Capítulo 35
La vida realmente está llena de sorpresas, está llena de nuevos comienzos, nuevas aventuras, nuevas oportunidades que debemos afrontar de la mejor manera.
A lo largo de estos meses me e puesto a pensar en como mi vida a cambiado y si alguien me hubiese dicho que mi vida daria un giro tan inesperado, sin duda alguna no le creería. Pero todos sabemos lo jodida que es la vida, Gaspar fue algo muy inesperado para mi. Pero desde que baile con él en aquélla fiesta de Jardin’s Events causo en mi un gran deseo. Aunque al principio no lo quise admitir.
Y ahora voy a tener un hijo con él, si estoy emocionada pero tambien asustada y preocupada. El día que el oficial entro a la habitación del hospital, me pidio relatarle como fue el accidente y asi lo hice. En cuanto yo termine él procede a explicar que el accidente fue provocado ya que encontro los cables del freno cortados.
Todos en la habitación se llenaron de preocupación, mi madre casi se desmaya. El oficial comenzó hacerme preguntas sobre si tenia a alguien que me detestara, o si había tenido un altercado con alguien en estos dias y yo negué a todo.
Realmente no sé quién pudo hacer algo como eso, esa persona tuvo que a ver visto que baje del auto con mi hijo ¡Como pudieron hacer algo así!.
Salgo de mis pensamientos cuando siento una mano sobre mi muslo, Alzo la mirada y me encuentro con unos ojos mieles observándome con preocupación.
—Ya llegamos Piccola.
Volteo mi mirada hacia la ventana y ver que nos encontramos en el estacionamiento de la clínica.
Suelto un suspiro y cierro los ojos para luego abrir la puerta del auto y bajar. En todo el camino hacia el consultorio de la doctora Giselle ninguno de los dos nos dirigimos la palabra, la secretaria nos informo que la doctora nos estaba esperando y nos dirigimos hacia donde ella nos indicó.
Pero antes de poder tocar la puerta Gaspar me hace girar hacia él y con sus mano acuna mi rostro.
—Yo también estoy preocupando ante toda está situación amore pero, tienes que estar tranqu..
Abro los ojos como platos y lo interrumpo.
—¡¿Como quieres que esté tranquila cuando hay alguien que quiere hacerme daño y no tuvo ningún remordimiento al ver qué mi hijo estaba allí conmigo?!.
Susurro medio gritando ya que hay varias personas a nuestro alrededor.
—Se perfectamente que hay alguien que quiere hacerte daño Cassandra— el tono el cual se dirigió a mí fue duro y se dio cuenta, pero antes de poder decirle algo, volvió hablar— está situación me tiene estresado tanto o aún más que a ti.
Cierra sus ojos y pasa sus manos por su rostro dejando en claro lo frustrado que se encuentra. Yo me limito a observarlo y cuando decido hablar él me mira y coloca una mano en mi mejilla.
—Piccola solo quiero que estés bien y no le des vueltas al asunto— vio que tenía intensiones de interrumpirlo y coloca su pulgar en mis labios— Intenta hacerlo por él bebe, sabes que no es sano para él o ella.
Tiene mucha razón pero la situación me sobre pasa, ¿Por qué hacerme algo justo cuando estoy con mi hijo?. Siento mis ojos arder y como bajan las lágrimas, Gaspar se encarga de quitarlas y pegarme a su pecho mientras me envuelve en sus brazos.
—Tienes razón Gaspar— digo unas vez que me separo de él— pero entiendeme, llevo tres jodidos días que salí del hospital y todavía nada que hayan al culpable.
—Lo sé pequeña, pero lo vamos a encontrar y hacerlo pagar— se acerca y deja un casto beso— ahora, vamos a entrar y saber cómo está nuestro bebe.
Lo observo y veo un brillo muy particular en ellos que me hacen sonreir un poco. Entramos al consultorio y la doctora comienza con las típicas preguntas para luego proceder hacerme el eco y decir que todo está en perfecto estado, me recetó unas vitaminas y decirme que no me estresara tanto ya que eso afecta al bebe.
Nos encontramos rumbo hacia su departamento, no sin antes revisar el auto y ver que todo estuviera donde debe de estar. Gaspar me abre la puerta de su departamento y me invita a pasar, nos sentamos juntos en el sofá y veo como prende el televisor y empieza a cambiar de canal hasta dejarlo en una película de acción.
—¿Y Nathan dónde está?
—Se encuentra con Gina— siento como su cuerpo se tensa.
No entiendo por qué a Gaspar no le gusta en absoluto que Nathan esté con su mamá, siempre e sentido curiosidad sobre ese tema pero no sé lo menciono ya que es evidente que no le agrada.
—Hare palomitas, ¿Puedes pedir pizza?.
—Claro cariño.
Estiro el brazo para tomar mi teléfono el cual se encuentra en la pequeña mesa de vidrio, me levanto mientras marco el número de la pizzería. Me dirijo hacia un estante donde hay varias fotos y me dedico a observarlas mientras hago el pedido.
Tomo en mis manos una foto de Gaspar con un recién nacido Nathan, él lo mira como si hubiese encontrado el mayor tesoro de todo el mundo. Nathan estaba envuelto en una manta azul y su manito hacia arriba como queriendo tocar el rostro de Gaspar.
Pego un respingo cuando siento a Gaspar abrazarme por detrás y reposar su cabeza en mi hombro.
—Me asustaste— suelta una pequeña risa y deposita un suave beso en mi mejilla
—Lo siento. Ese fue, y es el mejor día de mi vida, mi madre me tomo esa foto y ni cuenta me había dado.
Siento su sonrisa y yo le imito.
—Entiendo el sentimiento, Stephan es lo mejor que me pudo a ver pasado— hablo mientras sigo observando la foto— y, ¿Gina como estaba?.
Coloco la foto donde estaba y volteo a verlo.
—Los primeros días no se acercaba mucho a Nathan, mamá dijo que se encontraba en depresión postparto, a los días fue que comenzó a cargarlo más y mimarlo.
—Osea, ¿Que si quiere a Nathan?.
Él me observa confuso y habla—No entiendo tu pregunta.
—Es qué, entiendo el motivo del divorcio— hablo despacio y noto que no le afecta en nada y prosigo— lo que no entiendo, es que, si Gina ama a Nathan, ¿Por qué no te gusta que él esté con su mamá?.
Al terminar de hablar todo su cuerpo se tensa y noto como sus facciones se vuelven duras, abro la boca para hablar y en eso suena el microondas avisando que las palomitas están lista.
—Ya están lista las palomitas.
Sin dejarme tiempo de responder, se va hacia la cocina y dispuesta a seguirlo para hablar sobre el tema pero en eso suena el timbre avisando que llearon las pizzas. Abro la puerta para recibir las dos pizzas, le pago al joven y me despido.
Las coloco en la pequeñas mesa de vidrio y voy hacia la cocina. Veo que está recostado en el mesón con los brazos cruzados y perdido en sus pensamientos. Me coloco en frente de él y estiro mi mano para acariciar le su mejilla.
Sus ojos vuelan a los míos y antes de poder hablar, siento sus labios sobre los míos. De inmediato mi cuerpo reacciona y llevo ambas mano hacia su cabello mientras que nuestro labios siguen con su misma danza de siempre.
Me toma por los muslos y enredo mis piernas alrededor de su cintura. Siento como está caminando hasta sentir como se sienta, nos separamos por falta de aire y noto que estamos en el sofá. Nuestra respiraciones son un desastre.
—Hace un año, cuando inicie el trámite del divorcio, Gina no quería firmarlo— pasa su mano por mi rostro para apartar un mechón de cabello y dejarlo tras mi oreja— tuvimos muchas discusiones sobre ello. Pero cuando le mostré al juez el vídeo donde me estaba siendo infiel él procedió aprobar el divorcio y dijo que la custodia de Nathan sería compartida.
—Ok per...
Coloca un dedo sobre mi labio para luego dejar en ello un casto beso.
—Dejame terminar de hablar preciosa— asiento y él continua— no estaba de acuerdo con eso, pero ya había avanzado en algo. Pasaron dos meses luego del divorcio y a Nathan le tocaba quedarse con Gina pero él no quería y ante su negativa me preocupe y le pregunté, a lo que él me respondió que la mayoría del tiempo se la pasaba solo y encerrado en el departamento de ella.
Abro los ojos como platos.
—Decidi no reclamarle nada y deje, muy a mi pesar. Dejarle a Nathan, hablé con el portero del edificio y me confirmó que ella salía desde muy temprano y regresaba en la tarde. Eso me enfureció a sobre manera y fui al juzgado para pedir la custodia completa de Nathan. Al día siguiente le llegó la citación sobre la custodia, ella fue hasta mi casa echa un demonio y me dijo muchas cosas las cuales quedaron grabadas y me sirvieron para el caso.
Se queda callado y espero para ver si iba a seguir hablando pero no, así que decido hablar. No se porque pero siento que no me esta contando algo.
—Y después, ¿Que pasó?.
—Me dieron la custodia total de Nathan— se encoge de hombros.
—¿Asi sin mas?.
—¿Te parece poco lo que ella hizo?.
—No, no es eso. Sino que siento que hay algo más, algo más que estas omitiendo.
Cierra sus ojos y suelta un gran suspiro.
—En realidad, si hay algo más. Ese dia cuando ella fue a mi casa echa una furia, estábamos en mi despacho, yo estaba de lo mas tranquilo mientras ella gritaba y gritaba. Despues que se canso de gritar, la eché de mi casa; ella asintio y salio sin decir mas, me parecio muy raro el cambio de aptitud y antes de poder llegar a la puerta de mi despacho mi teléfono suena y era ella quien estaba llamando y aunque no queria atender algo en mi interior me decía que cojiera la llamada.
Se queda callado y noto que esta absorto en sus pensamientos, vuelve hablar.
—Apenas cogí la llamada, ella me dijo que Nathan solo era hijo de ella y que yo estaba loco si pretendía quitárselo, de fondo escuche un leve "mami cuidado" y ella le grito que sabia lo que estaba haciendo. Apenas escuche la voz de Nathan me volvi loco y subi a la parte de arriba y ver que él no se encontraba en su habitación. Le grite y le dije que volviera ahora mismo con Nathan y solo decia que no y empezo a reirse de mi, hasta que escuche un ruido de llantas y gritos de parte de los dos— todo su cuerpo está tenso— Como sabras, me puse como un loco al no saber que pasaba, despues de todo a ninguno de los dos les paso nada grave, solo fue un susto. Fui con mi abogado dos dias despues del accidente al juzgado a presentar las grabaciones y todo lo que paso despues, me otorgo por completo la custodia total y a Gina por conducir en exceso de velocidad con un menor de edad, mas daño a la cuidad le dieron un año de servicio comunitario.
Me bajo de su regazo y me siento a su lado, tomo sus manos entre las mías.
—Lo bueno es que lo malo ya paso ¿No?, pero entonces, si tu tienes la custodia total, ¿Cómo es que ella esta aqui? digo, ¿No deberia de estar haciendo el servicio?.
—Eso mismo pense yo cuando mi abogado me llamo para decir que él juez misteriosamente le cancelo el servicio y le concedió un poder, donde específica que ella como madre tenia derecho de ver a su hijo aunque sea los fines de semana bajo la supervisión del padre. Mi abogado no a logrado averiguar que fue lo que paso para que él juez cambiara de parecer tan rápido, aunque yo me hago mis ideas.
Nos quedamos un momento en silencio.
—Bueno hasta ahora se portado bien con Nathan, o ¿Has escuchado quejas de parte de él?— niega— cariño entonces quedate tranquilo, me imagino que reflexiono sobre lo que hizo y está arrepentida.
El voltea y me mira con el entre cejo fruncido.
—¿Tu hablando bien de Gina?.
Me rio de su expresión.
—Lo se es raro, admito que no me cae para nada. Pero es madre al igual que yo— me encojo de hombros.
—Esta bien, no digo mas— me sonrie y le devuelvo la sonrisa— ya no mas platicas, vamos a comer y ver películas por favor.
—Oh podemos saltarnos la comida y la pelicula e ir directo a la acción.
Le sonrio picara.
—Me gusta demasiado tu idea preciosa pero la doctora dijo que te tienes que alimentar bien.
Hago mi mejor puchero y Gaspar baja su mirada hacia mis labios, aprovecho eso y saco mi lengua y pasarla de manera provocativa por mis labios y luego morder mi labio inferior.
La mirada de Gaspar se oscurece y me toma por las caderas para sentarme sobre su regazo mientras comenzamos a besarnos desesperadamente.
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