Capitulo 20
Tras leer ese mensaje me encuentro estática, sin habla, no sé como reaccionar. Lo único que puedo pensar es que, ¿como Gaspar consiguió mi número? ¿quizás se lo pidió a Gonzalo? y si fue asi, matare a Gonzalo por a ver dárselo sin consultarlo.
—Cassy las chi... ¿Que paso?.
Estoy tan absorta en mis pensamientos que no escuché ni siquiera cuando Emma abrió la puerta, despego la vista del teléfono. Observo el rostro de Emma a la espera de mi respuesta, y sin hablar solo le pasó mi teléfono.
—¿Como Gaspar obtuvo tu número?.
—¿Como voy a saberlo yo Em?.
—¿Quizás fue Gonzalo?.
—Si fue Gonzalo, ten por seguro que lo mataré.
Y sin más las dos salimos de la habitación para ir hasta la habitación de Gonzalo y abrir la puerta sin tocar pero creo que hubiese sido mucho mejor tocar. Vannesa se encuentra sentada sobre mi hermano besándose mientras que esté tiene sus manos en las nalgas de Vane. Ellos al escuchar la puerta se separan rápidamente.
—¿Es que no saben tocar? por sí no lo saben, ese es el uso de las puertas.
Mientras Emma se encuentra riéndose del rostro de Vane yo ruedo mis ojos.
—Iré al grano, ¿le diste mi número a Gaspar?— Gonzalo me observa confundido y niega con la cabeza.
—¿Como crees que yo daré tu número sin tu consentimiento?.
Me estreso más de lo normal al saber la respuesta de mi hermano, ¿como coño Gaspar consiguió mi número? antes que Gonzalo pregunté algo más salgo de la habitación y me dirijo hacia la cocina.
Donde tomo de la nevera un envase de fresas y me siento en el mesón a comermelas todas.
Por la tarde todos estamos en la piscina disfrutando del día, como no es raro, Lucia y vane se encuentran con nosotros. Con respecto a Gaspar, no le e respondido el mensaje, se que es algo inmaduro de mi parte pero, ¿por que se empeña tanto? no creo que yo le guste ¿O si? aparte tiene hijo y, si tiene hijo, tiene mujer y, ¿si no esta con ella? ¡Dios! creo que me volveré loca definitivamente.
—Está noche en el club de Dallas hay fiesta.
Vuelvo a la realidad y veo como Lucia sube y baja las cejas. Dallas es dueño del club Sensación y con quién Lucia se enredó con él mucho tiempo atrás.
—Definitivamente yo paso.
—Vamos Cassandra, no seas aguafiestas.
—De verdad que por ahora paso, estas son fechas que no dejaré solo a Stephan.
Comienzo a nadar, hasta llegar a las escaleras de la piscina y salir de ella, me acerco a la mesa blanca de plástico donde tomo una toalla y comienzo a secarme.
—Cassy es solo por está noche— veo como las tres me hacen ojitos.
—Eh dicho que no, así que no insistan, diviertanse ustedes.
—Venga hermana solo será por hoy— alzo una ceja en dirección hacia Gonzalo.
—Que no, aparte le prometí ir al parque de atracciones con sus abuelos más tarde.
—Cassy es la última fiesta que Dallas dará, vamos— está vez quien habla es Vanessa.
—No me vengan con esas chorradas a mi, yo sé que hay otra fiesta en el club de Dallas el primero de enero en la madrugada.
—De acuerdo Cass no vengas con nosotros hoy, pero para la próxima si.
Los miro a los cuatro para luego rodar mis ojos, me siento en una silla y tomo de la mesa una lata de cerveza. Ellos al igual que yo se sientan y agarran una cerveza mientras comenzamos hablar de temas triviales. Miro hacia la puerta y veo salir a Stephan.
—Mamá tu teléfono estaba sonando.
Le agradezco, le doy un beso y él sale nuevamente hacia dentro de la casa, reviso mi teléfono y veo que tengo dos mensajes nuevos, automáticamente mi corazón empieza a bombear como loco.
Número Desconocido.
¿Ni siquiera un gracias? 11:47am.
No se porque, pero leer este mensaje me causa gracia así que sin más, abro el otro mensaje.
Número Desconocido.
Ya veo que no me darás el "gracias". Espero tengas una excelente tarde piccola. 15:19pm.
Me quede releyendo el último mensaje, hasta que decido responderle y agendarlo de una vez.
Señor Licciardi.
Gracias señor Licciardi. Igualmente feliz Navidad. 15:52pm.
Pulso el botón de enviar y bloqueo el teléfono para seguir conversando con las chicas y Gonzalo.
°°°
Abro la puerta del carro y bajo, para luego tomar en brazos a Stephan quien después de casi subir a todas las atracciones que pudo, cayó rendido una vez que entro al carro.
Mamá abre la puerta de la casa mientras papá pasa el carro hacia la cochera, me dirijo hacia las escaleras para dejar a Stephan en su habitación, lo acomodo en su cama para luego quitarle la ropa, los zapatos y colocarle una pijama. Le doy un beso en la frente para luego salir de la habitación apagando la luz.
Bajo las escaleras y voy hacia la cocina donde están mis padres.
—No subí a ninguna atracción y me siento como si hubiese subido diez veces a la montaña rusa.
Mamá y yo nos reímos de papá, mamá va hacia la nevera y saca tres botes de helados, me pasa el mío que es de fresa y los de ellos son de chocolate.
Llevamos bien rato hablando y comiendo helado, hasta que papá deja la cucharilla en el bote de helado y me mira.
—Hija te voy a decir algo, pero no quiero que te alteres.
—Pues con eso papá, ya conseguiste ponerme los nervios de punta.
—En el accidente de Gabriel, en el mismo carro iba un policía, y este señor quedó en coma.
Confundida y sin saber que decir me quedo en blanco, no se que decir. Lo único que siento es la odiosa punzada en mi pecho ante la mención de Gabriel.
—¿Por...por qué no me lo habían dicho antes? pensé que Gabriel iba solo en el auto.
—Cariño, tu estabas en Shock y allí mismo donde estábamos nosotros por gabriel, estaban los familiares del policía.
Mamá me toma de las manos y siento como da un ligero apretón en ella.
—Antes de nosotros irnos del hospital, yo hablé con el hermano del policía y le di el número de la casa para cuando el despertara, nos llamaran. Está tarde llamaron para el número de la casa y me informaron que el señor Carlos despertó del coma hoy en la mañana.
Y sin más, se me olvidó como respirar, siento como mis ojos se llenan de lágrimas, mamá pasa sus manos por mi rostro limpiando las lágrimas.
—Si quieres, vamos mañana temprano al hospital.
Miro a mis padres, me levanto del taburete, les digo que si y me retiro a mi habitación.
Lloro como si no hubiera un mañana, sintiendo como si la vida en estos momentos se estuviera burlando de mi. Siento que esto es algo injusto, ¿Por qué él si quedo vivo y Gabriel no?.
Se que suena algo egoísta de mi parte, pero es lo que siento en estos momentos, siento rabia, confusión y mucha tristeza, tristeza al saber que la esposa del señor Carlos debe estar llorando como yo, pero de felicidad, mientras que yo lloro de tristeza porque mi esposo ya no está y no volverá conmigo.
No se, en que momento cai en los brazos de Morfeo solo se que siento una mano pasar por mi rostro, abro los ojos y me encuentro con mi mamá.
—La vida se trata de retos hija y hay unos que son más difíciles de pasar y superar. Pero que, en definitiva algún día serás mucho más grande que el propio reto cariño, solo es cuestión de tiempo.
—Se que así es mamá, pero nadie me dijo que en estos momentos, las cosas fueran tan difíciles.
—Asi es la vida cariño, ve preparándote para ir al hospital, el desayuno ya está listo.
Me da un beso en la frente para luego salir de la habitación. Suspiro y me levanto de la cama para caminar hacia el baño.
°°°
—Bien, Stephan y yo iremos por unos helados.
Veo como mi hijo se aleja con mi madre, volteo hacia mi padre quien tiene su mano extendida hacia mi, la tomo y juntos entramos al hospital.
En resección nos informaron que el señor Carlos se encuentra en el piso 3, habitación 203. Cuando salimos del ascensor comenzamos a buscar la habitación, hasta que damos con ella pero frente a está se encuentran varias personas, me supongo que familiares del señor.
Mi padre se acerca a un señor medianamente alto, con unas cuantas arrugas, cabello blanco, ojos negros y de piel tostada.
—Buenos dias señor Mario, ¿Como se encuentra su hermano?.
El tal señor Mario me queda mirando como preguntándome indiscreta mente quien soy yo y que hago aquí, mi padre al darse cuenta de lo mismo que yo se apresura en hablar, antes de que yo lo haga.
—Ella es mi hija Cassandra, ella es la esposa del muchacho que murió en el accidente.
Rápidamente la expresión del señor cambia drásticamente dándome una mirada de disculpa.
—Y estoy aquí porque tengo el derecho de saber que ocurrió ese día.
—Y tiene toda la razón, pero me temo que eso no se va a poder— el señor me dirige una mirada de lamento y confundida por sus palabras hablo.
—¿Como que no se va a poder?.
—Mi hermano estuvo en coma por casi 7 meses. Nosotros pensábamos que no iba a despertar, las posibilidades de que despertara eran pocas. Se programo para desconectarlo la primera semana de enero pero gracias a Dios despertó. El doctor desde ayer lo a estado chequeando y haciéndole exámenes, por como paso tanto tiempo del coma, sufrió pérdida de memoria.
Desearía que alguien en este momento saliera y dijera que esto es una broma, una jodida maldita broma.
—¿No recuerda absolutamente nada?.
Escucho como ambos hablan y hablan, mientras yo me siento como si estuviera en un laberinto, escucho como el señor Mario le dice a mi padre que en cuanto su hermano recupere la memoria completamente nos llamaría.
Salimos del hospital y nos adentramos en el auto, papá llama a mamá quién se encuentra en el parque cercano al hospital con Stephan. Apenas Stephan sube al auto cambio el rostro.
Al llegar a casa de mis padres Stephan me pide que lo acompañe a jugar mortal Kombat y antes de subir las escaleras, veo como mi papá y mi mamá entran al estudio.
Paso toda la tarde jugando mortal Kombat con Stephan, rato después entra Gonzalo seguido de Emma a la habitación de Stephan.
Parecemos unos completos niños jugando y riendo. Despues de un rato Emma, Lucia y yo nos encontramos en la casa de Vane.
—Eso de que, pronto va a ver un pequeñín o pequeñina en tu casa, tiene a tus padres emocionados— Vannesa habla para después llevarse a la boca su hamburguesa.
—Si, en realidad hasta a mí me tiene emocionada.
—¿Cuando lo decidieron?— pregunta Emma.
—Se decido unos días antes de noche buena, no se los comente, porque mamá decidió decirlo en la cena de noche buena.
—Me alegro mucho que decidieran adoptar, aunque pienso yo que tenían que adoptar desde hace tiempo.
—En eso, apoyo a mi hermana— hablo para después llevarme a la boca la coca cola.
—Si, pero era decisión de ellos—Lucia se encoge de hombros— realmente amo estás hamburguesas, me casaria con una de ellas.
—Rápidamente te quedarías viuda Lucia—dice Vane y se empieza a reír.
—¿Y se puede saber porque?— Vane, Em y yo reímos y soy yo quien decide hablar.
—Porque de la tentación te la comerás.
—Está vez, les daré la razón porque probablemente si me la comería.
Nos reímos, seguimos comiendo para luego empezar hablar de cualquier cosa, les conté lo que pasó hoy en la mañana, Vane comenzó a llorar al igual que yo.
Las dos nos pusimos deprimidas asi que Emma y Lucia decidieron hacer una noche de chicas o como lo llamaría Lucia una pijamada.
°°°
Los días han ido pasando poco a poco y solo quedan un día para decirle adiós a este viejo año y darle la bienvenida al año nuevo.
Treinta y uno de diciembre, fecha la cual nos alegra a la familia porque va a comenzar un nuevo año, un nuevo comienzo, una nueva esperanza, un nuevo sueño, nuevas metas la cual alcanzar y nuevos retos que debemos afrontar.
Esté día también trae la nostalgia pegada a nuestros cuerpos, porque cuando suenan las campanas significa que tenemos que despedirnos de este año el cual, no volverá más y en el que sin duda nos trajo buenos y malos momentos.
Lloramos por esas almas que ya no tenemos en vida, se llora porque se va a comenzar un nuevo año más sin esas personas, pero que sin duda nos siguen cuidando desde el cielo.
La casa por ahora es todo un revoltijo, por la noche definitivamente va hacer un caos. Son la una y quince de la tarde y solo está mi tía Paulina, su esposo Tomás, mis primas Sol y Paula y las dos pequeñas gemelas.
Mi mamá y mi tía están viendo que preparar para la cena de está noche, quienes van a estar varios tíos por parte de mi mamá y mi papá, Emma alquilo una gran mesa para está noche. Estamos mis primas, Emma y yo en el jardín colocando luces al jardín para darle el toque navideño.
—¿Sol que tal es Italia?— le pregunto mientras termino de desenredar las luces.
—Bello es poco, ¡es hermoso! tienen que conocerlo.
Sol fue transferida hace un año y medio a uno de los mejores hospitales de Italia, Sol tiene mi misma edad, veintinueve años. Pero es un poco más baja que yo de cabello negro, piel morena y grandes ojos café.
—Bueno querida prima, pronto mi hermana conocerá Italia— Emma le guiña un ojo a Sol, quien no entiende a que se refiera la loca de mi hermana, yo simplemente ruedo mis ojos.
Cuando terminamos de colocar las luces, pasamos a la sala y nos encontramos a mi papá, mi tío, Stephan y las gemelas viendo mi pobre angelito II. Nos sentamos juntos a ellos para verla y un rato después se nos unieron Gonzalo, mi mamá y mi tía.
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