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032.

Definitivamente pasar en el calabozo del barco del Cadáver de la Reina era mucho peor que el del Belleza Negra.

Sólo había pasado un día desde que Min Yoongi lo había raptado y sentía que iba a volverse loco en ese lugar. Más aún porque estaba completamente oscuro, los gritos y lamentos de los otros prisioneros no lo dejaban cerrar los ojos ni un sólo segundo además del hecho de no saber qué había en la oscuridad.

Para su fortuna, se aproximaba la hora de la noche en la que Juwon, el padre de Jungkook, le había dicho que lo ayudaría a escapar de ese horrible lugar. Al estar a oscuras, no tenía percepción del tiempo por lo que sólo podía intuir si era de día o de noche por los comentarios de los prisioneros con mayor experiencia. Y según ellos, ya era de noche así que se dedicó a esperar pacientemente al señor Jeon.

Pasó una hora. Dos horas. Tres horas. Y nada. Aún así, no quería ser pesimista por lo que intentaba ser positivo y pensar que probablemente el hombre todavía no había encontrado el momento para bajar.

Al cabo de media hora, Jimin divisó una luz comenzar a asomarse cada vez más y más en los pasillos, por lo que inmediatamente supuso que se trataba del señor Jeon. Pero grande fue su sorpresa al acercarse con anticipación a las rejas de su celda y observar nada más ni nada menos que a Yoongi.

—¿Por qué esa expresión, su Alteza? —pregunta el azabache con un rostro serio mientras estaba acompañado de otro hombre que sostenía una linterna de queroseno— ¿Acaso estaba esperando a alguien más?

Jimin frunció el ceño y tragó saliva al suponer de inmediato que Yoongi había descubierto su plan con Juwon.

—¿Qué le has hecho?

—¿Yo? Nada —sonríe de repente y se encoge de hombros— Es sólo que yo siempre me entero de absolutamente todo lo que sucede en mi barco, por eso nadie se sale con la suya aquí ni mucho menos se escapa.

—No le hagas daño —pidió refiriéndose al padre de Jungkook y haciendo una mueca al sentirse culpable— Sólo intentaba ayudarme a escapar porque yo sé lo pedí.

—Oh, descuide, no le haré daño —aseguró— Solamente volveré a mandarlo al calabozo para toda la eternidad, es triste, porque hace poco había logrado salir de ahí y trabajar en la cubierta... Pero bueno, no es mi problema.

El príncipe suspiró agobiado y cerró sus ojos mientras sentía una enorme impotencia en su interior.

—Por cierto, no te he presentado a nuestro contramaestre del barco —continúa Yoongi volteándose hacia el hombre delgado, cabello blanco, ojos oscuros y mirada analizadora que estaba a su lado sosteniendo la linterna— Jung Hoseok.

Hoseok sonrió ampliamente y le extendió una mano por medio de las rejas a Jimin.

—Mucho gusto, su Alteza. Hace bastante tiempo que quería conocerlo y espero podamos llevarnos bien.

Jimin no respondió ni aceptó su mano permaneciendo cruzado de brazos y viéndole de pies a cabeza con un rostro de pocos amigos.

—Bueno, ya no me cae bien —sentenció Hoseok sacando la mano y también haciéndole mala cara— Al cabo que ni quería ser su amigo.

—¿Por qué mierda querría ser tu amigo? —contesta el príncipe con voz irritada mirando a ambos— ¿Por qué piensan que voy a unirme a su maldita tripulación? Ya tomé una decisión y por esa razón estoy aquí encerrado.

—Calma, Alteza —le detiene el azabache— Lo sabemos muy bien, solamente intentamos alivianar las cosas pero si usted no quiere está bien.

Estando completamente harto y enfadado, Jimin se acercó con decisión hasta las rejas para darles un fuerte golpe con el pie sin importar que le lastimaran.

—¡Sáquenme de aquí! —exclamó perdiendo la paciencia y teniendo la respiración agitada— ¡Sólo son unos malditos cobardes y jamás van a volver a la vida!

Inmediatamente Yoongi da unos pasos al frente de forma intimidante y atraviesa las rejas provocando que Jimin retrocediera sorprendido. Hoseok también le siguió colocándose a su lado.

—Me parece que los efectos de estar encerrado en el calabozo infernal están comenzando a dar frutos —habla Yoongi con voz monótona— Desesperación, impulsividad y paranoia. ¿Aún sigue seguro de su decisión, Alteza? Porque todavía puede unírsenos y conspirar juntos contra Jungkook antes de que pierda completamente la cabeza...

Park tragó saliva y recordó que aún traía su pistola consigo por lo que inmediatamente la sacó y apuntó hacia Min quien no dudó en comenzar a reírse.

—¿En serio, Alteza? Si quiere puede disparar pero sabe que no logrará nada con eso.

Entonces el rubio dirigió la pistola a su propia cabeza y las sonrisas de ambos piratas se borraron.

—¿Quieren jugar de verdad? —pregunta con una mirada ansiosa— Porque sinceramente mi vida me está comenzando a importar un comino en estos momentos, y más si eso permite que no se salgan con la suya.

—Si muere aquí, su alma permanecerá atrapada en este barco para toda la eternidad —avisa el azabache.

—Puede ser, pero el plan no les serviría de nada conmigo muerto porque mi sangre se necesita viva —sonríe un poco— Entonces tanto yo como ustedes permaneceremos aquí por siempre y nunca seremos mortales, otra vez. No me importa sacrificarme mientras tú nunca vuelvas a ser nuevamente un humano que atormente a toda mi nación.

Por primera vez en la noche, Yoongi se muestra un poco preocupado puesto que no pensaba que Jimin supiera toda esa información, así que solamente se dedica a fulminarle con la mirada.

—Interesante, ¿y qué hay de Jeon? —alza una ceja— ¿Planea dejarlo sin ninguna explicación?

—Él no me interesa.

—Miente, lo ama y por eso no sería capaz de presionar el gatillo.

—Cuando eres parte de la corona debes de sacrificar muchas cosas por tu pueblo y el amor es una de ellas, capitán —explica Jimin con una mirada firme— Por eso no se nos tiene permitido amar, cualquier tipo de emoción es una presunta amenaza y riesgo.

Hoseok hace una pequeña mueca pensativo.

—Vaya, eso es muy triste. ¿Quiere decir que no ama a nadie? ¿Inclusive al capitán Jeon?

La manzana de Adán del príncipe se mueve y su mirada se suaviza al pensar profundamente en eso.

—No.

—¿No? —repite Yoongi viéndole sorprendido— Oh... Entonces adelante, su Alteza. Dispare y ya veremos qué haremos con usted cuando sea parte de nosotros. No vamos a detenerlo porque realmente no nos importa tanto volver a la vida —miente para manipularlo y sonríe de forma maliciosa— Ya quiero ver la expresión de Jungkook al decirle que usted se ha suicidado, quizás y hasta él mismo se ofrezca a que lo mate con tal de permanecer a su lado. ¡Eso sería maravilloso!

Jimin jadeó en sorpresa ante sus palabras y al pensar más a fondo que aquello era una muy grande posibilidad pues Jungkook sería capaz de hacerlo porque lo amaba. Mierda. Jungkook le había dicho que lo amaba. Nunca nadie le había dicho eso desde su madre y por un momento había llegado a pensar que nadie más lo amaría. Pero Jungkook lo hacía, y por mucho que le costara creerlo, no podía hacerle esto.

Y fue justo en ese momento que se dio cuenta que él también lo amaba.

Así que lentamente bajó el arma ante la atenta mirada de aquellos piratas hasta dejarla caer al suelo sin ningún esfuerzo, de inmediato Hoseok la agarró y la guardó en su cinturón. Al igual que el arma, el príncipe se dejó caer débilmente de rodillas al suelo con la cabeza gacha y comenzando a derramar lágrimas en silencio. Pues sus palabras y enseñanza de vida habían sido en vano, porque no se veía capaz de sacrificar su amor por Jungkook por el bien de su nación, porque no podía cumplir con su deber y estaba siendo un egoísta.

Pero era la primera vez que sentía que amaba a alguien y estaba enamorado, era la primera vez que sentía que podía darlo todo por una persona sin esperar nada a cambio, era la primera vez que sentía que podía renunciar a absolutamente todo sólo para estar con él.

Era la primera vez que sentía amor de verdad.

Y no iba a permitir que Jungkook terminara atrapado en el barco de su peor enemigo por su culpa. Ni mucho menos que Yoongi se saliera con la suya al obtenerlos a los dos y ganara la batalla.

Mientras sollozaba, sintió la mano del pirata fantasma acariciar suavemente su cabello y se tensó.

—Oh, lo entiendo tanto, su Alteza... —intenta empatizar con voz suave el azabache— El amor es una mierda, nos domina y controla más que a nosotros mismos. Yo no amo a nadie desde hace mucho tiempo, pero es porque en esta condición no puedo sentir nada, no puedo amar. ¿No es irónico? Muchos humanos se fuerzan a no sentir nada por nadie cuando otros anhelan sentir algo.

Al instante Hoseok percibe una energía extraña y rápidamente se acerca a Yoongi para posar una mano en su hombro.

—Capitán —avisa, pero el azabache también lo había sentido por lo que sólo se dedica a sonreír al captar de quién se trataba.

—Hablando de amores, Alteza, parece que tenemos compañía.

—¿Qué? —Jimin alza la cabeza de inmediato para verle confundido y algo sorprendido.

Riéndose, Yoongi gira sobre sus talones dispuesto a irse junto con Hoseok atravesando nuevamente las rejas de la celda.

—Qué conveniente, parece que su querido capitán acaba de pisar su propia tumba...

Jimin sintió una punzada en el corazón, la sensación de su presión sanguínea bajar y su rostro se contrajo a una mueca asustada.

—Jungkook... —murmuró con angustia viendo como aquellos piratas se iban del calabozo.

————— [ ☠️ ] —————

Jungkook no lograba diferenciar si estaba en el inframundo o en un sueño, porque las imágenes a su alrededor eran tan surrealistas que simplemente no podía separar en su mente la realidad de la ficción. Se encontraba en la cubierta del barco fantasmal el Cadáver de la Reina, siendo rodeado por toda su tripulación y apuntando con cualquier cantidad de armas. A ambos lados tenía a sus acompañantes: Seokjin y Taehyung, quienes intentaban no dejarse intimidar por los fantasmas a su alrededor.

De pronto ven a Yoongi subir a la cubierta principal con su segundo al mando para acercarse a ellos con una sonrisa sorprendida y brazos extendidos como si fueran amigos de toda la vida que hace mucho no se veía.

—¡Vaya, vaya! ¿Pero qué tenemos aquí? —exclamó viendo a los tres con atención y un poco de más a Taehyung quien sólo desvío la mirada— ¿A qué debo esta inesperada pero agradable visita?

—Oh, nada especial, sólo estaba de paso y quería pasar a saludar —respondió Jungkook con una sonrisa sarcástica para después cambiar a un rostro fruncido— Obviamente sabes por qué estoy aquí, imbécil. Tú tienes algo que es mío.

Yoongi se cruza de brazos y voltea los ojos con desagrado.

—Ay, Jeon. Sabes perfectamente que a eso nos dedicamos, pareces nuevo en esto. Lo que se roba no se devuelve, así que... —chasquea sus dedos y de inmediato varios de sus tripulantes agarraron a la fuerza a los tres intrusos hasta dejarlos inmóviles— ¿A qué vienes y qué hiciste para llegar aquí? —cuestionó acercándose amenazante al pelinegro.

—N-No eres el único que tiene sus contactos con el inframundo —sonrió con insuficiencia el pelinegro mientras era retenido— No puedes hacernos nada, sólo vengo a negociar.

—¿Negociar? —alzó una ceja y soltó una carcajada— ¿Pero con qué vas a negociar si ya te quité todo?

—El santo grial, ¿quizás? —Ahora Jeon era quien seguía sonriendo ante la expresión sorprendida del azabache.

—¿De qué carajos estás hablando? El santo grial aún no ha sido extraído de la laguna de Adán.

—Te equivocas, Min. Yo lo tengo en mi posesión y sabes perfectamente que ese cáliz es fundamental para completar el ritual.

Yoongi frunció el ceño y sin responder se dirigió furiosamente hacia Hoseok.

—Dijiste que el cáliz aún no había sido extraído de la laguna y ese era nuestro próximo objetivo —le dijo entredientes en voz baja— ¿Cómo es posible que él lo tenga?

—N-No lo sé, capitán —responde asustado el peliblanco ignorante de la situación— Debió llegar antes que nosotros y sobrevivir a los habitantes de la isla. No tenía idea sobre esto, debe de estar mintiendo para salirse con la suya.

—No vendría hasta acá arriesgando su vida sólo por una simple mentira a no ser que sea un completo lunático. ¡Ahora nos lleva ventaja y es tu maldita culpa!

Entre ambos piratas continuaron susurrando y discutiendo con fuerza delante de toda la tripulación a lo que Jungkook decidió interferir desde su posición.

—¡Capitán Min! —le llamó siendo apuntando inmediatamente con una pistola a centímetros de su rostro por uno de los tripulantes del fantasma— Podemos resolver esto de una manera justa y sencilla en la que ningún hombre saldrá herido.

—El único hombre que saldrá herido eres tú —espetó el azabache acercándose nuevamente al pelinegro de forma intimidante— Porque no puedes matarme, pero yo a ti sí —sacó su pistola y la apuntó hacia Taehyung— O a alguno de tus hombres, así que  di rápido lo que tienes que decir antes de que pierda la paciencia y vaya a atacar a tu tripulación en busca de ese maldito cáliz.

Jungkook soltó una pequeña risa lo que provocó a Yoongi fruncir más el ceño y mover su pistola ahora a su rostro.

—¿De qué mierda te ríes, idiota?

—El cáliz es un objeto leal y sagrado —explica Jeon— Yo realicé un ritual para conseguirlo de forma pacífica y voluntaria a consta de mi vida si no lo devuelvo después de utilizarlo. Por lo que si lo robas perderá su función al ser violado por manos ajenas e impuras —vuelve a sonreír de forma arrogante— Me necesitas... Y yo te necesito... Tú quieres la mortalidad y yo quiero la inmortalidad, tú tienes al príncipe y yo tengo el cáliz... ¿Entiendes cómo todo comienza a encajar?

Yoongi aleja la pistola de su rostro y suspira con fuerza mientras se cruza de brazos.

—Entiendo... —murmura viéndole de mala gana— ¿Y cuál es tu maravilloso plan?

—Mi maravilloso plan, es que ambos lleguemos a un acuerdo de utilizar lo que tenemos en un mismo espacio-tiempo a nuestro beneficio, es decir, mañana nos reuniremos en la fuente de la juventud para completar el ritual y obtener lo que cada uno desea... Sin disputas, trampas ni peleas —explica con voz firme— Eso sí, a cambio quiero al príncipe de vuelta sano y salvo después de que todo esto termine... Si te niegas al trato, no dudaré en mover cielo y tierra, de pelear y joderte la vida con tal de recuperarlo. Estoy haciéndolo por las buenas y no querrás que lo haga por las malas... ¿Qué dices? ¿Trato?

El capitán del Cadáver de la Reina se mantuvo con una expresión seria y pensativa, analizando el rostro de Jungkook durante varios minutos que parecieron una tortura. Hoseok se colocó a su lado viéndole atento a sus próximas órdenes, intuyendo que rechazaría el plan y los mandaría a matar a los tres.

Pero no fue así.

—Trato —finalmente respondió Yoongi con un asentimiento de cabeza y una sonrisa.

Jungkook también sonrió, y siendo liberado por los agarres de los piratas bajo las órdenes de Yoongi, se levantó para estrechar su mano con él. Ambos se miraron fijamente de forma intimidante, desconfiada y segura a la vez. Eran dos piratas haciendo un trato entre ellos que ponía de por medio la confianza. Una ironía absoluta. Y tal y cómo se predijo, los dos piratas tenían un haz bajo la manga, o en otras palabras, una trampa.

Jungkook ofreció el trato, sabiendo que no cumpliría con su palabra de que nadie saldría herido porque su plan era asesinar a Yoongi en el momento en que volviera a ser mortal. Y Yoongi aceptó el trato, sabiendo de antemano que no le devolvería al príncipe a Jungkook porque quería su alma para siempre.

—Una cosa más —dijo Jeon a la hora de soltar su mano— Quiero ver a Jimin, tengo que ver con mis propios ojos que está vivo.

—Me temo que eso no se va a poder —contestó Min con una mueca lastimosa— Tendrás que confiar en que lo está, de la misma forma en la que yo confío que tienes el cáliz y que no me estás engañando. Es justo, ¿no?

El capitán del Belleza Negra inhaló y exhaló con fuerza mientras envolvía sus manos en puños sin apartar la vista del contrario.

—Sí, es justo. Pero es uno de los míos y merezco saber que está con vida.

—Para ser uno de los tuyos te preocupas demasiado por él, ¿no? —observa el azabache con una mirada atenta— Eres muy leal a tu tripulación... ¿Pero acaso ellos son leales a ti? —ladeó su cabeza y sonrió— ¿Cómo crees que logré capturar al príncipe? —miró a Taehyung.

Sorprendido, Jungkook siguió su mirada hacia Taehyung quien solamente bajó la cabeza avergonzado lo que provocó una horrible sensación de ira, dolor y traición en su interior. Su respiración se agitó, sus ojos se tornaron más azules y su mandíbula se marcó sin apartar su mirada asesina de él.

Taehyung lo había traicionado.

Inclusive Seokjin estaba asombrado pues Taehyung siempre había sido completamente leal a Jungkook, jamás pensó que podría llegar a hacer algo así y menos con su nemesis. Pero por desgracia, a ninguno de los dos le sorprendía.

—¡Muy bien! —interrumpió Yoongi juntando sus palmas sin quitar la sonrisa de satisfacción en su rostro— Creo que su tiempo comienza a acabarse... —entonces mira al pelinegro— Te aseguro que tu querido amado está en muy buenas manos conmigo.

Jungkook gruñe fulminándole con la mirada y sintiendo demasiadas emociones intensas a la vez lo que provocó que el hechizo que los mantenía en ese lado del Inframundo comenzara a deshacerse. Los tres empezaron a sentir como poco a poco sus espíritus se desvanecían de ese espeluznante lugar hasta que finalmente volvieron a sus cuerpos reaccionando y abriendo sus ojos al mismo tiempo para localizarse sentados en la mesa de la guarida de la bruja Aradia.

No pasaron ni cinco segundos cuando Jungkook se lanzó inesperadamente hacia Taehyung para tirarlo con fuerza de la mesa y ambos comenzar a pelearse a golpes en el suelo.

—¡Te voy a matar! —exclamó el pelinegro rodeando sus manos en el cuello del pelirrojo para comenzar a asfixiarlo— ¡Maldito traidor!

—¡Jungkook, detente! —gritó Seokjin yendo tras el capitán para tomar sus hombros e intentar apartarlo del contrario.

Aradia se levantó de la mesa de forma apacible y con un simple movimiento de mano en dirección a los piratas problemáticos, logró producirles un agudo dolor de cabeza que provocó su separación instantánea.

—En mi guarida no habrán peleas, fue un placer ayudarles y si no necesitan nada más pueden retirarse ahora mismo.

Agitado y mareado por el dolor momentáneo, Jeon se incorporó del suelo para señalar a Kim de manera acusadora.

—Tú no vienes con nosotros, hipócrita —espetó con rabia— La próxima vez que pongas un pie en mi barco te mataré. ¡¿Cómo pudiste hacerme eso?!

—¡Era por tu bien, Jeon! —se defendió el pelirrojo después de levantarse también del suelo sin dejar de toser— ¡Estabas completamente fuera de control!

—¿Quién te crees para decir lo que es bueno para mí? ¡Esto no lo hiciste por mí, lo hiciste por ti!

—¡No es así!

—¡Claro que sí! ¿Acaso me ves la cara de idiota? ¡Sé que le contaste a Jimin mentiras sobre mí y nosotros! ¡Y ahora sé que lo ayudaste a escapar para que Min pudiera capturarlo! ¡¿Qué clase de amigo eres?! —le miró anonadado y tragó saliva mientras negaba con la cabeza— Se acabó.

Dicho esto, se colocó su sombrero tipo tricornio para darse la vuelta y salir de la guarida con Seokjin detrás quien no dudó en dedicarle una mirada decepcionada a Taehyung antes de abandonar el lugar. En todo el trayecto, Jungkook permaneció callado y serio, pudo haber matado a Taehyung ahí mismo, pero no lo hizo porque aún sentía cariño por él. Sin embargo, su lealtad y amistad ya no existían y por consecuencia tampoco su lugar en el barco.

Ahora su único objetivo en mente era recuperar a Jimin o morir en el intento, no lo veía de otra manera.

Gente oficialmente se acercan los capítulos finales :( se me pasó rápido esta historia, pero es porque la actualizaba seguido y bueno, realmente espero les haya gustado y no la dejen morir al terminarla porque me hacía mucha ilusión escribir algo sobre piratas ksksks. Y sí, siempre existe la posibilidad de hacer una segunda temporada o extender mucho más la historia, pero la desventaja de hacer eso es que muchas veces se termina cagando la historia en pocas palabras. Por eso nunca he hecho segundas temporadas. Prefiero que se quede todo el hype en una sola historia y ya después que cunda a su imaginación.

Spoiler de los siguientes capítulos: habrán bastantes muertes, no les diré si fundamentales o no, sólo que hay muertes.

Gracias por seguir acá, les tkm.

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