028.
El cielo estaba completamente nublado sin una pizca de algún rayo del sol, esa mañana el Belleza Negra estaba a punto de llegar a la peligrosa Bahía Sirena y debían de estar todos listos para cualquier enfrentamiento. Por lo que convocaron a todos los marineros a cubierta para permanecer unidos a un posible ataque.
Jimin estaba arreglándose para salir cuando alguien toca la puerta de su habitación, suspirando se dirige a abrirla para toparse nuevamente con Taehyung a lo que de inmediato hace ademán de cerrarla pero es detenida por la mano del pirata.
—Tengo una propuesta para ti, Alteza —cuenta con una sonrisa maliciosa.
—No me interesa —espeta el príncipe forzando más la puerta pero el pirata volvió a abrirla hasta que quedó entreabierta.
—Sólo escúchame un minuto —comienza a hablar entre la pequeña abertura y sabiendo que el príncipe le estaba escuchando— Puedo ayudarte a escapar si eso es lo que deseas, esta noche la cubierta estará despejada y habrá un bote listo para ser abordado. Si te interesa, puedes tomarlo e irte.
Jimin se mantiene pensativo por unos segundos hasta finalmente tragar saliva para cerrar la puerta, aún así, Taehyung sonríe porque el mensaje había sido recibido y sabía que lo más probable esta noche lograría deshacerse de su Alteza real para siempre.
El día se había mantenido sumamente tenso pues a pesar de que se esperaba que el capitán reaccionara de forma agresiva al volver a toparse con Taehyung o Jimin, no fue así. Durante todo el día, Jungkook ignoró por completo la presencia de Jimin y Taehyung, como si no existieran, actuando con indiferencia, rechazo y frialdad ante la cercanía de alguno. Asimismo, Jimin tampoco le habló en ningún momento y mantuvo distancia. La tensión entre ellos era tan fuerte que podía cortarse con el roce del viento y Seokjin, quien había sido muchas veces testigo de la evidente relación que tenían el príncipe y el capitán, no había dejado pasar eso desapercibido.
—Su Alteza, ¿puedo hacerle una pregunta? —se acercó a Jimin quien se encontraba reposado tranquilamente sobre la borda del barco.
—Claro —le sonríe un poco.
—No quiero parecer un entrometido, pero he notado el día de hoy que entre usted y el capitán Jeon hay una extraña tensión. ¿Sucedió algo que haya provocado su distancia?
Park suspiró. Seokjin era uno de los piratas en quien más confiaba en la nave y no era de extrañarse que tuviera la confianza para preguntarle algo así, pero nadie sabía que su relación con el capitán había llegado a más.
—Usted se equivocó en algo —respondió volteando a ver al horizonte— El capitán Jeon no es un buen hombre y nunca lo será... Lo odio.
Jin asintió sin necesidad de seguir preguntando ante esa conclusión pero aún así quiso aportar en algo debido a sus sospechas de que tanto el príncipe como el capitán sentían algo el uno por el otro.
—Su Alteza, el odio y el amor es algo con lo que el ser humano no puede lidiar para toda la vida —comenzó a decir con voz apacible— El odio es un sentimiento muy fuerte que envenena a las personas, al igual que el amor, ambos son intensos y son el fruto de muchas de las acciones más descabelladas que puede hacer una persona... Del odio al amor sólo hay un paso, pero del amor al odio es una decisión que no se puede tomar tan a la ligera. Pues usted decide si quiere odiar a una persona con la que creó un lazo o seguir su camino sin mirar atrás. Y a veces lo que sentimos no es odio, sino dolor y rencor, y es muy diferente.
—¿Por qué está hablando de amor? —Jimin le miró extrañado y algo abatido por sus palabras.
—Creo que usted sabe perfectamente la respuesta, Alteza —contesta con una suave sonrisa.
Jimin se quedó completamente sorprendido e iba a responder de no ser que fue interrumpido por la voz de Jungkook hablándole a la tripulación.
—¡Escuchen, finalmente hemos llegado a la Bahía Sirena pero debemos ser cautelosos, pasar desapercibidos y aprovechar la luz natural para evitar cualquier conflicto con las sirenas! —avisó en voz alta mientras estaba cerca del timón— ¡Quiero todas las luces apagadas!
De inmediato todos los piratas se movieron rápidamente para comenzar a apagar todas las luces artificiales como lámparas, bombillos e inclusive velas que estuvieran encendidas dentro y fuera del barco.
—¿Sirenas? —replicó Jimin hacia Seokjin.
—Sí, Alteza. Evidentemente la Bahía Sirena es conocida porque en sus aguas han habido muchos avistamientos y ataques de sirenas a los marineros. No es algo fijo que podrían aparecer, pero les atrae la música y la luz, por lo que debemos de evitarlo a toda costa.
—¿Por qué? —sigue interrogando sin comprender la gravedad— Pensé que las sirenas eran bellas e inofensivas.
Seokjin suelta una carcajada.
—Es verdad que todas son mujeres y hermosas como un sueño celestial... pero atraen e hipnotizan a cualquier hombre con su belleza y canto angelical para después arrastrarlo de un bote o desde la cubierta de un barco para llevárselo al fondo del mar hasta ahogarlo y después devorarlo.
—¿Qué? —el príncipe le mira pasmado.
—Manténgase alejado de la cubierta, Alteza, y cubra sus oídos para que no las escuche cantar porque si logran hipnotizarlo no pararán hasta llevárselo con ellas —advierte con seriedad— Tenga cuidado porque son criaturas sumamente peligrosas... Si ninguno de nosotros caemos, con suerte y lograremos salir ilesos.
En cuestión de segundos, el barco del Belleza Negra había quedado completamente a oscuras en medio del océano. La tripulación continuó con sus deberes aprovechando la poca luz del sol que había debido al clima nublado y porque estaba comenzando a anochecer. Hasta que después de unas horas, Jimin se encontraba sentado tranquilamente sobre un barril mientras deshacía los nudos de una cuerda cuando comenzó a escuchar una voz femenina cantar a lo lejos.
Inmediatamente alzó la mirada y vió sorprendido a su alrededor para después fruncir el ceño al notar que nadie más la había escuchado y que el mar estaba despejado. Extrañado, decidió continuar en lo suyo pero al instante vuelve a escuchar esa misma voz y deja todo tirado para acercarse a la borda.
—¿Qué sucede, Alteza? —le pregunta un tripulante que estaba a su lado.
—¿No lo escuchas? —pregunta sin apartar la vista del mar.
—¿Qué cosa? —siguió su mirada confundido— Yo no escucho nada.
—Es una mujer cantando...
De inmediato el tripulante le mira asustado y deja todas sus cosas para correr rápidamente hasta donde estaba Jeon.
—¡Capitán! ¡Hay tripulantes que están escuchando voces femeninas! —avisa con angustia.
—Mierda —maldice Jungkook y se acerca rápidamente a Taehyung para hablarle por primera vez en el día— Me temo que en pocos minutos vamos a estar rodeados de sirenas así que debemos de alistar los barriles explosivos, las sogas y preparar armas.
Taehyung asiente con firmeza y se dirige hasta el centro de la cubierta.
—¡Atención, cucarachas! —llamó obteniendo la atención de todos— ¡Es muy probable que pronto estemos rodeados de sirenas así que a listen los barriles, ajusten sogas y preparen sus armas! —al instante la tripulación comenzó a moverse de un lado para otro— ¡Manténgase lejos de la borda, cubran sus oídos con tapones y no abran fuego si no nos están atacando! ¡Y por el amor de Dios, no se enamoren que son criaturas monstruosas disfrazadas de ángeles!
Mientras todo el mundo avanzaba apresurado a su alrededor, Jimin no se había movido de su posición sin haber prestado atención a nada pues lo único que podía escuchar era aquella melodiosa y hermosa voz de esa mujer. Y lo que más llamaba su atención era que no estaba cantando cualquier canción, estaba cantando la canción que su madre siempre le cantaba para que pudiera dormir cuando habían tormentas en el palacio. Hasta por un momento creyó haber escuchado a su madre, cada vez más y más cerca, por lo que miró con desesperación al mar sin ver ningún alma hasta que miró a su izquierda y la vió.
No era su madre. Era una mujer bellísima que mantenía sus brazos posados sobre la borda y le miraba con sus ojos celestes como el océano, pestañas largas, cabello largo y rubio que cubría sus senos y labios rosados. Tenía las mismas características físicas que su madre. Ella estaba cantando con voz angelical, hipnotizante y majestuosa esa canción de cuna que tanto había adorado en su niñez.
El rostro de Jimin se contrajo a una expresión completamente hipnotizada y maravillada. Era la mujer más hermosa que había visto en su vida y su voz se escuchaba como un eco celestial en sus oídos. Ella sonrió con una dentadura perfecta mientras cantaba, extendiendo una de sus delicadas manos hacia él. Jimin estaba tan concentrado en la mujer que no se dio cuenta cuando comenzó a caminar lentamente hacia ella, ni que varias sirenas habían comenzado a brotar del mar y rodear el Belleza Negra.
Toda la tripulación permaneció inmóvil en sus lugares ante la presencia de algunas bellísimas sirenas que extrañamente habían subido hasta posar sus brazos sobre la borda y los miraban con atención. A su vez, otras estaban aún en el agua alrededor de la nave con sonrisas y rostros angelicales. Algunos las escuchaban cantar y otros se quedaron hipnotizados por su belleza.
—Shh —murmuró Jungkook a su tripulación viendo a las sirenas con cautela mientras se alejaba lentamente de la borda— Mantengan la calma, no se acerquen a ellas y no las escuchen. Si no les prestamos atención, se irán.
—Capitán —susurró un tripulante cerca suyo y cuando le miró, el hombre señaló a lo lejos al príncipe Park a punto de tomar la mano de una sirena.
Inmediatamente Jungkook sintió su presión bajarse de golpe e hizo ademán de acercarse con rapidez pero Seokjin le detuvo y le obligó a calmarse.
—Tranquilo, Jeon —susurró el mayor—Si la asustas será peor, iré yo.
Seokjin, quien tenía más experiencia con sirenas se volteó y se acercó lentamente hasta Jimin para posarse detrás suyo y tomarle de los brazos con delicadeza para hacerle retroceder, pero el príncipe no cedió e impuso resistencia.
—Alteza —insistió en voz baja procurando no ver a la sirena a los ojos— Por favor, no la escuche y aléjese.
Pero Jimin no le escuchó, se zafó de su agarre e hizo ademán de finalmente tomar la mano de la sirena. Hasta que repentinamente la apariencia de esta cambió de forma drástica a un rostro diabólico, con pupilas alineadas y dientes puntiagudos para impulsarse más hacia el barco con intenciones de agarrar la mano de Jimin y antes de que este reaccionara, Jungkook se entrometió y le disparó a la sirena en el rostro.
Y fue el detonante para iniciar el ataque.
De inmediato todo comienza a pasar demasiado rápido, Jimin sale de su hipnosis y mira aturdido a su alrededor cuando las sirenas comenzaron a atacar de forma violenta y salvaje el barco. Las que estaban en la borda agarraron con sus garras a los marineros más cercanos y los arrastraron hasta tirarlos al mar. Otras saltaron desde el agua con una velocidad increíble para tomar a un pirata en el camino y llevárselo consigo. Y el resto comenzó a lanzar algas con latigazos para tomar a los hombres ya sea del brazo o pierna y jalarlos con fuerza hasta el mar como si fueran un yo-yo.
Al mismo tiempo los piratas sacaron sus espadas y pistolas para responder a los ataques, incrustando sus espadas en el abdomen de las sirenas que brincaban, cortando las algas que lanzaban para atraparlos y disparando a las que trepaban al barco e intentaban agarrarlos desde la borda. Ya no eran las hermosas mujeres de hace unos minutos, ahora eran criaturas salvajes y hambrientas que chillaban por atacar. El barco se convirtió en un caos con el sonido agudo de las sirenas y los gritos de los piratas aterrados.
—¡Alisten los barriles! —ordenó en voz alta Jeon sin dejar de esquivar y cortar las algas con su espada— ¡Ahora!
Rápidamente los tripulantes que no estaba siendo atacados por las sirenas comenzaron a encender y tirar al agua unos barriles que contenían dinamita y que estallaban con el tacto de cualquier superficie. El fuego y fuerte estallido comenzó a espantar a algunas sirenas, logrando que se alejaran lejos de la embarcación.
—¡Más! ¡Necesitamos más para deshacernos de todas!
Conforme alistaban más barriles, en cubierta seguía el caos y las sirenas no se daban por vencidas. Jimin permanecía luchando con su espada en alto, defendiéndose de los ataques de las sirenas y ayudando a quienes los intentaban agarrar. Pero entonces el alga de una sirena lo agarra de la bota, jalándolo para hacerlo caer al suelo y comenzar a arrastrarlo hasta la borda. Jimin gritó e intentó aferrarse a algo para no ser llevado pero era imposible hasta que Taehyung aparece como un héroe y corta la alga hasta liberarlo.
—Gracias —dice el príncipe levantándose con la respiración agitada.
—No me agradezcas —avisa el pirata alejándose para ayudar a otro tripulante.
Angustiado, Jimin miró a su alrededor en busca de su espada que había soltado al caer al suelo hasta que la halló tirada a lo lejos. Avanzó rápidamente para recogerla pero antes de eso una sirena desde el agua lanza una alga que rodea su cintura y lo jala de un tirón hasta caer al mar. Jungkook, quien había presenciado toda la escena, no dudó en ir tras él dejando todo tirado y correr hasta la borda para lanzarse sin chistar al mar en un acto suicida.
—¡Jungkook! —gritó Taehyung completamente aterrorizado por la estupidez que acababa de hacer. Pero en vez de darlo por muerto o seguirle, decidió aumentar la carga de los barriles— ¡Vamos, ataquen con todo lo que tengamos! ¡Lancen más barriles!
Jungkook nadó con rapidez siguiendo a la sirena que se llevaba a Jimin hasta el fondo del océano. Por un momento todo pareció imposible pues la sirena era muy veloz y pensó que no lograría alcanzarlos, hasta que milagrosamente un barril se hundió cerca y explotó. De inmediato, la sirena se asustó y soltó a Jimin para nadar lejos con su hermanas. Jimin permaneció flotando en el mar inconsciente por la falta de oxígeno, hasta que Jungkook logró acercarse a él para agarrarlo con un brazo y con el otro comenzar a nadar rápidamente hasta la superficie.
Salió con el rostro empapado y dando bocanadas de aire, viendo a su alrededor como las sirenas finalmente se alejaban del barco. Al instante, los piratas le lanzaron un aro salvavidas en el que rápidamente se aferró con Jimin en brazos para ser subido nuevamente a su barco. Una vez en cubierta, apartó a los tripulantes que querían atenderlo y avanzó rápidamente empapado hasta donde tenían a Jimin inconsciente en el suelo para arrodillarse a su lado e intentar revivirlo pues no estaba respirando.
Desesperado y asustado, Jungkook colocó ambas manos, una encima de la otra, sobre el tórax de Jimin para comenzar a realizarle una reanimación cardiopulmonar ante toda la tripulación.
—Vamos, vamos —pidió entredientes al no obtener respuesta y proseguir a hacerle respiración boca a boca, variando entre cada acción durante varios segundos en los que Jimin no reaccionaba. Algunos piratas comenzaron a bajar sus sombreros en silencio, dando por sentado que el príncipe había fallecido pero Jungkook se negaba a que eso sucediera, por lo que continuó presionando su pecho con la respiración agitada, cabello mojado y ojos llorosos— Por favor.
De improvisto, Jimin finalmente reacciona y su cuerpo es sacudido por una arcada, para comenzar a toser sin parar y moverse instintivamente a un costado hasta escupir toda el agua en su interior. Jungkook se queda completamente anonadado y no duda en agarrarlo para abrazarlo con fuerza mientras toda la tripulación celebra. Jimin permanece algo consternado y aún tosiendo se aferra a Jungkook, ambos abrazándose con fuerza con sus cuerpos empapados y corazones agitados.
Eso había estado cerca.
Holaaa, decidí publicar los capítulos antes porque no iba a poder en la hora asignada así que espero los disfruten. Este es uno de los capítulos que más me gustó escribir <3
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