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015.

En cuestión de segundos la isla Tortuga se convirtió en un completo caos. Las personas huían y escondían todo a su alrededor debido a la llegada de la marina británica, puesto que la isla era un lugar en donde la ilegalidad se respiraba por doquier y la corona nunca se arrimaba. Era el escondite de los piratas y la tripulación del rey lo había descubierto.

Aún así, los piratas que allí se encontraban estaban listos para atacar y defender su isla. Era sólo un insignificante barco de la corona y con corsarios que fácilmente podrían acabar si se ponían de acuerdo. Sin embargo los habían tomado desprevenidos y desarmados por lo que no tuvieron más opción que huir.

El Comodoro Kim se hacía paso entre la muchedumbre con sus tropas mientras disparaban y atacan a quienes se les atravesaban con un sólo objetivo en mente: encontrar al príncipe. Después de interrogar a varios habitantes de la isla descubrió que su Alteza Real estaba allí y no iba a parar hasta encontrarlo aunque nadie supiese donde se escondía el capitán Jeon.

Por otro lado, Jungkook estaba dentro de una habitación con algunos de sus hombres mientras alistaba rápidamente su pistola y espada.

—Bien, esto es lo que haremos —comenzó a decir mientras empacaba algunas cosas— Debemos evitar toparnos con la marina británica porque ahora mismo nos ganan en número y podrían vencernos —inmediatamente mira a uno de sus piratas y le entrega la llave de su habitación— Trae al príncipe, está en la habitación del fondo. Y no me importa si se resiste, lo quiero aquí mismo y ahora. ¿Te quedó claro?

—Sí, señor —asintió el hombre y rápidamente salió de la habitación.

—Hay que volver al barco con la tripulación antes de que ellos nos descubran y para ello tenemos que irnos por el extremo de la isla donde todavía no han llegado —continuó Jeon viéndoles con seriedad— Si es necesario, ataquen. Pero debemos evitarlo a toda costa porque cada segundo es valioso para poder escapar. ¡Debemos irnos de aquí ya!

—¡Capitán! —el pirata de antes entra a la habitación completamente agitado y con una mirada angustiada— El príncipe no está.

—¡¿Qué?! —Jungkook le mira incrédulo y no lo piensa dos veces antes de hacerse paso para salir del lugar y correr hacia su habitación con varios de sus hombres siguiéndole.

Al entrar mira a su alrededor con desesperación al no verlo en ningún sitio hasta que sus ojos azules enfocan las cortinas siendo movidas por el viento, rápidamente avanza hasta la ventana y no hay que pensar demasiado para entender lo que había sucedido.

—¡Mierda! —exclama con rabia y se voltea hacia su tripulación— ¡Búsquenlo, ahora mismo!

De inmediato es obedecido y sus hombres salen de la habitación en busca del príncipe.

—Pero Jeon, el plan —cuestionó Taehyung preocupado— ¡Tenemos que escapar!

—¡El plan no sirve de una mierda sin ese hombre, Taehyung! —responde impaciente— ¡No podemos irnos sin él!

El pelirrojo tragó saliva y asintió firmemente con la cabeza antes de girar sobre sus talones para salir de la habitación con el pelinegro siguiéndole en búsqueda del nuevamente fugitivo príncipe.

Jimin corría en medio de la verdosa isla sin ningún rumbo en específico solamente con el pensamiento de huir y encontrar una salvación. Le parecía increíble la cantidad de veces que se había encontrado en esta misma situación, huyendo. Al llegar a los callejones de la ciudad se arrepintió inmediatamente de volver al percatarse del gran caos que había, casi no podía ver ni escuchar nada por el humo del plomo y los gritos de las personas.

Todos peleaban entre sí y no veía a la marina británica en ningún sitio. ¿Qué carajos estaba sucediendo? Giró sobre sus talones solamente para encontrarse con un pirata que se aproximaba armado a su dirección, inmediatamente retrocedió solamente para pisar lo que era la hoja de una espada que estaba en el suelo, por lo que fue cuestión de segundos en que reaccionó y tomó la espada para esquivar su ataque a tiempo.

Park comenzó a luchar espada a espada contra aquel rabioso pirata que lo atacaba sin razón alguna por lo que no dudó en saciar su ira y frustración en la batalla. Sin embargo, por un momento en que perdió la concentración el pirata le tomó de improvisto y con un ágil truco le arrebató su espalda. El hombre estuvo a punto de atacarlo de no ser porque fue herido repentinamente de un disparo al pecho.

El pirata cayó al suelo mostrando la imagen del Comodoro Kim con el grupo de corsarios de la marina del rey apuntando sus armas.

—¿Alteza? —replica Namjoon sorprendido al reconocerlo.

—¡Comodoro! ¡Al fin!

Jimin sintió como su alma volvía a su cuerpo y sin pensarlo avanzó rápidamente hacia el Comodoro para lanzarse a abrazarlo con fuerza. Este se quedó atónito y sin corresponderle debido a que dicha acción era inapropiada e inesperado, además de que estaba prohibido tocar a los miembros de la familia real, por lo que se mantuvo estático en su posición.

—Santo cielo, Alteza. ¿Se encuentra bien? —cuestiona al separarse y notar varias heridas en el rostro del príncipe— ¿Está herido? ¿Le hicieron algo?

—Estoy bien —respondió el príncipe aún con el pecho agitado pero el Comodoro no creyó ninguna de sus palabras.

—Su Alteza, tiene que salir enseguida de aquí.

Inmediatamente un grupo de corsarios armados se colocaron alrededor del príncipe para guiarlo de vuelta al barco del rey. Mientras que el Comodoro se quedó con varios de sus hombres para continuar su búsqueda de los culpables y atraparlos.

Especialmente al capitán Jeon.

Y parece que no tuvo que buscar mucho a la tripulación del Belleza Negra puesto que mientras avanzaban se toparon con un hombre de cabello rojo que salía rápidamente de un callejón. Este al verles se asustó e intentó huir pero ellos fueron las rápidos y lograron agarrarlo.

—Kim Taehyung, ¿no es así? —interrogó Namjoon con una sonrisa hacia el pirata que tenía apresado entre los brazos de sus corsarios— Hazme las cosas más sencillas y dime dónde se encuentra tú querido capitán o voy a encerrarte para toda la eternidad en un sucio calabozo.

—¡Háganme lo que quieran no voy a decir nada! —exclamó el pelirrojo con rabia.

El Comodoro Kim se enderezó sin ninguna expresión en su rostro más que la indiferencia.

—Muy bien, ya veremos que dirás cuando estés en la guillotina. ¡Llévenlo a la nave!

—¡Suéltenlo!

Todos se detuvieron para voltear a su derecha donde se encontraba el capitán Jeon con una pistola en su dirección. De inmediato los corsarios le apuntaron con sus rifles sin abandonar su posición.

—Vaya, vaya —sonríe Namjoon cruzándose de brazos— Hasta que al fin nos conocemos, Jeon. ¿Se le perdió algo, capitán?

—Al parecer sí, Comodoro —le devuelve la sonrisa sin dejar de apuntarle— Usted tiene dos personas que me pertenecen, mi segundo al mando y al príncipe. Y las quiero devuelta si no es mucha molestia, por cierto, mucho gusto.

—¿Qué clase de lunático es usted para pensar que voy a hacer tal cosa, capitán? —le mira con diversión.

—Oh, el mejor de todos —afirma acercándose lentamente— ¿Así que ya tiene al príncipe?

—Así es, capitán. Me temo que su fantástico y estúpido plan ha fallado. No tiene más opción que rendirse y rezar con que el rey tenga piedad de su misericordia.

—¿Ah sí? —alza una ceja sin dejar de sonreír— Pues no por mucho. Hagamos un trato, yo voy con ustedes a cambio de que dejen a mi segundo al mando en libertad. ¿De acuerdo?

El Comodoro se mantuvo en silencio mientras pensaba en que fácilmente podría ordenar a sus hombres que también se llevaran al capitán y así llevarse a dos tripulantes del Belleza Negra, pero el rey le exigió explícitamente que quería al capitán Jeon, por lo que era prioridad ante cualquier otro pirata. Y sinceramente le interesaba un comino ese tal pelirrojo.

—De acuerdo —asintió e inmediatamente los corsarios soltaron a Taehyung para dirigirse a Jungkook y agarrarlo con fuerza.

—¡Jeon! —exclamó el pelirrojo intentando ir hacia su capitán pero los corsarios le detuvieron.

—Estaré bien, no te preocupes —le sonríe el pelinegro con tranquilidad cuando los corsarios comenzaron a despojarlo de todas sus armas para encadenarlo con unas pesadas cadenas y finalmente llevárselo de allí.

Comenzaba a atardecer cuando Jimin embarcó en uno de los barcos del rey sintiéndose en casa y que podía respirar en paz después de tanto tiempo. La tripulación le recibió con una noble reverencia y aplausos. El médico de la nave le atendió enseguida revisando sus pupilas y heridas en el rostro, por lo que se encontraba respondiendo algunas preguntas cuando escuchó un ruido al otro lado del barco. De inmediato ignoró al médico y se dirigió hacia el sonido por mucho que los corsarios intentaron detenerle solamente para toparse cara a cara con el capitán Jeon.

No pudo disimular la sorpresa en su rostro y más aún al verle esposado, lastimado y custodiado por los corsarios.

¿Cómo era posible?

—¿Sorprendido, su Alteza? —preguntó Jeon con una sonrisa socorrona hacia el príncipe.

—¡No le hables! —espetó uno de los corsarios antes de darle un fuerte golpe en el rostro con la cantonera de su rifle.

Jimin se sobresaltó y tragó saliva al sentir una especie de remordimiento en su interior por ese golpe. Por su parte Jungkook escupió sangre con la mandíbula lastimada y rió por lo bajo.

—Para ser parte de la tripulación del rey son bastante agresivos —murmuró con voz adolorida y volvió a mirar al príncipe— Ahora entiendo muchas cosas de usted, Alteza.

—¡Silencio! —exclamó el mismo corsario a punto de golpearlo de nuevo pero Jimin le detuvo a tiempo.

—¡Alto! —ordenó.

El corsario se detuvo y el príncipe se acercó hacia el capitán hasta quedar a una distancia considerable en la compartieron miradas que decían más que mil palabras. Hasta ese momento había vuelto a recordar que hace una hora estaba prácticamente fusionándose íntimamente con el hombre que tenía al frente y sólo pensarlo le hizo estremecerse por haber perdido el control de esa insana forma. En definitiva estaba agradecido porque la marina hubiera llegado pues de ser así no sabía que hubiera ocurrido entre ellos dos.

Al parecer no era el único que había pensado en eso pues la mirada que le estaba dando el capitán no era la más pura e inofensiva del mundo.

—¿Qué hacemos con él, su Alteza? —preguntó el corsario a cargo sacándole abruptamente de sus pensamientos.

Jimin volvió a mirar a Jungkook y entonces una sonrisa malévola se formó en su rostro para decir:

—Al calabozo.

Jungkook le dedicó una mirada incrédula combinada con una sonrisa orgullosa antes de que lo arrastraran hasta el interior del barco para ir directo a los calabozos.


Bueno, Jimin logró escapar y la marina británica atrapó al capitán Jeon. ¿Cuál será el destino de Jungkook ahora? ¿Logrará escapar o será sentenciado a muerte? Ya lo verán en los siguientes capítulos. Nos vemos el jueves <3

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