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Capitulo 12

La Reyna Mitsuki, se dedicaba a visitar por ratos al pecoso, quien se encontraba en los aposentos del rubio. A ella le gustaba hablar con el, le hacía sentir bien y menos solitaria.

A Masaru le hubiese gustado conocerte, eres un chico maravilloso y muy hermoso — Le decía Mitsuki al Omega frente a ella, quien la observaba con esos orbes verdes llenos de brillos.

Disculpe mí atrevimiento mí señora, pero si le molesta o le trae malos recuerdos no me responda — El pecoso estaba nervioso, pero tenía curiosidad de aquel hombre del que le hablaban, el padre de su alfa al que amaba tanto — ¿Qu-que fue lo que sucedió con el señor de las tierras de Egipto mí señora~? — Mitsuki lo miro con una nostálgica sonrisa, era una larga historia, dolorosa, pero tenía sus buenos momentos.

El murió hace ya algunos años, pero lo recuerdo con todo el cariño que el me entrego — Sonríe — Era un buen padre...

¿Co-como fue que terminaron juntos?, Digo, ¿Porque fue que desidieron casarse? — A Mitsuki le sorprendió la pregunta, pero le respondería.

Nosotros no nos casamos por conveniencia cariño, nosotros nos casamos por amor, fuimos encontra de la desición del rey, el antiguo padre de Masaru, fue algo que sorprendió a la gente del pueblo egipcio, pero no nos importaron lo que la gente pensó en ese momento — El peli-verde solo escuchaba atento — Los dioses nos apoyaron, nos dieron su bendición, a los pocos años de comprometernos, el padre de Masaru murió, quedando el como monarca de Egipto, el llevo a adelante este reino con mí apoyo. Tal ves no era una experta, pero con el tiempo fui aprendiendo.

_En el pasado de Mitsuki_

Masaru se enamoró de Mitsuki cuando la vio vendiendo joyas en un pequeño toldo de pieles, Mitsuki en ese tiempo era una simple vendedora de joyas, echas por su padre. En ese momento Masaru era el príncipe, guapo, con poder y muy imponente, pero a Mitsuki no le importaba la posición que los hombres tenían, era una mujer independiente y muy inteligente.

Masaru la había divisado, ella estába discutiendo con un cliente, al parecer no quería pagarle aquel oro que valía una linda pieza de oro, el se acercó con la intención de ayudar. Masaru era una persona demasiado tranquila y le gustaba resolver los pleitos de su mente hablando, no era como su padre, el cual sentencia a muerte a cualquiera que lo desafíe.

¿Disculpen? —Dejo Masaru entrando en escena — ¿Que es lo que sucede aquí? — El hombre frente a el, se quedó estático

Disculpe su majestad, es solo que no pagaré nada por esta pieza, no lo vale — Dijo el hombre, mientras que Masaru era observado por la mujer de rubios cabellos — Eso es por lo que estoy discutiendo.

Yo creo que si lo vale, es una pieza fina, detallada y se ve que fue tallada a mano — Dijo un tranquilo Masaru — Supongo que no todas las personas tienen gustos buenos, ¿No cree señorita? — Llevo su vista hacia Mitsuki, quien lo miraba espectante y con una ceja elevada en sorpresa a su respuesta.

Su-supongo que no mí señor — A pesar de tener su mal carácter, Mitsuki jamás le faltaría al respeto a una figura de alto mando, en este caso el mismísimo príncipe Masaru Bakugo — ¿Tu que harás?, La pagas o no te la llevas escoria — Y todo su respeto, se fue por la borda.

Valla carácter, deberías ser un poco más educada, el príncipe Masaru está frente a ti — Dijo aquel hombre con enojo.

A el lo estoy respetando, te estoy hablando a ti escoria — Volvió a repetir aquella palabra que tanto decía su padre — Dime ya que harás, muchas personas están detrás de ti, no tengo todo el día para ti sabes — Dijo por último.

Quédate con tu sucia joya, nadie te comprará nada si sigues con ese carácter — Le tiró la joya al suelo, la piso, escupió y se fue.

Lamento eso mí señor, debo lidiar con personas como el, si es que se les puede llamar personas — Se inclino levemente y las personas a su alrededor los observaban.

No te preocupes, me pareció una falta de respeto de su parte, una dama se debe respetar y agradecerle su existencia — Dijo con una enorme sonrisa, coloco su mano en el hombro de Mitsuki y dijo algo que sorprendió a todos a su alrededor — Yo comprare cada joya que ahí aquí, no importa su costo — Mitsuki elevó la mirada y lo vio con sorpresa.

¿¡Que está diciendo mí señor!?, No es que no le quiera vender, pero sería una falta de respeto venderle mis sucias joyas a un noble, ninguna de estas piezas es digna de usted — Ella se arrodillo a sus pies.

No es necesario que hagas tanto escándalo, las comprare, no ahí nada más digno que algo echo con dedicación, algo que reluce en tu cuerpo es algo bello de admirar — Mitsuki quedó maravillada con sus palabras, desde ese momento supo, que aquel hombre le doblegaria el orgullo y que le haría enamorar, eso es lo que estaba ocurriendo. No era por su estatus como príncipe, sino como un hombre con un corazón bondadoso y lleno de amor por dar.

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El tiempo pasó y ambos se hicieron muy cercanos, Masaru se enamoró de ella, así como Mitsuki de el, era inseparables. Hasta que el rey se enteró por voceros que le rendían absoluta lealtad.

Masaru debes dejarme, debes casarte con una noble, no con una simple joyera — Le decía con un deje de tristeza y preocupación — No importa lo que pase, nosotros tenemos que seguir nuestras vidas, siendo lo que somos, una joye y su señor príncipe, nada más allá de eso — Masaru estaba tan triste, escuchar esas palabras por quién ya tomaba como su gran amor, el rechazo a aquel anillo y a su amor, le dolió demasiado — Porfavor, no me hagas esto más difícil.

Mitsuki yo te amo, no voy a responder a los caprichos de mí padre, yo te quiero a ti, no quiero una noble o un noble, no te cambiaría por nada, nisiquiera por la corona en mí cabeza — Esas palabras hicieron llorar de manera desconsolada, dejar al hombre que amaba por su posición en la sociedad, era tan cruel y crudo — No me dejes, no importa lo que eres, yo te quiero así, quiero tu sonrisa y palabras dulces cada mañana, eso es algo que jamás hubiera imaginado, no hasta que te conocí Mitsuki.

Lo siento mucho Masaru~ — La rubia mujer lo abrazo, entregándole en ese abrasó todo el calor de su amor, llenando sus corazones con dolor — Te amo Masaru Bakugo, pero esto es lo mejor~...

¡¡Mí señor, el rey!! — Llego un agitado guardia — ¡¡El rey ah muerto!! — Masaru lo miro con unos ojos grandes, tales parecían platos grandes.

¿¡Porque tan derrepente!? — Le pregunto al guardia con desesperación.

El rey estaba enfermo de gravedad, decía que era una maldición que los dioses le enviaron, su última voluntad era que usted se casara, pero no pudo verlo hacer eso... — Respondió el guardia.

Masaru tomo la mano de su amada y corrió a palacio, una ves allí, todos veían con un deje de desprecio a aquella mujer, aquella que se atrevía a tomar la mano de su señor y futuro rey — ¿¡Que es lo que ven!?, ¡¡Vallan a hacer su trabajo ya!! — Dijo Masaru y volvieron a caminar, Mitsuki estaba impresionada por aquella actitud dominante, la cual la hizo sonrojar aún más, enamorándose por segunda ves, de aquel hombre que jalaba de su mano — Abran la puerta — Y las puertas de la habitación del rey, se abrieron para el.

El rey, padre de Masaru, era un hombre imponente, de cabellos castaños. El cual en este momento llasia en aquella cama, sin vida.

¡Mí señor, lo sentimos mucho~! — Lloraba su más fiel sierva, la cual siempre le dedicó hasta sus más intensas horas sin dormir.

Puedes salir Ana~ — Dijo en un tono sumamente tranquilo, la mujer salió de la habitación, no sin antes saludar de forma educada — Mitsuki, me hubiese gustado que me padre te conociera, que nos diera la bendición y que fuera quien nos casara y presentará frente a los dioses, pero ellos así lo quisieron, nos dejaron el camino libre, dándome la oportunidad de tomar esa corona y nombrarte mí primera esposa~ — Lágrimas comenzaron a caer de sus ojos, mojando sus mejillas, mientras su mirada estaba clavada en aquella mujer de cabellos rubios.

Masaru yo..., Yo no sé que decir~ — A pesar de inquebrantable fortaleza, estaba allí frente a ella, llorando de una manera libre y pidiéndole la mano nuevamente, está ves no lo dejaría, no ahora que la necesitaba— Siento que le estoy faltando al respeto a tu difunto padre, pero que me perdonen dioses, porque no pienso abandonarte, acepto Masaru, acepto ser tu esposa y la única — Sentenció esa última palabra.

Que así sea amada mía~ — Dijo Masaru como confirmación.

Ambos salieron de la habitación, Masaru comenzó a dar órdenes y mando a momificar a su padre. Masaru paso a ser el señor de las dos coronas, rey de todo Egipto, Mitsuki primera y única esposa de este y ambos tuvieron a Katsuki, obvio ella quedando como Mitsuki Bakugo.

_Fin de flashback_

Izuku estaba llorando, parecía un río la habitación ya — Señora Mitsuki, eso fue tan hermoso~ — Dijo entre sollozos y moqueos.

Ya no llores o Katsuki se enojara conmigo — Reía Mitsuki, mientras que secaba las lágrimas de Izuku — Creo que fue un error contarte la historia..., Pero me alegra que me escucharás tan atento, es bueno a veces hablar y desahogar tus penas con alguien más — Beso las mejillas pecosas de Izuku y se puso de pie — Tengo retirarme ya, pero Katsuki vendrá pronto pequeño, quédate aquí, ¿Está bien? — Acaricio por últimas ves las mejillas regordetas de Izuku y salió de los aposentos.

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_Horas más tarde_

Izuku~ — Entraba el rubio a los aposentos, viendo a su esposo sentado, acariciando su vientre, algunos rayos de sol, daba directo a su rostro sonriente. Era una imagen muy bella de ver.

Izuku elevó su mirada brillante hacía Katsuki, el cual permanecía parado en la puerta — Cariño entra, ven a abrazarme~ — El rubio sonrió e hizo lo que si Omega le pedía — ¿Donde estabas?, Te extrañamos mucho Kacchan~.

Estaba encargando me de asuntos importantes Deku, ¿Descansaste mientras yo no estaba? — Izuku asintió ante su pregunta y lo miro a los ojos con una sonrisa.

Tu madre vino a verme hoy, me contó una historia de amor muy bella, una que superó barreras — Explicaba el pecoso.

¿A si?, Esa anciana tiene buenas historias que contar — Acurruco buen en sus brazos, a aquel Omega que tanto amaba, aquel que le robo el corazón a pesar de su ser orgulloso — Vamos a dormir, antes de que el mocoso pida algo de sus raros antojos — Izuku soltó una risilla y se Acurruco en el pecho del alfa que lo rodeaba con sus brazos, el mismo que le repartía besos en el rostro.

Si Kacchan, descansemos y no lo llames así, es nuestro pequeño ángel — Regaño y Katsuki solo rodo sus ojos con una sonrisa.

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// Me siento mal, mal por haber abandonado tanto este fanfic, siento que me aleje mucho de el y debería ponerle más atención. Asique aquí estoy, actualizando para los que la siguen y apoyan con tanto cariño. Muchas gracias por dejar su estrellita y sus lindos comentarios, el próximo cap será completamente Bakudeku/Katsudeku\\

— Recuerden dejar sus comentarios y su estrellita si les gustó el cap

— Les recuerdo que está es solo una historia de fan para fans, no está echo con intenciones de lucro y solo lo hago por amor al shipp

— Los personajes utilizados, no son de mí pertenencia, estos les pertenecen al dios Horikoshi 🛐

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      ¡¡Los amo hasta la próxima!!

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