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Capitulo 29

🔞 Advertencia, capitulo subido de tono.🔞

    —Tranquila, le puse el pestillo a la puerta.

Su ronca voz hace que todo mi cuerpo vibre bajo su increíble cuerpo, atrapo su boca y comienzo a besarlo con ansias y necesidad. Somos pura manos y besos necesitados, siento las manos de Gaspar en mi espalda para luego quitarme la camisa y dejarme en sujetador, él se aleja para observarme mientras yo coloco mis manos en su pecho para apartarlo de mi y sentarlo, veo como su pecho sube y baja al igual que el mio.

     —Quítate el saco— tan solo le bastó un segundo en quitárselo y echarlo al suelo.

Posa sus manos en mis rodillas y comienza a subirlas poco a poco hasta que sus manos llegan al borde de mi falda para subirla hasta mi cintura.

Comienza un recorrido de besos por mis piernas mientras sus manos dan leves masajes a mis nalgas mientras yo cierro los ojos y me permito sentirlo.

Él suspira y siento como su aliento eriza cada rincón de mi piel, lo echo hacia tras del sofa para luego subirme entre sus piernas mientras comienzo a besarlo en el cuello, comienzo a quitar botón por botón de su camisa blanca para despues lanzarla alguna parte de la oficina.

Me permito explorar con mis mano su pecho, mientras reparto besos en él, me aparto un poco y lo que veo me maravilla. La excitación y el deseo circula en ello teniendo así un brillo inigualable en sus ojos.

Llevo mi mano derecha a mi espalda y él sigue cada uno de mis movimientos, toco el broche del sujetador y lo suelto para luego retirarlo de mi y lanzarlo a un lado del sofa, noto como la respiración de Gaspar se entre corta y mira directamente mis senos, luego de unos segundos él conecta su mirada con la mia y en ella veo como está pidiendo permiso para tocarlos.

Tomo sus manos para llevarlas hacia mis senos, solo eso bastó para llevárselos a su boca y jugar con ellas mientras yo sueltos jadeos, pasando mis manos por su espalda y cabello.

Gaspar se apodera de mis nalgas y me alza para él estar encima de mi, se aparta y lo observo como toma el saco del suelo. Noto como saca de el su billetera y sacar un envoltorio plateado.

Comienza a quitarse el pantalón junto con su boxer de una vez, la boca se me hace agua al ver su exquisito cuerpo y su miembro bien dotado. Gaspar se coloca el condón a la vez que comienza a caminar hacia a mi, me quita mis bragas, me acuesta en el sofá y comienza a besarme, sus exquisitos labios me saben a menta volviéndome loca y querer estar todo el día siendo besada por semejante hombre.

Siento como la punta de su miembro va entrando poco a poco en mi. Echo mi cabeza hacia tras soltando un gemido al sentirlo completamente dentro de mi, comienza a mover sus caderas en un vaivén lento, como si se tratarse de un baile y él quisiera estar bailando conmigo toda una noche.

    —No queremos que nadie se entere lo que estamos haciendo aqui, ¿No es así?— su ronca voz me hace soltar un gemido y asentir con la cabeza.

Él detiene los movimientos de nuestras caderas y yo abro los ojos rápidamente para protestar.

    —No e escuchado una respuesta de tu parte.

Verlo de esta manera y hablarme en ese tono demandante hace que mi cuerpo vibre y se moje mucho más. Siento como saca su miembro haciendo que me desespere y me apresuro en hablar.

    —No— hablo tan bajo que creo que no me escucho, pero siento como de una mete su miembro hasta el fondo y yo suelto un gemido.

    —¿No que?.

    —Soy la maldita jefa de aquí, no me importa si toda Costa Adeje me escucha.

Lo miro directamente a los ojos y él toma mi rostro con sus dos manos para luego besarme salvajemente mientras comienza a penetrarme rápido, duro y fuerte. Se aparte de mis labios y habla.

    —No quiero que nadie escuche tus gemido, solo yo. Solamente quiero ser yo quien escuche tus gemidos mientras te hago mia.

Me estremezco por sus palabras y suelto un gemido. Siento como toma mis piernas y las lleva a la altura de sus hombros mientras sigue embistiendome salvajemente, haciéndome enloquecer de tanto placer que estoy sintiendo, comienzo a sentir como ya estoy apunto de llegar al éxtasis, aprieto mis piernas y ahora es Gaspar quien suelta un gruñido.

    —Mierda... piccola mirame.

Le hago caso y abro mis ojos para verlo, él baja mis piernas, las coloca a cada lado de sus caderas para seguir penetrandome cada vez más duro y rápido. Yo lo tomo del rostro y lo beso mientras siento como mi orgasmo se acerca y sin poder aguantar más llego a mi tan aclamado orgasmo.

Segundos después siento como Gaspar cae encima de mi, ambos tenemos la respiración agitada. Luego de varios minutos él se levanta, se saca el condón y se dirige al baño con su ropa. Yo me levanto y voy hacia mi escritorio para abrir la primera gaveta y sacar de ella toallitas húmedas.

Después que termino de limpiarme me coloco mis bragas, me bajo la falda para despues colocarme el sujetador y por último mi camisa. Una vez que termino de colocarme mis tacones, escucho como la puerta del baño se abre, volteo hacia la puerta y veo salir a Gaspar bien vestido y peinado como si nada hubiese pasado.

Me levanto del sofa y me dirijo a él y antes de poder hablar, me toma del rostro y me besa dejandome embriagar con el sabor de sus labios.

     —Disculpa por como me fui aquella noche.

Yo niego con la cabeza y me disponía hablar, pero él coloca un dedo sobre mis labios callandome.

    —Tenia que esperar que te montaras a tu auto e irte. Era de noche y te deje allí sola.

    —Gaspar es entendible tu reacción, yo soy la que estoy avergonzada contigo. Se que Gabriel es un amor que va a estar marcado para siempre, pero contigo me estoy dando la oportunidad, una oportunidad que pensé que no le daría a nadie. Pero llegas tú y me haces sentir un montón de cosas, entonces cuando todo va marchando bien vengo yo a decirte Gabriel, y créeme que cuando te estaba besando no estaba pensando en él.

    —Bueno es algo que es díficil de creer—suelta una pequeña sonrisa— pero te creo. Te creo porque con lo que llevo conociéndote, se que no eres de esa clase de mujer y que a cualquiera en tu situación creo que le hubiese pasado igual.

Él se encoje de hombros restandole importancia.

    —Créeme que todas las veces que nos hemos besado, no e pensado en Gabriel.

Gaspar me responde dándome un largo y jugoso beso. Después de un rato él se retira de mi oficina no sin antes pedirme pasar una noche entera con el.

Cuando salió de la oficina espere como cinco minutos para después soltar un pequeño grito y llamar al teléfono de afuera y decirle a Claudia que venga a mi oficina. Apenas Claudia entra a la oficina sin tocar habla.

    —¿Se reconciliaron?.

    —Yo diría que, más que eso— suelto una pequeña sonrisa y ella confundida pregunta.

    —¿Como así?.

    —Digamos que, hubo muy pocas palabras y mucha acción.

Claudia se me queda viendo confundida hasta que algo en su rostro hizo click y forma una gran "O" con su boca y niega con la cabeza.

   
    —¿Tuvieron sexo aqui?— ella susurra y yo asiento— joder Cassandra y, ¿Cómo te sientes?.

    —Siendo sincera, me siento bien. Los días que no supe nada de Gaspar me hizo darme cuenta que de verdad me gusta y mucho, después de tantos meses, ayer fue la primera vez que fui al cementerio y pase horas hablando con Gabriel y antes de irme le dije que me estoy abriendo a un nuevo hombre que no es él y que me siento bien a su lado.

    —Cassy me alegro que estés dando este gran paso y que no sientas culpas.

    —Si, Gaspar antes de irse de la oficina me dijo que pasaría a buscarme por mi departamento para ir a cenar.

Claudia aplaude mientras suelta varios grititos y yo río.

    —Esta noche debes de estar deslumbrante y sobre todo no cagarla como la última vez.

Yo me la quedo viendo con los ojos entre cerrados y ella solo se ríe para luego irse de la oficina diciendo que no la despida, yo niego con la cabeza mientras rio, las pocas horas restantes que me quedan las aprovecho para realizar una cuántas llamadas y responder varios correos de clientes haciendo pedidos.

Cuando dan las cinco y media de la tarde apago todo en mi oficina y salgo rumbo al estacionamiento hacia mi auto, me consigo en la entrada de la empresa a Claudia y le digo que se monte para llevarla hasta su casa para después yo dirigirme hacia la de mis padres.

Paso un buen rato con Stephan y mis padres, luego me despido de ellos y me dirijo hacia mi departamento. Como hoy es el inicio del fin de semana, Stephan se queda a dormir en casa de mis padres. Una vez que llego a mi casa veo la hora en mi teléfono y veo que son las ocho con dieciséis minutos, rápidamente me dirijo al baño de mi habitación para darme un buen baño.

Una vez que termino de ducharme, miro mi armario y al final opto por colocarme un bonito vestido negro corto y holgado de mangas largas y unos tacones negros. Me hago una coleta alta en el cabello y me maquillo ligeramente.

Escucho el sonido de mi teléfono avisándome de una llamada entrante, voy hasta la cama lo cojo y veo que se trata de Gaspar.

Gasparin.

~Piccola ya estoy aquí a bajo~

~Enseguida voy Gasparin~

Y sin esperar respuesta corto la llamada mientras tomo mi pequeño bolso de flecos negro. Salgo del elevador y me despido del señor Pedro el portero del edificio.

Cuando salgo del edificio veo a Gaspar con sus dos brazos apoyado en el techo de su Audi. Él al verme se pone recto y le da la vuelta al auto hasta llegar a mi.

    —Buona notte piccola— se acerca a mi y deposita un pequeño y suave beso en mi boca.

    —Buenas noches Gasparin.

Él abre la puerta del auto, entro, cierra la puerta para luego caminar elegantemente frente al auto y adentrarse en el. En todo el camino hasta el restaurante la pasamos cantando musicas que pasaban por la radio.

    —Esto, está realmente bueno— Gaspar se lleva un pedazo de carne a la boca.

Está noche Gaspar me dijo que hoy eligiera donde cenar y opté por ir al "Adeje, el Buen Sabor" unos de los mejores restaurantes de Costa Adeje por sus excelentes comidas.

    —Se llama puchero de carne y es unos de los platos más sabroso de aqui, al igual que las papas arrugadas con mojo.

    —No había tenido tiempo de comer en uno de estos restaurante.

    —Y como no, si siempre comes en el restaurante italiano.

    —Tienes que admitir que coperchio della porta, sus platos son una deliciosa.

    —No te voy a mentir, en verdad sus platos son muy buenos, pero nuestros platos típicos también son buenos.

Él asiente y nos concentramos a comer, después de unos cuantos minutos hablo.

    —El martes es el cumpleaños de Stephan, se lo celebrare el sábado en casa de mis padres, es una piscina.

    —¿Que puedo llevar?.

    —La presencia de Nathan y la tuya nada más.

    —¿Asi?.

    —Aja.

    —De todas maneras, llevare algo.

    —¿Como que?.

    —Sera sorpresa piccola— me guiña el ojo y yo ruedo los ojos.

Seguimos hablando mientras comemos. Después que terminamos de comer pedimos el postre el cual Gaspar nuevamente me dejo elegir como lo lleva haciendo toda la noche, decidí para los dos "las truchas".

    —La comida es un arte que no todos saben preparar y aquí definitivamente si que saben cocinar.

    —Te dije que la comida de aquí son muy buenas, de hecho esté es uno de mis restaurantes favoritos.

    —¿Ah si?— asiento— pues tiene el nombre bien puesto.

    —Adeje, el buen sabor— hablamos al unísono y reímos al final. Gaspar estira su mano y toma la mia.

    —No sabes lo relajado que me encuentro el día de hoy— la intensidad de su mirada hace que comience a sentir mis mejillas calentarse.

    —No eres el único Gaspar.

Él me da una sonrisa de lado y yo le respondo, cuando me disponía hablar siento como alguien se posa a un lado de mi.

    —¡Vaya! pero que sorpresa encontrarlos aquí a los dos, ¿Una cena de negocios o otra cosa?.

Veo a Gina cómo destila veneno por su lengua, realmente no le hace mucha gracia verme aquí con Gaspar.

    —Realmente no es de tu incumbencia, si es una cena de negocios o no Gina.

Ella rueda los ojos y suelta una risita irónica, Gina realmente es una mujer bella y que desprende mucha elegancia. Pero su aptitud le opaca todo aquello.

    —Ay cariño, no es para que me hables de esa forma tan fea. Solamente decidí salir a probar las delicias de esta isla y da la casualidad que los encuentro aquí— ella junta sus manos y nos da una sonrisa forzada— cenando, juntos.

    —En realidad ya estábamos por irnos.

Hablo por primera vez desde que Gina se planto en nuestra mesa, ella voltea su mirada hacia mi y eleva una ceja.

    —Bueno siendo asi, los dejo ir. Buona notte cariño— le guiña el ojo a Gaspar  y se retira meneando sus caderas de un lado a otro.

Yo ruedo mis ojos y hablo.

    —¿Nos vamos?.

Gaspar sin hablar asiente, nos levantamos él paga la cuenta y nos disponemos a salir del restaurante para ir a su auto. Una vez que estamos adentro ninguno de los dos habla hasta que siento como él para el auto y lo apaga.

    —¿Que hacemos aquí?.

    —Un pajarito me dijo que el sonido de las olas te tranquilizan, así que vamos bájate.

Sin dejarme hablar se baja y no me queda de otra que bajarme igual y verlo como ya está caminando por la arena de la playa, me quito mis tacones para llevarlos en la mano e ir tras Gaspar.

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