Capítulo 24
Kael
¿Bebé con Endek? Listo ¿Velas aromáticas para aligerar el ambiente? Listo ¿Guardias con estrictas órdenes para que no nos interrumpan? Listo.
—Jacky ¿Te casas conmigo? —pregunto, entonces su gesto es de sorpresa cuando tomo sus manos.
—¿Qué? No. —Se aparta.
—¿Cómo que no?
—Eso es muy serio.
—¿Y un bebé no lo es? —Enarco una ceja.
—Eso fue algo inevitable, viendo la cantidad de veces que fornicamos y no hay protección.
—¿Protección?
—Como sea, no es no.
—¿No me amas? —La agarro de los brazos.
—Sí, pero ¿Una boda? —Quita mis manos de ella—. Es muy... no sé, ¿formal? Ni idea, no es algo que haría y además son costosas.
Sonrío.
—Pero de eso no tienes que preocuparte, Jacky, soy un príncipe.
—Y yo una pandillera, le robo a los príncipes para pagar mis programas favoritos de televisión.
La miro confundido.
—¿Pandillera? ¿Televisión?
—Bandida, y lo de la televisión no te lo puedo explicar. —Mueve los hombros sin importancia.
—No importa lo que hayas sido, lo que interesa es lo que eres ahora.
—Sí, bueno, no puedo ser una princesa, no va conmigo.
—Eres una diosa —le aclaro.
Se aleja para explicar en alto.
—¡Sí, pero los dioses hacen lo que se le canta! En las historias las princesas son todas refinadas y los dioses todos destructivos, así que me queda mejor este último.
Me río.
—Tú puedes destruir lo que quieras, mi agresiva. —Tomo sus manos otra vez—. Acepta ser mi esposa.
—Está bien. —Bufa—. Pero nada ostentoso.
—Soy un príncipe —le repito—. El comité no va a dejar que no sea ostentoso, sin contar que será un acontecimiento importante, no hay muchas bodas de la realeza en el Reino de los Siete Desiertos, normalmente los príncipes no se casan, para que las concubinas no obtengan ningún título.
—O sea que es revolucionario. —Se queda pensativa—. Hubieras empezado por ahí.
—Yo me quiero casar contigo por amor, no por cosas políticas.
—No soy política, solo me caen mal las reglas estúpidas. —Se ríe—. Me gusta cuando ayudar y destruir se complementan.
—Me encanta tu sonrisa. —Tomo sus mejillas y la beso—. Se te verá hermosa con un vestido blanco. —Vuelvo a unir sus labios con los míos—. Bueno, voy a ir a preparar todo. —Me aparto.
—¿Eh? ¿Ya? —Da unos pasos hacia mí.
—¡No quiero esperar! —Abro las puertas de los aposentos—. Nos vemos después, estaré más ocupado que de costumbre.
—¡Maldita seas, Kael! —se queja mientras me alejo.
Avanzo feliz por los pasillos y me detengo cuando Rebecca se atraviesa en mi camino.
—Tenemos que hablar —dice seria.
—¿Qué pasa?
—Primero, espero no hayas hablado sobre Cielo con nadie, me tiene en la mira sobre eso.
—No, no lo he hecho. —Hago una pausa—. Me dijo que averiguara sobre la personalidad de Isela, pero no sé cómo podría averiguar eso, no es como si entendiera mi poder de Oráculo tan fácil.
—Lo descubrirás a su debido tiempo, no parecen estar apresuradas con nada.
—Isela y Cielo. —Quedo pensativo.
—Otra cosa. —Cambia de tema—. Necesito los mapas del castillo, si hay más pasadizos secretos que lleven a respuestas, necesitamos saberlo.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro