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007

Jimin salió de su habitación de puntillas, cuidando de no despertar a Jungkook en la sala. Por suerte hoy no tenía clases, así que, aprovecharía el día para repasar un poco y prepararse para los siguientes exámenes.

Pero, ¿cómo iba a poder concentrarse con un Alfa besándolo cada que se le da la gana? Hace unas cuantas semanas atrás Jimin jamás hubiera imaginado que estaría en esta situación con un hombre mayor que él. De sólo pensarlo le daba cosquillas en el estómago.

Disipó esos impuros pensamientos y siguió su camino encubierto. Pero justo cuando estaba a punto de girar la esquina, chocó de lleno con el pecho de Jungkook.

—¿Escapando de mí otra vez?

Jimin se mordió el labio inferior.

—No escapaba de ti. Sólo… iba por mis libros para estudiar. —fingió demencia total, pero Jungkook, por supuesto, no lo creía.

—Bien, hoy la modalidad de estudio será diferente. —Jimin alzó sus cejas, confundido.

—¿A qué te refieres?

—Anoche dijiste que tú mamá te amenazó con llevarte de vuelta a Busan si no mejorabas tus calificaciones. Entonces, me puse a pensar toda la noche el motivo por el cual estabas teniendo notas tan bajas. —avanzó lentamente hacia Jimin, el Omega tragó saliva, intentando sostenerle la mirada— Quizás sea yo la razón de que estés tan distraído.

—Que bueno que se lo sepas. —se encogió de hombros— Es tu culpa.

Jungkook sonrió.

—¿Debería hacerme cargo?

—¿De qué exactamente?

—De lo que he hecho, claro. —Jimin esbozó una sonrisa que no pudo ocultar, desvío la mirada, intimidado. Jungkook se cruzó de brazos, mirándolo de arriba a abajo— Te ayudaré a estudiar.

—¿Cómo?

—Por cada página que te memorices de ese libro, responderé una pregunta que quieras hacerme.

Jimin vio tentativa la propuesta. La motivación para estudiar estaba allí, sólo tenía que alcanzarla.

—Trato, pero que sean respuestas sinceras, ¿de acuerdo?

—Como tú quieras.

El Omega pasó por un costado del Alfa y tomó sus libros de la mesa para sentarse en la sala. Jungkook arrastró una silla y se sentó en frente de Jimin, con la silla al revés, teniendo como apoyo el espaldar. Jimin abrió el libro y comenzó a marcar las páginas que tenía que aprenderse.

Durante los primeros quince minutos, Jungkook se dedicó a mirar a Jimin estudiar. Apreciando en silencio sus dedos deslizarse por las páginas color crema del libro, y sus largas pestañas moverse en cada parpadeo. Sentía una extraña paz al estar aquí, simplemente en silencio, junto a él.

Su lobo deseaba quedarse en este lugar por mucho tiempo.

Era una necesidad que creció de forma eventual.

En la radio sonaba Yellow de fondo, Jungkook cerró los ojos lentamente, descansando un poco hasta que Jimin finalizara.

No supo cuántos minutos pasaron, pero la voz del Omega lo despertó.

—Acabé la primera página. —avisó.

—Hm, eso fue rápido.

—Tenemos un trato. ¿Puedo empezar con la primera pregunta? —Jungkook cabeceó en respuesta— ¿Estás casado o en una relación con alguien?

Una risita escapó de su boca.

—¿Tenías atascada esa pregunta desde hace días, no? —inquirió.

—Sólo responde.

—¿Crees que si estuviera casado o saliendo con alguien, te habría besado?

Jimin se encogió de hombros.

—Ustedes los Alfas mienten casi siempre. Así que, no me culpes.

—Bien, tienes razón. Pero yo no soy como los mocosos que van a tu Universidad. —su mirada, llena de intensidad, traspasó los sentidos los sentidos del Omega.

—Entonces… ¿Estás soltero?

Jungkook entrecerró los ojos.

—¿Cambia algo si lo estoy?

—Bueno, no quiero ser besado por alguien con pareja.

—Estoy soltero, por ahora.

—¿Por qué “por ahora”? —se cruzó de brazos, frunciendo las cejas.

—Porque tengo en mente a un Omega que quiero que sea mío. Y si él me deja, yo lo voy a conquistar. —la sinceridad de sus palabras hicieron que Jimin abriera sus ojos de par en par.

Era imposible que estuviera hablando de él, ¿cierto? No tenía motivos para querer conquistarlo.

Fingió demencia y bajó la mirada al libro.

—Suerte, de seguro te debe estar esperando. —musitó.

Jungkook volvió a sonreír. Esta vez decidió colocarse de pie y acercarse al Omega, inclinándose sobre la mesa. Jimin alzó el rostro, mirando los oscuros ojos del Alfa.

—Algo me dice que sí entendiste la indirecta, pero te haces el desentendido.

—Si ya lo sabes, entonces no hace falta que me preguntes si entendí.

—Quiero saber si quieres.

Jimin se encogió de hombros.

—Déjame estudiar sin distracciones y lo pensaré… Después de los exámenes, te daré mi respuesta.

—¿Te estás auto motivando para estudiar? —rio.

—Oye, tengo que ponerle emoción a mi carrera, o me volveré loco.

El Alfa asintió, le parecía perfecta la idea. Volvió a su silla y se cruzó de brazos, observando en silencio a Jimin. El Omega comenzó a repasar la segunda página, pero ahora, no podía concentrarse con los ojos del Alfa sobre él. Sentía que lo devoraba con la mirada.

Gracias a la luna, Jungkook se quedó dormido tras esperar veinte minutos. Jimin aprovechó para repasar todo y mentalizarse de lo que iba a pasar después de sus exámenes finales.

[🖤]

—¡Felices vacaciones de chuseok! —el profesor despidió a los alumnos por estos días libres que tenían.

Jimin salió del salón masajeandose el cuello por tan ajetreada semana de exámenes. El profesor Kim le había dicho que sus calificaciones en este corte mejoraron bastante, para Jimin eso fue un alivio después de todo. Se sentía cansado, casi no había dormido, y de comida sólo tenía una manzana y una taza de café en el estómago.

Pero valió la pena.

Ahora que tenía días libres, podría dormir todo lo que quisiera.

Entró a una tienda de conveniencia para comprar unas bebidas y llevarlas a su dormitorio. Probablemente Jungkook estaría necesitando una de estas ahora que su herida había mejorado bastante. Tomó de sabor durazno y se acercó a la caja para pagar. Dos chicos se colocaron detrás de él esperando por pagar también.

Su teléfono comenzó a sonar de repente, al tomarlo, vio la foto de su mejor amigo en la pantalla.

—¡Tae! —exclamó feliz— Pensé que te habías olvidado de mí ahora que tienes pareja.

—Pff, estoy estudiando como un esclavo. —se quejó el Alfa— Yoongi no me deja hacer nada hasta que finalice de estudiar. Es un castigo.

Jimin rio.

—Te entiendo. ¿Recuerdas al Alfa que te dije que estaba en mi casa?

—Por supuesto, el guapo dominante.

—Ajá. También me está ayudando a estudiar.

—Quiero conocerlo, quizás viaje a Seúl la otra semana porque Yoongi tiene negocios que atender. Me escaparé a tu casa.

—Tienes que avisarme con antelación, así le digo a Jungkook que tendré visitas.

Con la mención de su nombre, los dos chicos de atrás se miraron fijamente. Jimin pagó las bebidas y salió de la tienda con el teléfono en la mano.

—San, ¿escuché mal o ese chico dijo el nombre del jefe? —dijo el Omega de cabello castaño.

—No escuchaste mal, yo también lo escuché. ¿Cuántos Jungkook’s hay en Corea?

Wooyoung negó con la cabeza.

—Ninguno.

—¡Síguelo!

Ambos salieron de la tienda y miraron hacia todas partes buscando al Omega.

—¡Lo perdimos! —exclamó San.

—Mierda… Si es el Jefe entonces debe estar escondido aquí en Seúl.

—¿Qué hacemos?

—Buscar. Andando.

Wooyoung jaló a San y comenzaron a caminar por todo el barrio en busca de ese pequeño Omega rubio.

Por otro lado, Jimin caminaba tranquilo por su vecindario hacia el dormitorio. Bebía un yogurt de fresa, feliz, porque estaba libre y fuera de responsabilidades. Subió las escaleras alegre y abrió la puerta de su casa, pero en cuanto la cerró, su cuerpo fue jalado y empujado contra la pared.

Su mochila cayó al suelo, y sus ojos miraron sorprendido a Jungkook.

—¿Qué… estás haciendo? —murmuró el Omega, apretando sus manos contra la pared.

—¿Cuánto fue tu promedio? —preguntó.

—Pues, el profesor me dijo que mejoré bastante, alrededor de ocho, casi nueve.

Jungkook se mordió el labio inferior, sus ojos recorrieron el rostro de Jimin, con un peculiar brillo adorable. Más allá de lo caliente e intimidante que se veía. Jimin percibió un poco de nerviosismo en él.

—Entonces, ¿ya tienes una respuesta?

Jimin tragó grueso.

—Sí.

—¿Y bien?

—¿Puedo hacerte una pregunta antes? —Jungkook asintió— Si digo que sí. ¿Qué pasará después?

—¿Tú qué crees, Jimin?

—Ya me han roto lo suficiente el corazón, no quiero sumar otra cita al psiquiatra por un Alfa…

Jungkook soltó una pequeña risa, se acercó lo suficiente a su rostro para mirarlo. Jimin inhaló hondo su aroma, sintiéndose embriagado.

—Si rompo mi promesa de no lastimarte, tienes permitido entregarme. Esa es mi garantía.

—¿Entregarte a quién?

—Con el tiempo lo sabrás… Pero ahora, quiero aprovechar de mi libertad para no arrepentirme más adelante. Sólo quiero tu respuesta y lo demás será lo de menos.

Jimin lo pensó detenidamente, hasta que finalmente, le hizo caso a su lobo.

—Está bien, te doy permiso. Pero más te vale hacerlo bien, soy difícil. —Jungkook rio, levantó el mentón de Jimin y lo miró fijamente a los ojos, calando su interior con su mirada.

—Lo difícil siempre es mejor. Así que, espera por ello, no querrás dejarme ir después de que me conozcas mejor.

—Creo que tú eres el que no me dejará ir, ya sabía que te gustaba, era tan obvio desde que..-

Jungkook lo besó, callando su boca.

Jimin colocó sus manos sobre su pecho, sosteniéndose de él para no caer. Jungkook le rodeó la cadera con tanta delicadeza que su cuerpo sintió escalofríos. No fue nada obsceno ni desagradable, se sintió en las nubes.

Ahora que le había dado permiso para entrar a su vida, las cosas serían diferentes. Ya no era solamente un Alfa a quien cuidaba, ahora, era un Alfa que lo deseaba y había descubierto lo más inesperado de sus vidas.

Estaban destinados.

Jimin lo descubrió en el primer beso. Jungkook desde el primer momento en que se vieron en el callejón.

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