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007.

Jungkook convocó a Taehyung a su camarote, específicamente a la sección donde se encontraba su oficina y se quedó esperando pacientemente a su llegada con la sangre hirviendo. Estaba seguro de que Jimin no había recibido alimento durante cuatro días por culpa de él y eso no iba a dejarlo pasar por alto.

—¿Por qué sacaste a Jimin del calabozo? —pregunta inmediatamente Taehyung cuando entró al camarote.

Jungkook le dedica una mirada fulminante y asesina.

—Te tengo una mejor pregunta, ¿por qué carajos ordenaste que no le dieran nada de comida? ¡Te dije las tres comidas del día! ¿Por qué me desobedeciste?

Taehyung se mantuvo en silencio con la cabeza gacha y mordiendo su labio inferior con nerviosismo.

—Pensé que era un buen castigo.

—¿Más que encerrarlo en un calabozo? —cuestiona intentando controlar su enojo pero fallando en el intento— ¡Pudo morir por culpa tuya!

—Oh vamos, no iba a morir.

—Pero sí enfermar y sabes perfectamente que no tenemos los medicamentos necesarios para tratar enfermedades en esta nave, hubiera sido una muerte segura. ¿Sabes lo que más me molesta? —comienza acercándose a su posición— Que tú lo sabías y aún así lo hiciste. Fue cuestión de suerte que bajara a echarle un vistazo porque de lo contrario hubieras mandando todo nuestro plan a la basura.

El pelirrojo suspiró, sintiéndose claramente culpable y no por Jimin, sino por haber hecho enojar al pelinegro.

—Jungkook...

—Cállate, no quiero oírte —dice dándole la espalda— Largo de aquí antes de que me arrepienta de no tirarte al mar.

—Jeon, esto es ridículo.

—¿Ridículo? —le mira sorprendido y después traga saliva negando con la cabeza— Escucha, no es mi maldito problema si odias a Jimin o algo por el estilo... pero te lo dije antes y vuelvo a hacerlo, intenta hacerle daño una vez más y juro que no respondo.

Kim se muestra ofendido.

—¿Me estás amenazando en serio? ¿Aún después de todo lo que hemos pasado? Dime que no estás poniendo a esa escoria sobre mí —gruñe— Ese chico no dudaría en matarte y lo sabes. Yo siempre te he sido leal.

—¡Mierda, Taehyung! —entorna sus ojos— Ya te dije que esto no es personal, no podemos arriesgarnos a que algo le pase y por eso estoy siendo precavido. No entiendo por qué te molestas tanto si lo sabes perfectamente.

—No me molesta la situación, me molesta Jimin. No confío en él —explica— Lo subestimamos demasiado, debimos de elegir a un candidato menos rebelde y más propenso a obedecer.

Jungkook sonríe.

—Descuida, Jimin se rendirá, tarde o temprano lo hará. Su reciente comportamiento es entendible debido a que fue secuestrado, cualquiera lo haría estando en su lugar. Así que sólo es cuestión de tiempo hasta que ceda completamente a mis órdenes.

Sin embargo, Taehyung niega con la cabeza y se cruza de brazos.

—No creo que vaya a ser tan sencillo, y hablo de ti. Te agrada demasiado para ser sólo un prisionero...

En ese momento Jungkook alza la mirada y en silencio se acerca a Taehyung hasta que sus respiraciones se intercalan.

—Sí, me agrada. ¿Y cuál es el problema en eso? —pregunta en un susurro casi rozando sus labios con los del contrario— Suena a que estás celoso y déjame decirte que eso sería bastante confuso... Tú eres mi único amigo.

—Los amigos no conocen su sabor, Jungkook —murmura el pelirrojo relamiendo sus labios y teniendo la respiración pesada— Sabes a lo que me refiero en que lo miras diferente.

—Sí, lo sé —suspira viéndole profundamente con aquellos ojos azules— Pero no tienes nada de qué preocuparte, tú siempre serás mi único compañero del mar y eso no cambiará.

Kim traga saliva.

—Creo que no has entendido mi punto.

Jeon frunce el ceño y se aleja un poco.

—¿Entonces de qué hablas?

El contrario hizo ademan de responder pero guardó silencio negando con la cabeza.

—Olvídalo... Como sea, lamento haberte desobedecido y prometo no volver a hacerlo.

—Bien, espero cumplas tu palabra. No me hagas tener que hacer algo que no quiero.

Asintiendo con la cabeza, Taehyung permanece callado. Sabiendo perfectamente que en el fondo no aseguraba nada.

——— [ 💀 ] ———

Aquella mañana estaba muy soleada, demasiado para el gusto de Jimin pero sabía que tarde o temprano tenía que acostumbrarse a eso. Aún así, odiaba el sol en exceso.

No podía explicar la extraña emoción y alivio que sintió en su pecho cuando vió la gran isla frente a sus ojos. Según lo que tenía entendido, Jungkook iría junto con otros piratas a la laguna de Adán a buscar el santo cáliz y después volverían, por mientras él permanecería inmóvil de manos por sogas y custodiado por otro pirata en la playa.

Finalmente bajaron del barco y remaron hasta la orilla en un bote de madera.

—Muy bien —comenzó Jungkook mientras bajaban del bote— Ustedes dos irán conmigo —señaló a dos piratas— Taehyung, también. Y tú —miró al pirata que quedaba— Vas a cuidar del príncipe mientras no estemos.

—Sí, señor —asintió obediente el tripulante.

—¿Vió, Alteza? —voltea hacia a Jimin con una sonrisa— ¿Por qué no puede ser como él?

Jimin le devuelve la sonrisa pero claramente llena de falsedad y molestia.

—Porque yo nací para dar órdenes, no obedecer, capitán.

—Claro —murmura y se acerca un poco a su dirección— No intente algo estúpido, por favor.

El principio permanece en silencio sosteniendo su mirada sin ninguna expresión. A lo que el capitán suspira y le indica nuevamente al tripulante que lo vigilase muy bien.

—Volveremos enseguida —avisa antes de irse con Taehyung y los demás piratas.

Jimin observa como aquellos hombres se adentran a esa selva y se pierden en los arbustos dejándolo solo con aquel pirata que no le quitaba el ojo de encima.

Por otro lado, Jungkook y su grupo habían caminado por aproximadamente diez minutos cuando por fin encuentran aquella famosa laguna, no era exageradamente grande pero si hermosa e hipnotizante. Uno de sus hombres andaba sediento por haberse terminado su botella de agua, por lo que se agachó en la orilla e hizo ademán de tomar del agua de la laguna.

—¡Espera! —Jungkook le detiene al instante viéndole asustado— ¿Qué no escuchaste lo que dije? ¡Las aguas están malditas y envenenadas! Una gota puede matarte.

Y tenían pruebas porque inmediatamente notaron que en las orillas de los otros extremos se encontraban esqueletos medio enteros de hombres que en algún momento bebieron y fallecieron. Avergonzado, el pirata se incorporó y alejó de la laguna mientras Jungkook se acercaba a la orilla e imitaba su acción de agacharse.

Metió toda su mano en el agua observándola brillar y entonces comenzó a hacer movimientos elegantes dentro del agua. Bajo la mirada de su grupo, inhala y exhala con lentitud y comienza a murmurar:

Oh, Adán, primer hombre, mensajero de Dios y cuidador de Edén. Te pido solemnemente que me guíes para así el santo cáliz de la última cena hallar y prometo con mi vida regresar.

Segundos después de recitar aquello una blanca y brillante luz se visibilizó dentro de las aguas en un punto al otro lado de la laguna.

—¡Allá! —señala Jeon sorprendido porque las palabras que había encontrado en un antiguo pergamino habían funcionado— ¡Ahí debe de estar el cáliz!

Inmediatamente rodearon la circunferencia de la laguna hasta llegar al otro lado, Taehyung fue quien se arriesgó a meterse al agua hasta que le llegó a las rodillas, se acercó a aquella luz e introdujo cuidadosamente sus brazos.

—¡Lo tengo! —exclama con alegría sacando con ambas manos del agua un enorme y pesado cáliz tallado por una piedra de calcedonia, con asas en forma de serpiente y la base decorada con varios rubíes, perlas y esmeraldas. Todo guarnecido en oro. Era increíblemente hermosa.

Todos contemplaron asombrados aquella reliquia, literalmente sus ojos brillaban de lo brillante y encantadora que era. Finalmente Taehyung salió del agua y entregó el cáliz a uno de los piratas quien la guardó en un saco.

—Sería una pena tener que devolverla, esta mierda debe de valer más que todo el oro del rey —dice aún abrumado.

—Ni en broma la vamos a conservar —advierte Jeon— Si no la devolvemos una vez utilizada, yo moriré, y ni a mí, ni a ustedes les conviene. Así que ten cuidado con lo que dices...

—Lo siento, capitán.

—Muy bien, es tiempo de regresar a la nave —avisa para después sonreír— Esto lo celebraremos con unos buenos tragos.

Bromeando y charlando, los piratas se alejan de la laguna sin ser consientes de que varios pares de ojos les estaban observando desde hacer rato.

——— [ 💀 ] ———

Jimin comenzaba a agobiarse de esperar y deambular por la isla, específicamente de ese pirata que nada más se dedicaba a ver su rostro en la hoja de su espada, arreglar su cabello y sonreír con arrogancia.

—Lo siento, Alteza —murmura sin dejar de mirarse y Jimin voltea sus ojos— Necesito verme bien cuando vayamos a Tortuga, allí las mujeres me llueven por doquier y-

—Disculpe —le interrumpe con voz pacífica— No me interesa.

El pirata le mira sorprendido y después hace una mala cara.

—Para ser un príncipe es demasiado grosero.

—Y usted para ser un simple y pobre pirata tiene el ego muy alto.

Jimin sonríe satisfecho ante la expresión que puso aquel hombre para nada atractivo a su pensar, y justo cuando este se puso a la defensiva decidió actuar.

—Oh, Dios mío —murmura viendo pasmado el rostro del pirata— ¿Eso que veo es una cana?

—¡¿Qué?! —inmediatamente el hombre se mira atentamente en el reflejo de su espada y Jimin aprovecha la distracción más el fuerte ruido de las olas para echarse a correr veloz hasta meterse en la selva. Finalmente el hombre se voltea— Yo no veo na-... ¿Alteza? —observa a su alrededor y después suspira— Mierda.

Por su parte, el príncipe se mantenía corriendo a través de la selva lo más rápido que podía. Hace minutos había creído ver algo de humo salir desde lejos por sobre los árboles, por lo que supuso que debían de haber habitantes. No le importaba quienes fueran mientras pudieran ayudarle a escapar o a que las guardias costeras del rey pudieran encontrarlo más rápido.

Esquivando con dificultad hojas enormes y ramas, procuró adentrarse lo más posible a la selva, cada vez estando más rodeado del color verde y sin ser completamente consiente de lo que estaba a su alrededor. Debía de huir lo más rápido posible pues no tardaría mucho tiempo antes de que el capitán Jeon se enterase y fuese a buscarlo con varios de sus hombres.

Jimin apartó una hoja gigante del camino y justo cuando iba a seguir avanzando se detiene de golpe, pues se topa con un grupo de personas salvajes de piel mestiza y oscura que no lucían para nada agradables. Tenían pinturas en su rostro y otras partes del cuerpo, sus partes íntimas estaban cubiertas por telas y utilizaban accesorios de huesos, además de poseer varias perforaciones en el rostro. Todos estaban armados hasta los dientes con lanzas punzantes en su mayoría. En el momento en que Jimin apareció todos voltearon a verlo y este quedó completamente paralizado.

. . .

Jungkook regresaba con sus colegas a la playa teniendo una gran sonrisa de victoria en el rostro, sin embargo toda gota de felicidad se eliminó cuando no vió a Jimin allí y solamente al pirata que estaba a su cargo completamente agitado.

—¡¿Dónde mierda está?! —interrogó en voz alta y acercándose furiosamente al hombre.

—N-No lo sé, c-capitán... Me distraje y-y huyó...

—¡¿Eres idiota?! —le grita— ¡Tenías un maldito trabajo!

Quiso golpearlo pero Taehyung le detiene colocándose al frente suyo e intentando calmarle pero justamente escuchan un grito provenir dentro de la selva y Jungkook enseguida lo reconoció.

Jimin.

Buenass, les vengo con un maratón porque me han pedido que haga capítulos más largos, en esta historia habrán caps cortos como caps largos y varios maratones, este es uno de ellos así que sigan bajando al otro cap 🥰

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