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Capítulo 2: "Un accidentado encuentro"

Un atractivo jovencito de cabello alborotado salía de su habitación encontrándose con la mirada de su padre.

¿A dónde vas?, dijo Bardock con molestia.

A un centro comercial con mis amigos, dijo Gokú.

¿Y ya tienes novia?, dijo el hombre.

Papá, dijo Gokú con molestia.

Mira Gokú si no te consigues una novia en esta semana, yo mismo te buscare una y te comprometeré inmediatamente, decía furioso Bardock.

Como si fuera tan importante comprometerse, dijo Gokú con molestia.

Para nosotros si lo es, ¿o es que quieres que Túrles se quede con la herencia?, dijo Bardock.

Por mí que se quede con todo, dijo Gokú con molestia.

Mira Gokú, ya estás colmando mi paciencia, dijo Bardock, al tiempo que una de las empleadas interrumpía la plática entre padre e hijo.

¡Disculpe señor¡ pero la señorita Android, vino por el joven Gokú, decía la empleada.

Muchacho del demonio, me hubieras dicho que la hija de los Android iba a ir contigo, ve no la hagas esperar, ella es una excelente candidata a prometida, decía Bardock casi empujando a su hijo.

Gokú para evitar más discusiones con su padre decidió callar.

Minutos después:

No era necesario que vinieras, quedamos en que nos encontraríamos allá, decía Gokú.

Lo sé, pero quise venir por ti, para irnos juntos, decía la rubia sonriendo.

Entonces vamos ya, dijo Gokú.

Pues vamos, pero en tu auto, porque no traje el mío, me trajo el chofer de la casa, decía la rubia.

Gokú miro a la rubia con resignación y salió junto a ella de su casa mientras esta sonreía.

Minutos después:

La rubia y el joven de cabello alborotado llegaron al centro comercial donde un grupo de jóvenes ya los esperaban.

¡Gokú¡ dijo una melosa peli azul corriendo a abrazarlo mientras el joven de cabello alborotado movía su cabeza con resignación.

Hospital:

¡Por favor¡ no den de alta a mi padre, yo conseguiré el dinero para que el siga llevando su tratamiento aquí, decía la pelinegra en tono de súplica.

Muchacha, ya nos deben mucho, con que pagarán, decía una mujer.

Yo conseguiré el dinero, lo prometo, pero mi padre no puede salir hasta que lo operen y este completamente bien, decía Milk.

La mujer miro con lastima a la jovencita pelinegra y dijo, está bien, tienes dos días para conseguir al menos una parte del dinero que deben.

¡Gracias¡ ¡gracias, es un ángel¡ dijo Milk mientras la mujer sonreía.

Minutos después: "Centro comercial"

Un grupo de jóvenes se encontraban mirando las lujosas tiendas de un centro comercial mientras platicaban entre ellos.

¿Y a qué hora será la presentación de los productos?, decía un joven de cicatriz a un joven de cabello negro lacio.

Dentro de dos horas, decía Diecisiete.

Vaya que Gokú es un suertudo, mira tu hermanita y Marón lo llevan del brazo como si fuera un bebé, decía Ten riendo.

Y eso que falta Lunch, decía Yamcha mientras los demás asentían.

Yo querría estar en su lugar, decía un calvo.

Eso solo en tus sueños amigo, esas chicas solo tienen ojos para Gokú, decía Piccolo riendo.

Eso si, pero lamentablemente nuestro amiguito no tiene ojos para ninguna de ellas ni para nadie, solo tiene ojos para él mismo, creo que si insistes un poquito tendrías alguna opción, dijo Vegueta riendo mientras miraba a un calvo que sonrío también ante las palabras de su amigo.

Hay Vegui, como eres malo, yo pensé que dirías que Gokú tenia ojos para mi primita, decía Bulma fingiendo molestia.

Yo solo digo la verdad linda, dijo Vegueta riendo cuando escucharon.

Ya chicas, me asfixian.

Todos los jovencitos dirigieron su mirada a donde un atractivo jovencito de cabello alborotado se libraba del agarre de dos hermosas jovencitas.

Se los dije, decía Vegueta levantando los hombros mientras sus amigos reían.

Mientras tanto:

Una bella jovencita pelinegra vestida con un polo color rosa, pantalón jeens, zapatillas y gorro que sostenía su cabello que estaba recogido bajo este y que cubría parte de su rostro entraba entre la multitud al lujoso centro comercial al mismo momento que una banda de asaltantes también hacían su ingreso.

Los asaltantes se dispersaron en el centro comercial mientras la pelinegra buscaba con temor entre las personas presentes a la persona que sería parte del primer robo de su vida.

Milk camino hasta un lugar donde estaba reunía mucha gente que estaba vestida de manera muy elegante. La pelinegra miraba a todos lados cuando un grupo de jovencitos llamaron su atención pues estos estaban con sus billeteras en mano mirando la cantidad de dinero que traían mientras platicaban entre ellos.

Como puede ver gente que no le de dolor gastar tanto dinero en un día, pensaba la pelinegra mientras los jovencitos platicaban entre sí.

Yo traje lo suficiente para comprar lo más novedoso que vea en esta exposición, decía Gokú mirando su billetera, mientras sus demás amigos hacían lo mismo, mientras que a la distancia una bella pelinegra observaba al grupo de jóvenes.

Minutos después:

El evento daba inicio, mientras los presentes miraban entusiasmados los productos que se estaban presentado, unos malhechores se adentraban a asaltar las cajas del centro comercial mientras una pelinegra al notar que uno de los jóvenes del grupo estaba distraído y tenía su billetera en la mano, decidió dar inicio al motivo por el que ella estaba en ese lugar.

La pelinegra con cautela se acercaba a un joven de cabello alborotado que estaba solo a unos metros de sus amigos mirando muy concentrado la exposición y con un ágil movimiento tomo su billetera y echo a correr mientras este al sentir que le habían arrebatado su billetera echo a correr tras el ladronzuelo que le había hurtado mientras ellos salían del centro comercial una infernal balacera empezaba dentro del lugar donde antes habían estado, policías y asaltantes se enfrentaban mientras los presentes buscaban donde poder refugiarse para protegerse.

Un par de policías al ver a un par de jovencitos correr uno tras de otro los seguía de cerca.

La pelinegra corría por las calles rápidamente siendo seguida muy de cerca por el atractivo jovencito de cabello alborotado.

Ladronzuelo detente en cuanto te atrape te arrepentirás, decía Gokú mientras pensaba: Vaya ladronzuelo es muy veloz, pero no le daré el gusto de que se quede con lo que es mío.

Milk corría, sin mirar atrás mientras su camino era acompañado por las sirenas del carro policial.

No puedo detenerme, si lo hago me llevaran a la cárcel, pensaba la bella pelinegra que ya empezaba a sentir el efecto del cansancio.

Justo cuando la pelinegra iba a entrar por un callejón, alguien se arrojo sobre ella, haciéndola caer al piso mientras la gorra que cubría su rostro y ocultaba su cabello salía rodando por el piso.

Ladronzuelo, esto es mío, decía una voz arrebatándole la billetera que tenía en la mano la pelinegra y que segundos después de recuperar su billetera quedo en silencio al percatarse que la persona que le había hurtado era una chica, pero no cualquier chica sino una bella chica.

La pelinegra miraba con temor al hombre que le había arrebatado la billetera que estaba prácticamente sobre ella, pero su temor se incremento más al ver llegar junto a ellos a un par de policías.

Gokú al percatarse de la presencia policial, se paro y ayudo a ponerse de pie a una aterrada pelinegra que no sabía como reaccionar.

Joven, recupero lo que esta ladrona le robo, decía uno de los policías mirando de pies a cabeza a la bella jovencita que estaba atónita mientras el otro se acercaba a querer esposarla.

¿Qué hace?, dijo Gokú con firmeza parándose delante de la pelinegra.

¿Cómo qué hace?, hacemos nuestro trabajo, esta chiquilla, con esa carita de ángel es parte de la banda que acaba de asaltar el centro comercial, decía el policía que tenía unas esposas.

Eso no es cierto, decía Milk en su defensa.

Mira niña, mejor no te resistas, no compliques más nuestra labor, decía el otro policía.

Este es un mal entendido, ella no es ninguna ladrona, ella es mi novia, dijo Gokú abrazando a la pelinegra repentinamente mientras los policías se miraban entre si.

¿Cómo que es su novia?, si yo claramente vi cuando ella le robo la billetera y luego echo a correr dijo uno de los policías.

Ja ja ja ja, dijo Gokú riendo mientras la pelinegra seguía abrazada a él y miraba intrigada al joven de cabello alborotado.

Vez princesa porque te dije que un juego así nos traería problemas, ¡discúlpenos¡ pero mi princesa y yo nos gusta jugar así cada vez que cumplimos un mes juntos, nos gusta que nuestra relación sea llena de adrenalina, pero creo que esta vez se nos paso un poquito la mano. Princesa mejor la próxima vez juguemos a Batman y a gatubela, será más emocionante y sexy, decía Gokú dándole un repentino beso en la mejilla muy cerca de los labios a la pelinegra que la dejo atónita mientras lo policías se miraban entre sí.

Vaya jovencitos, dijo uno de los policías.

Pues no jueguen así que la próxima vez los encerramos en el calabozo a los dos por un par de días por chistositos, dijo el otro policía.

No se preocupe mi general, no volverá a suceder, mas bien nuevamente ¡disculpe a mi novia y a mi¡ decía Gokú riendo mientras la pelinegra lo miraba sin comprender la actitud del joven de cabello alborotado que la tenía sujetada de la cintura a él.

Pues siendo así, entonces será mejor volver al centro comercial a poyar a nuestros compañeros, decía uno de los policías mientras el otro asentía.

Milk miraba cuando los policías se dirigían a su patrullero mientras Gokú la seguía teniendo sujetada de su pequeña cintura.

La pelinegra al ver partir al carro policial, empujo con sus manos al joven de cabello alborotado que la miro con una encantadora sonrisa.

En vez de agradecerme por evitar que te lleven a la cárcel me empujas, dijo Gokú con ironía.

Yo no pedí tu ayuda, dijo Milk con orgullo mientras se acercaba a recoger su gorro.

Pues no, pero ahora estás en mis manos, dijo Gokú.

¿En tus manos?, dijo Milk tratando de buscar algún lugar para escaparse, pero para su mala suerte el callejón donde se encontraban no tenía salida.

Si en mis manos, dijo Gokú riendo mientras la pelinegra lo miraba preocupada.

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