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Capitulo 14


Gaspar.

     —Realmente hoy, estás más amargado que nunca— escucho hablar a James mientras toma asiento frente de mi— la pobre Sofía con cualquier mínimo ruido brinca. No pensé que te ibas a colocar así solo porque cassandra huyó de ti y, sin contar que tú chica misteriosa también hizo lo mismo.

Él se ríe y siento como el dolor de cabeza solo aumenta un poco más.

     —James no estoy para tus idioteces— gruño frustrado y me paso las manos por el cabello— tengo otras preocupaciones por las cuales pensar— aclaro mi garganta— para estar pensando el porque Cassandra salió así de la fiesta del viernes.

     —¿Y, se puede saber cuáles son esas preocupaciones que te tienen en esta faceta?— él se echa hacia tras y coloca su pierna izquierda en la derecha— porque, la empresa está bien.

     —El juez le concedió a Gina el poder de estar con Nathan cuando ella quiera— suspiro frustrado y tiro de mis cabellos— claro que, tiene que tener mi aprobación y créeme que no quiero que ni se le acerque a Nathan.

     —Pero, si el juez le dio permiso a Gina para poder estar con su hijo— me señala con su dedo indice— tú tienes que quedarte tranquilo.

     —No puedo simplemente, quedarme tranquilo si esa loca llega estar cerca de Nathan ¿Entiendes?— él niega con la cabeza— hable con el abogado para que hable con el juez y le diga que Gina verá a Nathan dos días por semana nada más.

Me levanto para dirigirme hacia la pared izquierda donde tengo mi estante con vinos y licores en ella. Me sirvo un poco de  whisky y lo tomo de una.

 
     —Pensé que había sido tu abogado quién te había informado.

Observo la clara confusión en el rostro de James, yo niego con la cabeza.

     —La muy descarada me llamo informándome que dentro de un mes o dos llegará a Costa Adeje, porque el juez le permitió estar con Nathan cuando ella lo quisiera.

     —¿Y porque dentro de un mes o dos?.

     —Me imagino que su servicio comunitario acabará dentro de poco.

     —Eso lo explicaría todo— dice James pensativo— creí que el servicio duraría un año y medio.

     —Lo mismo pensé yo— me siento y muevo un poco mi vaso con whisky— pero sabemos cómo es Gina Rinal...— el sonido del teléfono de la oficina me interrumpe lo tomo y contesto.

~Señor Licciardi acabo de recibir una llamada de Vinos Palmer's informando que..~ no dejo ni siquiera que Sofía termine de hablar.

~Sofía diles que en esté momento me encuentro ocupado~ escucho el suspiro de Sofía
 
~No es nada de la empresa señor~ ella habla y se que está nerviosa por el estado en que estoy.
 
~¿A no?~ hablo realmente confundido, ¿Si no es por la empresa, que querrán?.

~No señor, solo me informaron sobre que su hijo se encuentra en esté momento con la dueña de la empresa y, que en cuanto pueda puede pasar por él~.

Esto último lo dice en un susurro. Sofía es mi secretaria desde mi inicio y por lo tanto sabe que cuando no estoy de humor exploto por cualquier detalle.

Suspiro profundamente para después soltar un gruñido.

 
~Gracias Sofía, por favor devuelve la llamada y diles que ya voy en camino~.

Coloco el teléfono en su lugar para luego levantarme e ir por un poco más de whisky y beberlo de una.

 
     —Parece que hoy no es tu día hermano— se levanta y se dirige a la puerta— ¿Hacia donde vas?

     —Se me olvido pasar por Nathan al colegio— suspiro— por alguna extraña razón él se encuentra en esté preciso momento en Vinos Palmer's con Cassandra y no se porque.

James parece más sorprendido que yo. Me coloco el saco y me dirijo hacia el elevador, pero antes de entrar en el me volteo hacia James.

 
     —No volveré, pasaré por Nathan y luego voy para mi apartamento— lo señalo— quédate a cargo, nos vemos mañana.


°°°


Apago el auto bajo de esté y me dispongo a caminar hacia Vinos Palmer's, una vez adentro voy hacia los ascensores, no hace falta decir quién soy. Ya que, todos saben que soy socio de la empresa.

Cuando llego al tercer piso, salgo rápido en dirección a la puerta de la oficina de Cassandra y antes de entrar veo como su secretaria se levanta rápidamente.

 
     —Señor Licciardi, no puede entrar sin yo avisarle a la señora Cassandra de que usted ya se encuentra aqui— ella habla rápidamente y me acerco sutilmente a ella.

     —No debe informarle nada. Ya que, soy socio— veo que tiene intenciones de interrumpirme y vuelvo hablar haciéndola callar— aparte de que allí dentro— señalo la puerta— está mi hijo, así que si me permites voy por mi hijo.

Se que no debí hablarle así pero no estoy de humor.

 
     —¿Me puedes explicar el por qué mi hijo está aquí?.

Hablo apenas abro la puerta de golpe y veo como Cassandra brinca un poco de su asiento por la manera tan brusca que abrí la puerta, levanta su mirada y veo en su rostro confusión.

     —Primero que nada, tu no puedes entrar a mi oficina como perro por su casa— ruedo los ojos y suspiro— y tu hijo no está aq....

Inmediatamente ella calla y voltea hacia Nathan que está junto a otro chico de su edad lo miro curiosamente y me pregunto que será de Cassandra.

Aunque se parece un poco a ella ¿Y si es su hijo? eso significa que ella tiene pareja, de tan solo pensar en eso hace mi frustración aún mayor. Ella despega la mirada de Nathan, para luego mirarme con su rostro totalmente contraído de la confusión.

 
     —¿Nathaniel, es tu hijo?— pregunta ella con un poco de incredulidad en su voz, ¿Que tiene que sea mi hijo?

     —Si, y me pregunto que hace aquí contigo.

En vez de hablar, solo suelto gruñidos, realmente hoy, no es mi día.

 
     —¿Que irónico no?— veo como ella se cruza de brazos, se voltea hacia los niños— cariño anda con Nathaniel afuera y dile a Claudia que los lleve a la cafetería.

Ellos dejan sus cuadernos sobre el mueble y Nathan me mira pidiendo permiso con su mirada y yo asiento en su dirección para luego ver como salen de la oficina.

 
     —¿Que es tan irónico Cassandra?— le pregunto irritado.

     —Que me llames a mi, irresponsable siento tú mas irresponsable que yo— veo como ella camina hacia mi— al olvidarte de tú hijo.

Ella enfatiza lo último que dice mientras me señala con su dedo indice.

 
    —¿Quien es más irresponsable Licciardi?.

Me quedo callado observándola y admiro lo hermosa que se ve con sus cejas levemente fruncida y su pequeña nariz un poco arrugada, bajo mi vista hacia sus labios que de pronto me apetece besarlo y no me importa si tiene pareja.

Aparto mi vista de sus labios, para mirarla a los ojos.

 
     —No hables sin saber Cassandra, aparte ¿Te gustaría que te llamaran, para informarte que tú hijo no está en el colegio, sino, en la empresa de alguien, sin tú permiso?.
 
     —Realmente me molestaría, si. Pero si esa persona me llama, iría aclarar las cosas y decirle que no lo volviera hacer porque es un acto irresponsable, pero más irresponsable son los padres de sus hijos.

Sin decirle nada, me le quedo observando y de pronto siento como la gran frustración que tenía al llegar aquí, se evaporó con tan solo verla parada frente a mi y enojada.

Como esta frente mio, la tomo con cuidado, la empujo haciendo que choque con el escritorio mientras coloco ambos brazos a cada lado del escritorio. Me acerco a su rostro quedando a tan solo centímetros de ella, la observo y noto como su pecho sube y baja.

     —¿Porque te fuiste así de la fiesta?—me acerco a su oído y le susurro— ¿Dime qué fue lo que hice para que te fueras así de la fiesta?.

Noto como su pequeño cuerpo se estremece bajo mi tono de voz y por nuestra cercanía, que sin dudas se que le gusta, se que de alguna manera que le atraigo.

Ella coloca sus manos en mi pecho y me empuja para asi verla caminar un poco lejos de mi, la oigo suspirar mientras pasa sus manos por su rostro y se voltea hacia mi.

Veo en su mirada un rastro de tristeza pero rápidamente la cambia por una mirada altiva y camina hacia mi manteniendo distancia entre los dos.

 
     —Eso es algo que realmente no te incumbe— suelta ella de manera brusca— lo que realmente te debe de importar señor Licciardi, es que olvidó a su hijo en el colegio.

Cada palabra que ella soltaba es como si estuviera escupiendo su veneno y que gustoso aceptaría. Si tan solo ella supiera cuanto me pone verla de está manera.

 
    —Tienes razón Cassandra, no es mi asunto el que te hayas ido corriendo de la fiesta— aclaro y ella asiente— como, no es asunto tuyo el que yo no haya ido por mi hijo al colegio— veo como ella suelta una risita irónica.
 
     —Si es asunto mio ¿Y sabes porque?.

Ella vuelve a cruzarse de brazos.

 
     —Porque tú hijo, es amigo de mi hijo y, mi hijo no quiso que Nathan se quedara solo allí, porque ya ambos sabía que su padre se había olvidado de él.

Me señala y me siento culpable al pensar en Nathan pero no dejo que ella se de cuenta de ello.

 
     —Bien, pues entonces te agradezco el gesto, te agradezco que te hayas preocupado por mi hijo y te lo llevaras— me acerco y ella empieza a retroceder, me le quedo mirando por unos cuantos segundos— ¿Al menos necesito saber si te dije algo que te hizo incomodar esa noche?.
 
      —No dijiste nada que me incomodara, solo que, recordé que tenía que hacer algo y me fui de la fiesta, eso es todo.

Ella se hace a un lado y va hacia su asiento para revisar algo en su agenda o solamente lo hace para ignorarme.

 
     —Claro, me imagino que tenias mucho que hacer con tu esposo— sin mirarla me dirijo a la puerta y antes de salir, hablo nuevamente pero sin mirarla— nos vemos el jueves en la reunión.

Cierro la puerta detrás de mi y me dirijo a la cafetería. Una vez que llego a está le digo a Nathan que se despida de su amigo para salir de aquí lo más pronto posible.

 
     —Papá, siento mucho haberme ido del colegio con otras personas que no fueras tú o el tío James.
 
     —No estoy molesto contigo Nathan, más bien estoy agradecido que Cassandra te llevara con ella— le hablo mientras mantengo la vista fija en el camino.
 
     —Pensé que, estabas molesto conmigo, por como llegaste a la oficina de la señorita Cassandra.
 
     —Solamente e tenido un mal día en la oficina hijo y se que debo de estar más pendiente de tus horas de salida.

Después de salir de Vinos Palmer's pase por el supermercado hacer las respectivas compras para la casa y además de comprar todos los ingredientes para hacer lasaña, el cual es el plato preferido de Nathan.

Llegamos al apartamento y Nathan se dispone aprender la radio y colocar música mientras yo empiezo a cocinar, después de tener casi todo listo, escucho el grito de James al entrar.

     —¡Vaya! parece que tú malhumor se desvaneció— él se acerca y se sienta en uno de los taburetes— huele delicioso.

     —Mi papá me está preparando lasaña.

     —¿Y que te hace pensar pequeño mocoso que es para ti?.

Ruedo los ojos al ver como empiezan a discutir.

     —Se callan los dos o toda la lasaña se la doy al perro de la vecina— veo como ambos se callan y se sacan la lengua.

Después que los tres terminamos de comer Nathan fue a su habitación a jugar Nintendo mientras que James y yo estamos sentados en la sala hablando y bebiendo cervezas.

 
     —¿Entonces descubriste que la gran Cassandra tiene esposo?— dice él y se lleva su cerveza a su boca.

     —No, no estoy seguro. Pero lo mas probable es que si, tiene un hijo ¿No?.

Él solo se encoje de hombros y no dice nada.

Yo me termino de beber mi cerveza y coloco mis manos detrás de mi cabeza, cierro los ojos y automáticamente Cassandra se me viene a la mente y no dejo de pensar en lo hermosa que es.

Cassandra es sin duda la mujer más hermosa que e visto, jamás una mujer me había atraído tanto como lo a hecho Cassandra.

Es que la primera vez que la vi,u me dije que la tendría que tener para mi, tiene un gran magnetismo que me atrae demasiado y no me importa si ya tiene pareja, hoy me demostró que si le atraigo y voy hacer que se fije en mi. Cueste, lo que cueste.

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