Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

011

—No es necesario que me acompañes hasta la parada del autobús, Jungkook.

Jungkook, que se estaba colocando una sudadera, lo miró con una ceja levantada.

—No te dejaré ir solo.

Jimin soltó un suspiro, sintiéndose un poco abrumado por la insistencia de Jungkook.

—¿Por qué te preocupas tanto por eso? Actúas como alguien que guarda demasiados secretos.

La expresión en el rostro de Jungkook fue confusa para Jimin. Era como si realmente hubiera dado en el blanco con él. ¿Entonces de eso se trataba? Secretos.

Secretos de los cuales Jimin era ajeno.

—Vas tarde, vamos. —el Alfa abrió la puerta tras de Jimin.

—¿Seguro que puedes salir ahora? ¿No te duele nada? —insistió, siguiéndolo a las escaleras.

—Estoy perfecto, tengo a un Omega cuidando de mí. —sonrió en su dirección, aligerando un poco el ambiente.

Jimin esbozó una pequeña sonrisa y entrelazó su mano con la suya. Ambos caminaron escaleras abajo para llegar al centro y detenerse en la parada de autobús. Jungkook le arregló la mochila y el cabello a Jimin, como si fuese un niño pequeño yendo a su primer día de clases.

—Para ya, me avergüenzas. —Jimin le apartó la mano, sintiéndose apenado y sonrojado.

Jungkook se acercó, mirando de cerca sus ojos.

—Que lindo te ves cuando te sonrojas, amor.

—¡Ya! —el rubio se cubrió las mejillas, evitando las miradas de algunas ancianas que estaban a un costado. Jungkook sonrió, y le besó la mejilla.

—Lindo.

Afortunadamente, el autobús de Jimin llegó. El Omega se alejó del Alfa, evitando a toda costa mostrarse afectado por esas muestras de cariño.

—Ya me tengo que ir, no hagas nada tonto. —lo señaló.

—Cariño, ¿por quién me tomas? Soy un adulto responsable. ¿Qué haré? ¿Robar un banco? ¿Golpear a alguien? ¿Quemar la cocina?

—Chistoso, mantén tus manos alejadas de mi cocina.

—Lo que tú digas, ve con cuidado.

Jimin se mordió el labio y subió al autobús, sin embargo, se dio vuelta y bajó corriendo hacia Jungkook para darle un fogoso beso en los labios. El Alfa quedó atónito, completamente en blanco. Jimin subió de vuelta al autobús, sentándose en los últimos asientos. Finalmente, el bus se marchó. Jungkook parpadeó, sintiendo sus mejillas sonrojadas.

Se quedó en la parada, esperando a que el autobús desapareciera en la distancia. Una vez que el vehículo se perdió de vista, comenzó a caminar de regreso a casa, pero no antes de mirar a su alrededor con cierta sospecha. El aire fresco parecía más pesado, y Jungkook se sintió inquieto. Miró hacia los autos estacionados y las sombras de las calles, como si algo no estuviera bien.

Habían ojos mirándolo, y él lo sabía perfectamente.

No estaban solos.

[🖤]

Jimin se levantó de su pupitre al sonar la campana que indicaba el final de la clase. Estaba ansioso por salir y volver a casa con Jungkook, lo cual era muy extraño, porque hace un mes no lo toleraba. Pero ahora, aquí estaba, emocionado por verlo y molestarlo.

Antes de que pudiera dar un paso hacia la puerta, escuchó la voz de su profesor llamándolo.

—Jimin, un momento, por favor.

Jimin se detuvo en seco y se giró, sintiendo un nudo en el estómago. Se acercó al escritorio del profesor, tratando de no pensar cosas negativas con respecto a sus calificaciones de este corte final.

—¿Sí, profesor? —preguntó.

El profesor lo miró con una expresión seria.

—Quería hablar contigo sobre los últimos dos parciales. A pesar de que mejoraste, veo cierto relajo en ti a la hora de realizar los trabajos. A comparación con tus compañeros, no te veo motivado con la carrera. Quiero saber si está todo bien en tu vida, no lo sé, ¿problemas con el amor?

Jimin alzó una ceja.

—Mm, no entiendo a qué se debe la pregunta, profesor. He estudiado lo justo, y me estoy esforzando por mantener el récord de notas este semestre.

El profesor se levantó, y caminó alrededor de Jimin. El Omega se tensó al sentir sus feromonas agrias y rancias. Quería vomitar.

—Hace unos días viniste a clases con un olor fuerte a Alfa. Lo cual incomodó a tus compañeros, incluyendome.

—¿Disculpe? —Jimin lo miró molesto.

—Entiendo que a tu edad los Omegas quieren divertirse. —el hombre se acercó, Jimin retrocedió un paso, chocando con el escritorio— Y está bien, pero si quieres pasar mi materia, yo puedo ayudarte, sólo debes hacerme sentir orgulloso y satisfecho. —su mano se deslizó por encima de la de Jimin.

Rápidamente, el Omega se apartó, sintiendo su corazón apretarse y el cuerpo descompensado.

—No sé qué intenta hacer, pero no vuelva a ponerme una mano encima. De lo contrario, gritaré y usted será despedido.

Empujó al hombre y salió corriendo del aula hacia la salida de la Universidad. La noche parecía un manto oscuro sobre él, su lobo estaba alterado, y su cuerpo sentía tanta incomodidad y asco que simplemente vomitó en una esquina.

—¿Jimin? —una voz con un peculiar acento llamó su atención.

Jimin alzó la mirada, mirando a Ryusei, quien llevaba una bolsa con cerveza y comida.

—Eres tú. —murmuró, incorporándose y limpiándose la boca— Lo siento, ahora no quiero hablar.

—Oh, no te preocupes. —le sonrió— No te ves bien, ¿quieres una bebida? —sacó una lata de soda de naranja— Para que te sientas mejor.

Jimin dudó si tomarla, pero a juzgar por la situación, necesitaba pasar el mal rato. Aceptó la bebida y le dió un largo sorbo. Ryu se rio, y Jimin le observó de reojo con vergüenza.

—Veo que tenías sed. ¿Estudias aquí? —señaló la Universidad.

—Sí, pero ya me iba a casa.

—Yo también, ¿quieres que te acompañe?

Jimin suspiró, miró hacia varios lados, y después a Ryusei.

—Lo siento, prefiero ir solo.

—¿Por qué? Bueno, no es muy seguro que vayas solo en ese estado, realmente te ves mal.

—Mi novio está esperando por mí. —explicó— Y no creo que le agrade la idea de verme acompañado con otra Alfa, ¿entiendes?

Ryusei asintió lentamente.

—Claro, lo entiendo. Los Alfas somos posesivos y celosos de cierta manera, no hay problema. Sin embargo, ¿podrías dejarme acompañarte hasta la esquina? Me sentiré más tranquilo al saber que vas a irte seguro.

A pesar de las advertencias, Ryusei no parecía importarle en lo absoluto. Jimin estaba muy estresado, así que, aceptó ser acompañado, porque muy en el fondo no deseaba irse solo.

Ryu caminó junto a él por el centro de Seúl, en silencio. No estaba seguro si sacarle conversación, ya que, el rostro del rubio se veía pálido y molesto. Como si algo lo molestara por dentro.

Pero tenía un solo trabajo que hacer.

—Jimin. —le llamó.

—¿Si?

—Dijiste que vivías con tu novio, ¿no? —el Omega asintió— ¿Puedo saber cómo se conocieron? Disculpa la intromisión, sólo intento sacar algo de charla.

—No pasa nada. —le resto importancia— Lo conocí… hm, en un bar.

—¿Un bar?

—Sí, estaba lastimado, producto de una pelea que tuvo con unos Alfas. La verdad, no sé bien la historia, pero estaba muy herido. Así que, como estudiante de medicina, usé mi poco conocimiento y lo ayudé.

—Mmm, ¿entonces lo llevaste a tu casa?

—Sip. La idea era que pasara una noche, pero supongo que sentí lástima por él. Estaba solo y herido, así que, me hice cargo de él. Y pasó lo que pasó. —una tímida sonrisa se reflejó en su rostro.

Ryusei le miró curioso.

—Es una interesante historia. Hay tantas formas de conocer a tu pareja, y esta ha sido la más dramática de todas.

—Supongo. Al final, así funciona el destino con sus destinados.

—¿Él es tu destinado?

Jimin asintió, sonriendo inconscientemente.

—Lo es.

Ryu se detuvo al llegar a la entrada de la calle de Jimin. El Omega inconscientemente llegó hasta su casa, sin darse cuenta.

—¿Te sientes mejor? —le preguntó.

—¿Me sacaste conversación para hacerme sentir mejor?

—¿Funcionó?

Jimin soltó una pequeña risita.

—Sí, gracias.

—No hay de qué. Puedes decirle a tu novio que no se preocupe por mí, tengo a alguien que me gusta, pero estamos lejos.

—¿Lejos?

—Él está en Tokyo, y yo aquí, por asuntos de trabajo. —explicó.

—¿Y él no puede venir a verte?

—Puede, pero supongo que no quiere. Mi trabajo es complicado, él no quiere verse involucrado en cosas así… En fin, a veces hacemos sacrificios por las personas que amamos.

Sí, probablemente tenga razón. Las personas a menudo hacían sacrificios por sus seres queridos. Allí es donde más se mide el tipo de amor que sientes. Más allá de lo físico, o la lujuria, el hecho de darlo todo, hasta lo más mínimo, demuestra cuánto amas a esa persona, y que tipo de cosas estás dispuesto a hacer por él o ella. Jimin nunca ha experimentado este tipo de amor, pero en el fondo, tanto él como su lobo, sentían que Jungkook era ese tipo de Alfa.

Era ese tipo de persona que ama con intensidad y da todo de sí mismo. Ese tipo de persona eran difíciles de leer, por ende, leer a Jungkook era complicado.

—No te quitaré más tiempo. —habló Ryu, sacándolo de sus pensamientos— Nos vemos luego, Jimin.

—Oh, sí. Gracias por hacerme compañía, a la próxima te invito algo de tomar.

—No hace falta, ¡Adiós! —sacudió su mano, despidiéndose y bajando hacia la otra calle.

Jimin lo llamó, deteniendolo.

—Oye, Ryu. —el Alfa se volteó— Llámalo, a esa persona. Dile que lo extrañas y que quieres verlo, estoy seguro que él espera por eso.

El chico sonrió, agradecido. Jimin agitó su mano y se marchó escaleras arriba.

Ryu se recostó de un poste y sacó su teléfono para llamar, esperó varios tonos, hasta que una segunda voz resonó somnolienta al otro lado.

—¿Hm, Ryu?

—¿Estabas durmiendo?

—Sí, ¿qué pasa?

El Alfa suspiró, sin saber qué decir.

—Yo… quería saber cómo estabas.

—Ah, estoy bien, ya sabes, lo mismo de siempre. ¿Y tú? ¿Aún estás en ese viaje de trabajo?

—Sí, me tomará un poco más de tiempo.

—Entiendo. —Ryu se revolvió el cabello, mordiéndose el labio. Estaba por hablar, pero el Omega lo interrumpió— Supongo que no estarás aquí para mi cumpleaños.

—Suke.

—No importa, tu trabajo con el señor Jeon es más importante que yo, le debes todo a él porque te acogió cuando eras pequeño, y sé que le debes mucho. Pero, yo también soy tu familia, soy tu Omega, ¿entiendes? Cuando nadie esté para ti, yo lo estaré, ten eso en cuenta, Ryusei. —el Alfa se quedó en silencio, apretando el móvil en la mano— Me tengo que ir, adiós.

La llamada se cortó, y con ello, la esperanza de volver a ver a su Omega. Pero tenía cosas que atender, el clan del dragón estaba en peligro, y necesitaban al líder de regreso si o si.

[🖤]

Jimin entró a la casa tirando su mochila en el sofá y dejando su teléfono en la mesa. Estaba tan cansado que se tiró en el sofá. Jungkook apareció en la sala, con una ropa nueva y el cabello húmedo. Al ver a Jimin, notó cierta sensación agria, su lobo le advirtió que algo no estaba bien.

—Llegaste más tarde de lo habitual. —le dijo, sentándose a su lado.

Jimin lo miró con los ojos apagados.

—¿Puedes abrazarme un poco? Solo un momento.

Jungkook hizo caso inmediatamente, extendió sus brazos y lo estrechó contra su cuerpo. Jimin cerró los ojos, sintiendo como su cuerpo poco a poco se relajaba y su cabeza dejaba de pensar tanto. El olor del Alfa era reconfortante, casi hipnótico.

—¿Sucedió algo afuera? —interrogó.

—Nada.

—Jimin, eres malo mintiendo. —lo alejó, para mirarlo a la cara. El rubio le desvío la mirada, apenado— Oye, mocoso.

—¡Hey!

—Si no me dices, te seguiré diciendo mocoso hasta que me hables. —Jimin bufó. Jungkook sostuvo sus mejillas, observando todo su rostro, acariciando su piel— Park, dime qué pasó.

—No sé cómo decirlo. —murmuró— Supongo que se debe considerar acoso, ¿no?

Jungkook frunció sus cejas.

—¿Quién te acosó? ¿Fue ese tipo de Japón?

—No, no, Ryusei es buena persona, me acompañó hasta aquí.

—¿Qué? —gruñó.

Jimin cerró los ojos, maldiciendo por abrir demás su boca.

—Escucha. Promete que no harás nada por lo que diré.

—Park, soy un Alfa, tu mi Omega, si alguien te hizo algo, no me pidas de ninguna manera que no haga nada. Ahora, habla de una vez.

—Bien. —guardó silencio, acomodando sus palabras en su cabeza para decirlas correctamente y no hacer que Jungkook pierda la cabeza— Mi profesor me llamó aparte después de clases.

Jungkook se incorporó, mirando fijamente a Jimin.

—¿Y?

—Y me empezó a decir cosas con respecto a mis calificaciones de este semestre. El punto es que, me ofreció ayuda, pero si yo lo hacía sentir satisfecho, después me tomó la mano… Me sentí tan incómodo que lo alejé y salí corriendo, y a la salida me topé con Ryu, y él me acompañó hasta aquí.

Silencio.

Jungkook inhaló profundamente, guardó la calma y se tronó el cuello. Jimin se levantó y tomó sus manos.

—¿Estás molesto?

—No, amor. Sólo estoy pensando de qué manera puedo matarlo.

Jimin le golpeó el pecho.

—No digas eso, Jungkook. Sólo olvídalo, ¿si? Me haré cargo de eso, puedo… no lo sé, cambiar de clase, o retirarla, algo se me va a ocurrir.

—¿Cómo se llama tu profesor?

—Choi Hyunjoong, ¿por qué?

—Curiosidad. Ve a tu habitación y toma una ducha. —dijo sin más, acariciándole el cabello— Pediré delivery de comida tailandesa, y no pienses en ese profesor, ¿bien?

Jimin asintió, formando un pequeño puchero. Jungkook le besó la frente y lo dejó ir.

En cuánto estuvo solo, su rostro se oscureció, tomó el teléfono de Jimin sobre la mesa y se dirigió al balcón para marcar el número de San.

—¿Bueno? —se escuchó la voz del Alfa mientras masticaba.

—Soy yo, Jungkook.

—¡Jefe! ¡Que bueno que llame! Ya lo echaba de menos.

—San, necesito que me hagas un favor.

—Por supuesto, ¿qué necesita?

Jungkook miró hacia la calle, apretando su mano con cierta molestia.

—Investiga a Choi Hyunjoong, profesor de la carrera de medicina en la Universidad nacional de Seúl. Una vez que lo tengas, llévalo al muelle a las afueras de la ciudad, y me esperas allí.

—Uh, Jefe, ¿lo vamos a mutilar?

—¿Cuando he dejado libre a alguien, San? —el Alfa rio al otro lado de la línea— Haz lo que ordene, los veo a ti y a Wooyoung mañana a las tres en punto. Sean cuidadosos.

—¡A la orden, jefe! Pero, ¿esto quiere decir que lo tenemos de vuelta en acción?

Jungkook se volteó, mirando el pasillo que daba con la habitación de Jimin.

—Nos vemos mañana, San. Ni una palabra a mi padre y sus hombres.

—No se preocupe, haremos el trabajo limpio y sin dejar huellas.

Jungkook cortó la llamada después de unos segundos y cerró los ojos, dejando que el frío de la noche lo envolviese.

Se prometió no atentar contra la vida de un civil, pero en este caso, haría caso omiso a sus principios. Al fin y al cabo, él era un mafioso, trabajaba de esto, era su vida.

Y Jimin era su principio y su final. Nadie, jamás, le iba a tocar un pelo, mientras él esté con vida para impedirlo.










helou, lamento la tardanza, he tenido días ocupados, espero que les haya gustado el cap <33

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro