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Epílogo

     Abro los ojos sintiendo como mi corazón se rompe y sin importarme nada, me levanto del piso y corro hacia la entrada.

Mis lágrimas comienzan a salir al ver a Nathan bajo un gran charco de sangre, caigo de rodillas y tomo su cabeza, logro ver que la bala le dio en un acostado del abdomen. Sus ojositos llorosos dan con los mios y suelta un gemido de dolor.

     —Duele— su voz sale entrecortada.

     —Shh tranquilo cariño todo va a estar bien— le digo como puedo mientras me quito las lágrimas— ¡Gaspar tenemos que ir a un hospital rápido!.

Le grito a Gaspar quien se encontraba en shock viendo a su hijo tirado en el piso, Gina se encuentra de la misma manera. Gonzalo actúa rápido y toma del brazo a Gina

Mientras que Gaspar corre hacia nuestra dirección para tomar en sus brazos a un adolorido Nathan quien suelta un gemido lastimero. Nos subimos al Jeep y comienzo a conducir mientras Gaspar se encuentra con Nathan en la parte de atrás.

     —Cariño presiona la herida para que deje de botar sangre— volteo por un momento hacia la parte de atras y ver como Gaspar se quita su saco y hace presión en la herida de Nathan.

Yo por mi parte voy conduciendo lo más rápido que puedo, saltandome las señales de tránsito para llegar rápido al hospital.

Escucho unas sirenas cerca, dirijo mi visita hacia el espejo retrovisor y ver la policía detrás de nosotros, suelto un bufido y piso el acelerador.

Llevamos alrededor de quince minutos conduciendo y con ya tres patrullas detrás de nosotros, Gaspar intenta reanimar a Nathan para que no se duerma. Después de otros diez minutos más de nervios por Nathan, las patrullas y Gaspar quien en un momento me grito para que fuera más rápido, llegamos al hospital.

Gaspar ni siquiera espero que parara el auto cuando se bajó con un palido Nathan gritando por un doctor, rápidamente llegan varios enfermeros y depositan a Nathan en una camilla para llevárselo a emergencias.

El alboroto de la sirenas hicieron presencia en la entrada del hospital, me estacione a un lado de la entrada y me baje. En seguida los señores uniformados se acercaron a mi, y al ver mi vestido cubierto de sangre en la parte baja abren un poco sus ojos, unos de ellos carraspea y habla.

     —Señorita creo que nos debe explicar que es lo que está pasando—su voz es grave— conducir a máxima velocidad, saltarse las señales de tránsito y— con su dedo índice señala mi vestido— tiene sangre en su vestido.

Los miro detenidamente a cada uno con un semblante serio, aunque por dentro estoy que me rompo lentamente.

     —No les quiero faltar el respeto pero, si vengo conduciendo a máxima velocidad, estamos parados frente a un hospital y mi vestido tiene sangre, ¿No les hace pensar que paso una emergencia?— el que parece ser el que está a cargo, aprieta la mandíbula— las multa que me vayan a colocar póngalas a nombre de Cassandra Palmer, con su permiso necesito ir a ver como está el estado de mi hijo— nadie dice nada y me doy la vuelta, pero vuelvo a mirar al único oficial que hablo— otra cosa, se pueden comunicar con el comandante Fermín y decirle que Cassandra Palmer y Gaspar Licciardi se encuentran en el hospital.

Al momento de mencionar el apellido del oficial que está a cargo del caso de Gina, sus rostro palidecen y sin esperar alguna respuesta por parte de ellos me dirijo hacia dentro del hospital, busco a Gaspar con la mirada y no lo encuentro.

     —Señorita ¿Me puede informar dónde se encuentra el niño que ingreso hace momentos?— la chica que está detras del mostrador comienza a teclear en la computadora—se encuentra en emergencias, al fondo a la derecha señorita.

Asiento, le doy las gracias y comienzo a caminar rápido hacia donde me indico la chica. Doblo a la derecha y comienzo a buscar a Gaspar quien está sentando con ambas manos en su cabeza, noto como sus manos todavía tienen sangre.

Me acerco a él y me siento a un lado mientras coloco una mano en su muslo, él quita sus manos del rostro y verlo de está manera me parte el corazón, tiene los ojos y las mejillas toda rojas. Mis ojos se nublan un poco, estiro mis brazos para atraerlo hacia mi y darle un abrazo pero él no tiene las misma intensiones que yo.

Me toma por la cintura y me sienta sobre su regazo para rápidamente meter su cabeza en mi cuello y apretarme hacia el. Yo de igual manera le devuelvo el abrazo y siento como su pecho vibra, cierro mis ojos cuando siento que las lágrimas me inunda, paso mi mano por su espalda de arriba hacia abajo.

     —Todo va a salir bien mi amor— le digo como puedo mientras siento sus lágrimas caer por mi cuello.

Han paso dos horas y media y nadie a dicho nada sobre el estado de Nathan, yo estoy un poco mareada. Estar en esta situación me hace acordar mucho cuando pasó lo de Gabriel, mi familia está aquí al igual que la familia de Gaspar.

Supe por Gonzalo que a Gina se la llevaron los policías, no hizo esfuerzos por escapar ya que estaba en estado de shock. También me dijo que los policías llegaron rápido gracias a que cuando yo le marqué a Gonzalo, él escucho todo y actuó rápido.

Gaspar no se a sentado ni por un momento desde que llegaron nuestros familiares, camina de un lado a otro llevándose las manos a su cabello, su madre lo intenta calmar tratando que se siente y pueda relajarse.

Pero él solo le pidio que lo dejara tranquilo, de allí nadie se le a acercado. Yo no lo e hecho por miedo, sino que no puedo estar de pie ni cinco segundos porque ya siento que el mundo se tambalea, me siento cansada y con ganas de vomitar.

Me levanto como puedo y rápidamente siento como mamá me toma del brazo.

     —Cariño siéntate— sin articular nada solo niego con la cabeza— no te sientes bien, siéntate Cassandra.

     —Mamá necesito calmar a Gaspar.

Y sin esperar alguna respuesta de su parte, me aparto suavemente y voy hacia Gaspar quien se encuentra de espalda hacia mi, con la mirada perdida hacia la ventana. Llego hasta él y poso mi mano en su hombro haciendo que se tense, voltea y al mirarme se relaja solo un poco.

Le quiero hablar pero me cuesta, de repente siento como poco a poco todo se torna negro pero antes de caer en la inconsciencia veo el rostro de Gaspar preocupado.

Siento como unos dedos hacen caricias en mi mano, abro los ojos lentamente y me encuentro con el rostro de Gaspar quien al verme suelta un suspiro de alivio mientras cierra sus ojos y se acerca a mi para depositar un beso en mis labios.

     —Piccola me has dado un buen susto.

     —¿Por qué me desmaye?— me acomodo un poco mejor en la camilla y me doy cuenta que tengo puesta una intravenosa.

     —Todo el estrés, más el susto de toda está situación— inspira fuerte— fue motivo para que te desmayaras y sumándole a eso, no cenaste nada, nuestro bebe está bien así que tranquila.

Lo último lo dice de manera rápida ya que abri los ojos espantada al pensar que a mi bebe le hubiese pasado algo, pero me relajo cuando escucho lo último, cierro los ojos mientras suelto un suspiro de alivio pero los vuelvo abrir enseguida con la misma expresión de hace unos momentos.

     —¿Nathan? ¿Ya se sabe cómo está?.

Gaspar suelta un gran suspiro.

     —Momentos después que te desmayaste y te lograrán estabilizar, salió un doctor informando que Nathan ya se encuentra fuera de peligro pero todavía no podemos pasar a verlo— pasa sus manos por su rostro— estará en observación por está noche y si todo marcha bien, mañana temprano lo pasarán a una habitación.

Saco todo el aire que no sabía que tenía contenido, le sonrio y tomo sus manos entre las mias y dejarle un beso en ellas.

     —Él estará bien, mañana podremos verlo mi amor.

     —Eso quiero creer— se aparta de mi y veo como se quita sus zapatos para después sentarse en la camilla— hazte a un lado Piccola.

Suelto una risa.

     —¿Que crees que estás haciendo Licciardi?.

     —Voy a tratar de descansar con mi mujer y antes que digas algo, me puedo quedar aquí, ya que solo se podia quedar solo una persona.

Mirándolo a los ojos asiento sin decirle nada, me hago a un lado y él se acuesta junto a mi tratando de estar cómodos los dos, recuesto mi cabeza en su pecho y quedo totalmente dormida.

°°°

Me remuevo tratando de consolidar el sueño pero las risas y el gran alboroto que hay abajo no me dejan, gruño contra la almohada y me levanto, me coloco la bata de seda que está a un lado de la cama.

Bajo las escaleras mientras suelto un bostezo, me dirijo hacia la cocinar que es de donde proviene el ruido. Al llegar a está encuentro a Gaspar, Stephan y Nathan llenos de harina.

Cierro los ojos mientras inspiro fuerte y me pongo una mano en mi enorme barriga de ocho meses.

     —¿Se puede saber que fue lo que pasó aquí?— ningún de los tres dice nada— pero, ¿Cómo es que acabaron así?.

Miro toda la cocina echa un desastres, dirijo mis ojos hacia Gaspar quien tiene una tierna sonrisa en su rostro.

     —Bueno, los tres teníamos hambre pero no queríamos despertarte solo para que nos cocinaras.

     —Entonces decimos hacerlo nosotros mismo y también hacerte un desayuno especial para ti— le sigue Nathan mientras sus mejillas se sonrojan.

     —Y también como ahora quieres estar comiendo a cada rato pastel de chocolate, también la quisimos hacer— dice por último Stephan haciendo que mi corazón se derrita al ver sus rostro y escucharlos.

Sonrio a la vez que niego y me dirijo hacia Stephan para depositarle un beso en su frente y hacer lo mismo con Nathan. Voy hacia Gaspar y esté deja un pico en mis labios.

Baja hasta ponerse de rodilla y besar la enorme barriga, la cual se alborota de tan solo sentir a Gaspar.

      —¿Cómo amanecio mi reina y mi princesa—ella se mueve mucho más al escuchar la voz de su papá— supongo que excelente.

     —Si por excelente te refieres a despertar por el alboroto que ustedes tenían aquí, entonces si— sonrio y Gaspar se levanta para dejar otro pequeño beso en mis labios.

     —El desayuno ya está listo, solo falta el pastel.

     —Pues vamos a comer que tengo demasiada hambre.

Gaspar susurra un "cuando no" haciendo reír a los niños y haciendo que lo golpee en la cabeza. Los niños se ríen aún más y nos dirigimos todos al comedor para servir y comer.

Estos seis meses que han pasado, todo a marchado mejor de lo que pense. Después que Nathan salió del hospital estuvimos los cuatros durmiendo en mi apartamento como por una semana, pues la nueva casa que habíamos adquirido le estaba haciendo unos últimos retoques.

En cuanto a Gina, la extraditaron para Italia a cumplir con la condena de intento de homicidio, puedo decir que ahora si puedo respirar tranquila.

Gaspar y yo estamos muy unido y muy contentos al saber que tendremos una niña, se dejó ver hace como un mes, la muy caprichosa no quería dejarse ver. Llegamos a pensar que no se podía mover bien o algo estaba mal pero la doctora nos calmo haciendonos saber que es normal que no se dejen ver.

Hoy Gaspar quiso que tuviéramos una cita y por muy perezosa y quejumbrosa que esté, acepte tenerla ya que estaba muy insistente. Hasta los niños están muy intensos y eso que ellos no van a ir.

En estos momentos me encuentro admirandome en el espejo de cuerpo completo, llevo un largo vestido color blanco llenos de flores, tengo un suave maquillaje y unos pequeños pendientes color blancos. Hace como un mes decidí cortarme el cabello hasta los hombros, a Gaspar casi le da un ataque cuando me vio llegar a la casa.

     —Estas preciosa Piccola— me volteo y veo como está recostado en el marco de la puerta.

Lleva puesto una camisa manga larga de botones, un short beige y unos zapatos del mismo color del short.

     —Tu no te quedas atrás cariño— le guiño un ojo y me acerco a él para dejarle un beso—¿Nos vamos?— asiente— ¿Y los niños?.

     —Gonzalo vino por ellos.

Paso mis brazos por su cuello y le sonrio de manera perversa.

     —Eso quiere decir que tenemos un tiempo a solas mi amor.

     —Por más que quiera hacerlo Piccola, tenemos que llegar a la cita— hago un puchero y él solo ríe para besarlo— se nos hace tarde.

Molesta paso de largo bajando las escaleras hasta llegar al auto y cerrar la puerta, veo como Gaspar cierra la puerta de la casa y ver que tiene en sus manos mi cartera, una sonrisa se apodera de mi rostro pero la quito cuando entra al auto.

     —Caprichosa dejaste tu cartera en la cama.

Sin decirle nada la tomo y saco mi teléfono para jugar candy crush. No sé cuánto tiempo llevamos en el auto pero cuando Gaspar lo apaga veo que estamos en el estacionamiento de la playa.

     —¿Nuestra cita será aquí?.

Con una amplia sonrisa asiente y sale del auto, llega hasta mi lugar, abre la puerta y me tiende una mano la cual acepto y bajo.

     —Te pondré esto— me enseña un pañuelo negro y yo entre cierro los ojos— confía en mi Piccola.

No digo nada solo ruedo los ojos y me volteo, siento como coloca el pañuelo para después tomar mi mano y comenzar a caminar lento, empiezo a sentir como la tierra entra en mi pies.

     —¿Falta mucho?.

Escucho la risa de Gaspar y gruño

     —No seas gruñona Piccola.

Vuelvo a gruñir hasta que siento como Gaspar se detiene y quita sus brazos de mi, me quedo en mi lugar hasta que siento como Gaspar afloja el nudo y el pañuelo cae, pestañeo varias veces.

Lo primero que veo son los pétalos de rosas que están en la arena haciendo una especie de camino, también hay unas luces acompañando el camino, levanto la vista para ver qué hay al final del camino y suelto un jadeo a la vez que me llevo las manos a la boca y abro muchísimo los ojos.

Stephan y Nathan que van vestidos de blanco, están al final del camino de pétalos de rosa sosteniendo un cartel que dice "Te quieres casar conmigo"

Me volteo hacia tras y siento las lágrimas en mi ojos al ver a Gaspar arrodillado delante de mi.

      —Eres lo que siempre estuve buscando en una mujer, eres aquella magnífica y unica piedra preciosa que muchos quisieran obtener, no sabes la inmensa felicidad que siento al saber que llevas a mi hija en tu vientre. Es algo apresurado, pero te amo de una forma incontable y quisiera pasar el resto de mis días con aquella chica que me atrapó con su magnífica mirada y tatuaje divino, ¿Te quieres casar conmigo mi Belladona?.

Lagrimas brotan de mis ojos, no digo nada y comienzo a ver un rastro de miedo en el rostro de Gaspar así que antes de que saque conclusión, afirmo con la cabeza para después decir un tembloroso "si" y ver como suspira de alivio. Me coloca el anillo para después besarme, escucho muchos aplausos y gritos haciendo que me separe de Gaspar, me volteo y veo a toda mi familia allí junto con su familia.

Sorprendida dejo salir una risa y antes de poder hablar el cielo se inunda de fuegos artificiales. Gaspar me vuelve atrapar en sus brazos para tomar mis labios pero enseguida nos separan y recibimos cientos de abrazos para después comenzar a celebrar este pequeño momento.

Y pensar que hace un tiempo atrás lo daba todo por perdido, fue un tiempo difícil de pasar pero que con ayuda de mi familia logré salir de ese hoyo del cual me negaba a salir. Ahora todo es distinto y me siento feliz y satisfecha por a ver salido de allí para seguir viviendo.

Si bien dicen "después de la tormenta sale el sol" soy un claro ejemplo que ese dicho es bien cierto, solo debemos de tener fuerza de voluntad y tal vez, un leve empujón para poder seguir adelante.



FIN.


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Por fin, después de tanto tiempo pude darle un final a mi primará historia, me siento muy feliz. ❤️🤞🏻

Gracias a esas pocas personas que me han seguido en esto.❤️

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