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XV



Jungkook se limpió el sudor de su frente y respiró con dificultad. Observó el césped bajo sus pies y volvió a correr. 

Había perdido la cuenta de cuanto tiempo llevaba corriendo, no le importaba, necesitaba hacer algo, necesitaba una distracción porque se iba a volver loco encerrado en aquella mansión sin nada más que hacer. 

No podía tener contacto con nadie del exterior, no podía usar su teléfono ya tenía prohibido entrar a redes sociales y solo la compañía de su perro lo estaba salvando de no enloquecer. 

El azabache miró por el rabillo del ojo a aquel joven agente que no lo dejaba nunca solo, aunque era callado y Jungkook no había cruzado más de dos o tres palabras con él se había dado cuenta que ese agente de apellido Yang era bastante divertido. 

Jungkook sonrió sus piernas fallaron pero no dejó de correr, quería agotarse, quería tener una razón de peso para dormir horas eternas sin que pudiera estar consciente de las horas del reloj que se burlaban día a día de su condición de testigo clave en un caso de homicidio y presunto ajuste de cuentas de una peligrosa banda narcotraficantes. 

A una distancia prudente el agente encubierto Yang Yijeong estaba preocupado. A pesar de su mirada seria y su imponente actitud de guardián cuidador él estaba teniendo serías dificultades para no atravesar el enorme patio de la mansión y arrastrar a su protegido hasta la casa y hacer que se detuviera. 

Yijeong mordió su labio y suspiró cuando vio a Jungkook flaquear sus fuerzas. Ajustó su postura y miró hacia la casona buscando algún colega que estuviera viendo lo mismo que él, pero lo más probable era que nadie estuviera pendiente. 

Solo él parecía preocuparle la estabilidad emocional del testigo. 

El agente se movió de un pie a otro inquieto a cada segundo que pasaba mientras veía a su ídolo del fútbol caer y levantarse una y otra vez haciendo que sintiera lastima por él. 

—Aquí agente Yang, pido permiso para acercarme al testigo. 

Él ya no podía aguantar lo que estaba viendo, necesitaba la autorización para acercarse y poder comprobar que Jungkook no quería matarse al hacer que su cuerpo colapse. 

—¿Cuál es el problema?

Yang no tenía idea si había un problema real, él solo quería sacar a Jungkook del jardín y llevarlo a casa para que pudiera descansar. 

—El testigo está prácticamente agotando su cuerpo en el campo y temo por su salud. 

Pasaron veinte segundos exactos antes de que su jefe volviera a hablar. 

—Autorizado, lo necesitamos sano y en sus cabales. Haré que llamen a su terapeuta. 

—Gracias Señor. 

Yijeong ajustó su chaqueta de traje negro y lamió sus labios una última vez antes de comenzar a caminar con pasos decididos y su corazón bombeando muy fuerte en su pecho. 

***


Jungkook cerró sus ojos cuando comenzó a ver borroso,  trató de apoyarse en sus rodillas  cuando las fuerzas lo abandonaron pero no alcanzó a caer cuando unos seguros brazos lo rodearon por la cintura evitando una estrepitosa caída. 

Una fragancia masculina envolvió su cuerpo y se arrodilló a un costado haciendo que Jungkook inevitablemente apoyará su cabeza sobre el hombro ofrecido. 

Su cabeza dolía y sus músculos aún más pero se quedó en ese lugar respirando con dificultad tratando de tomar todo el aire que podía, su cuerpo se sacudió y las lágrimas comenzaron a caer sin que él pudiera detenerlas. 

—Nadie puede verte desde la casona, si quieres llorar este es tu momento. 

Jungkook se aferró a los hombros ajenos y negó con su cabeza, su cabello estaba húmedo, su cuerpo completo estaba sudado bajo sus ropas pero al tipo que lo sostenía parecía no importarle. 

—Estoy bien —pudo decir apenas su respiración volvió a la normalidad. 

—No debes forzar tu cuerpo de esta manera. 

—Esto no es nada, siempre entrené así. 

—Pero ahora no es necesario que lo hagas. 

Jungkook alzó su cabeza y observó el rostro ajeno unos segundos antes de zafarse de esos brazos y ponerse pie. Sus piernas débiles lo sostuvieron por unos segundos antes de que le fallaran nuevamente. 

Y de nuevo los fuertes brazos del agente Yang lo envolvieron como si no pesara nada. 

—Estoy bien, déjame solo. No necesito una niñera. 

El agente entendiendo que estaba traspasando la línea se puso de pie y arregló su traje un poco más arrugado que de costumbre y asintió lentamente para luego alejarse sigilosamente hasta tomar su posición a un costado del jardín. 

Jungkook se quedó arrodillado en el césped unos minutos más y luego con dificultad se puso de pie y a paso lento caminó hasta la casa, sus mejillas sonrojadas mientras pasaba por el lado del agente que lo custodiaba pero que no miró en ningún momento y al contrario podía sentir los ojos del maldito policía seguirlo hasta que abrió la puerta de la cocina y entró a la mansión que era más una cárcel que otra cosa. 

El silencio le dio la bienvenida y deseó poder estar en algún lugar ruidoso lleno de vida, cualquier lugar, echaba de menos cosas tan básicas como el ruido de la calle, los automóviles, los gritos de los vendedores ambulantes… El camarín y sus molestos compañeros. 

Pero lo que más anhelaba era el ruido de los fanáticos, los fritos de aliento y la euforia cuando él convertía algún gol y todos los hinchas levantaban sus brazos contentos y emocionados. 

Extrañaba su vida de antes. 

Jungkook subió la escalera y se metió a su habitación, luego entró a la ducha y se quedó más tiempo bajo el chorro de agua limpiando sus doloridos músculos. 

Limpió su cabello y cuando salió de la ducha no se miró al espejo, no quería ver su reflejo. 

Se ató una toalla negra a su cintura y salió del baño para sentarse en su cama. Miró por el lugar y lo asfixiado que se sentía dentro de esas cuatro paredes. Estaba harto de estar escondido, aburrido de tener que esperar por respuestas que jamás llegaban o no eran las que él esperaba. 

Tenía que salir de allí. 

Buscar la manera de traspasar a los guardias y alejarse aunque sea por un día o una noche, lo que fuera mientras pudiera saborear de nuevo una vida normal, la vida que extrañaba. 

Con un suspiro Jungkook se puso de pie y entró a la habitación contigua a la suya que era un enorme armario, eligió ropa cómoda y volvió a sentarse en su cama mirando la puerta con sus ojos entrecerrados. 

¿Ese agente estaría fuera de su puerta? 

Jungkook no tenía idea si podía interactuar con él, pero lo que sí sabía era que había sido grosero y quizá debía disculparse. 

Se puso de pie y caminó hasta su puerta, la abrió lentamente y asomó su cabeza hacia el pasillo y ahí estaba el agente con sus manos detrás de su espalda mirándolo con un atisbo de sorpresa en sus ojos. 

—Uhm… —Jungkook dio un paso fuera de la puerta quedando así en el pasillo. El hombre de traje alzó su mano hacia su boca indicando que guardara silencio. 

—Yang aquí. 

A Jungkook se le erizó la piel ante esa voz de mando y juntó sus manos para luego entrelazar sus dedos en un acto de nerviosismo. 

—Pido permiso para almorzar. 

El agente no dejó los ojos de Jungkook y este comenzó a mover sus ojos nerviosamente de un lado a otro ante esa mirada feroz. 

—Gracias. 

El agente Yang se quitó su auricular y Jungkook pudo ver por primera vez una sonrisa en el serio agente. 

—¿Te gustaría almorzar conmigo? No me gusta comer solo y aquí es realmente aburrido, ¿no crees?

—Si—el azabache dijo de inmediato. —Yo suelo comer acá en mi habitación.

—Lo sé. 

El azabache miró hacia el desierto pasillo y luego de nuevo al agente. —¿Podemos hacer eso? Digo, comer juntos y todo eso. 

—No lo sé, nadie me ha dicho que no deba acercarme a ti en periodo de colación. Es tiempo muerto, ya sabes, yo no soy agente mientras almuerzo.

—Eso suena ridículo —Jungkook sonrió mostrando todos sus dientes y fue tan extraño que se llevó una mano hasta sus mejillas porque no había hecho aquello en muchas semanas. 

—Tienes razón —Yang sonrió también —bueno la hora está avanzando, si quieres almorzar conmigo entonces te espero en la cocina. 

Jungkook miró al agente hasta que este se perdió por el pasillo y mordió su labio, se llevó una mano hasta su abdomen porque tenía hambre, ya era hora de almorzar. 

No sabía si sería una buena idea conocer a uno de los agentes que lo custodiaban pero tampoco quería seguir siendo él solo en ese enorme lugar por lo que cerró la puerta de su habitación, a paso decidido bajó las escaleras y entró a la lujosa cocina. Allí solo estaba la cocinera quien solo apuntó hacia detrás de ella y él sin siquiera preguntar caminó hasta donde había indicado. 

Y justo detrás de la enorme cocina llena de muebles caros y muchos aparatos eléctricos había una pequeña sala con una mesa cuadrada color negro y varias sillas alrededor.

Jungkook se sentó justo frente al agente y este sin siquiera despegar los ojos de su comida estiró su mano para ofrecerle un plato adicional. 

Yijeong masticó muchas veces, diez para ser exacto, y alzó su cabeza luego de tragar su alimento —spaghetti, espero que te guste. 

—Gracias —el azabache tomó un tenedor y comenzó a comer en silencio. estuvieron varios minutos así, solo el ruido del tenedor sobre la comida se podía escuchar.

Luego de un tiempo prudente el agente Yang comenzó a inquietarse porque quería hablar con su protegido y no sabía que preguntar por lo cual pensó que hablar del lindo perrito juguetón era un buen inicio, sobre todo porque había visto al perro un poco más tranquilo que lo habitual.

—¿Dónde está tu perro? 

—¿Wish? 

Yang asintió —si, ese bonito beagle que persigue a los pájaros, es muy divertido de ver. 

—Está un poco loco —Jungkook sonrió —ahora mismo está durmiendo. 

—¿Está enfermo? 

—¿Que? No, no lo creo… —Jungkook rascó su nuca mientras arrugaba su entrecejo —espero que no, es mi único amigo en este lugar. 

—Oh, no lo dije para que te preocuparas, solo que últimamente duerme mucho. De hecho me pareció extraño que hoy no te acompañara en tu rutina de ejercicios. 

Jungkook dejó de comer y abrió sus ojos grandes hacia el agente. La preocupación corriendo por todas partes mientras se ponía de pie dejando su comida a un lado. —Creo que iré a verlo, si está enfermo o algo así… Me preocupa mucho.

Yang Yijeong también se puso de pie y rodeó la mesa para luego avanzar hasta la puerta. —Vamos a verlo entonces. 

Jungkook caminó justo detrás de él con su corazón corriendo una maratón en su pecho porque de verdad que su cachorro era muy importante para él y no quería perderlo. 

—Suele comer cosas que encuentra en el patio de atrás, lo he visto varias veces —Jungkook comentó mientras entraban a su habitación. 

—Me recuerda al perro que tuve cuando era niño, ese maldito loco se comía hasta las piedras. 

Jungkook no aguantó la risa que brotó desde el interior de él. Llevaba tanto tiempo sin hacerlo que era doloroso mientras lágrimas se juntaban en sus ojos. 

Yijeong miró al hombre atractivo que se veía mucho más joven cuando reía y apartó de inmediato la mirada. Ya estaba rompiendo un par de reglas al acercarse de una manera más íntima a su protegido, entonces mirarlo con otros ojos podía dejarlo sin trabajo y con una carrera arruinada. 

—Aquí estás bebé —el azabache se agachó sobre el piso de una de las tantas salas lujosas del lugar y acarició a su perro, efectivamente estaba decaído y las alarmas se activaron de inmediato. Miró al agente cuando este se arrodilló a un costado del cuerpo de Wish. 

—Necesita un veterinario. 

—¿Tu crees? —Jungkook miró a su perrito y de llevó el pulgar hasta su boca para morderlo. 

—Si —Yijeong no quería tener la razón pero lamentablemente la tenía, el perro se veía decaído y sumamente enfermo. —Debe ver a uno.

El agente de inmediato comenzó a maquinar en su cabeza la idea de sacar al can del lugar para que pudieran atenderlo pero sin levantar sospechas en el exterior. No era tan difícil de lograr de todos modos a no ser que el perro tuviera algún dispositivo que dijera quien era exactamente su dueño. 

—¿Puedes llevarlo? —Jungkook se giró para observar al hombre y el alivio lo recorrió cuando este asintió afirmativamente. 

—Si, puedo hacerlo pero no podré sacarlo de aquí si él tiene algún dispositivo de identificación.

—Mierda —Jungkook se sentó en el piso y miró a la masita color marrón claro que amaba y suspiró —tiene un chip de identificación. No tenía idea que esa maldita cosa nos traería problemas.

—Tranquilo, yo lo solucionaré —Yang se puso de pie y se llevó el auricular a su oreja, luego salió de la habitación sin decir palabra alguna ya que tenía que volver a su turno de vigía. 

Jungkook tragó saliva y volvió a mirar a su perrito de alguna manera un poco aliviado que el agente se hiciera cargo de la situación, lo cual era algo que agradecía. 

En su infancia y adolescencia nunca tuvo una persona que se ocupara de sus problemas, él siempre había estado solo lidiando con el mundo, aprendiendo a golpes y solo cuando comenzó a jugar al fútbol tuvo una imagen más cercana a lo que era la protección y apego emocional con alguien. 

Él era un adulto, sí, pero su desafortunada crianza había dejado huellas irreversibles en él. 

Se quedó a un costado de su perro dándole suaves caricias y mientras lo hacía comenzó a cantar una suave canción, a Wish le gustaba mucho cuando le cantaba. Era una canción triste, sobre despedidas inesperadas y sobre un nuevo futuro, una nueva vida en otro lugar. 

Y Jungkook esperaba con todo su corazón que su cachorro se quedara por siempre a su lado.


***


Hola!! No sé si alguien todavía está leyendo esta historia 😓 pero de todas formas quiero que sepan que no quedará en el olvido, trataré de actualizar más seguido y es que no quedan tantos capítulos para que finalice.

Si todavía siguen aquí se los agradezco mucho mucho 💜💜

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