II
Jungkook observó al hombre sentado frente a él, lo había citado en una pequeña cafetería alejada del centro. Se sentía un poco ansioso por saber a ciencia cierta que era de la vida de Seokjin y ver la posibilidad de poder buscarlo.
—Él todavía trabaja en ese banco, no sé si usted recuerda un secuestro que hubo hace un par de meses, había una niña involucrada, un policía también…
Jungkook negó —la verdad es que no veo ni leo noticias, me la paso entrenando y viajando.
—Bueno ellos estuvieron involucrados.
—¿Ellos?
—Ajá —el hombre sacó de un sobre un montón de fotografías y se las pasó al futbolista —la niña es hija del sujeto que me envió a investigar, ese hombre de ahí es el policía que estuvo involucrado en el ataque. También como víctima.
Jungkook observó las fotografías e hizo una mueca con sus labios —¿Y él quien es? —apuntó hasta el otro hombre que los acompañaba, uno castaño con cabellos desordenados.
—Bien, esto es un poco enredado, pero creo que ellos tres son pareja.
La boca de Jungkook se abrió grande y volvió a mirar las fotografías, él ya sabía que Seokjin tenía una hija, lo supo luego de que su investigador se lo comentara. Pero ¿Dos novios?
—¿Eso es posible? ¿No es ilegal o algo así?
—Es un tema complejo, pero ellos no están casados, entonces lo que pase dentro de sus cuatro paredes es cosa de ellos, pero con la niña es delicado, si los encargados infantiles se enteran pueden quitarla.
—¿Por que harían eso? Osea, ellos —Jungkook tragó el nudo en su garganta —si ellos se quieren, imagino que a la niña también.
—Solo digo como una posibilidad, no necesariamente debería ser así, quizá no haya problema, aunque entiendo por lo que he averiguado que ellos no viven juntos, solo el muchacho con su hija. El castaño de aquí vive en un departamento en el centro y este rubio, que es policía, lo hace en otra ciudad. Fue transferido hace unos días, estas fotos son de hace semanas atrás.
Jungkook se sentía cada vez más acabado mientras su investigador contaba detalles de la vida cotidiana de Seokjin. Pero ya nada tenía sentido si el hombre de ojos verdes tenía una relación de pareja, sea cual sea, estaba apartado y no por un hombre sino que por dos.
No podía arriesgarse a que dos hombres le dieran una paliza por querer robarse al novio de ambos.
Estaba todo perdido.
—Gracias por la información, ya no es necesario que lo sigas.
El investigador asintió mientras guardaba las fotografías dentro del sobre color café. —¿Me las llevo?
—No, yo lo haré.
—Bien, con respecto al otro tema aún no he podido averiguar acerca de tu familia biológica.
—Está bien, avísame cuando sepas algo.
—Claro que si, nos vemos joven.
Estrecharon sus manos y Jungkook se quedó un poco más en la cafetería. Su corazón triste por lo que había escuchado. Seokjin no era un hombre libre y él debería haberlo sospechado en algún momento, el tipo era el más atractivo que alguna vez él haya visto. Y por lo poco que pudo saber, Jungkook sabía que Seokjin era un hombre fascinante.
Sacó las fotografías del sobre y las observó por varios minutos. En ella podía apreciar a los cuatro en una playa que él reconoció de inmediato.
Jeon sonrió mientras deslizaba su dedo índice sobre el rostro de Seokjin. Luego dejó de hacerlo, mientras antes se olvidara de él sería mejor.
Dejó la cafetería y de inmediato se dirigió hasta su nuevo departamento. Había decidido vender la mansión en la que vivió un par de años para comprar un cómodo departamento en el barrio más acaudalado de la ciudad, varios de sus compañeros, los que no tenían familia, vivían también en dicha torre. El lugar era lo bastante seguro para personas como ellos que eran públicas.
Mientras esperaba en ascensor pensó en Seokjin, debía dejarlo ir, pero también quería verlo por última vez, aunque quizás el hombre de ojos verdes no recordaría quien era, después de todo el fue un cliente más dentro de ese club nocturno.
—Esta sí que es una rara coincidencia.
Jungkook se sobresaltó al escuchar la voz de Lee detrás de él, sonrió casi de inmediato al girarse. —Oh, ¿esos son tus gatos?
—Si, acá están. Mis tres bebés.
El azabache se acercó para ver mejor y pegó un pequeño grito al ver al felino más pequeño —este es muy adorable.
—Es Dori —Minho alzó un poco más la caja de plástico en donde había metido a sus mascotas para bajarlas del automóvil —también tenemos a Doongie y Soonie.
—Adorable.
—Son adoptados, bueno, Doongie fue de la camada de un conocido que tenía una gata enorme —rió el castaño mostrando sus dientes.
Jungkook asintió mientras acariciaba a Dori.
Pronto en ascensor llegó y los dos hombres se subieron en este.
—Se nota que los cuidas bien, sus pelajes están suaves y brillantes.
—Oh si, amo a mis gatos la verdad —Minho se rió un poco avergonzado —trato de pasar la mayor parte del tiempo con ellos pero muchas veces debo dejarlos encargados.
—Son como hijos ¿No? —el azabache miró a su compañero y este lo miró a su vez. Jungkook no sabía cómo interpretar a veces las miradas de Minho, sentía una especie de intensidad que no sabía como comprender del todo. Una vibra extraña.
—Lo son —el castaño acomodó mejor la caja y miró hacia las puertas del ascensor —pensé que harías un chiste de esto, que te ibas a reír.
—¿Por que haría eso? También me gustan los animales.
—No lo sé, creo que una vez lo comenté en el camarín y ellos simplemente hicieron sus bromas estúpidas.
Jungkook resopló —no te desgastes, la mayoría no usa su cabeza para pensar. Son buenas personas, pero algunos no tienen filtro.
—Si, supongo que tú los conoces más.
—No tanto, la verdad es que no tengo relación con casi ninguno, ya sabes sólo compañeros de equipo. Aunque si trato de estar cerca por si necesitan algo.
—¿Y Seungmin?
Jungkook suspiró recordando nuevamente la pequeña discusión en los camarines del estadio. —Supongo que solo yo creí que éramos amigos. Pero está bien, él quiere descargar su frustración en alguien.
—Y ese no deberías ser tú, no tienes la culpa de las decisiones del cuerpo técnico.
—Lo sé —el azabache miró a Minho —pero me siento mal por él, no puedo evitarlo.
Minho sonrió ahora mirando a su compañero de equipo —eres una buena persona Jungkook. Ojalá sigas siendo siempre así, que te interesen tus compañeros y sus derrotas personales, quizás hasta llegas a capitán algún día.
Capitán. Realmente esa no era una gran ambición para él, pero tampoco era ajeno a su espíritu de líder, sobre todo en los tiempos difíciles donde se necesitaba a alguien con la cabeza lo suficientemente fría para aguantar los escándalos y además dar la cara por el resto.
—Creo que no lo he pensado.
—Está bien, solo es una apreciación.
Ambos se quedaron en silencio mientras el ascensor subía hasta los últimos pisos de la torre en donde cada uno tenía su departamento de lujo.
Jungkook miró a los gatos nuevamente y sonrió al verlos dormitando uno al lado del otro. Luego alzó su mirada y se encontró con los ojos marrones intensos de su compañero.
De pronto un teléfono comenzó a sonar y Minho maldijo al tratarse del de él.
—¿Quieres que busque el teléfono? —ofreció Jungkook.
Minho asintió tomando más fuerte la caja entre sus manos.
El azabache metió de inmediato su mano en el bolsillo del pantalón deportivo de Lee y sin acercarse mucho al cuerpo ajeno tomó el aparato y luego lo sacó.
El ascensor llegó al piso de Minho primero y ambos hombre se quedaron mirando.
—Deja el celular en la caja por favor, tendré que devolver el llamado después. —Jungkook asintió todavía escuchando el tono de llamada del teléfono de su compañero de equipo. —Nos vemos Jungkook.
El azabache asintió y mordió su labio ligeramente cuando las puertas del ascensor se cerraron.
Se apoyó en la pared y cerró sus ojos.
Debía dejar de ver a Minho como si le estuviera dando señales todo el tiempo. Como si quisiera algo que él pudiera darle. Pero su mirada era tan intensa y eso confundía un poco a Jungkook.
Pronto el ascensor llegó a su piso, el último de la torre. Caminó hasta su departamento, buscó su tarjeta y cuando entró se dio cuenta que no había bajado su bolso del automóvil. Pero estaba muy cansado para ir a buscarlo, por lo que entró hasta su sala y se quitó las botas, luego la acomodó en el estante en donde guardaba el calzado.
Observó su lugar muy ordenado y limpio agradecido de la persona que aseaba su hogar ya que él solía ser un poco descuidado en ese aspecto, no como para que su lugar pareciera un basural, pero tampoco era muy amante del orden.
Fue directo hasta su cocina y sacó una caja de leche, luego se sentó en uno de los taburetes de su isla de cocina y miró la cajita. Suspiró al recordar a Seokjin y la familia que había formado. Jungkook se sintió un poco más solo al darse cuenta que jamás causó un impacto en el ex anfitrión, a pesar de haberle dicho que no le importaba su pasado, a pesar de que quería ser algo más con él, Seokjin jamás lo había mirado de ese modo.
Solo había sido sexo pagado sin ningún sentimiento de por medio. Y Jungkook había sido el culpable de querer más allá, Seokjin jamás había mencionado algo más que un trato de trabajador a cliente, excepto esa vez que el antiguo anfitrión había accedido a verlo en su mansión.
Y él había atesorado ese momento como si de verdad hubiese sido mágico para ambos.
Apoyó su frente sobre la encimera y se lamentó como un idiota por haberse enamorado de un hombre que jamás iba a mirar en su dirección. Un hombre que había dejado su vida antigua atrás y también a él. Se sentía como un verdadero imbécil en ese momento, había estado añorando día y noche por volver a verlo mientras Seokjin tenía una vida completamente diferente a lo que él jamás imaginó.
Dos novios…
Jungkook levantó la caja y luego de abrirla se tomó un sorbo largo. Bruscamente la dejó sobre la superficie y tomó su teléfono que por suerte tenía dentro de su chaqueta.
No quería estar en su departamento.
Deslizó su dedo índice por todo su directorio e hizo una mueca al ver el nombre de Seungmin. Desistió de llamarlo aunque quería hacerlo, pero rápidamente desechó los pensamientos, él no había tenido la culpa y Minho había sido muy certero al notarlo también.
Minho…
El azabache observó la foto de perfil de su compañero de equipo
Desechó de inmediato el repentino interés que sintió al pensar en él. Negó con su cabeza y envío un mensaje que fue contestado a los minutos.
Se levantó del taburete y tiró la caja a la basura para luego ir directo a su habitación y cambiarse de ropa. El cansancio quedándose atrás rápidamente.
Eligió una camisa negra ajustada que tenía unos pequeños lunares blancos, tomó un jean blanco y se lo puso. Se miró al espejo y ladeó su cabeza no convencido de la combinación. Quitó el pantalón y eligió uno negro que no estaba rasgados en las rodillas y que el material se adhería de manera sensual a sus tonificadas piernas.
Se miró de nuevo al espejo y muy prolijamente metió la camisa dentro de su pantalón. Luego caminó hasta su cómoda y tomó la cajita en donde guardaba sus joyas, se puso un par de aretes y sus brazaletes. Entró al baño y lavó sus dientes para después echarse un poco de perfume, no era muy amante de los olores fuertes por lo que solo roció un poco por su cuello y pecho.
Tomó su billetera de la chaqueta que había usado esa tarde luego de salir del estadio y tomó una nueva chaqueta, esta vez eligió una de traje, también negra.
Conforme con su vestuario pasó por la sala y tomó el calzado para salir.
Suspiró mientras cerraba la puerta y se dirigía al ascensor.
No tenía idea que le depararía la noche pero él quería olvidar y quizás una salida con sus compañeros de equipo no sería una mala idea después de todo.
┊ ┊ ┊ ┊
┊ ┊ ┊ ✯
┊ ┊ ★
┊ ✯
★
Espero que la historia les esté gustando, muchas gracias
por el apoyo 💜.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro