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Capitulo 4


¿Jamás han sentido que se les viene el mundo encima con tan solo una simple oración?, ¿Tan simple, pero con un gran peso?.

¿Peor que cargar un camión repleto de arena?, ¿O que simplemente se te olvidé hasta el modo de respirar?.

Pues así me siento en esté momento, con el corazón latiendo a mil y con unas inmensas ganas de llorar. Apenas Gonzalo frena el auto frente al hospital,salgo corriendo hacia dentro del hospital sin esperar a Gonzalo, al llegar a recepción veo una señora regordeta de piel blanca y de cabello negro.

     —Buenas, ¿Señora me podría informar donde se encuentra Gabriel Rodríguez?— pregunto desesperada a la señora, ella me mira, asiente y se dispone a buscar en la computadora, siento como mi hermano llega a mi lado.

     —Sala de emergencia piso 4—mi hermano y yo vamos rápido al elevador y marcar el piso 4.

Una vez que las puertas del elevador se abren, logro distinguir demasiadas personas, entre ellas enfermeras corriendo con sueros en la mano, otras con los nervios de puntas mirando hacia todos lados, otras llorando y otras como yo, apunto de llorar.

Logro visualizar a una chica de cabello castaño oscuro hasta los hombros. Vane como si supiera que se tratase de mi, se gira y mi vista se empaña al ver el rostro de ella totalmente enrojecido. Camino hasta ella y nos fundimos en un abrazo mientras lloramos juntas.

Siento como una tercera persona nos abraza, alzo un poco la vista y veo a mi hermano.

     —Vamos a sentarnos ¿Les parece?— dice Gonzalo y veo como Vane asiente, pero yo niego y veo a mi hermano.

     —N..no puedo, ¿Qu...que fue lo que paso? ¿Que han dicho los doctores?— mi voz sonó más débil de lo que pensé.

     —Hermana primero calmate, ¿Si?.

     —¡¿Como quieres que me calme si no se nada de Gabriel?!— Gonzalo Suspira.

     —N..no, no sabemos lo que paso hermana, yo salí de casa de mama tarde y vi a Vanessa tratando de encender su auto le ofrecí llevarla a su trabajo ya que ambos íbamos tarde, había un tráfico terrible debido a la lluvia y un accidente que teníamos a pocos metros de nosotros. Cuando estamos cerca Vanessa y yo nos dimos cuenta que se trataba del auto de Gabriel, nos bajamos rápido y nos informaron de que ya lo habían trasladado al hospital y que él había recibido todo el golpe.

Mis lágrimas caen por mi rostro mientras niego con la cabeza.

     —Cass el doctor salió antes de que llegaran y dijo qu...que—su voz se quiebra a lo último— que si mi hermano se salva, seria un mila...gro— empieza a llorar, mientras yo sigo negando mientras me coloco las manos sobre mi cabeza, mi hermano me sujeta de los hombros y yo me acerca a su pecho.

     —Gabriel va a estar bien— digo mientras suelto un sollozo en el pecho de mi hermano— e... él no se puede morir Gonzalo, él no nos puede dejar a mi y a Stephan.

    —Shh tranquila, yo sé que todo va a salir bien Cassy— siento como soba mi espalda y me da un beso en la cabeza— ya nuestros papás y los de Vane vienen en camino.

Han pasado una hora y no se nada de Gabriel, hace un rato vi pasar a un doctor, me le acerqué rápido preguntándole si sabía algo sobre el estado de Gabriel y me dijo que estaba en sala de operación pero hasta allí, no me dijo mas nada. Estoy que exploto en este momento.

     —Hija.

Levanto la vista y veo a mis padres con Emma a su lado, mi hermana menor es la que más se parece a papá con su piel tostada, ojos miel y su cabello castaño oscuro. Me levanto y voy hacia los brazos de mis padres y me permito llorar nuevamente.

     —¿No han dicho nada sobre Gabriel?— me separo de ellos y niego mientras Emma me abraza.

     —Lo único que sabemos es que está en sala de operación.

Me separo de Emma y tomo el paño que me dio mi hermano hace un rato, limpio todo rastro de lágrimas en mi rostro y ver como ellos suspiran con la preocupación reflejada en sus rostros.

Tres benditas horas pasan y todavía seguimos sin saber nada de Gabriel, los papás de Vane ya están aquí con nosotros en el hospital.

Veo la hora y me fijo que son las tres con veinticinco de la tarde, suspiro y se me encoje el corazón, y lo único que quiero es llorar al pensar en Stephan.

     —Stephan sale dentro de poco del colegio, ¿Papá puedes buscarlo por favor?— le pregunto y él asiente, Emma se levanta y niega en dirección a papá.

     —Yo lo puedo ir a buscar y llevarlo a casa— dice Emma y veo como mi hermano le da la llave de su auto para que vaya por mi hijo.

Quince minutos después veo como sale un doctor con su uniforme azul salpicado con un poco de sangre y unos guantes completamente llenos de sangre y siento un pinchazo en el pecho.

     —Familiares de Gabriel Rodríguez.

Cuando escucho el nombre de Gabriel me levanto con las piernas temblando y veo como todos se levanta al mismo tiempo que yo lo hago.

     —S...soy s..su espo..sa.

El doctor dirige su mirada hacia mi y el pinchazo se hace cada vez más grande. El doctor echa un largo suspiro y me mira con pena mientras dice la peor frase que e escuchado en mi vida.

     —El señor Rodríguez acaba de fallecer no resistió a la operación, perdió mucha sangre. Perdón, hicimos lo que estaba en nuestras manos.

Dicho esto se da media vuelta y se va, veo como la mamá de Vane empieza a llorar como loca mientras gritaba por su hijo, veo a Vanessa en los brazos de mi hermano llorar como nunca la e visto. Y yo, yo solo estoy en shock veo los rostros de mis padres con lágrimas en ello y mirarme con preocupación.

No siento la respiración, lo único que siento son las lágrimas bajar por mi rostro y mi corazón destrozado, Gabriel muerto, es lo único que se repite una y otra vez en mi mente.

~El señor Rodríguez acaba de fallecer no resistió a la operación, perdió mucha sangre.~

A mi mente llega el momento exacto en que se despidio está mañana.

~—Una tentadora invitación que aceptaré gustoso— coloca sus dos manos en mi rostro para luego darme un beso y sonreir— te amo cassy.~

Siento mi pecho arder, siento que no puedo respirar y llega otro recuerdo.

~     —Cuando tengamos nuestra propia casa, quiero que tenga al menos unas siete habitaciones.

Abro los ojos como platos y me siento sobre el césped.

     —¡¿Estas loco?! ¿por qué siete?.

     —Eso quiere decir que si aceptas casarte conmigo— observo su mirada picara y aquella sonrisa que me fascina.

Me rio —Creo que primero, mis papás y en especial Gonzalo deberían de enterarse de nuestro noviazgo.

     —No había pensado aquello— se hace el tonto.

     —¡Oh si que no!

     —Hablare hasta con el mismísimo Dios para decirle que tengo a la novia mas hermosa de este planeta.

Me sonrojo y sonrio.

     —Nunca dejes de sonreir cassy.

Coloca su mano en mi mejilla mientras se acerca lentamente hasta unir nuestro labios~

Logro divisar los rostro preocupados de mis padres hablandome, pero no logro escucharlos. solo logro escuchar la voz del doctor diciendo que Gabriel falleció y a la vez como millones de recuerdo junto a Gabriel me vienen a la cabeza.

     —No, no puede ser cierto, esto tiene que ser una maldita mentira.

Me agarro de los cabellos y tiro de ellos fuertemente mientras que mis padres me toman de la mano y siento el pecho de mi padre en mi rostro.

     —Papá dime qué esto es una maldita mentira, dime qué Gabriel si está vivo— imploro mientras lloro más fuerte cuando escucho los sollozos de mi padre— Ga....gabriel no, él no.....¡Gabriel!.

Grito con el corazón en la boca mientras caigo de rodillas al piso, siento como tratan de levantarme mientras yo grito y lloro desesperadamente.

Dejo de forcejear y logran levantarme, veo a mi hermano y siento sus manos en mi rostro, logro ver como su rostro está totalmente rojo debido a las lagrimas, veo en sus ojos como si estuviera tratándo de decirme algo.

Bajo mi vista hacia sus labios pero no lo escucho ni le entiendo nada, lo único que siento es como poco a poco toda mi vista se torna negra.

Siento mis párpados pesados pero aun asi abro los ojos poco a poco y ver que me encuentro en una habitación blanca, mi vista se dirije hacia una ventana con un gran mueble debajo de está, en el se encuentra mi padre y mi hermano, quienes al verme despierta se levanta rápidamente y se acercan hacia mi.

El recuerdo del doctor azota mi cabeza.

~El señor Rodríguez acaba de fallecer no resistió a la operación, perdió mucha sangre.~

Siento todo mi cuerpo temblar al recordar aquellas palabras del doctor y siento como regresa el pinchazo a mi pecho.

     —¿Que me pasó? ¿y Gabriel? díganme que todo fue un sueño y que el se encuentra bien— siento como los ojos me pican debido a las lágrimas mientras caen por mi rostro.

     —Entraste en estado de shock y luego te desmayaste cariño.

Siento como su dedo pulgar acaricia mi mejilla, veo sus ojos rojos y eso solo me confirma que Gabriel ya no está con nosotros y me largo a llorar nuevamente mientras mi papá y mi hermano me abrazan.


°°°


Entro a la casa de mis padres con mi hermano a mi lado.

     —Quiero estar sola en mi habitación, no quiero que nadie me moleste— le digo a Gonzalo quien está dispuesto a contradecirme— no voy hacer nada, solo quiero dormir un poco.

Le digo y veo en su rostro como se debate si dejarme sola o no, al final veo como asiente, suelta mi brazo y comienzo a subir las escaleras.

Llego a mi antigua habitación entro cerrando la puerta detrás de mi dejando todo mi peso sobre esta e ir bajando lentamente hasta caer en el piso y echarme a llorar como si de una niña se tratase.

Paso mis manos por todo mi rostro mientras siento como cada uno de los recuerdos de Gabriel llegan a mi. Los minutos pasan y decido levantarme del piso para ir a la cama, tomar una almohada y gritar como nunca lo hice, lloro, vuelvo a grita y vuelvo a llorar.

Siento como abren la puerta poco a poco y al quitarme la almohada del rostro veo a una personita tan idéntica a él, ese pedazo de cielo tan tierno y bello, veo su pequeño rostro sonrojado y sus ojitos hinchado.

     —¿Ni siquiera quieres verme a mi mami?— me dice él con su voz apagada y su mirada triste, me limpio el rostro y me trago el enorme nudo que tengo en la garganta.

     —Nunca, escúchame bien, nunca pienses eso, eres la persona más importante en mi vi..vida y jamás querré eso mi amor.

Corre hacia mis brazos y lo abrazo fuerte mientras le doy un beso en su cabeza.

     —Mami, ¿Papi está en el cielo?.

Apenas escucho sus palabras, siento como mis ojos se nubla por las lágrimas.

     —Si mi amor, él ahora nos cuida desde el cielo— miro hacia arriba aguantado las lágrimas, lo separo un poco de mi y paso mis manos por su rostro quitándole las lágrimas— quieres dormí conmigo o quieres ir con los abuelos?.

Él niega y se sube a la cama.

     —No mami, quiero estar contigo— le sonrio y me quito los tacones, busco un camisón en mi armario y me dirijo al baño.

Cuando salgo ya vestida me encuentro a un dormido Stephan, me acuesto a su lado, lo arropo y deposito un beso en su cabeza y es ahí cuando me permito nuevamente a llorar en silencio.

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