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F O U R T E E N

La calidez de una suave palma se encontraba sobre su frente, acariciando sus cabellos con delicadeza y nulas intenciones de irrumpir en sus sueños.

Se sentía realmente bien, el delicioso aroma a chocolate amargo le atraía dulces y maravillosos recuerdos en los cuales no había rastro de pena o dolor.

Pestañeo con lentitud, tratando de acostumbrarse a la ligera pero cegadora  iluminación que provenía por fuera de la habitación.

Observó al chico de oscuros cabellos y mirada penetrante.

—Hyung. —No logró hablar mucho, su garganta se encontraba seca y un poco adolorida, sus ojos hinchados y podía jurar que antes de perderse en la inconsciencia de esa forma sus mejilla se sentían pegajosas por las lágrimas que por ahí habían circulado. Pero ya no, ahora sentía su piel fresca y humectada.

—Será mejor que sigas durmiendo, ya es algo tarde y necesitas descansar, claro que si tienes hambre puedo prepararte algo y traerlo hasta aquí.

Asintió con una pequeña sonrisa, realmente moría de hambre.

—Bien, te traeré agua y algo de comer. —El calor y peso extra en aquella cama se desvaneció con rapidez.

Provocando un ligero vacío en su interior, realmente disfrutaba la compañía de alguien a quien le tuviera confianza, incitaba el que se sintiera cómodo y acogido en una dulce y necesaria tibieza que su alma anhelaba.

Pensó un poco sobre lo sucedido horas atrás, cuando se encontraba por fuera de aquel gran muro y lo único que percibía eran las respiraciones de aquellos enfermos que lo perseguían incluso sin estar presentes.

No quería causar problemas, mucho menos exponer una vida e incluso ponerse bajo una situación que le había provocado tanta ansiedad y estrés, era simplemente que no supo qué más hacer. Quiso buscar a su esposo, llorar y desaparecer; todo a la vez. ¿Cómo podía estar tranquilo estando lejos de Taemin? Ni siquiera él lo sabía, y es que en realidad se mantenía preocupado en todo momento, esperando a que las horas pasaran para poder visitarlo hasta refugiarse en su pecho por horas e incluso décadas.

No pasó mucho tiempo para que él azabache atravesara la puerta que daba entrada a la habitación, luciendo realmente cansado y con una diminuta bandeja que parecía contener una pequeña merienda.

—Traje un poco de fruta, quise calentar algo pero no puedo prender las luces por qué ya es tarde y sería contra las reglas.

Él Omega se reincorporó, terminando sentado en medio de aquella mullida cama, listo para ingerir algo que su estómago pedía a gritos.

Él pálido lo imagino, después de todo no esperaba que Jimin recordase como terminó devolviendo el estómago tras un ataque que había sufrido.

—También te traje esto, pensé que te gustaría.

Yoongi se permitió sustraer algo de su reserva personal, aquella que no tocaba sin alguna extrema necesidad.

Una pequeña bolsa color carmín que se encontraba en la alacena, aquella que contenía algún dulce o caramelo que le era entregado una vez a la semana por el equipo que se encargaba de repartir los alimentos que eran encontrados en las diversas expediciones.

Los ojos de Jimin brillaron, habían pasado semanas desde la ultima vez que pudo observar un chocolate, varias más a partir de la última vez que pudo ingerir uno.

Escucho un tranquilo ronroneo proveniente de su lobo, amaba sentirse consentido durante el estado en el que se encontraba, aunque en realidad siempre fue un pequeño niño que disfrutaba ser mimado por toda su familia.

Yoongi suspiró, no deseando retomar el tema pero seguro de que debía hacerlo, después de todo era el líder de aquel refugio.

—Lo que sucedió hoy no puede volver a repetirse. —Hablo con calma, no deseaba alterar aún más al cansado chico.

Aquel repentino cambio de voz captó su atención, Yoongi parecía más serio y mostraba severidad en sus palabras.

—No debiste correr a una dirección que era descosida para ti, te indicamos el sendero y dejé a dos chicos encargados de tu cuidado. No quiero decir que tu acción estuviese mal del todo, es normal que se asustases ante lo que puede ser desconocido. Sin embargo no lo es, has vivido afuera y creo que con el tiempo debiste aprender a controlar tu reacción.

Los ojos pequeños ojos del Omega lo observaron con dolor, transmitiéndole sensaciones de nostalgia al atraer viejos recuerdos.

—No es un regaño. —Aclaró, esta vez con un todo de voz apacible. —Solamente trato de explicar lo peligroso que puede ser para ti y el cachorro el aplicar un esfuerzo y una ansiedad de esa magnitud.

Jimin solo lo miro por varios minutos que parecieron horas, prosiguiendo a asentir con parsimonia, preparándose para sostener los plateados palillos antes de continuar comiendo.






































La mañana había llegado, dando inicio a un nuevo día y a una diversa infinidad de nuevas oportunidades para decidir qué tan productivo podía ser.

Yoongi había dormido apenas unas cuantas horas, mostrándose parcialmente preocupado sobre el estado físico y emocional del chico rubio.

—Se que puedo confiar en ti para cuidar de ellos.

—¿Estas loco? Me amenazo con una fotografía.

—Solo estaba asustado, lo separamos de su Alfa cuando se encontraba inconsciente.

Él castaño meditó la petición de su hermano, tratando de pensar aunque sea un poco en cómo él lo hacía.

Suspiró. —Vete tranquilo, yo cuidaré de él.

—¿De verdad? Pero promete que te cuidarás y a Bae.

—Tranquilízate un poco, todo saldrá bien. —Él chico castaño restó importancia. —Ve y se mejor líder que ayer.

Lucia orgulloso, regalo una sonrisa y poso sus manos en su ya no estrecha cintura.

—Siempre me dices eso me hace creer que hice algo mal el día anterior.

—Es solo para que te superes hermanito, no te lo tomes tan a pecho.

Yoongi regaló un beso sobre la frente de su hermano, él que se había convertido en el menor.

—Sabes donde están las armas, no dudes en tomarlas si algo llega a suceder.

—No pienses así Yoongi, es mejor creer que ese enorme muro servirá de algo.

—Cuida ellos Taehyung. —Atravesó el pórtico y camino un poco.

" Y También cuida de ti mismo".




































Yui-Chan.❤️

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