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016

Jungkook explicó con lujo y detalle todo lo que Jimin necesitaba saber sobre el clan Dragón y su función en la asociación. A pesar de que todo sonaba extraño y turbio, el Omega logró comprender mejor la situación en la que se encontraba el Alfa. Había visto cientos de películas al respecto, y ya tenía más o menos una idea de lo que trataba todo ese asunto.

—¿Sólo necesitas demostrar tu inocencia? —preguntó.

Jungkook asintió, llevándose una lata de cerveza a la boca.

—Mi principal problema en estos momentos es la policía. —indicó— Ellos creen que yo soy el malo, cuando no es así.

—¿Y tienes pruebas que demuestren lo contrario?

—Las tengo. Por ejemplo. Sé que Haru tiene una red de prostitución de Omegas en Tokyo. Y que su único propósito es llegar a mí y ponerme una pistola en la frente para que le entregue el terreno porque está hasta los huesos sin dinero. —Jimin asintió lentamente— Entonces, si pudiera tener a la policía de mi lado y capturar a Haru, a mí me dejarían libre, él sería el único culpable de las falsificaciones y el contrabando en la frontera.

Jimin se levantó del sillón y comenzó a caminar de un lado a otro. Esta situación era peligrosa por donde la mirase, pero quizás pueda serle de ayuda a Jungkook para aligerar un poco uno de sus mayores problemas; La ley.

Y justamente tenía a alguien en mente.

—Tengo un amigo —indicó Jimin— que trabaja como policía local en Daegu. Es pareja de Taehyung, quizás él pueda ayudarte.

Jungkook negó, dejando la lata vacía sobre la mesa.

—No es seguro contarle esto a cualquier persona. Tu amigo es policía según lo que dices, ¿crees que va a ayudar a un mafioso? Mi plan era sobornar a unos cuantos policías con dinero. Dudo que tu amigo se deje sobornar por mí.

—No es necesario. Yoongi sabe que estoy saliendo con alguien y fue quien me ayudó a investigar a Chan Hee hace un tiempo. —confesar aquello causó que la sala quedara en completo silencio. La mirada de Jungkook era de genuina sorpresa y al mismo tiempo risa.

—¿Investigaste a Chan Hee?

—¡No me mires así! Estaba curioso.

Jungkook largó una carcajada que resonó en todo el vecindario. Jimin rodó los ojos, cubriéndose las mejillas con ambas manos. Este hombre no se tomaba nada en serio y lo hacía sentir avergonzado casi la mayor parte del tiempo. Jungkook realmente disfrutaba de su sufrimiento.

El Alfa se sentó al lado de Jimin y presionó sus mejillas con cariño para darle un beso en los labios.

—Eres increíble, estaré más pendiente de lo que haces cuando estamos separados. —bromeó.

Jimin alejó su mano.

—Dime, ¿te parece bien mi idea? Yoongi hará lo correcto según lo que tú le digas.

Jungkook cayó en el sofá, pensativo. Sí era una buena idea pero no de las más seguras. Sin embargo, con lo apurado que estaba para salir de este enjambre, su única solución era seguir los planes de Jimin. Un Omega inteligente como él era lo que le hacía falta.

—¿Dices que ese amigo tuyo es policía local de Daegu? —inquirió. Jimin asiente— Bien, ¿cuándo podemos hablar con él

—Taehyung suele venir de visita los fines de semana, y Yoongi lo acompaña casi siempre. Le diré que venga este sábado y nos visiten, así hablamos con ellos en privado y tú le explicas la situación para ver si nos da una mano.

—De acuerdo, confiaré en ti para esto. —lo abrazó por el abdomen, dándole besos a su estómago— ¿Escuchaste hijo mío? Tu papi hace un buen equipo conmigo y no quiere aceptarlo.

Jimin le golpeó la cabeza.

—Deja de decir eso, no vas a meter a nuestro cachorro en tu mundo.

—Pero cielo —le miró con ojos suplicantes— ¿Sabes lo privilegiado que será mini Jeon?

—Ya te dije que preferiblemente le demos una vida normal y tranquila. Cuando sea grande puedes hablarle sobre tu trabajo y si quiere tomar tu puesto o lo que sea, ya será su decisión. Mientras tanto, a nuestro hijo no le habláramos de absolutamente nada que tenga que ver con la mafia. Si es posible, lo mantendremos alejado de eso.

Jungkook dejó de lado las bromas y tomó un poco más en serio la petición de Jimin. En vista de que él creció en ese ambiente, lo veía todo normal, como parte de su día a día. Pero ojalá hubiera tenido la suerte de haberse criado en otro lugar donde su padre no fuese un corrupto y su madre aún estuviera viva. Su deseo quedó a oscuras cuando se dio cuenta que este era el único camino para independizarse.

Para su hijo deseaba lo contrario. Claro que quería que alguien en un futuro tome el mando en el clan Dragón. Pero mientras tanto, le daría una versión sana y pacífica a su familia hasta que llegue ese momento.

—Ay ya, no hablemos de esas cosas, me da jaqueca. —Jungkook cerró los ojos y se acostó sobre Jimin como si fuese un niño pequeño. El rubio negó con la cabeza pero una sonrisa se reflejó en su rostro.

¿Mafioso? Sonaba ridículo si lo decía en voz alta. Jungkook era la persona más sarcástica, bromista y molesta que haya conocido nunca. Nadie jamás creería que este hombre fuese un mafioso, o líder de un clan.

Tenía dos puntos intermedios en su personalidad. Hasta ahora sólo le había mostrado el lado bueno de su persona. Pero el lado malo que sólo los subordinados que le servían conocían, seguía siendo un misterio para Jimin.

[🖤]

Los siguientes días fueron iguales al resto; Jungkook salía por las mañanas, Jimin se quedaba durmiendo (ya que extrañamente lo envolvió un cansancio abrasador) Y después se veían por la tarde para cenar juntos y acostarse. Una vida normal, como si no hubiera toda una odisea detrás.

Los síntomas de embarazo se volvieron intensos en esa semana. Jimin no salía de la cama por más que su estómago protestara de hambre. Su humor también era un poco impertinente y su apetito sexual aumentó. Cada que Jungkook salía de la ducha y se vestía frente a Jimin, el Omega lo tiraba a la cama y lo montaba como el mejor jinete del condado.

Jungkook estaba enloqueciendo. Jamás había tenido tanto sexo seguido en su vida.

Por suerte, un día después de que Jimin lo haya aprisionado toda la madrugada. Su apetito disminuyó y llegaron las lágrimas y emociones descontroladas.

Hoy, Jimin le había tirado una almohada en la cara porque le abrió las persianas. Jungkook decidió salir de la casa y respirar aire puro antes de terminar perdiendo la cabeza allí dentro. Sacó un cigarrillo y comenzó a fumar mientras daba un paseo nocturno por el parque hasta la pastelería más cercana.

Tras consumir la mitad del cigarrillo, entró a la pastelería y cogió un pastel de fresas con caramelo. A su lado llegó un chico castaño quien tomó un pastel igual. Jungkook le dio un rápido vistazo, notando que también estaba embarazado.

¿Sería prudente si..?

—Disculpa —tocó su hombro antes de que el muchacho se alejara— ¿Puedo hacerte una pregunta?

El Omega le miró dudoso, pero aceptó.

—Dime.

—Esto es vergonzoso, pero… Mi chico también está en cinta y soy nuevo en todo esto, quería preguntarte si era normal querer matar a su Alfa.

El muchacho comenzó a reír, cubriéndose el rostro. Varios señores le miraron curiosos y siguieron su camino. Jungkook se sintió patético de estar en esta situación.

—Lo siento, no quise reírme de ti. —dijo él— Respondiendo a tu pregunta, es muy normal los cambios de humor. Si es su primer bebé, sus hormonas estarán, pff, por las nubes. —Jungkook tomó nota mental— No te preocupes si te llega a sacar de la casa a patadas y después te busque con lágrimas en los ojos. Tú sólo haz silencio y síguele la corriente.

—¿Dura mucho esos cambios de humor? —dudó.

—Es temporal, después estará bien. Deberías aprovecharlo al máximo, los Omegas nos volvemos salvajes y mimosos en este estado.

Salvajes y mimosos, ahora todo tenía sentido. Con razón se puso tan agresivo durante estos días, aún le dolía la espalda por los arañazos que le dejó mientras lo embestía, y ni hablar de su entrepierna, olvidó cómo se sentía tenerlo dormido por más de una hora.

—Gracias, me has resuelto una gran duda.

—No hay de qué, suerte. —el Omega se despidió y se marchó tras pagar el pastel.

Jungkook hizo lo mismo y volvió a la casa, pero esta vez con la mente más clara. Subió las escaleras y abrió la puerta, dejó el pastel en la mesita de estar y buscó unas velas para colocarselas. Escuchó la puerta de la habitación abrirse junto a las pisadas de Jimin.

—¿Jungkook? ¿Acabas de llegar? —preguntó el Omega llegando a la sala.

El Alfa se volteó con el pastel en manos y las velas encendidas. Jimin lo miró sorprendido mientras le cantaba la canción de cumpleaños.

—Feliz cumpleaños, precioso. —dijo Jungkook— Apaga las velas, pero pide un deseo antes.

Jimin, todavía aturdido, cerró los ojos y apagó las velas.

—No recordaba que hoy era mi cumpleaños. —musitó.

—Lo sé. Ven, siéntate. —lo llevó al sofá y trazó un pedazo de pastel para que Jimin lo probara primero. El Omega sonrió feliz saboreando las fresas acarameladas.

—¡Es muy bueno!

—Me alegra que te guste.

Jimin observó las velas con el número veintidós, luego miró a Jungkook, el cual no apartó sus ojos de él desde que se sentaron a comer.

—Lo siento. —dijo el rubio— Por como actué esta semana. Te golpeé, te grité, te usé sexualmente para saciarme, debes estar enojado.

—No lo estoy. —Jungkook tomó sus manos— Sé que perdiste un poco el juicio por el embarazo, pero tampoco es que me haya quejado de tenerte encima todo el día.

Jimin sonrió, sus mejillas se volvieron rojas y calientes. Jungkook lo tomó de la cintura y lo sentó en sus piernas a horcajadas. Jimin rodeó su cuello, inhalando su delicioso aroma.

—¿Ya te sientes más tranquilo?

—Sí. Aunque —dejó cálidos besos en el cuello del Alfa—, una última vez no estaría mal.

Se removió contra el pantalón de Jungkook, sacándole un gruñido. Hacerlo en el sofá se volvió un hábito, así que no le molestaba decirle que sí. Pero el sonido de la puerta siendo tocada los interrumpió a ambos de la fiesta.

—Iré yo. —anunció Jimin.

Caminó hasta la entrada y abrió la puerta. Frente a sus ojos apareció Ryu con una sonrisa.

—Hola. —saludó el Alfa— Am, lamento venir de la nada, es que pasé por una tienda de conveniencia y compré pudin de más, venía a darte los que me quedaron.

Jimin tomó la bolsa.

—Gracias, no me esperaba nada de esto.

Jungkook apareció detrás de Jimin. Cuando ambos Alfas se miraron, una tensión se formó en el ambiente. Jimin carraspeó, presentándolos a ambos.

—Ryu, él es Jungkook, mi novio. —señaló el Alfa.

Jungkook entrecerró sus ojos y tomó de la cadera a Jimin, ignorando la presencia del otro hombre.

—Cielo, ve a la cocina y prepara las bebidas, podemos continuar en un momento. —dijo, con tono seductor. Claro que, esto era con la intención de poner incómodo al invitado sorpresa.

—Está bien, no tardes. —Jimin regresó a la sala, aún cuando quería escuchar la conversación de ambos.

Jungkook cerró la puerta y caminó escaleras abajo. Ryu lo siguió en silencio hasta detenerse junto al pelinegro.

—Cuando Jimin mencionó tu nombre supe que se trataba de ti. —comenzó a decir— Ryusei Yokohama.

—Me atrapaste. —el Alfa alzó sus manos en derrota.

Jungkook lo miró serio.

—¿Mi padre te envío, no es así? Sé que trabajas para él desde que eras un niño.

—Sólo hago mi trabajo. El señor Jeon quería asegurarse de que no hicieras nada estúpido estando en Seúl. Y me envió para vigilarte.

—¿Sabe sobre Jimin? —inquirió.

—Sí. —Jungkook maldijo en voz alta, Ryu se apresuró en hablar— Él no va a hacerle nada a Jimin, créeme. Sólo está un poco desconcertado.

—¿Desconcertado?

—Su único hijo oculto hace más de cinco meses, jugando a ser un adolescente enamorado,y dejando atrás su deber en el clan Dragón. —explicó— Está decepcionado por tus decisiones.

—Él nunca ha estado conforme con nada de lo que yo haga. ¿En qué mierda le afecta que tenga pareja? —gruñó molesto— Si lo que quiere es que corra a sus brazos y me ponga de rodillas para suplicarle ayuda, entonces dile que no lo haré. Yo mismo me encargaré de las cosas y volveré a Japón cuando se me dé la puta gana.

—Jeon, entiende que tu padre ya está viejo y sólo quiere que hagas bien tu trabajo.

—No. —espetó— Él sólo quiere que yo me arrastre como una lombriz a sus pies y darle la razón. Nunca me tuvo estima. ¿Por qué tengo que ser yo el que dé mi brazo a torcer?

Jimin escuchaba todo desde la puerta principal.

Ryu suspiró, dando por finalizada aquella charla.

—Bien, como tú digas. Le diré a tu padre lo que me has dicho. Él quería ayudarte con lo de la policía, pero si dices que lo tienes bajo control, entonces es tu decisión.

Jungkook no respondió, Ryu pasó por un costado y desapareció escaleras abajo. El Alfa se revolvió el cabello y volvió a la casa. Jimin lo miró mientras comía pastel.

—¿Todo bien?

—Sí, sólo era un conocido. —se sentó a su lado, dejando su cabeza sobre sus piernas— Cariño, hoy te doy permiso para que me maltrates todo lo que quieras, necesito quitar la tensión de mi cabeza.

—¿Me ves cara de maltratador de Alfas?

—Ah, pero bien que me gritaste ayer de que me moviera más rápido y hasta me echaste de la cama porque no te estaba complaciendo bien. Mira que herir mi orgullo de esa forma deja secuelas.

Jimin le cubrió la boca.

—Tú de verdad que eres masoquista.

El Alfa le apartó la mano y le robó un beso.

—Sólo estoy loco por mi chico hormonal.

No cuestionó nada más después de eso. Jimin le embarró la cara de pastel y después fue perseguido por Jungkook hasta atraparlo en el aire y tirarlo con cuidado en la cama de su habitación. Jimin no podía explicar lo mucho que quería a Jungkook, y es por eso que, dentro de lo que esté en sus manos, iba a ayudarlo.











helou gurls, feliz inicio de semana, falta poco para terminar la historia, no es muy larga después de todo, así que, las leo en los próximos caps

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