Escena 9:
Ingresas a la universidad. Calentadores ocultos mantienen el amplio interior templado, y sospechas que desde las esquinas sombrías del techo a diez metros de altura, vigilan lentes de seguridad de largo alcance y alta sensibilidad.
—No te les quedes mirando o pensaran mal —Dice Isaac. Parece que también se dio cuenta.
Confirman sus identidades y admisiones en recepción, donde les indican el camino para llegar al auditorio. Descienden por una rampa de una garganta gris, que para sorpresas de muchos les deja en un teatro de ópera equipado con intensos foscos, y gruesos telones rojos que caen en los flancos de la tarima. Isaac y tú ocupan dos lugares libres. Los cómodos asientos se amoldan a sus vertebras y les saca un jadeo de satisfacción en perfecta sincronía.
La asistencia es total, el auditorio queda lleno. Los focos pasan a enfocar el púlpito de la tarima. Aparece un hombrecillo en traje, de sonrisa afable y grises patillas. El rector le da la bienvenida al sector universitario. Su discurso es breve pero certero, sin florituras ni masturbación lingüística. El rector sigue el estilo cabal del militar que, siglos atrás, apretó las tuercas a la política y a la sociedad, y convirtió a Venezuela en la potencia militar y atómica que es hoy. Alaba a la patria, a los héroes de la guerra, a los maestros, y a Dios.
La bienvenida termina. Los estudiantes aplauden. Algunos sueltan una que otra lagrimita. Se retiraban, contentos de empezar esa nueva etapa en sus vidas, cuando los celulares inteligentes y apéndices cibernéticos empezaron a notificar a sus propietarios. Ahora que la bienvenida acabó, nadie vio problema en contestar o internarse en su dispositivo neuronal.
Primero cae un pesado silencio. Acto seguido se esparcen los murmullos y las preguntas. Palabras claves: Atentado, terror, secuestro, y tren 321. Isaac y tú intercambian miradas, lo notas pálido y no podía ser menos, el tren asaltado es justo el que los trajo.
Los monitores ponen en calma a los estudiantes. Se rumorea que la autoría del ataque es del PSUV. Una hora después el rumor se confirma a través de un comunicado de Seguridad Nacional. Aquellos estudiantes simpatizantes de la izquierda todavía dudaban y auguraban posible Fake New, pero en cuanto la brigada Diosdado Cabello comenzó a subir las ejecuciones de los civiles secuestrados en Internet, nadie pudo ignorar la realidad.
Te asustó la posibilidad de descubrir a la bonita auxiliar entre los secuestrados por los socialistas, así que ignoraste cualquier información extra sobre la crónica roja.
Ir a tu dormitorio y descansar. Lo necesitas (Escena 16)
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro