Buenos Aires. Argentina.

15 de enero del 2020

HORUS

Recibimos noticias sobre Jennifer y partimos de Roma hacia Buenos Aires al amanecer. Al llegar nos dirigimos rápidamente hacia el puesto de control a las afueras de la ciudad.

– Valla que tardaron – nos dijo el doctor recibiéndonos en la entrada del hospital.

– ¿Qué noticias nos tienes? – pregunté.

– Síganme, es algo que los va a asombrar –

Entramos en las instalaciones con destino a un cuarto fortificado en donde se contiene a todo tipo de criatura mitológica más fuerte que un humano incluyendo a los dioses.

– ¿Por qué ella está aquí? – preguntó Hermes.

– De eso quería hablarles. Por aquí – nos dijo entrando a una sala de control con un vidrio blindado de una sola cara. – Esta chica es diferente a cualquier otro humano que haya visto. Observen, esta es la actividad de un cerebro normal, esta es la de un dios, y esta, la de ella – nos dijo mientras colocaba un video en donde el cerebro de un dios está coloreado casi completamente de naranja indicando gran actividad neuronal, el del humano, se coloreaba en diferentes partes y en momentos diferentes teniendo no mucha actividad comparándola con nosotros. Pero la de ella, era diferente, era una mezcla de ambas, como si fuera una semidiosa.

– ¿Ella tiene genes de algún dios? – preguntó Hermes.

– No mi señor, ya revisé cada uno de sus parientes partiendo desde el año 100 antes de cristo y no hay ningún descendiente divino –

– ¿Entonces por qué tiene esa actividad neuronal? –

– Aún no lo sabemos con certeza, pero creemos que fue por el contacto que tuvo con los poderes de Horus. Al parecer el daño creado por la gran descarga que sufrió la hizo que su cerebro evolucionara, y no solo ocurrió en el cerebro, también vemos mejoras en las extremidades, corazón y pulmones. Es literalmente una súper humana –

– Felicidades Horus, acabas de crear un salto evolutivo, ahora el Concilio verá más fácilmente a los humanos como una próxima amenaza, además, ¿Conoces el castigo por alterar la evolución humana? – comentó Hermes sarcásticamente.

– Perdón, no sabía que esto podía pasar, además, así tendremos más ventaja sobre Hades y su ejército –

– Horus tiene razón, aunque haya sido una falta el haber utilizado sus poderes, nos ha dado una gran ventaja al tener el primer humano de la próxima era –

– No puedo creer que vean esto como algo positivo – comentó Hermes indignado.

– Tranquilo Hermes, mientras no lo reportemos no pasará nada – le dije para tranquilizarlo.

– Bien. Doctor, ¿Podemos entrar a hablar con ella? –

– Si claro, solo les pido que aseguren la puerta en caso de emergencia –

Salimos de la sala de control hacia la puerta de seguridad de aquel cuarto. Pero Hermes no quiso entrar dejándome solo con ella. Al abrir, ella me reconoció e instantáneamente me lanzó una silla con gran fuerza.

– ¡Tú eres el responsable de que esté aquí encerrada! – nos dijo Jennifer muy furiosa.

– Espera, déjame hablar – comenté

– ¡No! – me dijo mientras me lanzaba un puño que logré frenar, pero se notaba el aumento de la fuerza, definitivamente es alguien con quien no quisiera pelear si fuera mortal.

– Jennifer, por favor, cálmate –

Ella intentó golpearme de varias formas, pero logré frenar todos sus golpes con un poco de dificultad. Luego de algunos minutos, el cansancio comenzaba a notarse en ella.

– ¿Ahora si podemos hablar? – le pregunté.

– Bien, siéntate – Me dijo mientras se sentaba en el borde de la cama.

Me acerqué y me senté a su lado.

– ¿Qué me quieres decir? –

– Primero que todo me gustaría disculparme por todo el daño que te hice hace un par de días. Pero en realidad no todo es malo. Según los estudios eres peculiar, no eres un humano normal. Al parecer, el que te demostrara mis poderes accidentalmente ha alterado tu ADN haciéndolo mutar, convirtiéndote en el primer humano capaz de poder multiplicar tus neuronas, además de que también aumentó tu capacidad tanto físicamente como mentalmente. En otras palabras, eres una súper humana –

– ¿Acaso me ves la cara de tonta? –

– No Jenny yo solo...–

– No me llames así, mejor dicho, no me hables, solo sácame de aquí –

– Yo solo quería disculparme y pedirte ayuda, pero entiendo que estés molesta, a nadie le gustaría probar lo que te hice hace un par de días –

– En eso tienes razón, lo que me hiciste no tiene perdón, así que lárgate –

– Necesito que confíes en mí solo esta vez –

– No. Ahora lárgate –

– Jennifer, lamentamos lo sucedido, pero no tenemos tiempo para esto, esto es un asunto muy importante y necesitamos tu ayuda o nadie en el mundo sobrevivirá– dijo Hermes mientras entraba a la habitación con un tono de seriedad.

– ¿Quién te crees que eres para hablarme de esa forma? –

– Un dios que es capaz de noquearte con un ligero golpe si no dejas de ser tan arrogante y obstinada–

– No creo que seas capaz de pegarle a una chica –

– Soy capaz de hacer cosas peores, así que eso no me importa –

– Créeme Jennifer, en serio no le importa – le susurré al oído.

– Bien, les ayudaré, pero no crean que lo hago por gusto – dijo Jennifer disgustada.

– Excelente, ahora sígueme, tengo que informarte de todo –

Salimos de la sala en dirección al centro de mando en el edificio de al lado. Al llegar, Hermes prendió la pantalla de la gran mesa creando una imagen holográfica de la tierra con unos pequeños puntos azules y verdes en diferentes partes del mundo.  

– Este es tu mundo, un buen lugar dónde vivir –

– ¿Qué son esos puntos azules? – preguntó Jennifer curiosa.

– Son las ciudades más importantes del mundo, en esos lugares tenemos cuarteles o bases de campo como esta en donde monitoreamos la actividad humana y últimamente, posibles amenazas –

– ¿Y esos puntos verdes? –

– Esos representan lugares divinos como el Olimpo o el inframundo egipcio –

– ¿Puedo tocarlos? –

– Claro, adelante –

Jennifer pulsó sobre Buenos Aires. De inmediato la imagen cambió dando el mapa de la ciudad con los datos más importantes como población y nombre oficial. Hermes oprimió un botón de la consola de la pantalla haciendo aparecer un teclado holográfico. Inmediatamente comenzó a escribir comandos que hicieron que la imagen de Buenos Aires volviera a la imagen de la Tierra.

– Toca otro –

Jennifer, ansiosa, oprimió el puntico que representaba al Olimpo. Automáticamente la imagen cambió dando la misma información que la imagen de Buenos Aires, solo que ahora del Olimpo. Hermes volvió a escribir en el teclado haciendo que apareciera una carpeta con diferentes videos, uno de ellos era la de la batalla del Olimpo, el cual reprodujo.

– Esa es la batalla que vi cuando Horus me tocó –

– Efectivamente, esto fue real, y la destrucción del mundo tal y como lo conocemos también lo será si no los detenemos –

– ¿A quién? –

– A él y sus hombres – dije señalando la imagen de Hades en la pantalla.

– Él es Hades, rey de los muertos y un dios vengativo –

– ¿Cuál es mi misión? –

– Te unirás a un grupo de humanos a los que se les darán nuestros poderes para que nos ayuden a derrotarlos –

– ¿Hay más como yo? –

– Con tus habilidades, ninguno. Pero si hay otros cinco jóvenes más que se unirán a un grupo de élite –

– ¿Cunado nos veremos con ellos? –

– En tres días saldremos hacia Roma en dónde están los demás – dijo Hermes mientras apagaba la consola.

– Ahora ven conmigo, voy a comenzar tu entrenamiento –

Jennifer y yo salimos de la habitación con destino al campo de entrenamiento en la parte trasera del complejo.

– Corre hacia ese maniquí y embístelo lo más rápido que puedas – le ordené mientras le señalaba un maniquí de entrenamiento que se encontraba a unos trescientos metros de distancia.

Ella asintió con la cabeza y comenzó a correr, unos segundos después, embistió al maniquí lanzándolo varios metros por los aires.

– Sesenta y cinco kilómetros por hora señor – me dijo un soldado mientras miraba el medidor de velocidad.

– ¿Qué tal lo hice? – me preguntó Jennifer mientras caminaba a mi posición.

– Mejor de lo que creí. Ahora, quiero que golpees este maniquí –

Jennifer asintió con la cabeza. Luego, golpeó el saco lleno de arena haciéndole un pequeño hoyo.

– Wow, eres fuerte –

– Eso que no apliqué toda mi fuerza – me dijo con una sonrisa.

– Muy bien, mañana me mostrarás toda tu fuerza mientras peleas contra mí –

Sinceramente me sorprende su fuerza, sin duda la subestimé, creo que este pequeño accidente puede ser la respuesta a todos nuestros problemas.