Serenity

Me siento libre, como un dragón que vuela en su habitad, el cielo.

Muevo mi lanza, entonces hago que mi contrincante retroceda, pero Fared no se queda atrás, utiliza su espada y aunque es bastante filosa, no logra romper mi arma. La vara es de un potente material, una espada cualquiera no podría romperla.

La lucha continúa, Fared esquiva mi ataque directo, pero con su mano, la cual se convierte en garra. La presión que ejerce en mi arma hace que su palma sangre, pero también que la lanza se resquebraje. Para evitar perder la contienda, uso su mismo truco sucio y lo tacleo, lo que provoca que se caiga. En el proceso me toma de la ropa y me desplomo sobre él, sin poderlo evitar.

Aprovecho para inclinarme y apuntarlo con mi arma, para ganar un punto.

De repente me distraigo, ya que la puerta de la sala del trono se abre, entonces visualizo a Ankor llegar.

Miro en la posición en la que estoy sentada sobre mi contrincante y esto se ve muy mal. Sin embargo es una pelea, así que quizás puedo estar equivocada, no es necesario malpensar la situación.

—Se acabó el espectáculo —dice mi marido y nos levantamos—. Cualquier asunto se resolverá después, tenemos problemas más graves.

—¿Cuáles? —pregunta un consejero mientras yo me acerco a Ankor.

—Hay que cambiarte el vendaje —le aclaro a mi esposo tomando su mano, luego le sonrío alzando la vista hacia sus ojos—. Me alegro que estés bien, no me avisaron que habías salido de la cueva —digo con los ojos humedecidos, abrazando su mano, acercándola a mi rostro.

—Se han infiltrado en el castillo —Ankor le responde al consejero y luego me mira a mí—. Estoy bien. —Me sonríe—. Tú te ves bien —agrega y me río.

Alisther

Voy caminando y veo que Irina viene corriendo hasta mí, así que me detengo, parece nerviosa.

—¿Qué sucede? —pregunto cuando me alcanza en el pasillo.

—No pensé que Fared fuera tan rápido a hacer la anulación, dime qué no te enteraste —pide angustiada—. Perdón, tengo que decirte algo.

—¿Enterarme de qué? ¿Qué quieres decirme? ¿De qué anulación hablas? —La miro confundido.

—¿Los interrumpo un momento? —Oigo detrás de mí y me giro, visualizo a Askar—. Me gustaría hablar con Cielo ahora.

—¿Morket? —expresa sorprendida Irina.

No sé qué está pasando, pero no debe ser nada bueno.