MARIA
Roma. Italia.
7 de enero de 2020
MARIA
Hoy es el día en que al fin volveré a ver a mi mejor amiga después de dos años, aunque hablamos por las redes sociales casi todos los días, al fin podremos salir juntas y lo mejor es que estudiaremos en la misma universidad.
Pero la felicidad se convirtió en tristeza cuando recibí una llamada hecha desde un hospital cercano informándome que mi madre había sufrido un accidente automovilístico y que se encontraba con varias heridas. Esa noticia me destrozó. De mis ojos comenzaron a salir pequeñas lágrimas que se deslizaron por mi mejilla hasta finalizar en suelo, eso no me lo esperaba, quedé totalmente es shock. Pero otra llamada hizo que reaccionara, era mi ex novio, Roberto, no sabía si el hecho de que él llamara era peor que la llamada del hospital, en fin, no quería hablar con él, menos después de lo que me hizo hace algunos meses, así que simplemente ignoré su llamada. Rápidamente tomé las llaves de mi auto y bajé las escaleras del edificio donde vivo que, por desgracia, no tiene ascensor y yo vivo en el quinto piso, en conclusión, es el peor día de mi vida, más porque llegando al segundo piso tropecé y por poco termino estrellándome contra la pared.
Al rato, ya me encontraba en el estacionamiento, quité la alarma de mi auto y en unos pocos minutos ya me encontraba de camino al hospital.
De camino, se me ocurrió llamar a Camila, ya que la vía que conduce al hospital es la misma que lleva al aeropuerto. Al contestar, le intenté explicar lo sucedido, pero vi a unos policías que estaban haciendo revisiones de rutina, si no termino de hablar con Camila me multarían por hablar por celular mientras conduzco, así que acordamos que la recogería en el aeropuerto.
Un rato después llegué al aeropuerto, en donde solo tuve que esperar a Camila por un par de minutos. Rápidamente ella entró y pudo notar la tristeza que me invadía.
– Todo va a estar bien – me dijo mientras ponía su mano en mi hombro.
Ese gesto de su parte me tranquilizó, me hacía creer que no estaba sola y que tenía a una gran amiga a mi lado, alguien en quien confiar, entonces no pude contener el llanto y la abracé, un momento después ella me abrazó.
Después de eso comencé a conducir.
– Ahora sí, cuéntame lo que pasó – me dijo.
– Mi madre se accidentó en su auto –
– Wow, ¿Está bien? –
– No sé, no me dijeron –
– Tranquila, de seguro ella está bien–
– No sé, tengo miedo de que no sea así–
– Cálmate, ella está bien, te lo aseguro–
Al llegar al hospital corrimos a urgencias lo más rápido posible, al llegar me acerqué al punto de información donde pregunté sobre mi madre, al rato, un doctor apareció llamando a los familiares de mi madre, en ese momento mi corazón latía fuertemente, me levanté de la silla de espera y Camila me acompañó a hablar con el doctor.
– ¿Mi mamá está bien doctor? – pregunté con gran preocupación.
– Si, tiene varios moretones y un par de cortadas superficiales producidas por trozos del parabrisas, pero nada que ponga en riesgo su vida, tuvo mucha suerte –respondía el doctor con una sonrisa.
– ¿Podemos verla? – habló Camila con la misma preocupación que yo.
– Claro, está en el tercer piso, la habitación 15 – decía el doctor señalándonos el camino con un mapa del hospital.
– Muchas gracias doctor– dije con una gran sonrisa.
– No hay de qué, si necesitan algo, solo llámenme –
Al terminar de hablar con el doctor nos dirigimos al ascensor para ir a la habitación de mi madre. Seguimos las indicaciones del doctor al pie de la letra resultando muy fácil el encontrar la habitación. No sabía cómo estaría mi madre después del accidente, sinceramente estaba asustada, menos mal que mi mejor amiga está aquí para apoyarme.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro