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XII




Jungkook jamás había experimentado tanta libertad en su vida, vivía en una ciudad preciosa, grande y que tenía miles de atractivos que él día a día se encantaba de descubrir.

Manchester tenía tantos museos que Jungkook se maravillaba cada vez que conocía alguno, sus teatros tenían al azabache maravillado con cada obra a la que podía asistir. Era un lugar el indicado para vivir, llevaba cuatro años en ese país, ya casi podía decir que tenía un hogar. Incluso tenía un perro.

Wish era su nombre y era un bonito beagle tricolor clásico. Juguetón y sumamente cariñoso que lo esperaba expectante a un costado de la puerta de su casa cada vez que él llegaba de sus actividades diarias. Muchas veces lo llevaba a pasear, a correr más bien y Jungkook amaba su compañía.

Gracias a esa bola de pelos no se sentía tan solo. Aunque trataba de no pensar eso, simplemente se había aburrido de su lástima auto impuesta y había comenzado a vivir un poco más sin culpas y arrepentimientos.

—Deja esa mierda y ven. —Jungkook abrió sus piernas permitiendo que el hombre de cabellos negros y ojos rasgados volviera a lo que minutos atrás había estado haciendo.

—Fue solo un poco.

—Deberías dejar de consumir esa basura.

El hombre se encogió de hombros —¿Vamos a follar o qué, te convertiste en un consejero de adicciones?

Jungkook se rió y echó su cabeza hacia atrás mientras una lengua áspera subía por su pene duro y dispuesto.

—Me gusta follar contigo y es por eso que no quiero que caigas más y más en esa mierda. Después no voy a tener con quién descargarme.

David rió besando los muslos internos del otro. —Solo es un poco de cocaína… No es como si pasara duro todo el día.

—Como digas, pero no lo haré contigo si estás drogado. —Jeon resopló.

Seis meses antes había conocido a David, o al menos así se había presentado ante él. No lo quería, no lo amaba, simplemente tenían encuentros esporádicos que le hacían bien a Jungkook. Lo liberaban.

David le hacía sentir como si fuera un hombre normal, como si no fuera un famoso futbolista que vivía dentro de un clóset millonario. David muchas veces no sabía dónde estaba parado, Jungkook dudaba si el hombre sabía o no a que se dedicaba en su vida.

Esa era una de las cosas que le molestaba del hombre aunque también sentía curiosidad por cómo podía trabajar adecuadamente y consumir grandes cantidades de droga a la semana.

—Bien, lo siento. —David se pasó una mano por el cabello y se acostó en el espacio vacío de la cama —tuve un día estresante, mi trabajo me está matando. Las acciones cayeron hasta el piso.

—Lamento eso. —Jungkook se tapó con las sábanas, comenzaba a hacer frío.

—También recibí un llamado que no quería. Una amenaza.

El azabache lo miró de soslayo. Ellos no solían comentar mucho de sus vidas, no era necesario. Aún así lo miró esperando que sugiera hablando, pero el hombre no lo hizo y Jungkook se comenzó a preocupar.

—¿Me vas a contar o...?

—Debo dinero, mucho.

—Oh.

—Si, entonces dejaré la ciudad. Dejaré el país mejor dicho... China, volveré a casa, allá no me van a encontrar.

Jungkook pasó por alto aquella información y se sentó en la cama las alarmas corriendo por su cabeza —¿A quien le debes dinero? —arrugó su ceño no queriendo creer. David era inversionista, tenía un departamento de lujo, un buen sueldo... No tenía sentido.

—Malos negocios… Negocios con personas que no debí.

—Entiendo.

En realidad no lo hacía pero ¿Que más podía decir?

—Me iré el viernes.

—Realmente estás arrancando —susurró.

—Si, son peligrosos y no quiero que den contigo, no pueden saber de esto.

—Lo hemos mantenido en secreto, ¿Como alguien podría enterarse?

—Nunca se sabe, pero por si acaso cuando te vayas toma distintas rutas para llegar a tu casa y mantente alerta ¿Si?

—¿Que me estás queriendo decir? Tú sabes algo y no me lo estás contando, David.

—No es así, solo no quiero arrastrarte. Sé que esto es follar y todo eso pero aún así no mereces meterte en un lío que no es el tuyo.

Jungkook dejó la cama enseguida, buscó su ropa tirada. El miedo llegó rápidamente a él y el rostro de su compañero de cama no ayudaba.

—Es mejor que me vaya. —Jungkook dudó, pero aún así rodeó la cama y le dio un beso rápido en la mejilla al hombre.

—Ten cuidado ¿Si?

Jungkook asintió rápidamente y caminó fuera de la habitación cuando ya estuvo vestido, palmeó su ropa buscando su billetera y celular. Todo estaba allí por lo que tomó su chaqueta y la mantuvo en su mano mientras abría la puerta. No supo porqué pero solo asomó su cabeza hacia el largo e iluminado pasillo.

Miró para un lado, luego al otro y cuando iba a salir escuchó unos pasos rápidos y murmullos que se escuchaban más fuertes a cada segundo.

—309.

Fue lo único que escuchó y el pánico llegó hasta él. Volvió a entrar al departamento y ahora sí que estaba asustado. Corrió hasta la habitación y se horrorizó con la escena.

David seguía acostado en su lugar de la cama pero mantenía una pistola pequeña bajo su mentón.

—David —alcanzó a susurrar el azabache antes de escuchar la puerta principal abrirse.

El hombre frente a él lo miró con súplica en los ojos y Jungkook solo pudo mirar por el lugar buscando donde esconderse.

Conocía bien el departamento, pero estaba atrapado en la habitación, entonces hizo lo que jamás pensó y se tiró al piso para arrastrarse hasta bajo de la cama que gracias al cielo era alta.

Su respiración era agitada y trató de calmarse, pero estaba tan asustado y ya no le importaba realmente si alguien se enteraba que estaba viendo a un hombre, que era gay. Ahora solo quería vivir un día más.

Jungkook no tenía idea de quienes eran esos hombres y tampoco quería averiguarlo por lo que se quedó en su sitio aguantando las lágrimas que bajaban una tras otra sobre sus mejillas.

—Aquí estás hijo de puta. —Dijo un hombre y Jungkook de inmediato se dio cuenta que su inglés era raro, su manera de decirlo fue extraña.

Un disparo sonó fuerte sobre él  dejándolo completamente helado. Se llevó la mano hasta su boca para acallar su llanto.

Jamás había tenido tanto miedo.

Ni cuando pasaba las noches en el hogar de niños rogando que ninguno de los mayores del lugar quisieran molestarlo. Tampoco tuvo tanto miedo como cuando la policía lo detuvo por hurto teniendo solo 14 años.

En definitiva Jungkook siempre se había considerado un hombre valiente pero luego de escuchar algunas risas en la habitación, él ya no estuvo tan seguro de eso.

—Estaba con alguien. La cama está revuelta y él está desnudo.

—Eso no indica nada, quizá le gusta drogarse de esa manera.

—Busquen, quizás está cerca —dijo una voz femenina y Jungkook quería desparecer.

Sus ojos estaban cerrados con fuerza mientras sentía la cama hundirse.

—Hijo de puta cobarde. Ni siquiera pudiste matarte, patético.

—¿Lo dejaremos aquí?

Otra voz habló y Jungkook podía claramente identificar a tres personas diferentes que se movían por la habitación, pero él no podía verlos ya que la ropa de cama tapaba completamente su visión.

—Si, que se desangre.

—No hay rastros de alguien más, están solo las cosas de él. —Alguien dijo y Jungkook pudo apreciar que su voz sonaba más joven que la del otro hombre. Y sintió un alivio inmediato recorrer su cuerpo cuando dejaron de buscarlo, pero se quedó muy quieto porque sentía las pisadas tan cerca que pensó que alguien lo había visto.

—Joyas, especies electrónicas, el automóvil del estacionamiento y la motocicleta. Es lo que podemos llevarnos.

—Bien, de algo va a servir. Dense prisa antes que alguien venga por el ruido del puto disparo que se dio el imbécil.

Minutos, horas pasaron, Jungkook no lo sabía con exactitud pero él se quedó bajo la cama llorando en silencio y anhelando poder estar con su beagle en casa disfrutando de una película y no en la escena de un crimen.

El lugar estaba en completo silencio, los hombres de habían ido rato antes sin siquiera mirar bajo la cama lo cual él agradeció con todo su corazón. Pero tenía miedo de salir de su escondite.

Pasaron más horas y Jungkook ya no sentía sus extremidades. Le dolía todo y tenía ganas de ir al baño por lo que comenzó a moverse a pesar de la resistencia inicial de sus articulaciones. Se arrastró tal y como había hecho para meterse bajo la cama. Cuando estuvo fuera se dio cuenta que era de noche. El departamento completo estaba a oscuras.

Se levantó con dificultad resintiendo las horas que estuvo escondido. De espaldas a la cama se quedó un largo rato no teniendo el valor suficiente para girarse y enfrentar la realidad.

No sabía exactamente que le depararía lo que vería sobre la cama una vez que se girara, de todos modos lo hizo y sus ojos se horrorizaron ante toda la sangre en esa cama, el cuerpo de David permanecía inerte.

La bilis subió rápidamente por su garganta y Jungkook vomitó lo poco y nada que había comido ese día en el piso alfombrado, casi sin respiración caminó unos pasos pero cayó al piso preso del miedo de nunca en su vida haber visto algo como eso.

Jungkook se quedó en el piso del departamento mirando a la nada mientras podía escuchar a lo lejos la puerta ser golpeada y luego derribada.

***

—Señor Jeon.

Jungkook se movió ligeramente, abrió sus ojos lentamente acostumbrándose a la luz de aquel lugar. Trató de moverse pero una mano en su pecho se lo impidió.

—No se mueva por favor, tiene una vía conectada en su brazo.

—¿Donde estoy? —el azabache volvió a cerrar sus ojos. Le dolía el cuerpo entero y las imágenes de lo que vio en esa habitación volvieron a él una tras otra. —Oh Dios —su garganta se apretó y él otra vez tuvo ganas de vomitar.

—Está en el hospital. Se va a recuperar, solo tiene un poco de deshidratación en su cuerpo —la mujer anotó algo en el montón de hojas que tenía entre sus manos. —La policía está esperando fuera de la habitación para hablar con usted.

Jungkook abrió sus ojos de golpe —¿La policía?

La enfermera asintió despacio —usted está implicado en la escena de un crimen... Eso es lo que nos informaron.

—¿Crimen?

Ella no dijo nada más y siguió anotando algo en lo que supuso el azabache era su ficha médica. Luego lo miró —nos informaron que su mánager viene en camino y no se preocupe, la prensa aún no se entera que usted está aquí.

La mujer salió de la habitación y cuando entró el policía a cargo Jungkook tragó saliva pesadamente sabiendo que si se llegaba a saber lo que había pasado en las últimas horas su carrera estaba prácticamente destruida.

—Señor Jeon, buenas noches. Soy el oficial Miller y necesito tomar su declaración sobre lo que pasó esta tarde.

—Yo... —Jungkook estaba tan asustado. No sabía como empezar el relato.

—¿Usted mantenía una relación sentimental con el fallecido?

La respiración se hizo trabajosa para el futbolista y negó de inmediato.

—Encontramos muestras de semen en la cama y tendremos los resultados en unas horas, le aconsejo que no mienta.

La puerta se abrió de par en par y Jungkook suspiró aliviado al ver a su mánager agitado llegando hasta él. Sus ojos se llenaron de lágrimas y como niño pequeño fue abrazado por el hombre que era más que un agente para él, era casi como el padre que jamás tuvo.

—No digas nada, un abogado viene en camino.

—Señor —el oficial Miller frunció su ceño hacia el recién llegado —solo es una declaración.

—Y aún así, aquí hay mucho en juego usted lo sabe. No será un simple caso.

—De todas formas debo hacer las preguntas y el señor Jeon debería constestar si no quiere ser detenido por homicidio.

—¿Que? No, no. Yo no hice nada. —Jungkook se sentó en la cama sus ojos abiertos y grandes mirando al policía.

—Entonces dígame qué estaba haciendo en ese lugar... Y lo más importante, ¿Porque no llamó a la policía?

Jungkook quería vomitar de nuevo y cerró sus ojos con fuerza pero lo único que podía ver era el cuerpo de David cubierto de sangre.

—Yo no debía estar ahí —balbuceó —ellos llegaron y yo me escondí debajo de la cama —murmuró lentamente.

—Tranquilo.

Jungkook alzó la mirada y se encontró con los ojos preocupados de su representante —tengo miedo Sungjin.

—Ya veremos como salir de esto ¿Si? Por ahora debes estar tranquilo.

—¿Sabes cuántas personas eran?

El azabache asintió. —Mhm… Dos hombres y una mujer, pero creo que habían más personas. Ellos son los que entraron a la habitación... Y uno hablaba en otro idioma.

—¿Cómo conoció a Li Xian?

—¿Quien? —El sudor comenzó a bajar por la espalda del futbolista.

—El hombre con el que estuvo esta tarde.

—Yo no sabía que tenía ese nombre, él me dijo que se llamaba David.

—Ya veo... Dígame ¿Qué tan cercana era su relación con él?

Jungkook sabía que todo había terminado para él cuando respondió.—Lo veía de vez en cuando para tener sexo.

El oficial no pareció afectado en lo más mínimo mientras anotaba en su libreta.

—Jungkook —Sungjin lo miró con una mueca en los labios.

—Ya no quiero mentir más, se acabó... Si tengo que renunciar lo haré. Quiero irme a casa —dijo afligido.

El mánager asintió lentamente y luego miró al policía —¿Va a tener algún problema judicial?

—Será un caso complicado, por mientras están indagando en el departamento del fallecido, tomando muestras y todo eso. Luego hay que esperar la autopsia y la investigación va a continuar hasta que realmente se sepa quién o quiénes lo asesinaron.

—Pero él se disparó —Jeon dijo —la última vez que lo vi tenía la pistola bajo su mentón.

El policía suspiró —me voy a sentar y creo que debería darme todos los detalles ¿No cree? Si no me cuenta todo lo que vio, lo que escuchó... Difícilmente va a librarse de esto.

Jungkook asintió con pesar y mirando a Sungjin él tomó aire y comenzó su relato, desde la primera vez que vio a David en un bar gay en las afueras de la ciudad...

***

Vamos a la recta final, esta tiene que ser una historia corta. La primera que haga.
Sé que lo puedo lograr 🤭.

Nos leemos pronto ♥️









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