Capitulo 28
Está semana se pasó volando y con mucho ajetreo, sin darnos cuenta ya es jueves. Me levanto y me dirijo a la habitación de Stephan lo despierto y le digo que se comience alistar.
Yo me devuelvo a mi habitación para adentrarme al baño y dejar si es posible que la lluvia artificial se lleve todos mis pensamientos y quedarme en blanco por un momento.
Extraño almorzar con Gaspar, hablar con él, sus mensajes de buenos días, realmente me duele lo que pasó pero no puedo hacer más nada. Una vez que ya estoy lista salgo con mis cosas y me encuentro a Stephan totalmente listo.
—Mama ¿Y el desayuno?.
—Cariño hoy no me apetece hacer desayuno, ¿Te parece si vamos a una cafetería?.
—Si si si si.
Salimos del departamento y bajamos al estacionamiento para montarnos al auto e ir a una cafetería, Stephan decidió ir a un Starbucks, así que me puse en marcha para llegar al lugar.
Cuando llegamos bajamos y entramos al lugar, el cual es muy bonito y el olor a café abunda en el lugar, pedimos nuestros desayunos para luego sentarnos a comer.
Mira hacia el ventanal que tengo al lado y veo que el cielo está colocándose gris.
—¡Vaya! parece que lloverá hoy— le doy un sorbo a mi café y Stephan levanta su mirada y se queda viendo el cielo gris para luego susurrar algo inaudible para mí.
No le tomo importancia y le doy un mordisco a mi Sandwich para luego escucha un grito de Stephan.
—¡Ya se!.
—¡¿Stephan que pasa?!— por mi tono de voz se da cuenta del grito que pegó.
—Disculpa mamá—suelta una pequeña risa—pero ya lo tengo.
Se acomoda en su silla mientras asiente con su cabeza y me da una mirada de orgullo.
—A ver, ¿Que es lo que ya tienes?.
—El nombre del vino mamá.
—¿Así?.
—Si mamá, se llamará "Lluvia Azul".
—¿Lluvia Azul? y ¿Por qué ese nombre?.
—Porque la lluvia a pesar de causar catástrofe, en gran parte es agradable sentir el frío que ella trae y lo relajante que es.
Me le quedo observando y no puedo creer que eso haya salido de él.
—¿Y el azul?.
—Me dijiste que el nuevo vino será de mora y la mora es azul— se encoje de hombros y yo rio.
—Es un gran nombre mi vida, déjame plantearlo hoy en la empresa, a ver qué les parece.
Terminamos de comer y salimos del Starbucks, lo dejo en el colegio y me dirijo a la empresa. cuando llego le doy los buenos días a Claudia y a Renata y paso a la oficina de mi hermano.
—Creo tener el nombre para el vino—me siento frente a su escritorio y el levanta la vista de su ordenador.
—Soy todo oídos.
—Lluvia Azul.
—¿Lluvia azul? ¿Por que ese nombre? digo, no suena mal.
—Porque la lluvia es agradable y relajante, así como el vino— él se queda observándome hasta que se digna hablar.
—Buena teoría, pero ¿Y el azul?.
—Stephan dice que como la mora es azul, le parece bien el nombre— suelto una risita al recordar su rostro al darme su explicación.
—¿Stephan?.
—Aja, él fue quien me dio el nombre con su asombrosa teoría sobre la lluvia.
—¡Vaya! Pero que ingenioso nuestro pequeñín.
—Hubieses escuchado su teoría de la lluvia—suelto una pequeña risa para luego levantarme— en fin, le diré a Claudia que programe una reunión para mañana a las nueve.
—Y, ¿porque no hoy?.
—Porque hoy no me apetece estar mucho rato aquí en la empresa. Esperaré que sea la hora de salida de Stephan para buscarlo.
—Bien, oye ¿Y Gaspar?.
—Mmm ¿Por qué la pregunta?
—Curiosidad— levanto una ceja en su dirección y él solo se encoge de hombros.
—Nuestra relación es nada más que laboral— y sin esperar respuesta de su parte, salgo de la oficina y me detengo en el escritorio de las chicas.
—Claudia estaré hasta las dos y algo— ella me lanza una mirada confundida— y otra cosa, programa para mañana una reunión para las nueve de la mañana con los directivos del departamento de marketing y el señor Licciardi, diles que hay un posible nombre para el vino.
Tan solo su mención hace estragos en mi, pero no lo demuestro.
—Está bien señorita Cassandra, ¿Él señor Gonzalo no asistirá a la reunión?.
—Si, pero ya se lo acabo de notificar Claudia. Si alguien quiere una cita hoy, no estoy.
Ella suelta una risita que hace que se me contagie ya que ella sabe de quién estoy hablando.
Entro a mi oficina coloco mi cartera en el escritorio y me lanzo en el sofá. Todavía en mi cabeza está rondando del porque le dije Gabriel, ¿Será que, en realidad no me gusta Gaspar, y en el veo algo de Gabriel? no, definitivamente no.
Gaspar es muy diferente a Gabriel, los dos son muy distintos tanto físicamente como internamente.
Paso al rededor de dos hora acostada en el sofá pensando sobre el cumpleaños de Stephan, sobre Gabriel, sobre la situación que me encuentro con Gaspar.
Me levanto del sofa y me dirijo hacia mi escritorio, abro el ordenador y me quedo con la vista fija en la pantalla negra por unos minutos para luego alzar la mirada hacia el frente y ver que son las onces con dieciséis minutos.
Tomo el teléfono le paso un mensaje a Emma diciéndole que yo pasaré a buscar a Stephan, cierro el ordenador, tomo mi cartera y salgo de la oficina para dirigirme hasta Claudia.
—Ya me retiro, no me encuentro muy bien hoy, nos vemos mañana chicas.
Escucho como ambas me dicen "hasta mañana" pero solo una contiene una mueca de preocupación en su rostro. Una vez que estoy en el auto lo pongo en marcha y me dirijo hasta un lugar donde hace meses atrás sepultaron una parte de mi.
Cuando llego al cementerio estaciono y apago el auto de una vez, para luego bajarme y ver la gran entrada del cementerio, sigo caminando hasta que me detengo frente a la lápida de él.
"RIP
Gabriel Rodríguez Sánchez
1990-2020.
Siempre permaneceras en nuestros corazones."
—Hola Gabs— paso la mano por mi rostro para limpiarme unas cuantas lágrimas traicioneras, dejo el ramo de margaritas al lado de la lapida— te traje tus flores favoritas, ¿Te acuerdas cuando me dijiste sobre que cuando tuviéramos una niña le podríamos margarita y yo te dije que no?—niego con la cabeza mientras río— Gabriel dentro de unos días será el cumpleaños de tu hijo, primer cumpleaños que su papá no estaras con el.
Cierro los ojos fuertemente mientras siento como las lágrimas se me acumulan. Después de haber llorado un rato y hablar en la tumba de Gabriel escucho como comienza a sonar mi teléfono notificándome de la llegada de un mensaje, me limpio las lágrimas para después sacar el teléfono de mi cartera y ver un mensaje de Gonzalo.
Gonzalo:
¿Donde estás? ¿que tienes?.
Estoy bien, solo no quería estar en la oficina.
¿Segura Cassandra?.
Si hermano. No te preocupes, nos vemos.
Sin esperar respuesta de su parte, bloqueo el teléfono y lo meto en la cartera. Fijo mi vista nuevamente en la lápida.
—Me tengo que ir Gabs. Y comenzar a vivir mi vida, prometo visitarte y seguir trayendote tus margaritas.
Me levanto del suelo, me sacudo para luego decirle adiós a Gabriel e irme. Enciendo el auto para dirigirme al colegio de Stephan para después ir al centro comercial y pasar lo que resta de la tarde con él en las maquinitas.
Stephan apenas entro al auto me preguntó porque estaba llorando, le respondí que no tenía nada, aunque él no me creyó, no dijo más nada. Solo me abrazo seguido de un beso.
Como estábamos en el centro comercial cenamos allí y después nos fuimos a nuestra casa.
°°°
¡Viernes! nunca había ansiado tanto un viernes. Estoy terminando de hacer el desayuno que consiste en unas tortillas rellenas de queso.
También hice salchichas, tocinetas y pan tostados. Coloco los platos en la mesa seguido de mi café y el jugo de naranja de Stephan.
—Cariño el desayuno ya está listo—me siento y veo como Stephan se sienta frente mío para luego comenzar a comer.
—Que primero estemos desayunando es raro mamá— veo como se lleva un pedazo de tortilla a la boca.
—Muy raro lo se, pero hoy me levanté de muy buen humor.
—Se te nota mamá— me brinda una sonrisa y prosigue comiendo.
Después que terminamos el desayuno Stephan se levanta y se dirige a su habitación para alistarse, mientras yo me dirijo hacia el fregadero y lavar todo lo sucio.
Cuando termino de lavar los trastes, me voy hacia mi habitación para luego adentrarme al baño y meterme en la ducha.
Salgo del baño envuelta en una toalla y me dirijo al armario para sacar una falda alta gris claro, no tan ajustada y un poco más arriba de la rodilla, una corta camisa blanca sin mangas y por último un saco del mismo color de la falda.
Termino de atarme bien mi cabello en una coleta alta y me veo en el espejo de cuerpo completo para ver mi resultado de mi vestimenta y darme el visto bueno.
Salgo de la habitación y grito el nombre de Stephan para marcharnos de una vez. Estaciono frente al colegio y le desabrocho el cinturón de seguridad a Stephan.
—Nos vemos en casa de los abuelos cariño—le doy un beso en su frente y él me da un abrazo para luego bajarse del auto.
Me pongo en marcha hacia la empresa mientras veo las calles de Costa Adeje, una vez que estoy en el estacionamiento bajo del auto y me dirijo hacia el elevador y pulsar el botón del último piso.
Apenas las puertas se abren, voy directo a Claudia.
—Buenos días chicas, Claudia por favor dile a Clara que suba a mi oficina ahora.
—Buenos días señorita Cassandra, ya le informo a la señora Clara.
Asiento en su dirección y voy a mi oficina, me siento en mi silla giratoria y espero a Clara. A los poco minutos siento unos golpes en las puertas y digo en voz alta un "adelante".
—Buenos días Cassandra— veo como Clara entra, cierra la puerta y se sienta en unas de las sillas frente a mi.
—Buenos días Clara ¿Está lista la presentación?.
—Si, pero lo que no entiendo, es que ¿Como estás segura que ese será el nombre para el vino? digo no está mal pero, pueden haber más propuesta.
—Simplemente lo sé y que quiero ese nombre para el nuevo vino.
—Entonces no se diga más— sonrie— ese será el nuevo nombre.
—Cuando yo terminé de hablar, quiero que coloquen la presentación por cierto ¿Cuanto dura?.
—Bueno, se hizo lo más rápido posible, como se notificó ayer lo hicimos lo más rápido. Pero a la vez elegante— me río de su reacción.
—Clara tranquila, solo pregunte cuando duraba.
—Como unos quince segundos o hasta veinte.
—Bien— asiento con la cabeza y me levanto de la silla— bueno ya es hora de la reunión, vamos.
Salimos de la oficina y vamos directo a la sala de conferencia, cuando entro a la sala lo veo sentado en el lado izquierdo de la mesa, su traje gris le hacen resaltar más sus ojos y siento como mi corazón bombea como loco de tan solo verlo.
James está a su lado con quién esta conversando, este último me ve y se levanta para saludar estrechando mi mano.
—Buenos días señorita Palmer.
—Buenos días señor Milano.
Veo que Gaspar ya tiene su vista en mi y con un asentamiento de cabeza me saluda y yo le respondo de igual manera, veo que están todos y me dispongo hablar.
—Buenos días, me complace decirles que ya se tiene él nombre para el nuevo vino. Como el nombre surgió ayer, mi equipo de marketing realizó una corta presentación. El vino es relajante, como lo es la lluvia y da una sensación agradable. Por eso él nombre del nuevo vino, se llamará "Lluvia Azul".
Le doy una rápida mirada a Clara y está me entiende rápidamente. Ella le dice algo al chico que está a su lado, este se levanta para enciender la pantalla y vemos cómo se proyecta la improvisada presentación sobre el vino.
Cuando se termina, todos comenta que el nuevo nombre del vino les gusta y comenzamos hablar sobre cómo podría ser la presentación y el logo para el vino. Ya que como se tiene el nombre, el logo que se escogió hace unas semanas atrás tendrá unas cuántas modificaciones.
Cuando termina la reunión me despidos de todos y comienzo a salir de la sala, Claudia me dice que dentro de un ratico pasará a la oficina para informarme sobre el día de ayer a lo que yo le respondí que esta bien.
Cierro la puerta detrás de mi, me quito el saco lo coloco en el escritorio y me llevo ambas manos al rostro para luego soltar un gran suspiro.
Definitivamente la presencia de Gaspar me afecta demasiado, siento como la puerta de mi oficina es abierta y luego la cierra.
—Claudia sabes un...
Una voz baja y ronca me interrumpe, una voz muy conocida para mi, una voz que me hace poner los nervios de punta.
—No soy Claudia— con el corazón latiendo como loco, volteo y noto que está a escasos centímetros de mi— no puedo sacarte de mi maldita cabeza Cassandra.
Me toma del rostro y siento sus labios besarme con intensidad, con necesidad, le correspondo de la misma manera y llevo mis manos a sus cabellos mientras que él lleva sus manos a mis caderas para pegarme más a él.
Me toma por los muslos y rápidamente enredo mis piernas en su cintura mientras separa sus labios y comienza un rastro de besos por todo mi cuello cierro los ojos y suelto un jadeo.
Él gruñe y siento como empieza a caminar para luego depositarme en el sofá y seguir explorando mi cuello.
—Gaspar alguien puede entrar— echo la cabeza hacia tras.
Él sale de mi cuello y me lanza una sonrisa torcida junto con su mirada oscura llena de deseo por mi y con eso hace que moje mucho más de lo que ya estoy.
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