Capitulo 31
Su mirada oscura está llena de deseo y lujuria, camina conmigo encima hasta llegar a la cama y tirarme en ella. En un segundo se quita su short junto con su boxer para luego quitarme la parte de abajo del bikini, besa mis muslos hasta llegar a mi entrada y pasar su lengua por ella.
Echo la cabeza hacia tras y suelto un gemido, bajo mis manos a su cabello para apretarlo mucho más a mi. Chupa y lame mi entrada mientras yo me retuerzo del placer.
Siento como se aparta y yo rápidamente levanto mi cabeza con el ceño fruncido, me toma de las caderas, me hala hacia él y antes de poder articular alguna palabra entra de una sola estocada en mi.
Cierro los ojos y suelto un gran gemido acompañado con el de Gaspar mientras comienza con un vaivén lento que solo dura unos segundos para después comenzar con las embestidas rápidas y fuerte.
Lleva una de sus manos a mis senos para apretarlo mientras que con la otra sujeta mi cintura. Paso mis manos por su espalda y entierro mis uñas en su piel, él suelta un gruñido mientras sigue penetrandome una y otra vez hasta que comienzo a sentir como viene mi tan ansiado y placentero orgasmo, aprieto mis piernas.
Gaspar suelta un gemido y echa la cabeza hacia tras mientras aumenta sus embestidas, se que ya está por llegar al igual que yo. Unos segundos más y ambos llegamos al orgasmo, Gaspar cae encima de mi mientras se recupera de su orgasmo.
Después que nos recuperamos, nos arreglamos y bajamos hacia el patio para meternos en la piscina con los niños, quienes al vernos llegar se acercan y comenzamos a jugar con ellos. Después de un buen rato, todos nos salimos de la piscina para comer.
—Te vi entrar con Gaspar hace un rato a la casa cachonda— suelto una pequeña risa por el comentario de Emma.
—Fuimos hablar— ella levanta una ceja— descubrió que yo soy Belladona, por eso entramos a la casa para poder hablar mejor a solas.
—¿Se lo tomo a mal?— yo niego con la cabeza— que bueno, bueno se nota que no se molestó ya que duraron un buen rato allá arriba.
—Puede que después de hablar hicimos ciertas cosas— ambas reímos y ella niega con la cabeza.
—¿De que se ríen ustedes par de babosas?— vemos como Lucia habla mientras se acerca con Vane y Claudia.
—Cosas de hermanas— Emma le saca la lengua y Lucia rueda los ojos.
—Cass también es mi hermana ridícula.
—¿De sangre?.
—Mira babosa no me hagas darte un golpe— todas reímos— por cierto, ¿Y Diego?.
—Tuvo que ir a casa de sus abuelos, al parecer la señora tuvo un pequeño percance— Emma se encoge de hombros y yo frunzo mi ceño.
—¿Todo bien con Diego Emm?.
—Si tranquila— ella desvía su mirada y yo decido dejar por ahora el tema, luego hablaría con ella cuando estemos a solas.
Después al rato de hablar con las chicas, los chicos llegan y comenzamos hablar mientras nos reimos de las payasadas de Nick junto con Lucia y James.
Al final de la tarde le cantamos el cumpleaños a Stephan y cada quien se fue para su casa, excepto por Gaspar y Vane que todavía estan aquí. Son las ocho de la noche, Vane y yo estamos en la cocina ayudando a mi madre hacer la cena.
—Hija— mamá comienza hablar y yo contesto un corto y simple "mmm"— ¿Te sientes bien con Gaspar?.
Dejo de picar la cebolla, para voltearme hacia ella y hablar.
—Si mamá— le sonrió— él me hace sentir bien y apesar de todo, no me siento culpable.
—Ahora— Vane quien está preparando pan al ajillo, habla.
—¿Como que ahora?.
—Pilar su hija tuvo un buen tiempo tratando de ignorar lo que siente por Gaspar—mamá me mira y yo asiento.
—Es que sentía que.. lo estaba traicionando.
—¿Que fue lo que te hizo cambiar de opinión?
Suspiro.
—Después de tantas charlas por parte de las chicas y las tuyas, decidí dejarme llevar por mis sentimientos— me encojo de hombros y prosigo cortando las cebollas— y que fui al cementerio hablar con Gabriel y contarle de mi boca lo que sucedía.
No volteo pero se que ambas me están viendo, sin prestarle atención sigo en lo que estaba haciendo. Después que la cena estuviera lista, comimos y al rato Gaspar y Nathan ya se iban.
—Nos vemos el lunes cariño— estoy inclinada hacia bajo a la altura de Nathan, quien al escucharme frunce su ceño.
—¿Por qué el lunes? mañana podemos ir al parque de atracciones, ¿Verdad que si papá?.
—Si mamá, vamos mañana al parque.
Fijo mi vista en Gaspar quien ya me estaba mirando con una sonrisa plantada en su rostro.
—Yo digo que si—los niños empiezan a gritar y a saltar.
—Pero yo no e dicho que si— automáticamente ellos se callan y Gaspar echa una gran carcajada— pero como se portaron bien hoy, mañana vamos los cuatros al parque.
Ellos vuelven a saltar y gritar, nosotros reímos, nos despedimos de ellos y vemos cómo se montan en el auto y se alejan mientras nosotros nos despedimos con las manos. Pasamos a la casa la cual está en silencio.
—¿Te parece si vemos unas películas o jugamos mortal Kombat?.
—¿Mama no te cansas de perder?— lo miro con una ceja alzada y digo.
—Dejarme decirte que siempre te e dejado ganar.
—No lo creo mamá.
—Bueno ya lo veremos.
Infantilmente comienzo a correr hacia las escaleras con Stephan detrás mientras reímos como locos hasta llegar a su habitación y comenzar a jugar.
°°°
Al día siguiente fuimos los cuatros al parque como se lo prometimos a Nathan y a Stephan, nos divertimos mucho ese día. Hasta Gaspar y yo nos montamos en los carritos chocones, yo no lo iba hacer pero Gaspar me dijo que era una amargada que no sabía lo que era la diversión y eso bastó para montarme en uno de los carritos mientras escuchaba las risas de él y de los niños.
Él chico que se encarga del juego nos dijo que saliéramos del juego ya que es de niños. Gaspar le dio dos billetes grandes y los ojos del chico casi se le salieron de sus cuencas.
Pero al final nos dejó estar y dar comienzo al juego donde nos divertimos mucho, después de bajar de los carritos nos fuimos a otras atracciones del parque. Gaspar me llevo a una tienda llamada tiro al blanco, le dimos el dinero al señor regordete y esté les dio tres bolas a cada uno de ellos.
No quise participar en ese solo quise observarlos a los tres, Stephan y Nathan no lograron a tinar pero Gaspar si, quien me dejó elegir la recompensa. La cual fue un peluche blanco mediano.
Después que los niños se cansaron, decimos ir a comer y después nos fuimos cada quien a su respectiva casa. Los días han ido pasando poco a poco convirtiéndose así en semanas, el problema con él señor Paul se resolvio, resultó que unos de sus trabajadores saco las dos botellas porque una mujer necesitaba con urgencia dos botellas de vinos y fue tanto el apuro que al pobre se le olvidó cobrarle.
No dijo nada por temor que lo despidieran, pero tras ver las cámaras de su tienda se dio cuenta que el error no fue de nosotros, se disculpó y desde allí no a llamado para pedir una cita conmigo. Algo bueno salió de eso.
Ya estamos a mediados de marzo y todo a ido bien. Mi relación con Gaspar está mucho más fuerte, hemos discutidos por cosas banales y celos de ambas partes, Nathan y Stephan están más felices que nunca con eso de que ahora son hermanos y nosotros estamos contentos de que ninguno de los dos se lo haya tomado a mal.
¿Gina? bueno, ella es clase a parte, cada que puede hacer un comentario fuera de lugar lo hace sin importarle quien esté.
Nathan se a quedado varios fines de semana con ella y porque yo e hablado con Gaspar y decirle que Nathan tiene derecho a pasar tiempo con su mamá, Aunque ella no me agrade para nada.
La segunda semana de marzo fue mi cumpleaños específicamente el 10 y mi mayor sorpresa fue que Nathaniel también cumple ese día, de tan solo recordar el rostro de Gaspar cuando le dije que igual era mi cumpleaños, fue muy gracioso.
—¿Sabes? estoy muy ansioso de que ya llegué el día miércoles— se lleva a su boca un gran trozo de carne.
—¿Así, y se puede saber el porque?— lo más seguro es que Gonzalo le haya dicho sobre mi cumpleaños.
—Es el día más importante de mi vida, es el día donde oficialmente comencé a ser padre.
—¿Nathan cumpleaños el 10?.
—Si— me dice mientras toma su bebida y llevársela a la boca.
—Tambien es mi cumpleaños— él abre mucho sus ojos y se atraganta con la bebida.
Me levanto de la silla rápido para darle pequeños golpes en la espalda, cuando se calma vuelvo a sentarme.
—¿En serio cumples ese día?.
Yo asiento y él parece estar en transe, muevo mis dedos en su rostro y él reacciona y yo me echo a reír para después seguir hablando sobre que haremos ese día.
Fue uno de mis cumpleaños más raro pero divertido que e pasado. Raro porque jamás había compartido mi cumpleaños con alguien y divertido porque realmente fue muy divertido y relajante.
El cumpleaños se hizo en la playa por petición de Nathan y a mi me encanto, ya que me gusta mucho la playa. Lo que podría decir que no me gustó fue la presencia de Gina, pero Gaspar se las arregló para estar tranquila y relajada en sus brazos.
—Espero ser el causante de esa sonrisa en tu rostro— veo como viene con un carrito de comida, llega hasta mi para darme un beso.
—Buongiorno Piccola.
—Buenos días amor. Y si, si eres el causante de mis suspiros y mis sonrisas.
Decidimos pasar esté fin de semana en un hotel solo nosotros dos, Nathan está con su madre y Stephan con mis padres. Todavía ninguno a decido pasar una noche entera en la casa del otro, si hemos compartido los cuatros en mi departamento y viceversa, pero hasta allí.
—Es bueno saberlo Piccola.
—¿Que significa piccola?.
—Pequeña.
Asiento para luego dedicarme a comer junto a él. Después de terminar de desayunar, nos cambiamos por unos bikinis y bajamos hacia el aérea donde está la piscina.
Luego de estar un rato metida en la piscina, decido salir y acostarme en las tumbonas. Me coloco los lentes de sol y cierro mis ojos para disfrutar de un grandioso día soleado, a los pocos minutos siento una sombra frente a mi. Abro lo ojos y veo que se trata de Gina, me siento y me quito los lentes.
—¿Me imagino que está es otra casualidad vernos aquí justamente hoy, no?.
Ya harta de sus supuestas apariciones justamente cuando Gaspar y yo estamos solos y decir que es una casualidad.
—Me tiene sin cuidado lo que pienses cariño— ella me da una de esas sonrisas de superioridad y yo alzo una ceja— al parecer a Gaspi le encanta encontrase conmigo.
—¿Como estás tan segura que Gaspar eligió venir a este hotel?.
—Porque le conozco y sé que todavía él está enamorado de mi.
Yo me levanto y me permito reír en su rostro, el cual ahora se encuentra confundida por mi reacción.
—Mira Gina, no te rebajes así como lo estás haciendo, no es de damas estar peleándose por hombres— la miro de pies a cabeza y vuelvo hablar— cariño, estás ardida porque a quien realmente Gaspar quiere es a mi y no a ti.
En su rostro ya no hay muestras de superioridad o de burla, ahora su rostro está rojo de la furia que le causan mis palabras.
—Y antes de que me digas que estoy peleando por un hombre. No, no lo estoy haciendo, simplemente te estoy haciendo el favor de no verte tan ridícula antes estás situaciones.
—Mira zorra tu a mi no me hables así—levanta su mano derecha, pero soy más rápida y le sostengo su mano.
—Y tu a mi ni se te ocurra pegarme Rinaldi— si las miradas mataran, ambas ya estuviéramos muertas— entiendelo de una vez, Gaspar esta conmigo te guste o no y deja de seguirnos, eso se llama acoso y bien puedo denunciarte por ello.
Ella jala de su brazo bruscamente y lo aparta de mi mientras me fulmina con la mirada.
—Gaspar es mío maldita zorra y no dejaré que esté contigo.
Y antes de poder responderle, se da la vuelta y se marcha, miro hacia los lados y veo que nadie se dio cuenta de nuestra pequeña disputa. Raro, volteó hacia la piscina y veo como Gaspar viene saliendo y caminando hacia mi.
—¿La que iba saliendo era Gina?— ruedo los ojos y asiento.
—Si, pero tranquilo le dejé los puntos bien claros.
—¿Debo asustarme antes esto?.
—No lo creo.
Me encojo de hombros y él ríe, pero después su semblante cambia a uno totalmente serio. Se seca las manos con la toalla para después agarrar el teléfono y comenzar hablar con Gina por teléfono preguntado le donde estaba Nathan.
Después que él terminará de hablar con la víbora, nos dirigimos hacia nuestra habitación, nos dimos una larga y rica ducha donde terminamos teniendo relaciones. Termino de colocarme la camisa y veo que él ya está listo.
—¿Por qué irnos ahora? todavía nos queda una noche.
Él hace un puchero y rio porque parece un niño haciendo berrinche, me dirijo hacia él para luego pasar mis manos por su cuello.
—Porque quiero ir a un lugar y después nos devolvemos hacia acá.
—¿Me lo juras?.
Asiento para luego decirle "andando". Cuando termina de estacionarse gira su rostro y veo la clara confusión en él.
—No te lo tomes a mal. Pero quiero presentarte a unos de los hombres más importante de mi vida, aunque ya no este— él no dice nada y siento como los nervios se apoderan de mi y hablo nuevamente— cariño siento que debo hacerlo, pero s...
—Esta bien— él me interrumpe— si esto es importante para ti, para mi también es importante amore.
Le sonrio y siento como mi corazón bombea como loco.
—Amor si no quieres, entiendo. Yo me bajare para dejarle sus margaritas mientras tú te quedas aqui.
—Nada de eso piccola, te acompañaré.
Toma mi mano izquierda para llevársela al rostro y darle un beso, yo le sonrio. Nos bajamos del auto para adentrarnos en el inmenso cementerio y llegar hasta la lápida de Gabriel.
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