Al día siguiente la noticia de que el príncipe Jimin fue capturado por Min Yoongi recorrió toda la tripulación del Belleza Negra quienes evidentemente habían notado su ausencia, mostrándose preocupados, agobiados y molestos.

Otra ausencia que también notaron fue la del capitán Jeon quien no había salido de su camarote desde entonces comenzando a irritar a los tripulantes pues querían saber respuestas sobre el estado de la misión. Sin embargo, el único que podía acceder de formar oficial al camarote del capitán era Taehyung, pero la verdad es que no se atrevía a ver a Jungkook a los ojos después de lo que hizo y tenía miedo de que hayase comenzado a sospechar de él.

Aún así, seguía sintiendo a Jungkook como su mejor amigo y sabía que en estos momentos necesitaba un apoyo. Y él siempre había sido ese apoyo. Sólo que las cosas ahora eran diferentes y no sabía si interferir o simplemente esperar. Pero Taehyung no era un hombre paciente ni mucho menos la exigente tripulación, por lo que no tuvo más opción que enfrentarlo.

Taehyung se esperaba de todo, excepto la realidad de lo que vió al entrar sin permiso al camarote de Jungkook, pues estaba hecho un absoluto desastre. Habían muebles tirados, vidrios rotos y objetos en el suelo. Solamente para terminar con un Jungkook recostado en la esquina de la habitación con varios pergaminos y botellas de ron a su alrededor y una en la mano que se dedicaba a beber cada cierto tiempo.

El pelirrojo tragó saliva y se atrevió a acercarse lentamente hasta agacharse a su altura en una distancia considerable.

—Jeon —le llamó, pues el hombre no le estaba mirando a los ojos— El tiempo avanza y tu tripulación quiere saber cuál es el nuevo plan.

Poco a poco, Jungkook volteó a verlo con una mirada apagada y un rostro completamente devastado. Se veía irreconocible con esas ojeras, cabello desordenado, ojos rojos y lágrimas secas en sus mejillas como si hubiera estado llorando y bebiendo toda la noche.

—No hay un nuevo plan —contestó de forma frívola y tosca— No hay absolutamente nada en mi cabeza.

—¿Cómo que no tienes un plan? —le miró confundido y sorprendido— ¿Tú? El hombre que siempre tiene un plan para todo, ¿no tiene un plan? Debes estar bromeando.

—¿Qué quieres que te diga? Las personas pueden cambiar de un día a otro y por mucho que busqué y busqué durante toda la noche un maldito plan no encontré nada que pueda garantizarme lo que quiero... —suspira con fuerza y cubre su rostro— No sé cómo llegar ahí. ¡Joder!

—Vamos, Jeon. Piensa, eres inteligente —insiste Taehyung viéndole con desesperación— ¿Vas a rendirte así tan fácil?

—Sin Jimin, no hay plan —comienza entredientes— Sin Jimin, no hay cómo negociar con los muertos y sin Jimin no hay ninguna esperanza de vida. Nos he condenado a una muerte segura al seguir el curso a las aguas fantasmales sin ninguna razón.

Taehyung traga saliva y suaviza su mirada.

—¿Y estás así solamente porque el plan fracasó?

Jungkook vuelve a tomar arduamente de la botella de ron para proseguir a mirar a Taehyung con una expresión dolorosa e impotente.

—Lo amo, Tae —confesó con voz rota a su ex mejor amigo— Lo amo y no quiero perderlo, iba a dejarlo ir porque pensé que era lo mejor pero fue demasiado tarde... Y ahora temo haberlo perdido para siempre.

Repentinamente lleno de ira, Jungkook lanza con fuerza la botella de ron hacia una pared lejos y lleva ambas manos a su cabello con el rostro mirando al suelo. Taehyung no podía evitar verlo con lástima y asombro pues en todos los años que estuvo al lado de Jeon, nunca lo había visto tan agobiado y rendido ante algo desde la muerte de su padre. Pues Jungkook siempre había sido un hombre fuerte, y no físicamente, sino mentalmente, desde que se convirtió en capitán a los dieciocho años había creado una máscara para protegerse de sus enemigos. Nunca ponía sus sentimientos antes que el bienestar de su tripulación, hasta ahora. Y si bien sabía que parte de los acontecimientos ocurridos anoche habían sido su culpa, no iba a permitir que Jungkook cayera en un pozo sin fondo.

—Mírame, Jungkook —ordena con un tono de voz firme que el capitán no le hubiese permitido de no ser porque no estaba en sus cinco sentidos, aún así, alzó su mirada para verle directamente a los ojos— Escucha, esto oficialmente se ha convertido en una guerra, y el Jeon Jungkook que conozco no se rinde ante una pelea, nunca. Dime, ¿quién eres?

—Taehyung... —suspira cansado y negando con la cabeza— Esto es ridículo.

—No, contéstame. ¿Quién mierda eres?

—Soy el capitán Jeon Jungkook —responde de mala gana.

—Exacto, eres el maldito capitán Jeon Jungkook del Belleza Negra, el barco más increíble y veloz que hay en todos los siete mares. El hombre que ha ganado batalla tras batalla y ha saqueado las islas más peligrosas para encontrar los tesoros más valiosos de la Tierra. Así que no me vengas con que vas a rendirte ante el pirata que te ha quitado dos veces lo que más querías.

Jeon estuvo a punto de responder pero inmediatamente Kim se incorpora para tomarlo de los brazos y levantarlo del suelo a la fuerza.

—Vamos, levántate —espeta poniéndolo de pie y palmando levemente su rostro— Reacciona, y comienza a pensar en un nuevo plan para rescatar a Jimin. ¿Cómo puedes quedarte ahí tirado cuando tu amado está en riesgo? ¡Tienes que concentrarte!

—Pero, yo-

—¡Pero nada! —interrumpe con el ceño fruncido— No es imposible rescatar a Jimin, ¿y sabes por qué? Porque nosotros tenemos algo que ellos no tienen... ¿Lo recuerdas?

—El Santo Grial —respondió al instante Jeon al mismo tiempo que su rostro comenzaba a iluminarse en sorpresa.

—Exacto —sonríe.

—Es verdad... —continúa captando la situación para avanzar rápidamente hasta su escritorio y comenzar a buscar con rapidez unos pergaminos que había tirado. Finalmente lo encontró para extenderlo sobre la superficie del escritorio y comenzar a analizar la ruta en la que estaban navegando— Aquí —señaló con su dedo índice un punto en el mapa— Es donde hay mayor concentración espiritual.

—O sea, donde es más fácil localizar al Cadáver de la Reina —agrega Kim colocándose a su lado para mirar el mapa— Podremos negociar de la misma forma que íbamos a hacer con el príncipe solamente que sería con el Santo Grial, porque ellos no lo tienen y no pueden completar el ritual sin ese cáliz.

—Así es, joder —cerró sus ojos con fuerza y suspiró pesadamente— ¿Cómo no lo pensé antes? Qué idiota.

—Es porque estabas en un bloqueo mental que gracias a Dios fue temporal porque estaba a punto de darte un golpe para que entraras en razón —voltea los ojos mientras se cruza de brazos— La cuestión ahora es, ¿cómo llegamos al mundo de los muertos?

Jungkook hizo una mueca pensativa y permaneció mirando fijamente el pergamino mientras buscaba una solución del cómo podían llegar al mundo de los muertos sin necesidad de recurrir a un fantasma para hacerlo.

Hasta que finalmente se le encendió el foco y volteó hacia Taehyung con una sonrisa entre maliciosa.

—Con brujería.

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Esa misma noche, un bote del Belleza Negra navegaba sobre las aguas fantasmales hacia una pequeña caverna entre las rocas de una isla con Jungkook, Taehyung y Seokjin abordo. Los tres piratas permanecían armados hasta los dientes y bien vestidos para dar una buena impresión a la persona con la que planeaban negociar. Una vez en la isla, comenzaron a introducirse poco a poco en aquella caverna iluminados por una antorcha que llevaba Jeon caminando al frente pues era el que más tenía experiencia con la brujería.

Llegaron hasta una extraña puerta abandonada que estaba rodeada y cubierta por telarañas.

—¿Una puerta en una caverna? —replicó Taehyung confundido— Eso es imposible.

—¿Acaso tenemos invitación? —pregunta Seokjin viendo preocupado a su alrededor— No quiero molestar a ninguna bruja.

—Shh —los mandó a callar Jungkook avanzando con decisión hasta la puerta provocando que algunas arañas se asustaran y retrocedieran— Sí, tenemos invitación. Ella nos está esperando. No tengan miedo o el miedo los consumirá a ustedes.

Seguidamente acercó su rostro a la puerta y cerrando sus ojos le susurró:

—Openius porferius ma sains sair.

Al instante, las rocas y tierra alrededor de la puerta temblaron con fuerza mientras comenzaba a abrirse de a pocos. Los tres piratas retrocedieron para no ensuciarse o salir heridos sin apartar su vista de la entrada.

—¿Qué carajos le dijiste? —pregunta el pelirrojo sin quitar la expresión anonadada de su rostro.

—Un encantamiento para poder entrar a su guarida.

—¿Desde cuándo sabes de brujería?

—Sólo sé un poco, no te asustes —voltea los ojos y finalmente la puerta es abierta por completo— Andando —hace ademán de entrar pero de inmediato se voltea hacia sus acompañantes— No digan nada que no sea prudente y necesario, sean caballerosos. ¿De acuerdo?

Los dos piratas asintieron con la cabeza y finalmente el capitán suspira para avanzar dentro de la guarida de una de las brujas más poderosas del Mar Caribe. Se trataba de la bruja Madam Aradia, una hermosa, extravagante y misteriosa mujer que tenía el don de la magia negra. Su localización era una incógnita para muchos porque vivía dentro de una caverna en la Isla de los Muertos de las aguas fantasmales que aparecía y desaparecía cada cierto tiempo. Por fortuna, Jeon pudo encontrarla cuando estaba en físico, a su vez, anteriormente había conocido a la bruja cuando era un adolescente porque había acompañado a su padre a hacer negocios con ella.

Estando dentro de su guarida las cosas se pusieron mucho más extrañas puede se trataba de un lugar reducido siendo únicamente iluminado con velas de diferentes tamaños y colores. Además había objetos extraños y desagradables para el ojo humano pero que en realidad eran ingredientes y pociones. Aradia se encontraba al frente de una fogata cuando Jungkook la vió junto con los demás.

—Los estaba esperando, chicos —habló la mujer antes de que él lo hiciera, comenzando a voltearse mientras acariciaba una viuda negra entre sus manos. Era de tez morena y cabello negro pero con notables sombras en el rostro que hacían que sus ojos grises resaltaran ante todo. Al mirarlos, sonrió cuando localizó al pelinegro— Especialmente a ti, Jungkook. ¿En qué puedo ayudarte?

Vistiendo con su características ropas oscuras, Jungkook se quitó su sombrero en señal de respeto e inclinó un poco su cabeza.

—Madam —saludó de forma cordial con una sonrisa ladina— He venido porque necesito ayuda para ingresar al mundo de los muertos y poder negociar con Min Yoongi.

La mujer hizo una pequeña mueca pensativa mientras dirigía su araña a su hombro y volteaba a la fogata.

—Lo que me pides no es algo fácil, Jeon, por lo que pido un alto precio. ¿Qué tienes para ofrecerme a cambio de mi ayuda?

Jungkook voltea hacia Seokjin quien inmediatamente saca un pequeño frasco con un contenido rojo de su bolsillo y se lo lanza para tomarlo con agilidad.

—¿Qué le parece sangre de un heredero al trono? —ofrece con una sonrisa pícara. Anteriormente ellos había extraído un poco de la sangre de Jimin por si en cualquier momento les sería de útil, y en efecto, ahora podían negociarla— Sólo usted sabe las pociones y hechizos que puede realizar con la sangre que representa al mismísimo Jesucristo.

Madam Aradia finalmente se voltea y con lentitud se acerca hasta Jungkook mientras analizaba con su mirada el frasco que tenía entre sus manos.

—Hecho —contesta finalmente aceptando el frasco y dándose la vuelta para sacar un libro de una repisa y darle una ojeada— Uhm, lo tengo... Ahora, tomen asiento.

De inmediato los tres piratas tomaron asiento sobre la mesa de madera rodeada de candelas que había en la guarida, la bruja se sentó en el asiento sobrante y comenzó a dibujar con un carbón un pentagrama invertido sobre la superficie de la mesa. Seguidamente les pidió a todos que se tomarán de las manos, priorizando su agarre en la mano de Jungkook.

—No voy a transportarlos de forma física al barco de Min Yoongi sino mental —comenzó a explicar con voz seria— Por lo que deben de preparar sus mentes y espíritus para no caer ante las fuerzas malditas que en ese barco habitan. Es una negociación, una conversación, no un rescate. No puedo traer a una persona de forma física aquí. Cualquier emoción fuerte o abrupta puede provocar que despierten por lo que eviten a toda costa cualquier conflicto. ¿Está claro?

—Bastante claro —afirmó Jeon y los demás asintieron luciendo repentinamente nerviosos.

La mujer inhaló y exhaló hondo mientras poco a poco el fuego de las velas en toda la guarida comenzaba a disminuir para finalmente cerrar sus ojos.

—Bien, ahora relájense y cierren los ojos.

Y todos lo hicieron.

Se casi se acercan los capítulos finales y déjenme decirles que son bastante intensos y con mucha acción, así que espero les siga gustando la historia. De hecho aún no he escrito el final porque no he querido hacerlo ya que implica darle un fin a la historia y le agarré tanto cariño que todavía no quiero terminarla.

Btw, Jungkook está tan concentrado en rescatar a Jimin que no se ha puesto a pensar si Taehyung tiene algo de relación con eso, pero tranquilas, la verdad siempre sale a la luz.

En fin, espero les esté yendo bien en la vida y si no les mando un abrazo y beso virtual. Les tkm, chau <3