Capitulo 30
—Me imagino que ese pajarito tiene nombre y apellido— Gonzalo Palmer.
Ambos hablamos nuevamente al unísono y reímos.
—Parece que estamos sincronizado está noche.
—Si— nos sentamos cerca de la orilla volteo hacia él y hablo— ¿Que te hace pensar que no estoy tranquila.
Él voltea a mirarme y sonríe.
—Tu cara de disgusto al ver a Gina.
—No es que me caiga mal, solo que, no me gustó su manera de hablar y sobretodo en como me miró.
—¿Nada más eso?.
—No seas vanidoso, solo es eso y ya— él se rie.
—¿Segura piccola?.
—Muy segura— fijo mi vista en el gran y oscuro océano.
—Siempre me a encantado la playa, de niña siempre le pedía a mis padres ir cada fin de semana a la playa.
—¿Porque eres un pote de leche entonces?— suelto una gran carcajada.
—Supongo que le tenemos que echar la culpa a la genética— me encojo de hombros— mi familia por parte de mamá son muy blancos.
—¿De que parte de España son?
—Papá es de aquí al igual que todos nosotros, mamá es la única que es de Madrid.
—Supongo que no fue muy fácil para tu mamá alejarse de su familia.
—De hecho, fue lo más fácil ya que ellos no querían a mi papá y como verás eso no detuvo a mi mamá— le sonrio— pero no te sientas mal, pocos años después de haber nacido Gonzalo, mis abuelos nos quisieron conocer a nosotros dos y se disculparon con mamá y papá.
—¿Y como dieron con ustedes?.
—Al parecer una prima de mamá nos vio un día en unas de las ferias de vino y rápidamente los llamo. Ellos a los pocos días llamaron y al día siguiente ya estaban aqui.
—¡Vaya! lo bueno es que se reconciliaron.
—La verdad si.
Pasamos un buen rato admirando el gran océano acompañado de un hermoso cielo estrellado. Tengo que admitir que la presencia de Gina me disgustó mucho, pero en estos momentos ya estoy relajada y tranquila. Después de un rato nos montamos en el auto y nos dirigimos hacia mi departamento.
—Bueno señorita Cassandra, llegó a su destino sana y salva.
—Y todo gracias a usted señor Licciardi— lo acerco a mi y lo beso.
Siento sus manos en mi rostro, nos separamos y habla.
—Supongo que esté fin de semana no saldrás.
—Supones bien— rio y le doy un beso en la punta de su nariz— los fines de semana sabes que son exclusivamente de Stephan.
—En algún momento te robaré por un mes entero para mí solo.
—¿Y las empresas?.
—Para eso está Gonzalo y James.
—Bueno, ya pondré sobre aviso a mis padres por si acaso no aparezco, ya saben a quien buscar.
—No podrán seguirme la pista, seré muy cuidadoso.
Ambos reímos para después despedirnos y verlo marchar, entro al edificio para dirigirme a mi piso. Una vez que llego me quito los tacones para entrar al baño y darme una buena ducha antes de dormir.
°°°
La semana paso muy rápido ya estamos a sábado, estamos decorando el patio trasero por el cumpleaños de Stephan que fue el martes. Lo desperté con un gran pastel y un rico desayuno.
Ese día no estuve mucho rato en la oficina, ya que apenas Stephan salió del colegio pase por él y estuvimos todo el día por el centro comercial con mis padres y Emma.
Cuando les conté a las chicas sobre lo que paso con Gaspar en la oficina se volvieron locas. En especial Lucia, ese día me reí mucho con ellas. Con Gaspar todo a ido de maravilla, hemos salido almorzar y a cenar, también hemos pasado nuestros momentos de intimidad en mi oficina o en su oficina.
El jueves en la noche fuimos a cenar con los niños y me llevo con la gran sorpresa de que el idiota de Gaspar hablo con Stephan e hicieron con el menú del restaurante una pregunta. Si me pareció muy raro las risitas que los niños tenían y aun más cuando los tres se sentaron frente a mi.
Pero cuando levantaron los menús leí claramente lo que decía "¿Quieres ser mi novia?" se podrán imaginar cómo me puse. Rápidamente dirigí mi vista a Stephan él cual se me acerco, me dio un beso y me dijo que aceptara.
Cuando le dije que si a Gaspar los niños gritaron de emoción y al llegar al departamento enseguida hablé con Stephan y él me dijo que le gustaba la idea de ser medio hermano de Nathan.
Pensé que a Stephan no le iba a gustar la idea de que yo estuviera con otra persona que no fuera su papá.
—Cariño ayudame a llevar estos dulces para la mesa.
Recojo las dos bandejas de dulce que están reposando sobre la mesa y sigo a mamá hasta la mesa del patio donde ella deposita el pastel de Stephan.
Observo el patio y la decoración es mínima, unos cuantos globos en la piscina y los que están en la mesa junto con el pastel, los pequeños dulces, los salados. Veo entrar a uno de los compañeros de Stephan junto con su mamá y papá, fijo mi vista en el reloj que tengo en mi mano derecha y veo que son las doce con treinta y uno de la tarde.
Me dirijo hacia los primeros invitados que acaban de llegar para saludarlos y decirles que se sientan como en su casa. Voy hacia donde está papá que se encuentra asando la carne.
—Mi nieto está contento porque su abuelo hará hamburguesas— me rio y él me imita.
—Pensé que estaría triste.
—Cariño, apesar que le hace falta su papá— volteó hacia Stephan quien se encuentra jugando con la pelota de fútbol con tres amigos— es un niño y ellos todavía tienen inocencia e ilusión.
—Tienes razón, mucha razón papá— lo abrazo y le doy un sonoro beso en su mejilla— te amo.
—Y nosotros a ustedes cariño, ya casi va a estar está carne.
—Bien, solo falta unos cuentos invitados iré con Gonzalo que está hablando con los padres de los amigos de Stephan.
Me quedo un rato hablando con Gonzalo y los padres de los compañeros de mi hijo. Hasta que veo entrar a Claudia, me disculpó y me dirijo a ella.
—¡Claudia! pensé que no vendrías.
—Sorprendentemente mi abuela amaneció mucho mejor y una prima se ofreció a cuidarla y pues aproveche de venir— la abrazo fuerte y hablo.
—Me alegro mucho que tú abuela este mejorando Clau.
—¿Y las chicas?.
—Lucia y Vane deben de estar por lleg..
—¡Claudia!— observo detrás de Claudia y veo como Vane y Lucia vienen hacia nosotras gritando una vez que llegan hasta nosotras abrazan y saludan a Claudia.
—Y aquí están— Claudia y yo reímos— Emma igual debe de bajar ahora, estaba terminando un trabajo para enviarlo.
—¿Y nuestros galanes ya están aquí?— Lucia habla mirando por todo el patio.
—Lamento decepcionarte, pero no.
—Los de ustedes porque mi galan si está, así que, si me disculpan— Vanessa se dirige hacia donde se encuentra Gonzalo y lo besa.
—¿Desde cuando Vane es tan celosa?
Me encojo de hombros hacia Lucia y decir que "no se", después de unos cuentos minutos hablando, Emma baja y en seguida nos disponemos hablar con las mamá de los niños.
Resulta que fueron como dos de los padres de los niños que vinieron, el resto es pura mamás solas y una de ellas le estaba echando el ojo a Gonzalo.
Estábamos hablando Claudia, Emma, Lucia, Vane, yo y dos mamás solteras, en eso veo como una de ellas abre un poco los ojos y se queda viendo fijamente algo detrás de mí, por simple curiosidad volteo y es cuando lo veo, está vestido con una bermuda negra, una camisa blanca manga corta con los tres primeros botones sin abrochar y unos zapatos color beige.
Cuando él conecta su mirada con la mia, sonríe de lado y decir que se ve sexy así vestido y con esa sonrisa en su rostro, se queda corto. Realmente Gaspar está para comérselo poco a poco con las manos. Se dirige hasta donde estoy, se acerca y deja un casto beso en mi labios.
—Buenas tarde señoritas— eso definitivamente le mojo las bragas a ellas dos.
—Hola guapo— Lucia lo saluda y luego Vane.
—Hola chicas— les sonríe a ambas.
—Buenas tardes señor Licciardi.
—Vamos Claudia estamos fuera del horario laboral— él le sonríe y Claudia asiente mientras le sonríe— si me disculpan, les robaré por un segundo a la señorita Cassandra.
Yo niego mientras sonrió y me lleva hasta la cocina, donde coloca sus manos en mi cintura y me besa apasionadamente.
—Tus labios se están convirtiendo en una droga para mí.
—Concuerdo contigo Gasparin— me dispongo a besarlo nuevamente pero un grito nos hace separar.
—¿Nos podemos meter en la piscina ya?— nosotros volteamos hacia Stephan y Nathan que están en la puerta.
—Si algunos de los papás de sus compañeros, ya están en la piscina, si.
—El tío Gonzalo ya está en la piscina y los papás de nuestros amigos ya se van a meter.
—Entonces vayan— tras Gaspar decirles eso, ellos salen corriendo mientras se quitan la camisa.
—Deberiamos de ir con ellos-Gaspar hace un puchero y yo río para después darle un corto beso.
—Mientras yo me cambio, este pendiente de los niños— lo señalo mientras camino para dirigirme hacia mi habitación.
Termino de atarme el bikini en la parte de arriba y verme en el espejo, definitivamente mi bikini de dos pieza color rojo hace lucir mi piel más blanca.
Tomo de la cama la pequeña y transparente bata negra, me la coloco y cuando me dispongo a salir de la habitación. La puerta de mi habitación es abierta y veo entrar a las chicas.
—¿Chicas no sienten calor?— dice Lucia y nosotras confundidas negamos con la cabeza y ella vuelve hablar— de lo ardiente que se ve Cass, me hace sentir calor.
Yo ruedo los ojos y ellas rien de las locuras que dice Lucia, juntas bajamos hacia el patio y veo que ya James y Nick se encuentran aquí con unas cervezas en mano, Gaspar al verme se muerde su labio inferior y me da una de sus sensuales sonrisa.
—Por fin, bajaron las chicas mas hermosa de está ciudad— Nick habla y nos saluda a todas, hasta llegar donde Claudia y comenzar hablar con ella.
Cada quien comienza hablar aparte, yo me dirijo con Gaspar hacia la piscina donde se encuentra todos los niños y la mayoría de los adultos.
—Vamos a meternos en la piscina.
Asiento y comienzo a recogerme el cabello en un moño, me quito la bata y me doy la vuelta para dejarla en la mesa, siento una mano recorrer mi espalda, me doy la vuelta y veo a Gaspar con el rostro contraído, confundida por su expresión me dispongo hablar. Pero él se adelanta y habla.
—Eres tu— su intensa mirada se posa en la mia y confundida contesto.
—Siempre e sido yo ¿No?.
Pregunto todavía con la confusión plasmada en mi, él me toma de la mano y comenzamos a caminar hacia el interior de la casa, se detiene y vuelve hablar.
—Tu habitación, ¿Cual es?.
—¿Que? ¿Para que quieres saber cuál es mi habitación?.
—¿Cual es?.
Nos quedamos debatiendo con la mirada, hasta que me canso, suspiro y comienzo a caminar hacia la escaleras hasta llegar a mi habitación. Una vez que estamos dentro él cierra la puerta con seguro y habla.
—Tu eres Belladona, ¿Verdad?.
Más que una pregunta, suena a una confirmación y confundida iba a contestar hasta que el reconocimiento vuelve a mi, relajo mis músculos y hablo.
—¿Como supiste que era yo?.
—Espera... ¿Ya tu sabias que yo era el hombre de aquella fiesta de antifaz?.
—El día de la fiesta de tu inaguración, cuando estaba bailando contigo me quedé viéndote a los ojos y fue como si estuviera de nuevo en la fiesta de Jardin's Events. Allí supe quien realmente eras tú y fue por eso qu...
—Saliste corriendo de mi, así mismo como Belladona huyo de mi en aquella fiesta— él me interrumpe y se queda absorto en sus pensamientos— pero, ¿Por qué?.
Comienzo a caminar hacia la ventana de mi habitación y suelto un suspiro.
—Me sentía culpable por empezar a sentir nuevos sentimientos hacia otra persona que no fuera mi esposo, me sentía como si lo estuviese traicionando.
Él silencio reina en nosotros y me volteo para verlo a una distancia considerable de mi y ver que no despega su mirada de mi.
Él carraspea y se anima en hablar.
—¿Y ahora? ¿sigues sientiendote así?— camino hacia él, hasta tenerlo cara a cara.
—Si todavía me sintiese como antes, créeme que no me estuviera acostando contigo y mucho menos hubiese aceptado ser tu novia.
Lo abrazo y me acurruco en su pecho, escondiendo mi rostro en su cuello y siento sus grandes brazos devolverme el abrazo.
—Con las largas charlas que las chicas me deban y unas cuantas de mi madre, me dije que me tenía que dar una oportunidad a estos nuevos y locos sentimientos hacia ti.
Siento su pecho vibrar por la risa.
—¿Locos? a ver, ¿Por qué locos?.
—Porque cuando estás cerca simplemente lo sé, por como el latir de mi corazón se coloca y también por tu olor inconfundible.
Me encojo de hombros y me estrecha más en sus brazos.
—Entonces somos dos con sentimientos locos, porque mi corazón también reacciona así.
—¿Y tu, como me reconociste?.
—El tatuaje de la espalda me lo dijo todo. Ahora entiendo porque tus ojos me eran tan familiar, tenías que habermelo dicho.
—Eso sería trampa, yo te reconoci sin tu habérmelo dicho— Gaspar comienza a bajar sus manos hasta mis nalgas y apretarlas.
—Te daré la razón solo si me besas.
—Como usted ordene señor Licciardi.
Paso mis manos por su cuello y comenzamos a besarnos lentamente comenzando nuestro baile con nuestras lenguas. El beso se comienza a tornar salvaje y fogoso, me toma por la cintura y me arrincona en la pared para luego agarrar mis piernas y elevarlas, haciendo que yo rodeé su cintura con mis piernas.
Pasa una de sus manos por mi espalda para desatarme el bikini, cuando quita completamente la parte de arriba, se lleva a la boca unos de mis senos y pasa su lengua alrededor de el. Echo la cabeza hacia tras y suelto un gemido.
—Maldición Cassandra no traigo conmigo un condón— suelta un gruñido y se entierra en mi cuello para repartir besos.
—Tranquilo, me puse en control con la ginecóloga está semana— hablo entre suspiros mientras él sale de mi cuello y me mira.
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