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010

¿Alguna vez alguien se habrá sentido con miedo de tener su primera vez, como él?

Había pensado en esto toda la noche. Más que todo, porque Jungkook pasó la madrugada sudando frío y temblando. Le tomaba de la mano para relajarlo, pero ni siquiera eso funcionaba. El efecto de la pastilla perdió su efecto al día siguiente, y el Alfa entró en un nuevo éxtasis de necesidad. Incluso cuando se levantó por la mañana para arreglarse e ir a la Universidad, tras echarle un vistazo al Alfa, lo primero que lo recibió fue su miembro erecto abultado debajo de la sábanas.

Jungkook, definitivamente no era consciente de cómo estaba su cuerpo en estos momentos. Jimin intentó alejar los pensamientos sucios de su cabeza y se hizo una nota mental de que sólo era el calor de verle así.

Indefenso, inestable, necesitado.

«Focus, Jimin»

El Alfa ingresó a la ducha antes de que Jimin se fuera. El Omega tomó su bata del perchero y se colocó frente a la puerta del baño, pero lo que pudo oír fue jadeos y gemidos desde el interior del baño.

—Hm… Jungkook —habló bajo, para no interrumpirlo— Ya me voy, volveré más tarde, ¿estarás bien?

No hubo respuesta. Jimin se mordió el labio y se dirigió a la salida con rapidez. Bajó las escaleras y llegó hasta una cuadra corriendo. Se detuvo en seco, observando sus pies, los cuales no querían seguir moviéndose. ¿Acaso su lobo le estaba obligando a quedarse con Jungkook?

—Já. —bufó, sin poder creerlo— ¿Me harás darme la vuelta y volver? No seas descarado, hay que mantener el orgullo primero.

Su lobo gruñó en su interior. Jimin se cruzó de brazos.

—¿Acaso te gusta? —el lobo rodó los ojos y se dio la vuelta, ignorando a Jimin— ¡Oye! No puedes hacerme sentir culpable por eso, eres un ingrato. —las personas que pasaban lo miraban como un loco hablando solo.

Pero Jimin estaba teniendo una batalla interna consigo mismo.

—¿Sabes que? —le dijo a su lobo— Volveré, y no porque tú me lo digas, lo haré porque se me da la gana de hacerlo, y creo que olvidé mi cargador, iré por él, veré como está el anciano y nos iremos. ¿Ok?

Su lobo bufó, ignorando las palabras de Jimin.

El Omega se volteó y regresó a la residencia. Tras abrir la puerta, el olor fuerte del Alfa lo golpeó de frente. La casa estaba impregnada en feromonas, Jimin sintió demasiado calor al instante. Dejó sus cosas en la mesa y caminó cuidadosamente hasta el cuarto de baño, pero no había nadie.

Entonces, observó su habitación.

Bien, era de esperarse. Jimin inhaló hondo, se limpió el sudor de las manos con el pantalón y caminó hasta su habitación, abrió lentamente la puerta y asomó la cabeza. El Alfa estaba recostado, con el pecho descubierto y su respiración errático mientras olfateaba una camiseta de Jimin.

Una sensación extraña recorrió todo su cuerpo, entró a la habitación, cerrando la puerta tras de sí.

Jungkook abrió los ojos y lo miró, ni siquiera tenía energía para sorprenderse.

—¿Q-qué haces aquí? —fue lo único que logró decir.

—Olvidé mi cargador. —musitó, avanzó hasta la cama y se sentó a su lado.

Con sólo colocar un dedo en su pecho, el cuerpo del Alfa se estremeció. Sus ojos pasaron de ser oscuros a claros, y su mirada, que antes era de desesperación, ahora era de necesidad.

—Jimin. —gruñó— Será mejor que te vayas.

—Quiero quedarme. —ni siquiera vio venir esas palabras de él, su lobo estaba haciendo de las suyas.

—Si te quedas, no podré controlarme.

—Sabes que, en la medicina, especialmente en el estudio del cuerpo de un Alfa, leí en mi primer semestre, que los Alfas son más susceptibles en el ciclo de celo, que un Omega. Lo que significa, que para ellos será suficiente un roce para venirse, que un acto sexual en sí. Hay muchas maneras de ayudar a un Alfa dominante sin necesidad de usar la penetración. Como aquí… —sus dedos se deslizaron por su abdomen, el cuerpo de Jungkook inmediatamente se contrajo— Con sólo tocarte ya te excitas, no sé si es porque… somos genuinamente destinados.

Jungkook lo miró fijamente, no esperaba oír esa palabra venir de Jimin. Pensó que no hablarían de ello hasta más adelante. Pero saber que también lo consideraba su destinado, fue tan gratificante para Jungkook. Se sentía un estúpido en estos momentos.

¿El Alfa mafioso que todos temen? No, no era eso.

Ahora, sólo era un Alfa siendo dominado por su Omega.

Jaló el brazo de Jimin y lo tumbo sobre su cuerpo. El Omega inhaló profundamente su aroma, no era muy fan del alcohol, pero el whisky era tan delicioso que, al mezclarse con sus feromonas, le causaba cosquillas en el estómago.

—Hazme lo que tú quieras. —susurró Jungkook, rozando sus labios con los de Jimin— Justo ahora tienes el poder sobre mí, tómame, bésame, tocame. Haz lo que quieras, pero quítame este dolor que siento en el cuerpo, no lo tolero más.

El corazón de Jimin palpitó desesperado dentro de su pecho. Pero, el calor del momento fue suficiente para hacerlo perder cualquier cordura que aún tuviera.

Deslizó sus dedos por la frente del Alfa, apartando mechones de su cabello mojado. Luego, con su dedo índice, acarició su boca, para después meter dos dedos dentro, llenarlos de saliva. Jungkook chupó sus dedos, mirándole con un brillo profundo, casi mágico.

Jimin se quitó la camiseta y se sentó a horcajadas sobre sus piernas. Llevó ambas manos a la elástica del pantalón pijama y lo tiró hacia abajo. Su miembro salió enseguida, húmedo y palpitante. Jimin había visto varios miembros de Alfas tras estudiar esta carrera. Pero jamás, uno tan grande.

«Cuando llegue mi celo, sin duda querré tener esto dentro de mí» pensó.

—¿Estás teniendo pensamientos impuros con mi cuerpo? —inquirió el Alfa, sonriendo.

Jimin rodó los ojos.

—He visto mejores.

Jungkook frunció sus cejas.

—No te creo.

—¿Para que preguntas entonces?

—Já.

Jimin rio bajito, y, a continuación, tomó entre sus manos el miembro del Alfa, lo sentía pesado y palpitante. Comenzó a moverlo lentamente, subiendo y bajando sus manos, escuchando al Alfa gemir y mover sus caderas. Sin embargo, no sentía que fuese suficiente. Abandonó sus piernas y se agachó frente a su pelvis. Y, con un vistazo a los ojos de Jungkook, abrió su boca y metió su miembro.

—Jimin, espera.. ¡Agh! —no logró contener el placer. La boca del Omega era muy pequeña y caliente por dentro. Su miembro lo recibió como si fuese hecho para estar allí.

Jimin no era experto en esto, y se notaba al rozar sus dientes con la longitud. Jungkook se incorporó cómo pudo y le agarró un mechón de cabello, tirando su cabeza hacia atrás. Jimin se relamió los labios lentamente, mirándole como un ciervo inocente. Jungkook gruñó en respuesta a eso, y volvió a tirar su cabeza, pero esta vez hacia abajo. Jimin sonrió y succionó más fuerte, escuchando los gemidos de Jungkook atascarse en las cuatro paredes de su habitación.

Finalmente, el Alfa logró venirse, con una corriente placentera recorriendo su cabeza y sus pies. Cada extremidad se contrajo hasta expulsar lo que más deseaba.

Jimin lo miró con su boca manchada, Jungkook estiró su mano.

—Escúpelo aquí. —pidió. El rubio sonrió y abrió su boca, mostrando solo la lengua blanquecina.

—¿Salud?

Jungkook abrió sus ojos de par en par.

—¿Lo tragaste? —las mejillas del rubio se tiñeron de rojo tras asentir. Jungkook rio, y lo levantó para sentarlo en sus piernas y besarlo— Eres una caja de sorpresas, Park Jimin.

—¿Lo hice bien?

—Lo hiciste de maravilla, precioso. El mejor oral que me han hecho jamás.

—Menos mal, si no te gustaba, te iba a echar de mi casa.

Jungkook volvió a reír, pero ahora mismo solo quería besarlo y abrazarlo. Sentir su delgado cuerpo contra el suyo hasta la noche. Jimin era tan cálido que ese calor contrarrestaba con su temperatura fría.

Volvió a unir sus bocas con más desesperación. Jimin gimoteó al sentir su lengua jugar con la suya, pero no pensaba en nada más. Sólo en sus manos recorriendo todo el cuerpo del hombre y las sonrisas que adornaban sus rostros con tanta complicidad.

[🖤]

24 horas después el celo de Jungkook finalmente se calmó. El Alfa se sentía como nuevo, y todo gracias a Jimin. Normalmente pasaba sus ciclos con Omegas en algún hotel costoso de Japón, y después les pagaba para que se fueran y no volvieran a buscarlo.

Y hoy fue tan diferente al resto, que no le importó no tener sexo. Se sintió diferente, más real que las anteriores veces.

—Iré a comprar ramen. —le avisó Jimin en la entrada— ¿Quieres alguna bebida?

Jungkook negó desde la sala.

—Con sólo ramen y gaseosa está bien.

—De acuerdo, no tardaré.

Jimin tomó su teléfono y salió de la casa. Aún sentía mucha vergüenza por lo que pasó hoy en la mañana, y el resto de la tarde. Porque no fue sólo una vez, si no dos veces. Fue el primer orgasmo que le hizo tener a un Alfa, y se sintió increíble.

Todo poderoso.

Rio para sí mismo mientras caminaba hacia la tienda de conveniencia. Sacó su tarjeta y se dirigió a la sección de comida. Mientras revisaba los estantes por el ramen picante, chocó de lleno con un hombre que se encontraba a su lado.

Por su aroma a olivos, dedujo que era un Alfa.

—Lo siento, no lo ví. —dijo Jimin, apartándose del hombre.

—No te preocupes, fue mi culpa. —observó fijamente el rostro del Omega y le sonrió— ¿Compras ramen? Yo también, aunque, no sé cuál es el mejor de Corea.

—¿No eres de aquí?

—No, soy de Japón, vine por trabajo. —explicó.

Jimin asintió lentamente, era japonés al igual que Jungkook. Mucha coincidencia, no veía muchos mestizos en este barrio.

Lo miró detenidamente, el sujeto era alto, de cabello azabache y tenía rasgos muy jóvenes. Era atractivo. Pero no tanto como Jungkook. Su Alfa era el hombre más guapo de este país y lo podía asegurar firmemente.

—En fin. —el Alfa tomó un ramen picante— Probaré este.

—Ese es delicioso, lo recomiendo.

—Gracias. Me llamo Ryūsei, por cierto. ¿Y tú?

—Soy Jimin.

—Jimin, tienes bonito nombre.

El Omega le sonrió, sin embargo, ya había pasado mucho rato y Jungkook probablemente estaría preocupado. Y con lo posesivo que estaba siendo estos días, era mejor llegar rápido antes de que piense que lo ha abandonado.

Já, Alfas.

Pagó la comida y salió de la tienda. Pero el tal Ryūsei caminó detrás de él. Jimin se volteó, y el Alfa se detuvo.

—Oh, lo siento, voy en la misma dirección. —explicó.

—Ah, vale.

Ambos continuaron su caminata en silencio. Jimin bebía un jugo de fresa y Ryū sólo contemplaba los alrededores.

—¿Vives solo? —le preguntó de repente.

—Hm, con mi novio.

«Ni siquiera son novios, Jimin»

—Oh, tienes pareja, lo debí imaginar.

—¿Por qué?

—Eres lindo, es de suponer que ya tienes a alguien. —sonrió— En fin, yo me voy por este lado —señaló unas escaleras que se dirigían a la siguiente calle— Fue un placer conocerte Jimin.

—Oh, sí. Igualmente.

El hombre se despidió con una sonrisa y bajó las escaleras, desapareciendo por la calle.

Jimin subió a su residencia y entró a la casa, dejando la bolsa en la mesa. Jungkook salió de la habitación con una ropa de Jimin que le quedaba un poco ajustada.

—Tardaste mucho. —dijo, acercándose para oler su cuello, pero un aroma a olivos le hizo fruncir las cejas.

—Me quedé hablando con alguien, creo que se mudó recién y me pidió que le recomendara un sabor de ramen. Es de Japón.

Jungkook lo miró sin expresión alguna.

—¿De Japón?

—Sí, se llama Ryūsei, algo así.

El Alfa apretó sus manos.

—Jimin, no quiero que vuelvas a salir solo a partir de ahora. Y menos que te topes con ese hombre otra vez.

—¿Por qué? ¿Lo conoces?

—Sólo hazme caso.

—Pero quiero saber una razón.

—Jimin. —su tono se volvió más fuerte y grave. El Omega calló abruptamente— Por favor, sólo hazme caso, ¿si? No vuelvas a hablar con ese Alfa.

Jimin no entendió su mirada, gritaba tantas cosas que era difícil descifrarlo. Algo pasaba, y quería saberlo, pero Jungkook no se lo diría. Habían cosas que todavía no conocía de él, del hombre que había dejado entrar a su vida.

Era desconcertante.

—Bien. —respondió.

Jungkook le sonrió más tranquilo y dejó un beso en su frente.

—Gracias por entender, calentaré un poco de agua para el ramen.

Así de rápido había cambiado el ambiente, Jungkook a veces actuaba como si pasaran cosas a su alrededor, y luego, como si todo estuviera bien. Claro, había pasado por alto todo esto. No lo conocía, no sabía nada de él más que lo básico. Jungkook siempre repetía una y otra vez que necesitaba esconderse, y luego, que necesitaba irse de vuelta a Japón por asuntos de negocios.

Pero había mucho más que sólo un viñedo de vino, mucho más que una simple pelea en un bar. Jungkook era más que solo un Alfa.

Y Jimin quería saber qué cosas escondía detrás de esos oscuros ojos.









helou, espero que les haya gustado el cap de hoy :) nos leemos el finde

Ryūsei:

San y Wooyoung

lugar donde vive Jimin (me inspiré en las casas de los barrios de corea que salen en los kdramas)

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