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XXVIII.











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Había seguido el diminuto consejo de Nadine y había esperado a Jimin con una cena romántica, tenía que llegar al corazón del omega con todos los actos melosos que se le podían ocurrir; después de todo así su hermano lo había conquistado, a la forma antigua llenándolo de regalos y halagos.

Colocó dos velas y un ramo de rosas en su asiento, arregló su corbata y peinó sus cabellos con sus manos, comió una menta y se sentó a esperarlo. El omega había salido para traer sus plantas al penthouse, lo había mandado con su chófer así se aseguraba que iría a donde le había dicho, tenía que tenerlo bajo su lupa hasta no saber el siguiente paso de su hermano, aunque lo que sea que hiciera sería inútil.

Jungkook siempre estaba un paso adelante.

El sonido del ascensor hizo que se levantará de la silla, tomó el ramo de flores y espero al omega, cuando lo vió le sonrió y le saludo con un beso en la mejilla, le entregó las rosas y le indico a su chófer dónde pondría las plantas de su omega.

"No tenías porque." Dijo Jimin, aún no se acostumbraba a los presentes que Jungkook le daba. "Son muy lindas."

"Las compré pensando en ti." Tomo su mano. "Ven, quiero mostrarte algo."

Caminaron hasta llegar al balcón, el omega soltó un suspiro y apretó la mano del alfa viendo lo que le había preparado.

"¿Te gusta?" Pregunto guiandolo hacia su asiento, en verdad se había lucido, había posicionado todo para que la luna y las estrellas fueran las testigos de su propuesta mientras tenía una vista hermosa de toda la ciudad, así Jimin se daría cuenta de que aquellas vistas solo se las podía dar Jungkook y nadie más.

"Es hermoso." Susurro embobado por el cielo y el horizonte. "Es muy lindo, gracias Jungkook."

"¿Que dijimos sobre las gracias constantes?"

"Bien, ya no lo haré." Sonrió acomodándose en su asiento.

Habían quedado que el omega dejaría de agradecerle por todo porque eran cosas que merecía, aunque a Jungkook le gustaba escuchar esos agradecimientos pues él sería el único que podía brindarle tanta comodidad, presentes y bienestar; inflaba su ego saber que era el único pilar que sostenía a Jimin.

"¿Y por qué la cena?"

"Porque es una noche importante, ¿no lo crees?" Alcanzó su mano por encima del mantel y la acaricio. "Espero que te guste mi sazón, cocine la cena y espero me haya salido bien."

"Me gustara." Asintió sonriéndole algo sonrojado, no podía no tener la cara hirviendo teniendo una vista tan magnética.

Jungkook había planeado todo a la perfección.

Preparó el platillo favorito del omega, el jugo favorito y le habló sobre las cosas que le gustaban, creando un personaje al que Jimin pudiese amar; un personaje creado a base de los gustos e intereses del omega para que así el tonto creyera que eran el uno para el otro. Si el dolor los había unido, la pasión los ataría.

Era fácil ganarse la confianza del omega, estando tan solo y vulnerable... Si Jungkook no lo tenía comiendo de su mano hasta fin de mes sería un completo inútil.

"Te dije que está noche era especial." Dijo. "Pensé las cosas y pensé en lo que sería mejor para nosotros, sobre todo para nuestro hijo."

"¿Y...?"

"¿No crees que lo mejor es que formemos una familia como debe ser? Es decir..." Jimin lo interrumpió.

"¿Cómo?"

"Jimin." Se levantó del asiento, urgo en su bolsillo y sacó una cajita de gamuza, se arrodilló frente al omega y dijo. "Formemos una familia como debe ser, Jimin, ¿quieres casarte conmigo?"

En lugar de una mirada tierna, Jimin le dió una de espanto. Todo era muy rápido, hace poco había dejado su compromiso y hace una semana había comenzado a vivir con Jungkook, no podía asimilar todo lo que había pasado y ahora el alfa le proponía matrimonio.

Y aquel apresuramiento era solo por el hecho de que Jungkook estaba aprovechando cada segundo de luto y aturdimiento de Jimin para meterse en su ser.

"Yo sé que es muy rápido, pero ¿por qué esperar? Cuando podemos esperar a nuestro hijo en una familia consolidada, por ahora podemos casarnos solo por el civil y si gustas... después podemos hacer una ceremonia como la mereces. Si gustas puedes darme la respuesta otro día, esperaré lo que tenga que esperar."

Las palabras del alfa resonaban en su cabeza, sobre todo el "¿por qué esperar?" al haber terminado con su compromiso con Taehyung prácticamente había elegido a Jungkook, así que, ¿por qué esperar? Su hijo merecía ser esperado dentro de una familia y dentro de un matrimonio consolidado.

"Sí..., si quiero casarme contigo, Jungkook." Sonrió, o trato de sonreír. Todo en él gritaba que esto no era lo correcto. "Hagamos las cosas bien, por nuestro hijo."

Nuestro hijo. Pensó Jungkook con gracia, si tan solo la verdad se supiera. Pero no pasará, nunca.

El alfa colocó el anillo con un diamante brillante sobre el anular del omega, beso su mano y se levantó para abrazarlo. Soltó feromonas para calmar la ansiedad que transpiraba el omega.

"Gracias." Dijo Jungkook besándole la frente. "Te juro que haré todo lo que pueda y más para hacerte feliz." Prometió.

¿Lo haría? Si lo primero que había hecho en su vida fue causar un estrago de magnitud apocalíptica.

"Yo también." Prometió el omega, haría las cosas bien, está vez al lado de Jungkook daría todo de si para que todo funcione.

El alfa volvió a tomar entre sus brazos al omega y lo abrazo, lo cubrió de su aroma y beso en su cuello dejando una marca de aroma; para que de esta forma si se le ocurría ver a su hermano este se diera cuenta de a quién le pertenece.

Era suyo. Solo le faltaba colocar una marca en su blanquecino cuello y un cachorro en su vientre, así le pertenecería por completo y Taehyung no podría hacer nada. Solo miraría desde lejos como le arrebata todo lo que se suponía que le pertenecía, así se arrepentiría de siquiera haber tocado el corazón de su padre para que cambiará el testamento.

Lamentaria el día en el que se interpuso en el camino de Jungkook, primero le quitó a Jimin, luego iría por su herencia y finalmente por su tranquilidad. Hasta le causaba ansias llegar al día en el que su hermano no sea más que un manojo de lamentos arrepentido por ser la sombra de Jeon Jungkook.

Pero mientras aquel día llegaba, disfrutaría degustar el tesoro que arrebato de las mano de Taehyung, devoraría a Jimin hasta que no quede nada.



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