposando en el suelo mientras limpiaba sus dientes con un escarba-dientes, de quién sabe dónde sacó.
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Momentos más tarde, Ben y Kara ya estaban en camino hacia la Tierra mientras los Gourmand se movían a su siguiente hogar; el cual muy probablemente se llamaría Peptos XII. A simple vista, parecía un hermoso espectáculo de estrellas fugaces.
Supergirl: ¿Los Gourmand?
Ben: Sí – dijo para después tomar la mano de su novia – Es algo hermoso – un poco de baba cayó en una ventana – Y... el momento pasa.
Supergirl: Espero que los Gourmand sean felices en su nuevo hogar – dijo refiriéndose a su propia experiencia.
Ben: Claro, mientras no vayan a devorarlo.
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Lugar desconocido
En la sala del trono del Imperio Incurseano, el emperador Milleous recibió una holo-llamada de su hija Attea para informar sobre la situación en Peptos XI. La figura de su hija en un holograma rosa apareció frente a él.
Attea: Saludos, emperador Milleous. Luz del Imperio Incurseano, destructor de galaxias enteras, todas las criaturas tiemblan a tus...
Milleous: Attea, ¿estás dudando?
Attea: La operación en Peptos fue un completo éxito – dijo un tanto nerviosa.
Milleous: Así que es nuestro ahora.
Attea: Yo... cambié de opinión. Preferí destruirlo y que les sirva de advertencia a otros – dijo intentando sonar ruda.
El emperador se quedó en silencio un momento, mientras la princesa rogaba dentro suyo que su padre creyera la mentira. Después de eso...
Milleous: ... Eres sabia, hija mía – Attea dio una sonrisa confiada – Pronto el resto de la galaxia se rendirá, habrá fuegos artificiales. Y pronto, muchos lugares no tendrán oportunidad de rendirse.
Mientras hablaba, el emperador sacó un pequeño cubo dorado el cual proyectó una imagen holográfica de la Tierra, revelando el objetivo final de los Incurseanos.
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