—¡Ciao famiglia!.

Stephan apenas coloca un pie dentro de la casa de mis padres, echa un grito. Desde hace un mes tiene a un nuevo compañero que es italiano y gracias a él a estado aprendiendo varias palabras en italiano.

     —¡Hola pequeño terremoto!.

Escucho la voz de Emma mientras la veo bajar las escaleras. Cuando llega al final de está se inclina hacia abajo para darle un beso en la mejilla a Stephan.

     —Hola cassy.

     —Hola Em— nos damos un gran abrazo— ¿Y papá y mamá ?.

     —Mamá salió con Gonzalo a comprar la comida para la cena de está noche y papá se encuentra en su estudio— me explica ella mientras caminamos hacia la sala.

     —Iré hablar con él— Emma asiente y se va directo a encender la televisión.

Me encamino hacia el estudio de papá y cuando estoy al frente de las dos puertas la abro y paso sin tocar. Logro ver a mi padre tras el enorme escritorio de caoba con dos sillas de madera con cojines beige frente a está. Desde pequeña siempre me gustó su estudio, me gustó el buen gusto que tuvo con él, ya que toda la casa en gran parte es blanca.

El piso del estudio es de madera oscura haciendo juego con el escritorio, las paredes son de color beige, menos la pared que está detrás del escritorio. Ya que toda esa pared, es una biblioteca y frente a está hay un gran ventanal. En medio del estudio hay una gran alfombra beige y por último una gran lámpara que desprende del techo en forma de araña con cristales en ella, dándole así un toque antiguo al estudio.

     —Espero que estés aquí encerrado leyendo el periódico y no pensando en la empresa.

Me siento frente a él y veo que tiene varios papeles, tanto en la mesa como en sus manos, suspira y se quita los lentes.

     —Te dije la semana pasada que ya podías quedarte tranquilo.

Cuando regrese a vinos Palmer's tuve una semana que no coordinaba nada y hasta había veces que la gente me hablaba y yo no escuchaba nada, así que decidí hablar con papá para que se quedará unos días más en la empresa, mientras yo terminaba de enfocarme bien. Así que, lo tuve por dos semanas más en la empresa.

     —Si hija lo sé, pero ya sabes como es esté viejo testarudo, que apesar de que ya estés bien y a cargo nuevamente de la empresa, siempre, siempre estaré al pendiente de lo que pase en ella.

Me levanto, voy hacia él y le quito los papeles.

     —También lo sé papá, pero ya estamos en la primera semana de noviembre y ya sabes cómo se pone mamá. Deberías de ayudarla con las compras de la Navidad.

Le doy un beso en la mejilla y me siento en el borde del escritorio.

     —Y es lo que voy hacer, ya hablamos sobre cuando iremos a comprar las cosas— me dice mientras se acomoda en su silla— ¿Recuerdas que te hable sobre acerca de un posible socio a la empresa?.

Suspiro y me levanto para caminar por el pequeño estudio.

     —Si, lo recuerdo y, ¿Recuerdas tú, sobre que me negué a ello?— coloco mis manos en mi cintura mientras me le quedo observando con el ceño fruncido.

     —Si hija, pero lo necesitamos ¿Y sabes por qué?— levanta el dedo índice al ver que iba a interrumpirle— porque este último mes las ventas han bajado un poco— bajo mis brazos y lo veo confundida, suspira mientras yo tomo la silla frente a él y me siento— le pedi a Gonzalo que me pasará a mi el informe de esté mes y le dije sobre está decisión que tome y que yo mismo lo hablaría contigo.

     —¿Pero, como es eso posible de que las ventas hayan bajado?— él niega y se encoje de hombros.

     —Hace dos meses recibí una llamada de un señor, me informo que él va a construir una sucursal de su empresa aquí en Costa Adeje y se enteró de esta pequeña empresa— él habla y veo que está esperando mi reacción y como ve que no tengo intensiones de hablar, prosigue— me pidio una cita ya que se encontraba aquí y pues le dije que si. Estuvimos platicando y me dijo que no quería inconvenientes con nosotros así que me dejo su tarjeta por si cambiaba de opinión— calla y me mira para que diga algo—¿Entonces?.

     —¿Cuanto a bajado las ventas?— coloco mi mano en el mentón.

     —De un 30% y antes de que digas algo, ya se que nos queda un 70% pero jamás en Vinos Palmer's se a visto que en un mes las ventas bajen hasta un 30% y más para estas fechas donde más se vende vino.

Se levanta y empieza a caminar de un lado a otros con las manos en la espalda. Veo como se para en el gran ventanal.

     —Vinos Palmer's es una empresa de elegancia y gracia, sus vino son algo que te llevan hasta las nubes debido a su gran sabor, es una mezcla entre dulzor y amargo, la combinación perfecta. Mi abuelo con el sudor de su frente construyó y elaboró una magnífica empresa, se la heredó a mi padre y con ello se hizo más grande las ventas ya que mi padre lanzó un nuevo y exquisito vino llamado "pequeña fresa" luego me lo heredó a mi y segui con el mismo patrón de mi abuelo. Tu me recuerdas a mi padre porque tienes ese don de hacer algo innovador y exquisito— se voltea y comienza a caminar hacia mi, se sienta en el borde del escritorio y me toma de las manos— se que todavía tienes en mente de lanzar el vino de mora, pero por las bajas de las ventas de este mes se que no va a dar la base cariño. Por eso estoy considerando la idea de asociarnos con Licciardi's Company.

     —¿Y ellos son una empresa de vino?— veo como asiente—¿Ya lo llamaste?— él niega.

     —Tú decisión es la que más vale aquí, tú eres la que tienes que tomar la decisión, tú hermano y yo lo platicamos y pensamos que es lo mejor para la empresa.

Me levanto y paso mis manos por mi cabello y las dejo en mi nuca.

     —Lo pensaré y tomare mi decisión, así pase un mes y no e tomado mi decisión esperarán por mi ¿Verdad?.

     —Así es hija, de todas formas tú eres la jefa de Vinos Palmer's— se acerca y coloca sus manos en mi rostro— se que tomarás la decisión correcta Carlos— me guiña el ojo y rio. Papá y mamá dicen que mi manera de pensar es como la de mi abuelo Carlos y es algo que me gusta, recuerdo cuando siempre lo íbamos a visitar y yo salía corriendo hacia mi abuelo mientras el me tomaba en sus brazos y me decía "Hola mi pequeña fresa"— ¿y mi nieto?.

     —Debe de estar en el patio o con Emma en la sala.

     —Vamos con ellos entonces.

Salimos del estudio y vamos hacia la sala donde se encuentra Emma y Stephan. Nos sentamos junto a ellos y Emma busca una película mientras yo voy a la cocina a preparar unas palomitas y ver como Stephan se tira en los brazos de papá.

Ha pasado media hora que empezamos a ver "hotel Transilvania" elección de Stephan, escuchamos como la puerta de la entrada se cierra y con ella escuchamos unos pasos. Quien se levanta primero es Stephan y sale corriendo mientras grita hacia mi mamá y mi hermano.

     —¡Hey pequeño renacuajo! pensé que te vería dentro de un rato— escucho la voz de Gonzalo y a los poco segundo aparece con Stephan en sus brazos.

     —Mamá y yo estábamos aburridos en casa y no quisimos esperar hasta la noche.

Él se encoje de hombros mientras mi hermano lo baja.

     —!Mejor¡ más manos para ayudar con la cena— expresa mamá.

Mamá siempre a tenido una rara tradición. Se trata de realizar una cena familiar todos los primero de noviembre. Según ella, para traer paz y armonía a la familia y para luego adornar la casa de Navidad esa misma semana. Como siempre en todas las cenas anuales de mamá, ella invita a los padres de Lucia y a los de Vane a cenar con nosotros aunque en esta cena faltarán personas, ya que los padres de Vane no están y Gabriel tampoco.

Todavía me duele mucho la partida de Gabriel, me dedico a llorar solo en las noche cuando estoy sola y segura de que Stephan este durmiendo. A él no le gusta verme triste y muchos menos llorar, es por eso que lloro nada más en las noches, para luego levantarme al día siguiente y echarme kilos de maquillaje.

Salgo de mis pensamientos al ver mi reflejo en el espejo y quedar satisfecha con el resultado, decidí colocarme un corto vestido rojo de tiras, ajustado en la cintura y suelto hacia abajo. En la parte del medio de los senos hay dos pequeñas tiras en forma de zig zag y al final un pequeño lazo, unos tacones del mismo color del vestido con unas gruesas trenzas que me llegan hasta la batata.

Decidí alisar mi largo cabello pero en las puntas hice unas pequeñas ondas y para terminar solo decidí aplicarme polvo y en los labios un labial rosa.

Abren la puerta de mi habitación y veo que entra Lucia, Emma y Vane.

     —¿No saben lo que es tocar?— las tres niegan mientras se tiran en mi cama, niego varias veces y me dedico a colocarme unos pequeños aretes.

     —¿Chicas adivinen que?.

Escucho que Emma habla y me acerco hasta la cama.

     —¿Estás embarazada?— Vanessa le da en la cabeza con su mano a Lucia.

     —No seas pendeja Luci, no ves que aún es virgen— mi hermana abre sus ojos y se coloca como un tomate.

     —Eso no es cierto Vanessa— yo rio fuerte mientras que Vane la mira con una ceja alzada— bueno ajá si, todavía soy virgen— al decir aquello se coloca más roja.

     —¿Entonces no estás embarazada?— Emma niega y yo ruedo los ojos hacia Lucia— si no estás embarazada, eso quiere decir ¿Que es sobre un chico no es así?.

Lucia baja y sube sus cejas mientras coloca su cara de pervertida.

     —Noo, bueno si— ella junta sus manos, es un gesto que hace cuando está nerviosa— se llama Diego estudia la misma carrera que la mia, solo que él está en otra sección— hace una mueca.

     —¿Ajá y que más? ¿Te invito a salir?.

Le pregunto a mi hermana y veo como asiente mientras se sonroja de nuevo y escucho los gritos de celebración de Vane y Lucia, yo me les uno a su baile de celebración y tomo de los brazos a mi hermana y empezamos a bailar las cuatros como locas en mi habitación.

A pesar que mi hermana y yo nos llevamos siete años de diferencia nos llevamos muy bien, al igual pasa con las chicas, nosotras la integramos en nuestro grupo cuando ella estaba pasando una mala experiencia con la que solía ser su "mejor amiga" recuerdo que mi hermana tendría unos 17 años cuando encontró a su querido novio en casa de su mejor amiga y no estaban precisamente hablado, ella llegó a casa llorando a mares y como nosotras estábamos sentadas al frente de la casa, la vimos llegar en ese estado y nos preocupamos.

Cuando nos contó lo sucedido escuchamos un golpe en la pared y nos dimos cuenta de que se trataba de mi hermano y ya sabrán como terminó la historia.

     —¡SI! amigas es lo máximo— las cuatro nos giramos y vemos como mi hermano está en la entrada de la habitación dando pequeños brincos, nosotras reímos y él igual— la cena está lista, mamá me mandó a buscarlas.

Entre risas y burlas los cinco bajamos hacia donde se encontraban los demás.