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F O U R

—Dime que no es verdad. —Interrogo un Alfa castaño. Acercándose con rapidez hacia su gran amigo.

—¿De que estás hablando? —Preguntó él pálido. Retiró su saco y se giró para encarar a su viejo amigo.

—Dijeron que trajiste a un lobo. Un lobo infectado. —Recalcó.

Él pálido mantuvo un perfil sereno, suspiró tranquilamente y asintió sin mucha tardanza.

—¿Por qué hiciste eso Yoongi? ¿Qué sucedería si lo que conocemos no es correcto? Ese lobo podría atacar en cualquier momento y dañar a toda la gente que protegemos en este lugar.

El hombre castaño intentaba comprender con rapidez el porqué de las decisiones de su Líder.

Confiaba ciegamente en cada elección que realizaba, pero siempre necesitaba saber el porqué las elegía, deseando adquirir un poco de esa sabiduría y serenidad que portaba él Alfa con abundancia.

—Se trata de un rasguño superficial, no significa que no se transforme pero pensé que él podría ser lo que necesitábamos. —Respondió con parsimonia, considerándose un experto sobre el arte de actuar en el momento.

Si era sincero esa opción no había pasado por su cabeza hasta cruzar el gran muro y dirigirse hacia los laboratorios, buscando desesperadamente una excusa que le fuera útil cuando esta conversación se le presentase.

Deseaba ayudar a ese lobo Alfa, algo dentro de él le indicaba que debía mantenerlo vivo el mayor tiempo posible.

—Hablas de eso. —Pregunto con seriedad y bajando la voz drásticamente. No deseaba que nadie aparte de él Líder lograse escucharlo.

—Precisamente. Ahora, necesito que vigiles este lugar. Hablaré con él en privado.

Él Alfa de cabellos castaños asintió, colocándose en la vieja posición que solía mantener cuando su Líder le indicaba una orden. Después de todo era parte de los centinelas más poderosos de la manada.

—Lo dejo en tus manos Kook.










Él Alfa preparó un desayuno ligero pero que resultaría realmente satisfactorio, proporcionando proteína y algún carbohidrato que consideró necesario para el lánguido lobo.

Sujeto con firmeza la charola de mental y se dirigió a paso tranquilo hacia la habitación en la que se encontraba el lobo infectado.

Se mantuvo un par de minutos fuera de la habitación, repasando una y otra vez las palabras que debía decirle al chico. Estaba nervioso.

Bajo la mirada. ¿Realmente tendría el valor que pedirle algo así a un desconocido?

Pensó en tocar o entrar sin ninguna prisa, sin embargo, no sabía que sería lo correcto, dado que este lobo se encontraba encerrado en aquella fría habitación.

Miro su vieja marca de nacimiento. Una hermosa luna que portaba en su antebrazo, derecho, muy cerca de la muñeca. Observó las iniciales y se preguntó si su pareja se encontraba con vida, importándole poco si fuese Alfa, Omega o Beta. Deseando simplemente que ésta o esté se mantuviese a salvo.

Trago y se armo de valor. Ingreso a la habitación con tranquilidad y observando el como dos hombres se encontraban al lado de una gran jaula de metal. Percibiendo a un chico que se encontraba esposado y desanimado.

—¿Pero que es todo esto? —Pregunto con un tono ligeramente molesto esparcido en su voz. —Les he pedido que lo mantengan escoltado, no encerrado como si fuese un criminal. Abran esa jaula y retiren las esposas inmediatamente.

Los hombres hicieron lo indicado, no tomándoles ni dos minutos realizar lo pedido.

—Correcto. Ahora, les agradecería mucho que se retirasen en la máxima brevedad posible.

Los hombres salieron sin rechistar, realizando una reverencia y retirándose de él lugar.

Yoongi observó al chico de cabellos plateados, percatándose de la triste mirada que sus ojos se encargaban de expresar.

—Debes tener hambre. Prepare algo para que logres recuperar tus fuerzas. —Su lobo interno estaba inquieto. Ciertamente habían mantenido una extensa investigación sobre los infectados y el proceso para transformarse completamente en uno.

Él chico encaró su mirada con rapidez, observando el fuerte porte que mantenía el hombre que lo había rescatado al igual que a su familia.

Observó un poco más esa mirada que le llenaba de tranquilidad, percibiendo al lobo que se mantenía firme y juguetón dentro de él. ¿Alguien que luce tan serio podía ser realmente tan apacible?

Se pasmó levemente al notar como éste extendía su mano hacia él, indicándole que la tomara y dejara de preocuparse por un momento.

Con lentitud sujeto su mano, percatándose de la marca que portaba, no prestándole mucha atención, después de todo sería una estupidez que al fin lo encontrase cuando el mundo parecía llegar rápidamente a su destrucción total.

—Tu Omega se encuentra a salvo, le he pedido a mi hermano que cuide de él. Mientras tanto tú debes comer algo y así podremos charlar.

—¿Y exactamente sobre qué charlaremos?

Él Alfa más grande se acercó con la charola en sus manos, depositándola sobre una pequeña mesa de metal que acercaría al chico de cabellos grises.

—Tu situación es muy peculiar. Quiero ayudarte pero no me encuentro totalmente seguro sobre lo que debo pedirte.

Él Líder sujeto una silla y tomó asiento en ella, Justo enfrente de él chico que comenzaba a comer con satisfacción.

—Solo dilo, no estoy en posición de quejarme o en mi mejor estado así que no creo que algo logre hacerme enfadar.

Él mayor lo meditó un momento, suspirando y reuniendo sus alternativas.

—Tengo tres opciones para ti. —Inhaló y exhalo. —Puedes permanecer encerrado en esta habitación y ser visitado por tu Omega.

—¿Encerrado?

—No puedes convivir con las demás personas, te encuentras siendo portador de el virus y no sabemos con exactitud qué tan rápido recorra tu cuerpo. Al menos no sabemos con precisión el día que podrían comenzar a darte ataques.

Él Hombre asintió, permitiendo que el Líder prosiguiera.

—Puedes irte con tu Omega y te ofreceremos provisiones para al menos dos semanas, sin embargo, le he pedido a mis médicos que los examinen a ambos y él chico se encuentra a pocas semanas de entrar en labor de parto.

—Esa no me parece una opción muy sensata.

—Esto me lleva a la tercera opción. —Calló y trago con dificultad. — Tendrás que someterte a pruebas.

Él Alfa de cabellos grises lo miro sin comprender mucho lo propuesto.

—He pedido que te hagan una evaluación y tardaras al menos dos semanas para encontrarte infectado por completo. Tenemos médicos que han realizado investigaciones a profundidad y tienen algunas opciones para la cura. Tu función aquí será ser... él sujeto de prueba.

Taemin entendía con exactitud a qué se refería él Alfa frente a él. Después de todo, él también era médico.

—Las pruebas podrían funcionar y tu vida continuaría sin ninguna interferencia. Sin embargo, de igual forma estas simplemente podrían alargar un poco más tu tiempo de vida.

Tardo al menos diez minutos en digerir la información, pensando él las posibilidades y las consecuencias que podrían presentarse.

—¿Cómo estás tan seguro de que podría alargarse mi tiempo?

—Bueno... otra opción sería dispararte ahora. De esta manera tú Lobo podría mantenerse sin infección alguna. El lobo es parte de nosotros, pero mantiene una mente propia, gracias a ellos la infección tarda mucho más en extenderse.

—¿Qué quieres decir?

—La ultimas investigaciones demuestran que podríamos haber encontrado la cura, el único detalle es que no todas han sido probadas aún.

Taemin asintió, embriagándose de positivismo y esperanza. Anhelando el poder mantenerse al lado de su familia.

—Trato. —Respondió con una sonrisa, esa sonrisa que siempre se encontraba en su rostro.

Yoongi asintió, estirando su mano hacia él Alfa con la intención de cerrar el acuerdo al que habían llegado.

Algo sucedió en ese momento. La mirada de Taemin descendió, sujetando la mano de el hombre y observando con claridad las iniciales en su brazo, Justo por debajo de la hermosa luna que se encontraba plasmada en su piel.

Todo tomó su lugar en un solo segundo.

Sujeto con fuerza el brazo de él Líder, observando la Luna y las iniciales con más insistencia.

—Tu nombre. ¡Dime tu nombre!

Confundido y un tanto nervioso él Alfa más bajo observó con detalle la actitud de él chico que había mantenido una conversación con él.

—Min Yoongi.

Su mente se contrajo, detectando los gritos que provenían de los pasillos fuera de la habitación en la que se encontraba.

Gritos que provenían de su Omega, el cual portaba las Iniciales de él Alfa de cabellos negros.



























Yui-Chan. ❤️

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