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033.

Maratón final 1/2

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Ese día amaneció gris, oscuro y silencioso, era como si el mismísimo Dios supiera que algo malo ocurriría. La incertidumbre, la traición y la muerte se sentían a kilómetros, porque esa era la distancia que tenían de la fuente de la juventud, sólo un par de kilómetros y finalmente llegarían.

El barco del Cadáver de la Reina iba detrás a una distancia considerable del Belleza Negra, siguiéndoles el paso y continuando con el acuerdo de ambos unir alianzas para un beneficio en común. Era impresionante como Jungkook llegó a tener absolutamente todo lo necesario para salirse con la suya y completar el ritual de forma exitosa sin necesidad de aliarse con nadie más. Pero no siempre los planes salen como uno lo desea, ni tampoco tenemos el control de lo que sucede a nuestro alrededor, por lo que ahora dependía de la palabra de Yoongi, y él de la suya.

Mientras tanto en la tripulación fantasmal, todos comenzaban a prepararse para desembarcar y atacar en cuanto llegaran a su destino. Porque sí, planeaban atacar a la tripulación enemiga. Pues Yoongi no quería compartir absolutamente nada, quería robarse el cáliz, volverse mortal y matar a Jungkook para conservarlo en su nave como prisionero para siempre. Además de eso, planeaba también asesinar a Jimin una vez lo hallase utilizado con la misma intención de obtener su alma. Porque si bien una vez bebiera del agua de la fuente, dejaría de ser un fantasma, su acceso al Inframundo no desaparecía pues había hecho un pacto con una entidad maligna para conservar su poder.

Teniendo al mal de su lado, sería completamente invencible y poderoso a pesar de haberse convertido en mortal.

Jimin permanecía recostado sobre la pared del calabozo mientras esperaba pacientemente a cualquier cosa que llegase a suceder, cuando observó nuevamente una luz acercarse a lo lejos y las pisadas de varias personas. En cuestión de segundos, tenía a tres piratas del barco al frente de su celda que, sin darle ninguna explicación, abrieron la reja para entrar dos y tomarlo de ambos brazos con fuerza hasta sacarlo de allí.

—¿Qué están haciendo? ¡Suéltenme! —reclamó removiéndose con brusquedad entre ambos piratas mientras era arrastrado por los pasillos del calabozo a quien sabe dónde.

—¡Alteza!

Escuchó una voz conocida a su lado provenir de una oscura celda, por lo que rápidamente no dudó en imponer fuerza hasta detener su caminado en medio pasillo e inclinar su cuerpo hacia dicha celda para observar al padre de Jungkook.

—¿Señor Jeon? —murmuró sorprendido y a la vez aliviado de verlo a salvo, o bueno, en lo que cabe— Lo siento mucho, yo no quería que usted-

—Escuche, Alteza —le interrumpe el hombre de mediana edad con un rostro firme, pero con angustia en sus ojos— No tiene que preocuparse por mí, sino por Jungkook, él hizo un trato con Yoongi para que nadie saliera herido. Pero aun así Yoongi planea romper el trato y asesinarlo cuando lleguen a la fuente. Por favor, dígale que no intente salvarme y que se salve a sí mismo antes de que sea demasiado tarde.

—¿Qué? —le mira anonadado.

—Prométame que se lo dirá e intentará salvarlo, por favor.

Sin entender completamente la situación mientras aún era retenido por aquellos piratas, Jimin cambia su expresión a una seria y traga saliva para asentir firme con la cabeza.

—Lo prometo.

Dicho esto, los piratas ejercen más presión sobre él para que continuara avanzando, provocando que le diera una última mirada al padre de Jungkook hasta finalmente abandonar el calabozo infernal y volver a la cubierta.

El cambio de iluminación ocasionó que cerrara sus ojos con fuerza, además de sentir un dolor agudo en sus oídos ante el fuerte bullicio que estaba haciendo esa tripulación. Abrió nuevamente sus ojos cuando sintió que lo esposaban con las manos al frente, después miró a su alrededor sorprendido al ver el océano azul y darse cuenta de que ya no se encontraban en el Inframundo sino en el mundo real. Entre los tripulantes, Min Yoongi apareció en su campo de visión, acercándose con una sonrisa maliciosa y un porte seguro.

—Por fin ha llegado la hora de la verdad, su Alteza —dice invadiendo su espacio personal para alzar una mano y rozar su mejilla con delicadeza— La vamos a pasar muy bien, y con suerte, me llevaré a dos almas nuevas conmigo esta noche... Incluyendo la suya.

Jimin apartó la mirada y quiso retroceder, pero no pudo pues aun seguía retenido por aquellos hombres.

—¿Qué trato hiciste con Jungkook? —fue lo único que preguntó con voz contenido y mirada desconfiada.

—Oh, no es de tu incumbencia —le restó importancia con una sonrisa despreocupada— De todos modos, no cumpliremos nada del trato, porque no pienso compartirte por nada del mundo y quiero ganar.

De inmediato el príncipe impulsó su cabeza hacia adelante para golpear con fuerza la nariz del contrario sacándole un grito de dolor.

—¡Vete al infierno! —exclamó sin dudar y con la respiración pesada.

—¡Joder! —gritó el azabache llevándose ambas manos a la nariz para proseguir a mirarle furioso y avanzar con decisión hasta él para tomarle fuertemente del cuello— De ahí vengo, Alteza. Así que no se pase de listo conmigo porque una vez tenga su alma en mi poder, lo haré sufrir día tras día hasta rogarme piedad.

—No te tengo miedo —espetó el rubio entredientes mientras sentía la mano del pirata hacer presión en su garganta cada vez con más fuerza.

Yoongi volvió a sonreír y poco a poco sus ojos se tornaron de un espeluznante color grisáceo.

—Pues debería... —murmuró con una voz rasposa y demoníaca, muy diferente a la original. Así que tomó la mandíbula de Jimin para obligarle a verle fijamente a los ojos— Escuché por ahí que usted es muy bueno en el duelo a espadas... Quizás debería de mandarle un regalito a Jeon, ¿no le parece? —Dicho esto, intensificó la oscuridad y maquiavelismo de su mirada traspasándola a los ojos de Jimin quien intentó resistirse lo más que pudo.

Pero navegando bajo las aguas fantasmales, Yoongi ahora era mucho más fuerte y no pudo detenerlo.

————— [ 💀 ] —————


La nave del capitán Jeon se detuvo a varios metros de distancia de la isla en la que supuestamente se hallaba la mística y famosa fuente de la juventud. Por lo que prosiguieron a remar en botes hasta la orilla para introducirse en la caverna que los llevaría a su tan anhelado destino. Entraron a la oscura y silenciosa caverna, avanzando cada uno con una antorcha en su mano para iluminar el robusto camino lleno de piedras, picos y grandes charcos de agua. Debían de ser cuidadosos por donde pisaba ni tocar nada pues un movimiento en falso y alguno podría salir herido.

Como el líder y capitán, Jungkook iba al frente con Seokjin a un costado guiando cada vez más y más adentro a la tripulación hacia un destino desconocido. Todos armados hasta los dientes y con sus mejores atuendos que tanto les caracterizaban. Continuaron avanzando hasta llegar al final de la caverna, observando atentamente la pared de roca al frente suyo que traía una escritura tallada. Jungkook se acercó con decisión e iluminó la superficie para rozar con la yema de sus dedos la escritura y proseguir a leer en voz alta lo que decía:

—"Agua de vida".

Después de unos silenciosos segundos en los que la tripulación se quedó inmóvil y expectante, el agua de la caverna comenzó a arrastrarse entre las piedras y paredes para acumularse arriba de ellos, formando una especie de entrada hecha de agua o portal. Todos permanecieron en su posición mirando hacia arriba, sin quitar sus rostros sorprendidos y un poco asustados, pues contemplar eso era algo sumamente hipnótico e increíble.

Cuando todo se detuvo y la entrada terminó de formarse, Jungkook se acercó hasta quedar al centro y alzar su mirada hacia dicha entrada que se veía majestuosa e iluminada. Por lo que levantó su espada hacia la entrada para tocarla con cautela, logrando que inmediatamente lo absorbiera hacia arriba y desapareciera del campo de visión de su tripulación. Jungkook se dejó llevar hasta finalmente llegar a una parte distinta de la caverna, resurgiendo desde el suelo entre las tinieblas y pisar tierra. Una vez recobró la compostura, de sus labios salió un jadeo sorprendido por la maravillosa vista que tenía ante sus ojos.

Finalmente, y después de tres meses navegando sobre las aguas del Caribe, había llegado a la fuente de la juventud. La cual consistía en una roca en forma de arco que se encontraba sobre una superficie de tierra, dentro de ella chorreaba el agua de la vida y era iluminado por una luz celestial que salía desde un orificio de la caverna. A su alrededor había más agua que provenía también de la fuente, musgo y sin dejar pasar por alto la enorme cantidad de objetos de oro y diamante. Poco a poco la demás tripulación comenzó a subir, quedándose igual de impresionados ante el mito hecho realidad.

Sintiéndose hipnotizado, Jungkook caminó hacia la fuente chapoteando con sus botas los charcos de agua hasta extender lentamente una mano al chorro de agua y tocarla.

—Es real... —susurró con una pequeña sonrisa viendo años y años de planificación en el reflejo de esa agua, los momentos en que su padre le contaba esa leyenda y le prometía que algún día irían juntos, inclusive creyó ver su rostro y sus ojos brillaron— Es real, padre. Te prometo que te liberaré... Cueste lo que cueste.

—¡Capitán! —le llamaron y volteó su rostro hacia su tripulación quienes estaban fascinados con toda la mercancía valiosa que habían encontrado— ¿Qué haremos ahora?

—Lo que haremos ahora será esperar —respondió mientras se alejaba de la fuente y secaba sus manos— Y estar listos para cualquier batalla... No toquen nada, no queremos arriesgarnos a contraer alguna maldición, pero les aseguro que este tesoro ya es nuestro y nadie nos lo va a quitar —sonrió en grande— Lo hemos logrado.

Al instante todos los piratas festejaron en grandeza y alegría, aún no cantaban victoria porque todavía les faltaba lograr un próximo objetivo, pero finalmente habían llegado a su destino. Sin embargo, en medio de la pequeña celebración Seokjin notó a lo lejos la silueta de una persona que le resultaba bastante familiar, por lo que no dudó en acercarse a Jungkook y tocar su hombro.

—Jeon... —le llamó sin apartar su vista confundida del frente— ¿Ese no es el príncipe Park?

Inmediatamente Jungkook borró su sonrisa y giró su rostro sorprendido hacia la dirección que miraba Seokjin.  Logrando visualizar a lo lejos la figura de Jimin entre las tinieblas de la caverna caminando hacia ellos con decisión, vestía prendas oscuras, tenía una mirada siniestra y una espada en la mano. Específicamente la espada que le había obsequiado Jungkook. Toda la tripulación se quedó completamente sorprendida y confundida sin saber cómo reaccionar puesto que el príncipe venía solo, o eso creían.

—¿Jimin? —murmuró el capitán acercándose hacia el príncipe completamente extrañado y pensando por un momento que había logrado escapar. Sin embargo, toda especulación se fue a la basura en el momento en que la luz de la caverna iluminó el rostro del rubio y notó sus ojos de un color grisáceo, luciendo completamente irreconocible por lo que se detuvo de golpe.

Pero Jimin no lo hizo, él continuó avanzando rápidamente hacia Jungkook con rabia hasta elevar su espada e intentar atacarlo, pero este la esquivó de forma ágil.

—¡¿Jimin?! —repitió viéndole anonadado mientras retrocedía y sacaba también su espada para defenderse de los duros ataques que comenzaba a hacerle el contrario— ¡Detente! ¿Qué estás haciendo? ¡Soy yo! —exclamó sin entender nada hasta que creyó haber visto esa misma mirada espeluznante en otra persona y no tardó en entenderlo.

Jimin estaba poseído por Yoongi.

Y cómo si lo hubiese invocado, de inmediato escucharon varias pisadas y bulla alrededor para darse cuenta de que estaban rodeados por la tripulación del Cadáver de la Reina. Yoongi se posicionó en lo alto de una roca con una sonrisa maligna al ver a Jimin atacar a Jungkook, entonces alzó su espalda en alto para gritar:

—¡Ataquen! —ordenó y al instante toda su tripulación corrió a atacar la de Jungkook quienes no dudaron en responder también a los ataques.

Jungkook maldijo al diablo, a Yoongi y hasta su madre porque el pirata había fallado a su palabra y atacó primero antes que ellos lo cual los dejaba en gran desventaja. Sabía perfectamente que Yoongi iría tras el cáliz el cual era protegido y guardado en el saco de Seokjin quien luchaba de forma audaz contra los enemigos. Asimismo, sabía que había enviado a Jimin a atacarlo sabiendo de antemano que había muchas probabilidades de que le ganara en un duelo a espadas.

—¡Hijo de perra! —le gritó a Yoongi viéndole de reojo mientras peleaba con Jimin y retrocedía ante sus ataques en vez de devolverlos puesto que no quería hacerle daño— ¡Ven y pelea conmigo, maldito cobarde!

Desde su posición mientras asesinaba a uno de los tripulantes de Jeon, Yoongi se volteó sin dejar de reír y mirarle con diversión.

—¡Sorpresa, Jeon!

—¡Déjalo en paz! —protestó harto doblando con agilidad la espada de Jimin hacia un lado con la suya para lastimar su muñeca y que se alejara momentáneamente— ¡Tú pelea es conmigo!

Aun así, Yoongi le ignoró y continuó asesinando a la tripulación enemiga, por lo que Jungkook se concentró nuevamente en Jimin. Todo esto no podía evitar que recordara la primera vez que luchó contra él en la cubierta del barco, sólo que ahora era totalmente diferente porque se trataba de un duelo a muerte en donde Jimin no iba a parar hasta asesinarlo. Finalmente, Jungkook no tuvo más remedio que lastimarlo para poder salvarse, golpeando su rostro con su codo cuando estuvo muy cerca e intentando quitarle la espada mientras estaba distraído. Pero Jimin se apartó de inmediato y le propició un fuerte puñetazo en la cara que lo hizo retroceder hasta resbalarse con una piedra mojada, logrando que cayera al suelo y se lastimara una costilla con las demás rocas. Jungkook gimió de dolor, pero sin haber soltado la espada, recibió los ataques de Jimin quien no tenía piedad de nada ni nadie. Jimin hizo ademán de incrustar la espada en su pecho, pero rápidamente Jungkook la esquivó y le hizo una zancadilla.

Jimin aterrizó de un golpe en el húmedo suelo, soltando su espalda y cuando intentó volver a agarrarla Jungkook la pateó lejos de él. Rápidamente se subió encima suyo y lo inmovilizó presionando su espada flexionada contra su pecho y brazos. Jimin se removió furioso e impotente queriendo atacarlo sin dejar de mirarlo con esos ojos grises, sin embargo, hubo unos segundos en que el color desapareció volviendo a sus ojos color miel, pero enseguida volvió a estar poseído. Jungkook le miró sorprendido y sin soltarlo, volteó su rostro hacia dónde estaba Yoongi para notar que le habían dado una fuerte paliza. Eso es. Entre más débil estuviera Yoongi, más posibilidades habían de que Jimin volviese a la normalidad.

Jungkook regresó su rostro hacia Jimin solamente para ser recibido con un duro golpe de frente a frente lo que logró marearlo unos segundos y que Jimin cambiara de posiciones, quedando encima de él para comenzar a asfixiarlo. Por otro lado, Yoongi recibió una incrustada en el estómago por un contrincante que le sacó un gemido de dolor y perdiera fuerzas de forma abrupta. Logrando romper el hechizo que tenía sobre el príncipe. De inmediato, Jimin se detuvo al volver a la realidad, alejando las manos del cuello de Jungkook y viéndole completamente asustado con sus hermosos ojos color miel.

—¿J-Jungkook? —murmuró sorprendido procesando lo que acababa de pasar mientras observaba al pelinegro toser sin parar e intentar alejarse de él.

Jeon no le había escuchado por lo que rápidamente tomó su espada y se levantó del suelo al mismo tiempo que Park, para así ambos apuntarse de la misma forma con sus espadas y las respiraciones agitadas.

Aunque a los segundos el pelinegro logró reconocer aquella mirada del rubio que tanto había observado los últimos meses y bajó su espada.

—¿Jimin? —le miró extrañado y con un eje de ilusión— ¿Eres tú?

—E-Eso creo... —respondió aun sintiéndose extraño y asustado por lo sucedido— Santo cielo, eso fue horrible.

—Joder, sí eres tú.

Rápidamente se fundieron en un fuerte, aliviado y necesitado abrazo en medio de aquella batalla, sintiendo los acelerados latidos del otro y la tensión de sus cuerpos disminuir en cuanto hicieron contacto.

—¿Estás bien? —Jungkook rompió el abrazo para tomar el rostro de Jimin y verle con preocupación— ¿Te lastimaron?

—Estoy bien —respondió el príncipe viéndole aún asombrado y con los ojos brillantes— P-Pensé que jamás volvería a verte.

El capitán sonrió completamente absorto a la persona que tenía al frente y negó con la cabeza.

—No vas a deshacerte de mí tan fácilmente, Alteza.

Jimin sonrió, pero de inmediato recordó algo sumamente importante que tenía que decirle y cambió su expresión de forma drástica

—T-Tú padre... —comenzó emocionado y con la respiración agitada— Conocí a tu padre, Jungkook. ¡Dios mío, eres igual a él!

Inmediatamente la sonrisa y aura calmada del capitán se borró por completo para pasar a una mirada pasmada.

—¿Qué?

—M-Me pidió que te dijera que no quiere que lo salves —le miró preocupado— Él sabe sobre tu plan y no quiere volver a la vida, quiere descansar en paz.

—¿Q-Qué? —volvió a decir sin quitar la expresión en su rostro mientras retrocedía un poco— ¿De qué estás hablando? ¿Él dijo eso?

—¡Sí! Además, Yoongi planea matarte una vez te enfrentes a él, ahora es demasiado fuerte y quiere conservar nuestras almas en su barco... —traga saliva y posa ambas manos sobre su pecho— Por eso me envió a mí a atacarte primero porque sabe que en cuánto lo ataques logrará matarte con facilidad. Tenemos que irnos de aquí antes de que sea demasiado tarde y logre su objetivo.

Pero Jungkook frunció el ceño e impuso fuerza cuando Jimin quiso moverlo de su lugar, negando con la cabeza.

—No, no me iré —espetó con voz firme y la mandíbula presionada— No me importa lo que haya dicho mi padre, voy a sacarlo de ahí y a todas las almas que habitan en ese barco, aunque sea lo último que haga. No vine aquí para huir sin luchar, vine a ganar.

Jimin se queda completamente anonadado.

—Pero es lo que tú padre quiere que hagas y debes respetar sus deseos.

—Está bien si no quiere que lo resucite, lo acepto, pero rendirme ante Min Yoongi eso jamás —sacó nuevamente su espada y miró con enojo a su enemigo pelear a lo lejos— Lo mejor sería que tú te vayas de aquí, porque él nos quiere a los dos, pero principalmente a ti —le miró a los ojos para negar con la cabeza— Y no pienso perderte, otra vez.

—Pues yo no pienso dejarte —dijo el príncipe angustiado— Y tampoco quiero que te enfrentes a él solo.

Jungkook inhaló y exhaló con fuerza para recoger la espada de Jimin del suelo y extendérsela.

—Muy bien. ¿Entonces vas a luchar conmigo o no?

Jimin miró la espada y después a Jungkook con un rostro serio para finalmente suspirar y aceptarla.

—Tú mandas, capitán —aceptó con una pequeña sonrisa de lado— Sólo procura no morir en el intento.

Jeon también sonrió e iba a hacer ademán de responder cuando inmediatamente es sorprendido por el ataque a espaldas de un pirata fantasma que logró esquivar con agilidad debido a sus buenos reflejos y voltearse para comenzar a combatir con él. Al mismo tiempo, Jimin se voltea para toparse con otro pirata y agacharse al instante que esté bateó su espada en su dirección, entonces se levantó y prosiguió a defenderse.

Oficialmente esto era una guerra llena de trampas, traición y muerte, y no iban a parar hasta ganarla.


Genteeeee, perdón por la tardanza. Pero listo, oficialmente se vino la batalla así que póngale condón que se viene, eh. Estaré publicando la continuación en unos minutos, estén atentxs.

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