Capitulo 2
Siento como unas leves caricias en mi mejilla, muevo un poco la cabeza y gruño. Escucho como esa persona ríe mientras deja un suave beso en mi frente.
Abro lentamente los ojos y veo ante mi un hombre de piel blanca, ojos azules y cabello castaño oscuro.
—Cariño, son las seis de la noche deberías de empezar arreglarte.
Estiro mi cuerpo para luego incorporarme sobre la cama.
—¿Hace cuanto llegaste cariño?— le digo mientras me estrujó lo ojos.
Levanta su mano derecha para mirar su reloj.
—Media hora exacta, Stephan fue con tu hermana a buscar el pastel de tu madre.
Lo observo mientras asiento con la cabeza.
—¿Cómo te fue en la audiencia?— le pregunto y veo como cierra sus ojos y suspira cansado.
—Siento que voy a perder esté caso, no tengo pruebas contundentes contra esté tipo y mucho menos que este relacionado con drogas. Sobre todo que esté involucrado en el asesinato de Diego Pérez— dice frustrado pasándose las manos por el cabello— antes de salir del juzgado hablé con el policía que está a cargo del caso, no me dio seguridad pero tienen una pista que creen dar con las posibles pruebas contra esté tipo.
—Se que vas a lograr este caso, como todos los que has tomado amor— le digo mientras me siento arriba de sus piernas y paso mis brazos por su cuello.
—Se que si, pero no será nada fácil— susurra en mi oido mientras pasa sus brazos por mi cintura atrayendo me más a él.
Siento como una de sus manos saca mi camisa del pantalón y se cuela por mi espalda, sube hasta dar con mi sujetador y cuando siento que me va a quitar el broche del sujetador abren la puerta.
—¿Papá por qué tardaste tanto en venir?— viene corriendo hacia nosotros asi que yo me levanto de las piernas de Gabriel para darle paso a él y asi se tire en los brazos de su padre.
—Porque papá se retraso un poco con el trabajo, pero mira, ya estoy aquí con ustedes—sonrio de ternura mientras me cruzo de brazos.
—Papá, adivina quién es el capitán del equipo de fútbol en el colegio— dice mientras sube y baja las cejas, rio ante ese gesto y me siento al lado de Gabriel.
—Mmm— Gabriel se coloca la mano en la barbilla y lo mira de manera interrogativa— ¿Un niño muy guapo e inteligente como su padre llamado Stephan?.
—¡Si!— grita arrastrando la "i" y con los brazos hacia arriba— aunque lo de inteligente lo saqué de mamá.
Abro los ojos como platos y suelto una gran carcajada mientras que Gabriel abre la boca fingiendo estar ofendido.
—Me parece que mañana tendrás que bañar al perro— Gabriel mira serio a Stephan y él suelta un bufido.
—Lo mismo dijo mamá, no se vale— sigo riendo mientras lo tomo y lo siento en mi regazo y le beso la mejilla.
—Mentira mi amor, todos sabemos quien bañara al perro mañana—le guiño el ojo.
—No digo nada, porque se que acabaré bañando al perro— niega con la cabeza y rie— bueno nosotros bajaremos, para que mamá pueda arreglarse.
Se levanta y veo como los dos se dirigen a la puerta.
—Ya hay varios invitados, te espero abajo cariño.
Cierra la puerta de la habitación y yo me levanto de la cama para dirigirme al baño mientras me despojo de mi ropa. Tomo el teléfono mientras coloco música, entro en la ducha y abro el grifo. Me cuelo bajo la lluvia artificial mientras me restrego el cuerpo con jabón para luego tomar shampoo y comenzar a lavar el cabello.
Salgo de la ducha envuelta en una toalla y otra en el cabello. Entro a la habitación y abro el armario, veo la poca ropa que está aquí debido que el resto de mi ropa está en mi casa, me dispongo a revisar que puedo colocarme.
Luego de unos cinco minutos, ya tengo la ropa lista, me coloco unas bragas blancas que hacen juego con el sujetador, me aplico crema en todo el cuerpo. Me coloco una camisa cuello tortuga color negro, una falda de corte alto que llega un poco mas arriba de las rodillas con una pequeña abertura en el lado izquierdo.
Por último me coloco unas pequeñas medias seguido de unas botas de tacón aguja negras que llegan hasta el tobillo.
Voy hacia el tocador, me quito la toalla del cabello y decido dejarlo que se seque por si solo, me aplico polvo por todo el rostro, me maquillo los ojos con sombra negra y rímel, un poco de rubor y en los labios opto por un labial rojo mate, por último me aplico perfume y listo.
Salgo de la habitación y bajo las escaleras yendo directo hacia el patio trasero pero en eso suena el timbre de la casa y me dirijo hacia la entrada.
Cuándo abro la puerta veo a una chica no tan alta de piel blanca que reconozco a la perfección, lleva su cabello negro atado en una coleta alta y un ligero maquillaje, lleva puesto un lindo vestido rojo de tiras hasta las rodillas que hacen ver mucho mas llamativos sus grandes ojos verdes.
—¡Cass!— nos fundimos en un gran abrazo— eres una egoísta, ¿Cuando fue la última vez que nos vimos?— entre cierra sus ojos mientras me mira seria y yo solo puedo rodar los ojos.
—No seas exagerada Lucia, si cenamos juntas hace dos días en tu restaurante favorito— ella se empieza a reír mientras yo niego con la cabeza— realmente necesitas un psicólogo.
Reímos juntas y comenzamos a caminar hacia el patio trasero de la casa.
—¿Como va la empresa?— pregunta mientras caminamos hacia el patio.
—Todo va de maravi.... —mi voz se ve interrumpida por el condenado timbre—¡es que no me van a dejar ir al patio tranquila!—levanto las mano y caminamos juntas hacia la puerta mientras Lucia se rie.
Cuando abro la puerta nos encontramos con Vanessa y al vernos, las tres gritamos y nos abrazamos.
—¡Por Dios! Vane, estás guapísima— le digo al momento de separarnos.
Tiene puesto un jeans tiro alto color gris claro, una camisa negra manga corta transparente con unas pequeñas rosas, unos puntiagudos tacones negros y su corto cabello castaño oscuro hasta los hombros haciéndole lucir aun más su piel blanca al igual que sus hermosos ojos azules iguales a los de su hermano.
—¿Yo? mirad ustedes, estan hermosas— nos dice ella mientras nos volvemos abrazar.
—Me gusta tu nuevo corte— le digo mientras le toco su cabello.
—Ya estaba cansada del cabello largo— sonrie y se encoje de hombros.
—¿Cuando llegaste Vane?— Lucia le pregunta a la vez que cierro la puerta y nos disponemos a ir al patio.
—Hoy por la mañana, mis padres se quedaron en Madrid, me dijeron que me hiciera cargo de la empresa de aquí mientras él se encarga de los últimos detalles allá, ¿Y donde está mi sobrino?— me pregunta cuando ya estamos en el patio.
—Allí está— señalo a Stephan que está jugando con otros niños— Stephan cariño.
Lo llamo y veo como me busca con su mirada y cuando da conmigo sus ojos brillan de la emoción y corre hacia Vanessa.
—¡Tia!— él grita mientras sale corriendo en su dirección y cuando está cerca, vanessa lo carga— tia te extrañe mucho, ¿y mis abuelos?.
Veo como mira hacia trás para ver si están los padres de Vanessa y Gabriel.
—Tus abuelos se quedaron en Madrid— vane le hace un puchero— ¿Cómo te has estado portando?.
—Mejor que mamá cuando estaba pequeña— dice con una gran sonrisa, Vanessa lo baja y veo como se nos une mi madre.
—Tienes mucha razón en eso mi amor— le dice mi mamá mientras le da un beso en la cabeza, yo ruedo los ojos y rio.
—Muy chistosa mamá— ella solo ríe.
—¡Felicitaciones Pilar!— dicen las chicas al mismo tiempo.
—Muchas gracias chicas— abraza a cada una y luego se despide para seguir saludando a los demás invitados.
—Hola hermanita, ¿Cómo están mamá y papá.
Gabriel se acerca le da un beso en la frente y se coloca detrás de mí pasando sus brazos por mi cintura dándome un beso en la mejilla.
—Hola pendejo, se encuentran muy a gusto con el clima de Madrid. Se quedarán allá una temporada— dice Vanessa mientras nos sentamos en una de las mesas que están cerca de la piscina— papá quiere asegurarse que la nueva cafetería quede como solo a él le gusta.
—Todo a la perfección— dicen ambos al mismo tiempo y luego se ríen.
Miro todo el patio y veo toda la decoración entre blanco y dorado, los colores preferidos de mamá.
Al rededor hay como unas 10 mesas, en el centro hay un tubo adornado con flores blancas y violetas, en la parte de arriba de este se encuentran cuatro cuerdas, dos de ella se extiende hasta el techo de la casa y las otras dos están pegadas a la pared. Tiene pequeños bombillos, en medio de estos hay pequeñas flores blancas dandole un toque delicado y elegante al ambiente.
Al final del patio hay un gran mesón con todo tipo de bocadillos, también está el enorme pastel de mamá. La noche transcurre entre bebidas, bailando, otros charlando y otros solamente comiendo.
Me encuentro en la cocina charlando con vane y veo a Stephan acercarse.
—Mami tengo sueño— coloca su cabeza en mi brazo y veo como se restrega sus ojitos, miro la hora y son la doce de la noche.
—Ya nos vamos cariño, quédate aquí con la tia Vane mientras voy por tu papá— veo como asiente entre dormido y despierto.
Camino hasta la mesa donde se encuentra mi padre, mi hermano y otros dos hombres que no conozco junto a mi esposo.
—Buenas noches caballeros, cariño ya es hora de irnos Stephan me imagino que ya debe de estar dormido— veo como sonrie, asiente y se despide de todos en la mesa— chao papá nos vemos ahora—le doy un beso en su mejilla y volteo la vista hacia mi hermano— nos vemos el lunes en la oficina temprano Gonzalo, tenemos una reunión a la diez— me despido de él con un beso en la mejilla y él asiente.
Me dirijo de nuevo hacia la cocina donde me encuentro a las chicas nada mas.
—Mi hermano ya salió junto con un dormido Stephan, dice que te vayas en tu auto.
Asiento.
—Nos vemos entonces chicas, tenemos que reunirnos un día de estos, aprovechando que estamos todas.
Les sonrio y ellas asienten, nos despedimos de un abrazo. Voy hacia la habitación de mis padres, abro un poco la puerta y asomo la cabeza para luego dar unos pequeños toque
—Veo que ya te estas acomodando para dormir— ella suelta una pequeña risa y se encoge de hombros.
—Supongo que a tu padre no le molestara quedarse con los pocos invitados que quedan.
—Realmente no, está muy a gusto charlando con ellos— reímos— bueno madre yo ya me voy, vine a despedirme.
Me acerco a ella y le deposito un beso en su mejilla.
—Nos vemos cielo, buenas noches.
Me da un beso en la frente y tras darle las buenas noches, salgo de la habitación y me dirijo hacia la entrada de la casa e ir directo a mi auto para luego encenderlo y emprender mi camino hacia mi casa.
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