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lil_soo no te preocupes, no iba a morir sin publicar esto, gracias a KIMDubuSIMP que aceptó casarse conmigo, sus encantos jotos me atraparon.

...

Jihyo odia la playa, detesta tener que pasar todas sus vacaciones en el mismo lugar lleno de arena, agua salada y un tortuoso sol quemando su piel. Sin embargo no tenía más remedio que seguir a sus padres, pues estos eran los dueños de una cadena de hoteles en Gangneun Corea, por lo que cada día libre que tenían decidían aprovecharlo en familia en uno de sus muchos hoteles de lujo y como consecuencia aquí se encontraba Jihyo, sentada frente al mar en una silla de playa con una inmensa sombrilla sobre ella, una gorra, lentes, y demasiado protector solar cubriendo su cuerpo, además de una toalla sobre si misma. Estaba intentando tener paz a pesar del molesto sonido de las olas golpeando la orilla de la playa y el intenso calor que sentía hasta que el llanto de una pequeña niña la sacó de su trance.

Intentó ignorarla, pero la menor parecía no querer cerrar la boca por nada del mundo, así que algo exasperada se levantó de su cómoda silla y poniendo su cubrebocas a causa de la pandemia, caminó hacia donde esa niña se encontraba parada.

No iba a maltratarla, si, su presencia y existencia la estaban frustrando pero vamos, era una pequeña llorando en medio de la desolada playa, tal vez se había perdido y Jihyo no tenía un corazón de piedra. Por lo cual relajándose un poco se quitó los lentes y se agachó frente a ella para preguntar.

-¿Estás bien?- La niña no respondió, solo continuó llorando por lo que Jihyo intentó hablarle de nuevo -Me llamo Jihyo, ¿Cuál es tu nombre pequeña?

La niña al parecer se calmó un poquito y habló entrecortada a causa del llanto.

-Me llamó Evelyn.

A Jihyo le pareció bastante tierna aquella pequeña por lo que se propuso ayudarla.

-¿Por qué estás llorando, linda?- Preguntó Jihyo con voz suave.

-Es que.. Mi... Mi her- Intentaba hablar la menor en medio del llanto, por lo que Jihyo acarició sus hombros en un intento por calmarla logrando que la pequeña continuara más tranquila -Mi hermana, trabaja aquí y me dijo que no me alejara de ella, pero desobedecí y me perdí.

Y dicho esto la nenor volvió a romper en llanto.

Jihyo suspiró, solo quería un poco de paz, pero aún así se ofreció a ayudar a la pequeña. Al final de cuentas ella conocía muy bien el hotel y podía encontrar a la hermana de esa niña.

Así que tomándola de la mano comenzó a caminar hacia el interior del hotel. Estuvieron caminando por un par de minutos hasta que escucharon la voz de una chica gritar.

-¡Evelyn!- Corrió aquella chica con el uniforme del hotel para abrazar a su hermanita -Dios mío, me preocupaste mucho.

-Perdón por por desobedecer, solo quería ver el mar y no supe como volver, por suerte esta chica me ayudó- Confesó la pequeña señalando a Jihyo.

-Gracias- Habló la hermana de la niña mirando a Jihyo, la cual quedó cautivada con lo poco que podía ver del rostro de la contraria a causa del cubrebocas.

-No es nada- Jihyo aseguró con una boba sonrisa la cual pasó desapercibida, nuevamente por causa de un cubrebocas.

Y con una pequeña reverencia cada una volvió a sus actividades del día hasta que este acabara y Jihyo tuviera que volver a casa.

Aquella noche la coreana no pudo dejar de pensar en la hermana de la niña que ayudó, no había visto ni la mitad de su rostro, pero aquello le había parecido muy hermoso. Sin dudas quería verla de nuevo y conocerla mejor, pero por desgracia ni siquiera sabía su nombre.

Los días pasaron y Jihyo no podía esperar a que el fin de semana volviera a llegar, estaba tan ilusionada con ver a aquella misteriosa chica de nuevo, quería saber más sobre ella y si eso significaba volver a la playa entonces Jihyo haría tal sacrificio.

Y de nuevo, sus padres se encontraban camino al hotel que más frecuentaban para supervisar el trabajo de aquel lugar y disfrutar un poco del ambiente, sintiéndose algo extraños al no recibir quejas por parte de su hija por visitar nuevamente un lugar que parecía odiar.

Al llegar lo primero que Jihyo hizo fué buscar por el interior del hotel, se la pasó minutos caminando sin tener rastro alguno de la chica que tanto quería ver.

Había llegado la hora del almuerzo y Jihyo aún no sabía nada de aquella chica y ni siquiera podía preguntar por ella porque no conocía su nombre. La frustración la estaba carcomiendo al notar que ya casi sería la hora de irse y no había tenido noticias de quien quería ver.

Y de la misma manera la noche había caído y Jihyo debía marcharse sin una sola idea de donde podía estar aquella chica.

Se la pasó toda la semana pensando en como podía encontrarla, a quién podía preguntarle o como podía tener una noticia de ella hasta que tuvo una idea que tal vez no funcionaría, pero al menos debía intentarla.

Así que el siguiente fin de semana había llegado emocionada al hotel para ir hacia la recepcionista en buscar de ayuda.

-¡Jihyo! Hola, ¿En qué puedo ayudarte?- Preguntó aquella recepcionista.

-Necesito que me ayudes a encontrar a una empleada de aquí, es alta, delgada y tenía el cabello rubio.

-Jihyo, hay muchas empleadas con esas características- Razonó aquella mujer.

-Ella era una chica joven, más alta que yo, parecía ser extranjera y trajo a su hermanita hace un par semanas, se llamaba.. Amh... Se llamaba...- Jihyo lo pensó por un momento -¡Se llamaba Evelyn!

-Oh, te refieres a Jeon Somi y sí, ella es extrangera, mitad canadiense, mitad coreana, probablemente esté limpiando los baños de chicas por el resto de la tarde, ¿Para qué la bus..

-¡Gracias! Nos vemos- Jihyo agradeció y despidiéndose comenzó a ir en dirección a los baños de chicas.

Y ahí estaba, Jeon Somi lucía tan linda a pesar de estar en el uniforme del hotel y tener un cubrebocas cubriendo la mitad de su rostro.

Jihyo quería hablarle, realmente quería hacerlo, pero sentía demasiada vergüenza con tan solo respirar el mismo oxígeno que ella, así que solamente fingió lavarse las manos mientras la miraba por el espejo y de la misma forma salió del baño dando un suspiro de derrota.

El siguiente fin de semana tal vez lo haría, al menos ahora sabía su nombre.

Así que se la pasó toda la semana pensando en la forma perfecta de acercarse a Somi y por fin presentarse de la mejor manera posible.

Entonces tarareando una canción se encontraba en el auto de sus padres moviendo sus piesitos por la emoción al haber imaginado diversos escenarios dignos de películas de Disney con ella y Somi siendo las protagonistas.

Al llegar al hotel pensó preguntar por ella en recepción, pero decidió primero ir a la cafetería, tenía hambre puesto que esa misma mañana a causa de la emoción por llegar temprano se había saltado el desayuno. Entonces a pasos tranquilos llegó hasta el lugar funciendo el ceño al escuchar gritos desde muy temprano.

-¡¿Que diablos te pasa inútil?!- Escuchó a un hombre gritar.

-Yo... Lo lamento mucho señor, realmente no fué mi intención- Una chica se disculpaba desde el piso

-¡¿Por qué no te fijas por donde caminas maldita incompetente?!- Volvió a gritar el hombre y fué cuando Jihyo notó que se trataba de Somi la chica quien se levantaba del piso recogiendo cosas lo más rápido que podía.

-¿Qué está pasando aquí?- Así que intervino encarando al señor.

-Esta idiota de aquí tiró mis pertenencias mientras limpiaba.

-Sin embargo se disculpó y las está recogiendo, ¿Qué necesidad hay de que la humille?- Reclamó Jihyo.

-Haré lo que yo quiera porque soy un huésped y ella una simple empleada que...

-Pués ya no es un huésped, yo soy Park Jihyo, heredera de la cadena de hoteles Park y no permitiré que ningún imbécil como usted maltrate a mis empleados, ¡Seguridad!- Llamó Jihyo haciendo que los guardias tomaran al hombre de los brazos y se lo llevaran junto con sus pertenencias mientras este seguía gritando groserías.

-Señorita Park en serio lo lamento- Somi hacía demasiadas reverencias frente a Jihyo.

-Tranquila, puedes llamarme solo Jihyo- Aseguró con una suave voz -¿Estás bien?- Peeguntó tomando a Somi de los hombros.

-Lo estoy, muchas gracias

-No es nada, Somi- Habló la mayor mirando la placa con el nombre de la contraria notando como esta bajaba la mirada algo tímida por lo cual preguntó -¿Todo bien?

-Tu voz me parece conocida... No estoy segura si eres quien ayudó a mi hermana a encontrarme.

-Sí, lo soy.

-Oh cielos, que bueno verte, hace un par de semanas no pude agradecerte como debía, estaba muy ocupada.

-No hay problema, no esperaba nada a cambio.

-Por favor dejame hacer algo por tí, lo que sea- Somi sabía que económicamente ella no podía darle a Jihyo algo que no tuviera por lo que ofreció hacer cualquier cosa.

Quítate el cubrebocas, quiero saber como eres- Pensó Jihyo sin embargo sabía que no podía hacer eso.

Así que se armó de valor y le pidió que al menos saliera con ella.

-¿Podríamos solo hablar y conocernos mejor el próximo fin de semana? Aquí mismo, en el hotel.

-Pero... Tengo trabajo.

-Créeme, eso no será problema, Aseguró Jihyo con un guiño y Somi recordó que se trataba de la heredera del hotel así que con una risita asintió.

-El próximo fin será.

Y con esto ambas tomaron sus propios caminos.

Jihyo no podía estar más emocionada por regresar el próximo fin de semana al hotel, no sabía si Somi trabajaba entre semana pero si era así no dudaría en pasar sus vacaciones en aquella playa que tanto detestaba, porque todo era mejor con solo ver a los ojos de aquella misteriosa chica del cubrebocas, el sol quemando su piel, la arena pegandose a sus pies y el molesto ruido de las olas parecían no existir cuando se perdía en lo poco que podía ver el rostro de Somi, esa chica era especial y Jihyo simplemente lo sabía, estaba segura de que así era.

Con el pasar de los días la mayor estaba tan feliz, obviamente extrañaría a sus amigas pero no podía esperar a que el fin de semana llegara para ver a Somi y posteriormente disfrutar de sus tan anheladas vacaciones. Sí, su primer semestre de universidad había terminado y se sentía orgullosa de haberlo acabado de la mejor manera.

Emocionada de estar oficialmente de vacaciones tomó su bolso con lo necesario para pasar un día de verano y entró al auto con sus padres para empezar el camino hacia la playa. En menos de lo que imaginaba hanía llegado pero primero debía cumplir con un par de cosas antes de verse con Somi por lo cual gustosa y apresurada realizó sus deberes.

Tras encontrarse con Somi aquella tarde descubrió que la contraria tenía el horario completo de Lunes a Sábado, se sintió mal por ella pues justamente el mismo día que habían quedado en verse presenció el arduo trabajo que la menor debía realizar y no dudó en asegurarle que podía tomarse esa tarde para estar con ella. Y así lo hicieron, estuvieron caminando descalzas por la orilla de la playa disfrutando de la suave brisa golpear sus rostros, Jihyo sintió algo de nostalgia al poder disfrutar de la playa, pues a pesar de visitarla desde la infancia jamás había encontrado que el lugar fuese tan bonito, no sabía como pudo desperdiciar tantos fines de semana ignorando el lindo atardecer con el sol escondiéndose en el horizonte, y para distraer a Somi con el propósito de que no notase la lágrima que se había escapado de uno de sus ojos patió algo de agua para mojar a la contraria quien sorprendida tomó agua con sus manos y mojó a Jihyo desatando una pequeña pelea entre ambas con pizcas de agua.

Cansada de agacharse a recoger agua para mojar a Jihyo, Somi se avalanzó hacia la contraria para taclearla dejándola con la espalda en la orilla del mar al momento de que una pequeña ola mojaba aquella parte, la mayor obviamente no lo dejaría así por lo que tomando a Somi de los hombros la volteó contra la arena quedando sobre ella mientras ambas reían como un par de niñas pequeñas.

Jihyo no quería ser tan atrevida pero realmente se moría de ganas por quitarle el cubrebocas a Somi y ver como era su rostro completo. Y la contraria no se quedaba atrás, los hermosos ojos de Jihyo la hacían querer tomarla del cuello y besarla en ese mismo instante que se encontraba sobre ella.

Lo habría hecho.

De no ser por el cubrebocas.

Así que en silencio maldijo a la pandemia para sus adentros y esperó a que Jihyo se levantara para tomar la mano que le ofrecía y levantarse de la arena.

Sus siguientes días no fueron tan distintos, Jihyo había convencido a sus padres de pasar sus vacaciones en el hotel, estos no sabían a que se debía el repentino cambio de odiar a amar la playa tan de pronto, pero fuese lo que fuese estaban agradecidos de no tener que lidiar con las quejas de su hija por llevarla a la playa, es más, incluso ahora ella lo pedía.

Somi se rehusó a pasar los días completos con Jihyo, no porque no quisiera, sino porque le parecía injusto recibir un salario cuando no iba a estar trabajando, así que llegaron al acuerdo de verse por las tardes, si bien el turno de Somi ahora no sería hasta la noche al menos le parecía justo trabajar en las mañanas por su pago.

Después de unos cuantos días más llegó el momento de intercambiar sus números, Jihyo tomó su iPhone del año para agendar a Somi, la cual sacó también su celular para hacer lo mismo, pero a diferencia de Jihyo, su celular era de una marca desconocida y tenía la pantalla rota.

Jihyo sabía que a Somi no le gustaba que le dejaran las cosas totalmente gratis, tal vez era orgullo, tal vez así fué educada, pero a la mayor le parecía aún más injusto que Somi se esforzara tanto y tuviera tan poco mientras unos pocos privilegiados habían nacido en cunas de oro y se quejaban por pequeñeses como ella mismo lo había hecho en algún momento. Quería darle muchas cosas a Somi, pero sabía que la contraria no se las aceptaría. Así que una vez agendaron sus números cada una se fué por su lado, Jihyo a su habitación de hotel y Somi a casa para poder trabajar al día siguiente.

Esa misma noche la mayor revisó el número que Somi le había dado, estaba tan emocionada por el simple hecho de imaginar una foto del rostro completo de la menor en su perfil pero al revisar simplemente encontró una foto del horizonte de la playa. No la culpaba, a Jihyo tampoco le gustaba poner su foto en el perfil así que lo entendía.

Aún así se sintió decepcionada.

Sin embargo eso no fué un impedimento para saber que a pesar de no conocer el rostro completo de la menor había comenzado a sentir algo por ella, ahora entendía que el físico no importaba cuando estabas realmente enamorada.

Antes de dormirse decidió mandarle un mensaje a Somi deseándole las buenas noches, el cual, minutos después fué contestado con otro buenas noches, y para no dejarla en visto envió otro mensaje, recibiendo una respuesta que dió inicio a una desvelada de mensajes entre ambas.

Por desgracia Somi debía descansar para poder trabajar el día siguiente, cosa que la obligó a despedirse de Jihyo para finalmente dormirse a altas horas de la madrugada.

Sus vacaciones continuaron de la misma manera, pero a pesar de eso Jihyo aseguraba que jamás podría aburrirse de todo esto, Somi era realmente muy divertida y no podía sentirse más afortunada de pasar sus tardes caminando por la playa con ella y sus las noches desvelándose con sus mensajes.

Todo estaba siendo realmente muy lindo, sin embargo sus vacaciones estaban a punto de acabar y eso significaba dejar de ver a Somi todos los días. Su familia no le permitiría viajar diario para ir a verla y a pesar de que lo hicieran era imposible viajar cada día, no por cuestión económica pues esto para la familia Park realmente no era problema, sino porque tardaría más el viaje a la playa que el tiempo que se quedaría en esta. Así que en un par de días volvería a ser como antes, solamente se verían cada fin de semana.

A pesar de haber pasado casi dos meses de verse a diario, Jihyo jamás pudo conocer el rostro completo de Somi, pues todas sus "citas" fueron en la playa la cual seguía siendo propiedad del hotel y por lo tanto debían sujetarse a sus reglas y usar el cubrebocas, aunque Jihyo tuviera cierto poder ahí eso no quitaba que existían leyes de confinamiento a causa de la pandemia, las cuales no podían darse el lujo de romper.

Pero al parecer la vida le sonrió justo antes de quitarle el privilegio de ver a Somi diariamente, pues una tarde de su última semana de vacaciones su padre le avisó que habría una cena de gala con algunos de sus socios en el hotel y Jihyo podía llevar algún acompañante, obviamente Somi fué la primera en pasar por su mente a la cual le pidió ser su acompañante desde esa misma tarde y Somi gustosa aceptó.

Por su parte la menor estaba muy nerviosa por como iría a esa cena, obviamente necesitaba comprar un vestido para esa elegante ocasión así que con un poco de pesar tomó sus ahorros de las propinas que conseguía trabajando en el hotel y esa misma noche salió en busca de un vestido apropiado para aquella cena.

Solo quedaba un día antes de la noche de gala y ambas estaban tan ansiosas por aquello, aunque ninguna de las dos lo admitiría. Su tarde pasó con normalidad hasta que cada una tuvo que irse, pero antes de ir a casa, Somi tuvo que ir con su supervisor para pedirle permiso de faltar al trabajo al día siguiente, a pesar de saber que Jihyo podía encargarse de eso prefirió pedirselo a su superior por sí misma y sacrificar un día de sus permisos de falta.

Y en menos de lo que pensaban la noche especial había llegado, Jihyo no pudo evitar sonreir al mirar a Somi en ese hermoso vestido blanco a pesar de que nadie podía mirar su sonrisa, porque sí, el cubrebocas estaba arruinando el momento de nuevo. Somi por su parte sabía que Jihyo era hermosa, pero verla en ese vestido rosa la hacia perder la cabeza.

Juntas caminaron hacia una de las mesas en donde se encontraba la familia de Jihyo y después de presentarse, cada uno de los presentes comenzaron a quitarse los cubrebocas para dar inicio con la cena de gala. Al momento que Somi y Jihyo se despojaron de sus propios cubrebocas no pudieron evitar quedarse anonadadas ante la belleza de la contraria, estaban en una contemplación absorta que casi olvidaban como respirar hasta que la madre de Jihyo interrumpió.

-Cariño come, la sopa se enfriará- Llamó la madre de Jihyo a su hija.

Y con un leve asentimiento comenzó a degustar su platillo con Somi haciendo lo mismo y de vez en cuando ambas compartiendo una que otra mirada.

Al final de la cena, cuando los adultos empezaron a hablar de negocios y otros cuantos bailaban música clásica Jihyo y Somi decidieron salir a la terraza por petición de la mayor.

-Oh por Dios, eres tan hermosa- habló la mas baja recibiendo una risita por parte de Somi.

-Sinceramente yo me esperaba que fueras bonita, pero no creí que lo fueras tanto, es decir, mírate, eres toda una diosa- Aseguró Somi.

Entre su camino por la terraza encontraron un banquito en donde sentarse y así lo hicieron para al fin poder apreciarse mutuamente, eran muy lindas sin duda alguna.

-Realmente me sorprendiste mucho Somi... Es decir, llevo tanto tiempo esperando este momento, en serio quería saber como eras- Se sinceró la mayor.

-Y... ¿Por qué nunca me pediste que me quitara el cubrebocas?

Jihyo se dió un facepalm mental.

-Siempre estuvimos en público y además...- la mayor se quedó pensando en como decirlo.

-Te daba vergüenza hacerlo- Acompletó Somi -Lo confieso, yo también sentí vergüenza de pedirtelo.

-Aún así siempre quise saber como era el rostro de la chica que me robó el corazón- Confesó la mayor.

-¿Qué?

-Me gustas Jeon Somi, en todos los sentidos y no quiero ser solo tu amiga

-Pero... Jihyo eso es imposible

La mayor dejó de sonreír al escuchar aquello, no sabía por qué estaba siendo rechazada cuando estaba casi segura de que Somi sentía lo mismo por ella.

Entonces preguntó.

-¿Por qué?

-Mira a tu alrededor Park Jihyo- Somi hizo énfasis en el apellido -Todas las personas que están aquí son grandes empresarios, y yo solamente trabajo en este hotel limpiando el desastre de los demás... No encajo en tu mundo.

-Somi, si pude enamorarme de tí sin conocer tu rostro ¿Crees que me importaría tu nivel socio-económico?

-¿Que hay de la opinión de la gente? De tus padres.

-Mis padres no son así, y aunque lo fuesen no me importaría luchar por tu amor... En cuanto a la opinión de la gente, al diablo lo que piensen, yo te amo y es lo único que me importa.

Somi bajó la cabeza al escuchar aquello, quería llorar al sentirse tan amada.

Jihyo al mirarla de esa manera tomó su mentón para levantar su mirada y poder apreciar el hermoso rostro de la chica a quien había amado durante todo este tiempo.

-Por favor Somi, déjame mostrarte lo mucho que te amo- Pidió Jihyo nuevamente -Por favor sé mi novia

Somi sin duda alguna quería ser la novia de Jihyo, y a pesar del miedo al que dirán no quería desperdiciar la oportunidad de ser amada como Jihyo se lo prometía, así que asintió suavemente sintiendo los labios de la contraria unirse a los suyos en un cálido beso el cual la menor correspondió pasando sus brazos por el cuello de la contraria.

Al final de todo parecía que el cubrebocas no tuvo mucho sentido si al final terminarían besandose. Iugh, esperemos que el coronavirus no ataque a parejas enamoradas.










Los días parecen esternos cuando estoy enferma😭

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