023.
Al día siguiente, Jimin comenzó a despertar en su habitación como habitualmente hacia con el sonido de las gaviotas, el mar y las voces de los tripulantes.
Se removió entre las sábanas y abrió sus ojos para comenzar a acostumbrar su vista a la luz de aquella mañana. Pero de forma instantánea un agudo dolor invadió su cabeza y gimió llevando una mano a la zona mientras cerraba sus ojos con fuerza. A como pudo se incorporó un poco viendo confundido a su alrededor, se encontró así mismo solo y desnudo bajo las sábanas con el cuerpo adolorido. De inmediato le llegaron todos los recuerdos de golpe sobre la celebración de anoche, algunos más borrosos que otros pues le costaba recordar lo más reciente.
Entonces su cerebro finalmente decidió reconectar y hacer click: Jeon Jungkook.
Ahogó un jadeo y volteó hacia el otro lado de su cama para darse cuenta de que estaba solo. Pero eso no impidió que cubriera su boca con ambas manos y se quedara completamente en shock. No podía creer lo que había hecho ni lo que pasó entre ellos dos. Mierda, se había acostado con el maldito capitán Jeon.
Por un momento pensó que había sido un sueño pero toda la evidencia estaba en bandeja de plata frente a sus ojos, inmediatamente se levantó de la cama y buscó sus prendas de anoche para comenzar a vestirse de nuevo. Salió apresurado del camarote con su cabello rubio alborotado y mirada confundida hasta que los rayos del sol le hicieron detenerse de golpe.
—¡Joder! —exclamó tapándose la vista con una mano.
—Buenos días, Alteza. ¿Usted también? —le saludó Seokjin viéndole entre divertido y preocupado— Fue una gran fiesta, un par de piratas se levantaron con resaca e inclusive el capitán amaneció con su herida un poco abierta.
—Mi cabeza va a estallar —se quejó con los ojos cerrados y entonces captó lo que Seokjin dijo— ¿Qué? —abrió sus ojos para verlo— ¿El capitán qué?
—Oh, su herida se abrió un par de puntos pero volví a coserlo, nada grave. De seguro sucedió al estar constantemente bailando anoche.
Jimin tragó saliva al saber perfectamente que no había sido por eso, y por inercia buscó con la mirada a Jungkook entre la tripulación para finalmente localizarlo en la popa del barco con las manos en el timón vistiendo con su característica capa negra, sombrero y el cabello recogido mientras mantenía su vista al frente. Sin embargo, fue como si el capitán sintiera que estaba siendo observado porque a los segundos bajó su vista y le vió directo a los ojos. El corazón del príncipe dio un vuelco y de inmediato apartó la mirada.
—Vamos, Alteza —Seokjin le tomó suavemente del brazo— Le daré algo para que se sienta mejor.
Abrumado e ido, Jimin asintió y se dejó guiar por Seokjin hasta el interior del barco, específicamente a la cocina donde le dieron una especie de té con alguna sustancia del mar que casi le hizo vomitar.
—Ahg, no volveré a tomar nunca más —murmuró al terminar la bebida y cubrir su rostro— Siento que moriré.
Seokjin se rió y se sentó a su lado en la pequeña mesa de madera mientras estaban solos en la cocina.
—Todos hemos dicho eso alguna vez, se nota que no estaba acostumbrado a beber porque todos consumimos lo mismo que usted, incluso más, y estamos ilesos porque es nuestro pan de cada día. Para la próxima tendrá que hacerlo con más moderación, Alteza.
—No habrá ninguna próxima.
—¿Por qué no? —le miró confundido— Pensé que se había divertido.
—Me divertí, solamente que el alcohol me hace hacer cosas de las cuales después me arrepiento... —traga saliva y aparta la mirada tocándose ligeramente el cuello. De inmediato su cerebro le llevó a recordar la mano de Jungkook presionando ese mismo cuello, su cálida boca besando sus clavículas y sus manos tomándole con fuerza de la cintura mientras...
—¡Alteza!
Se sobresaltó saliendo abruptamente de su ensoñación para encontrarse con Seokjin y otro pirata mirándole con atención. Mierda, no había escuchado nada de la conversación por estar recordando y ahora se sentía ligeramente excitado sin ninguna razón. ¿Qué le estaba pasando?
—¿Qué sucede? —murmura perdido.
—El capitán pidió que se presente en la cubierta para iniciar con su entrenamiento —explicó de nuevo el pirata— Lo está esperando con la tripulación.
—Lo siento, pero no me encuentro en condiciones como para entrenar.
—El capitán lo quiere ahora —recalcó.
Jimin le mira serio para finalmente voltear los ojos y levantarse de la mesa para avanzar hacia las escaleras a cubierta con Seokjin y el pirata siguiéndole. Frunció un poco el ceño al volver a tener contacto con la intensa luz del sol de aquella mañana pero eso no impidió que lograra observar a parte de la tripulación combatiendo con espadas entre sí. Jungkook al verlo alzó sus cejas y se acercó a su dirección.
—Buen día, Alteza —saluda con voz monótona— ¿Cómo estás?
—Me duele la cabeza y no quiero entrenar ahora porque de seguro me darán una paliza. ¿Puedo omitir?
—No, no puedes —niega y se voltea para tomar una espada cubierta con una funda que le pasó un tripulante armero, se gira y avanza para extenderla hacia el príncipe— Ten. Necesitas entrenar.
—No lo necesito, sabes que puedo defenderme muy bien —dice cruzándose de brazos— Déjame recordarte que te gané y puedo volver a hacerlo.
—Dije entrenar, no aprender —corrige Jeon— Debes estar familiarizado con el duelo a espadas y mejorar para cualquier enfrentamiento inesperado. Por lo que he decidido darte tu propia espada, la mandé a hacer exclusivamente para ti así que no te atrevas a rechazarla.
La mirada del rubio se suaviza a un rostro sorprendido, intercalando su mirada entre el capitán y la espada para finalmente terminar aceptándola con cierta desconfianza. Seguidamente la saca de la funda desde la empuñadura para contemplar asombrado su extensión, brillo y evidente finura. Los demás piratas dejaron de hacer lo que hacían para quedarse también hipnotizados y fascinados. Por último, contempló la empuñadura notando que era de oro puro y tenía grabado una corona real.
—Vaya, es preciosa —murmuró por lo bajo esbozando una pequeña sonrisa y sin apartar sus ojos del arma. Entonces cae en cuenta que todos lo estaban observando a lo que de inmediato cambia su expresión y aclara su garganta para volver a guardar la espada— Gracias, capitán.
Comparten miradas por unos segundos hasta que Jungkook asiente con la cabeza y gira sobre sus talones.
—Muy bien, hoy vas a enfrentarte a nuestro contramaestre.
—¿Quién?
—¡Yo, Altezita! —exclama una voz al fondo.
Jimin se voltea para observar a Taehyung abrirse paso entre la tripulación con las manos en su cinturón y un porte seguro. El príncipe no puede evitar inhalar y exhalar con fuerza al sentir un completo disgusto hacia el fastidioso pirata. Quizás ahora entrenar no parecía una mala idea si tenía la oportunidad de darle una paliza.
—¡Oh! ¿Así que tienes un nuevo juguete? —interroga Taehyung de forma burlesca— No te acostumbres demasiado porque en un abrir y cerrar de ojos esa espada será mía.
—En tus sueños —gruñe tomando la empuñadura de su espada y haciendo ademán de sacarla.
—¡Alto! —Jungkook intervine tomando el brazo de Jimin y variando su mirada entre ambos contrincantes— Sin golpes ni trampas, quiero un duelo limpio. ¿Está claro?
—Claro —murmura el rubio sin apartar su mirada fulminante hacia el pelirrojo quien sólo asintió indiferente con la cabeza.
—Bien. ¡Los demás vuelvan a sus posiciones! —ordena el capitán y los tripulantes continuaron entrenando en un extremo del barco mientras los contrincantes se colocaban en el otro extremo.
Una vez en sus posiciones, Jungkook aprovechó que Taehyung estaba distraído preparándose para acercarse a Jimin y posar íntimamente una mano en su espalda baja.
—Buena suerte —susurró en su oído acariciando suavemente la zona para después alejarse.
Evidentemente Jimin se sorprendió un poco y sintió su corazón perder el control por completo al mismo tiempo que un escalofrío recorrerle por todo el cuerpo. Fue un contacto tan simple pero por alguna extraña razón lo había descolocado y perdido la concentración por completo durante unos segundos.
Finalmente Jimin volvió a recobrar la compostura cuando observó a Taehyung sacar su espada y dedicarle una sonrisa maliciosa. A lo que imitó su acción solamente que se mantuvo con un rostro inexpresivo. Jungkook hizo un conteo y justamente cuando dio inicio al combate, Taehyung avanzó con decisión hacia Jimin y le atacó con fuerza sin ningún apuro. De inmediato, Jimin le recibió de la misma manera, bloqueando sus ataques y retrocediendo por inercia sin poder evitar sorprenderse ante la repentina agresividad del contrario. Taehyung era demasiado rápido, ágil y perspicaz. Sus espadas chocaban con fuerza mientras avanzaban sobre la cubierta sin ningún rumbo en específico. Cuando parecía que uno estaba llevando la delantera, el otro se recomponía y tomaba el control.
Hasta que en un momento juntaron sus espadas y se miraron fijamente a los ojos con las respiraciones agitadas.
—Sé lo que estás haciendo con Jeon —susurró Taehyung con ojos furiosos— Puedes engañarlo a él, pero a mí no.
—No tengo ni idea de lo que estás hablando —responde de la misma forma viéndole entre irritado y confundido.
—Ya deja de hacerte el inocente. Sé que solamente lo estás manipulando para que abandone el plan por su propia cuenta, pero no voy a permitir que eso pase.
Jimin no tuvo tiempo de reclamar porque de inmediato Taehyung se separa y comienza a atacarle con más fuerza, agresividad y rapidez que antes. Le tomó tan de improvisto sus acciones como sus palabras que se le dificultó responder de forma correcta hacia sus ataques. Entonces Taehyung aprovechó que Jimin había pisado una tabla dañada de la cubierta para también pisarla pero con mucho más fuerza, provocando que se elevara de golpe y que el rubio se tropezara para caer de espaldas al suelo. Aún así, intentó recibir los ataques del pelirrojo desde su posición pero rápidamente este le arrebató la espada de un golpe.
Estando indefenso, Taehyung no dudó dos segundos en alzar su espada en alto y hacer ademán de atacarlo de no ser porque inmediatamente Jungkook se interpone entre ellos recibiendo el ataque con su propia espada. Ambos se quedaron inmóviles viéndose fijamente con las respiraciones pesadas.
—¿Qué carajos te sucede? —cuestiona entredientes Jeon hacia Kim completamente furioso— Baja la maldita espada ahora mismo.
Taehyung no cedió al instante, fulminó también a Jungkook con la mirada como si lo odiara, como si no sintiera resentimiento e ira hacia él y la forma en la que acababa de defender a Jimin. Pero reconoció que se había salido de sus casillas y dejado dominar por sus más oscuros impulsos en el momento, habiendo convertido la batalla en un ataque personal, por lo que a regañadientes se alejó con brusquedad y bajó la espada.
Seokjin inmediatamente ayudó a Jimin a levantarse con dificultad del suelo, y este le dedicó en silencio una mirada filosa a Taehyung y después a Jungkook, para finalmente irse hacia su camarote y cerrar la puerta de un fuerte golpe.
La tripulación quedó en un crudo silencio mirando expectantes y cautelosos el próximo movimiento u orden del capitán.
Jeon volteó nuevamente hacia Kim e inhaló y exhaló con fuerza antes de hablar.
—Últimamente has estado teniendo un comportamiento inadecuado en esta nave, Taehyung —comenzó con un tono de voz duro y elevado para que todos pudieran escucharle— Creí que había dejado muy en claro desde el principio que el príncipe es mío y no se toca.
—Jeon, yo-
—¡Ni una palabra más! —interrumpió con cólera y miró a toda su tripulación— ¡A partir de ahora el príncipe Park es uno de los nuestros, no será más un rehén y deberán tratarlo como tal! —avisó de forma autoritaria— Repito, si me llego a enterar que alguno de ustedes le puso el más mínimo dedo encima, no me va a temblar la mano para presionar el gatillo en sus rostros... —volvió a ver al pelirrojo— Y no voy a dejar pasar más tus mierdas en alto, no me importa que posición tengas en este barco ni el que seas mi amigo, irás al calabozo por el tiempo que yo lo decida.
De inmediato y bajo la orden del capitán, dos tripulantes tomaron a Taehyung de ambos brazos y comenzaron a arrastrarlo hacia la entrada de los calabozos.
—¿Qué? ¡No! ¡Espera! —pidió Taehyung luciendo completamente angustiado y confundido mientras forcejeaba con los piratas— ¡Jungkook! ¿Qué haces? ¡No puedes hacerme esto!
—Sí, claro que puedo —recalcó el pelinegro volviendo a guardar su espada— Y te quedarás ahí hasta que reflexiones sobre tus acciones, es eso o que te tire al mar. No me hagas optar por la segunda opción, amigo.
Dicho esto, Taehyung fue finalmente llevado a los calabozos entre gruñidos y forcejeos, siendo prácticamente humillado enfrente de toda la tripulación. Y dejando a Jungkook con un horrible sabor de boca al haber atentando contra su mejor amigo, pero no tenía más opción si este atentaba contra su más grande tesoro.
Las cosas están comenzando a ponerse cada vez más tensas, en el próximo capítulo verán más interacción entre Jungkook y Jimin respecto a los acontecimientos de anoche, por ahora, esperemos Taehyung no se vaya por otro camino.
Muchas gracias por el apoyo, la espera y la paciencia en asta historia. Todavía la continúo escribiendo y sólo espero que el resultado sea de su agrado tanto como el mío. Les tkm, nos vemos el sábado, bye 💋
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