I
Jungkook podía sentir la tensión en sus músculos mientras corría y escapaba de sus adversarios. El ruido de los fanáticos llenó su cuerpo de adrenalina y él corrió un poco más rápido para poder atrapar el balón que sabía iría dirigida a él en algún momento.
Ese era su trabajo dentro de su equipo.
Cuando el balón estuvo en su poder, Jungkook solo hizo una jugada, que irritó a su oponente, y acertó cuando la pelota entró de lleno a la red. Sus compañeros llegaron hasta él para abrazarlo y es que ese era su primer partido luego de una lesión grave que lo había alejado de las canchas por casi cuatro meses.
Jungkook hizo su característico pasito de triunfo y miró hacia la banca para luego sonreír a su compañero que llevaba varios partidos sin jugar y que notaba, con el ánimo hasta el piso. Pero Jeon sabía que su compañero estaría feliz por que su equipo quedara en el número uno de la tabla de posiciones. Ahora mientras volvía a su posición observó a su entrenador y su sonrisa amplia.
Él lo sabía.
Jungkook era el preferido del director técnico y a veces eso lo agobiaba por la enorme responsabilidad que cargaba en sus hombros y también por las miradas poco amistosas de algunos de sus compañeros.
Los últimos minutos los pasó agotado, jamás pensó que en su primer partido lo iban a dejar jugar los 90 minutos.
El camino a los camarines lo hizo tratando aún de normalizar su respiración, necesitaba del kinesiólogo y de un baño frío para sus músculos.
Al entrar al camerino recibió los abrazos cariñosos de sus compañeros y palabras de aliento del equipo técnico. Pero Jungkook tenía su mente en otro lado y como le pasaba cada cierto tiempo comenzó a pensar en él. En ese hombre que había robado más que sus pensamientos tanto tiempo atrás.
—Buen juego Jeon.
—Estoy muerto —Jungkook se quitó su camiseta y la tiró al piso, luego se quitó su pantalón corto. Después fue el turno de sus zapatillas y calcetines. —La verdad es que no pensé que me harían jugar todo el partido —habló más bajo.
—El técnico estaba ansioso por que volvieras, era bastante obvio que te harían jugar más tiempo.
—Lo sé —dijo mirando a su lado —lindo color de cabello.
—Oh si —el hombre se llevó la mano hasta su cabeza —es como morado oscuro o algo así, mi hermana necesitaba un modelo para su última prueba de peluquería —rió mostrando su perfecta dentadura.
—¿De verdad le quedó así de bien? —Jungkook tocó algunas mechas —tiene talento.
—Si, oye no me toques tanto —se burló.
El azabache quitó su mano de inmediato y se irguió en la banca, odiaba ser un tipo de piel, ya que en un camarín donde habían puros hombres heterosexuales su comportamiento podría malinterpretarse.
Por que nadie sabía que Jeon Jungkook, el mejor jugador de su liga, el millonario más joven y codiciado de su país era homosexual.
—Volveré a mi color en unos días, los chicos ya están haciendo bromas —el jugador rodó los ojos y miró a su compañero que estaba rígido en su lugar —¿Quieres ir por unas cervezas? Hay un club nuevo, ya sabes, muchas mujeres calientes buscando diversión.
Jungkook odiaba que quisieran engancharlo siempre en sus salidas, luego de aquel partido habría un pequeño receso de dos semanas por lo cual podían salir y divertirse sin tener problemas con el cuerpo técnico. Pero él no quería salir y fingir que le interesaba ver a las mujeres prácticamente cazarlos y viceversa, sus compañeros de equipo se comportaban como uno animales cuando bebían.
—Paso por esta vez, tengo cosas que hacer.
—Oh bien, igual casi nunca vas con nosotros.
Jungkook rió bajito y apretó su mandíbula. Luego suspiró y se levantó de su sitio para ir a las duchas, pero algo lo hizo detenerse. Miró a su alrededor y como todos parecían ajenos a lo que sus ojos veían caminó hasta las bancas que estaban al otro lado del camerino y se sentó junto a su cabizbajo compañero.
—Hola —murmuró.
El chico que era un par de años menor que él le sonrió —estuvo genial el juego, sabía que anotarías.
El azabache resopló —no es necesario, sé que estás así por que no has jugado en mucho tiempo.
—Da igual.
—No, no da igual, eres joven y sé las ganas que tienes por demostrar de lo que eres capaz.
—Yo sé que soy bueno, pero a veces me pregunto por qué el entrenador no me quiere aquí.
—No digas eso Seungmin.
—Es la verdad, soy el único que pasa más tiempo en la banca y ya no quiero pedir más una oportunidad… Yo hablé con mi agente y quizá me vaya este año.
—¿Estás hablando en serio? —Jungkook abrió su boca y negó en reiteradas veces. —Pero este es tu sueño, jugar aquí era el sueño que teníamos desde que estuvimos en la escuela fútbol…
—¡Acaso estoy jugando Jungkook! No lo hago, con suerte he jugado dos veces desde que me trajeron —Seungmin se llevó sus dos manos hasta su cabello y tiró de estos antes de levantarse —ya no aguanto esto. No puedo seguir así, no puedo esperar hasta que me vea.
Jungkook también se paró de la banca y suspiró pesadamente —solo ten paciencia ¿Si? Un poco más.
Seungmin se rió fuerte y arrugó su ceño mirando al azabache un poco más molesto de lo que debería —¿Tener paciencia? No tienes idea de lo que estás hablando. Eres el preferido de todo el mundo, no sabes una puta cosa de lo que siento, ¡No quiero tu lástima Jeon! Que hayamos empezado en esto juntos no quiere decir que seamos amigos.
El azabache mordió el interior de su mejilla obligándose a no sentir tristeza ante las palabras de Seungmin, a no mostrar dolor, por que para él ese chico de linda sonrisa y cálida personalidad sí era su amigo.
—Basta Kim.
Ambos miraron a uno de sus compañeros que estaba cerca de ellos con una mirada seria.
—Está todo bien Lee —dijo Jungkook queriendo alejarse de ambos.
—Jeon no tiene la culpa de que no juegues, creo que deberías hablar con el entrenador y asi dejas de llorar por los pasillos, todos alguna vez pasamos por esto… Pero si quieres jugar a la víctima, adelante, pero no te metas con tus compañeros.
—Minho —murmuró Jungkook para luego tomarlo del brazo y sacarlo de ese lugar.
—¿Estás bien?
Jungkook asintió —gracias.
Minho se encogió de hombros, todavía tenía su cabello húmedo y una toalla colgando de sus caderas.
—¿Te invitaron al bar esta noche?
—Si —Jungkook se obligó a mirar a su compañero a los ojos y no recorrer el cuerpo impresionante de su compañero de equipo. —Pero ya sabes…
—No irás —sonrió el hombre tocándose su cabello castaño —yo tampoco iré.
Y eso siempre era así, del equipo eran pocos los que no tenían familia, esposas o hijos, entonces ese pequeño grupo era el que salía de fiesta de vez en cuando. Lo raro era que Minho al parecer tampoco disfrutaba de esas fiestas.
Jungkook aún en boxer recordó que debía ducharse entonces miró por última vez a Minho y caminó hasta el sector de duchas para buscar sus toallas.
Cuando estuvo bajo el chorro de agua dejó caer su cabeza sobre las baldosas y se quedó varios minutos allí pensando.
Antes, meses, incluso años atrás, Jungkook desquitaba su frustración en el lugar en donde había encontrado algo más que sexo.
El Paradise fue en algún momento su escape hacia lo que él verdaderamente era, por que Jeon Jungkook mentía todo el día, mentía sobre sus relaciones amorosas, mentía sobre sus gustos, sobre su pasado y tenía que hacerlo si quería conservar su puesto como jugador de fútbol profesional. La fama y los lujos eran un aditivo a todo lo que había logrado a sus cortos 23 años, pero todo eso se transformaba en algo sin sentido cuando tenía que posar para las cámaras con alguna chica que su agente escogía para que saliera un par de meses y así apaciguar a la prensa que constantemente estaba encima de él queriendo saber todo.
Jungkook estaba cansado de esa parte de su vida, estaba cansado de esconderse y ser un cobarde, pero amaba tanto su profesión que no podía vivir sin ello.
Apagó la ducha y se envolvió en una enorme toalla blanca para luego salir y así poderse ir de una vez a su departamento y descansar. El camerino estaba casi vacío cuando él salió, todavía quedaban algunos compañeros que a medida que salían se iban despidiendo.
Comenzó a vestirse lentamente, se miró al espejo cuando cerró el botón de su jeans ajustados y miró su torso desnudo. El ejercicio lo tenía en buena forma y la nutrida alimentación hacía que tuviera un equilibrado cuerpo y su piel bastante sana.
—Oh, todavía estás acá.
El azabache asintió y le sonrió a su compañero de equipo Lee Minho y si Jungkook podía decir algo acerca de su equipo es que Minho era uno de los más guapos, el resto no llamaban su atención. No por ser gay tenía que sentir atracción por todos ellos, todo lo contrario, la mayoría de sus compañeros olían mal y eran machistas. Sus chistes sobre mujeres y homosexuales eran tan repudiables que él prefería hacerse el tonto y hacer como que nunca escuchaba o hacer como si no le afectara.
Minho no era como los otros.
—¿Vas de salida Minho?
—Si, tengo que ir a buscar a mis gatos donde un amigo.
Jungkook sonrió —¿Gatos? Eso suena a muchos.
—Son tres. Cuando nos concentramos los dejo donde mi amigo, no me gusta que estén solos.
—Oh, eso es genial, no te imagino con tres gatos la verdad.
La risa de Minho inundó el camarín mientras Jungkook buscaba su camiseta para ponérsela. Sonrió mientras se terminaba de vestir, le caía bien Minho, sus compañeros de equipo vivían diciendo que ellos dos se parecían físicamente. Pero Jungkook no lo veía así.
—Bien, nos vemos Jeon.
El azabache asintió y se despidió de su compañero, luego tomó su carísimo bolso de cuero y salió del lugar.
—¿Hay prensa afuera?
El encargado de seguridad asintió —si, tenga cuidado joven.
Jungkook caminó hasta el enorme estacionamiento y se subió en su deportivo, dejó su bolso en el asiento trasero y arrancó el motor, revisó su teléfono mientras el automóvil seguía en marcha. Los latidos de su corazón se aceleraron mientras veía el mensaje de texto que había llegado temprano ese día.
Tengo la información que pidió. Fotos y un vídeo.
El hombre mordió su labio y se recostó en su asiento. Llevaba un tiempo queriendo saber sobre el hombre que no salía de sus pensamientos, sabía que Seokjin se había retirado y que no había vuelto a trabajar en las noches, pero él ansiaba verlo de nuevo. Prácticamente pasaba las noches soñando con tenerlo de nuevo cerca, no algo sexual, claro está, pero tener la posibilidad de hablar con él, conocer al verdadero Seokjin.
Se había dicho mil veces que todo lo que ocurriera en dicho club nocturno era solo un trabajo para su anfitrión preferido, pero por más que se obligó a no sentir nada cuando veía a Seokjin sonreír o que su corazón no latiera más rápido después de alguna conversación más íntima luego de haber follado hasta el cansancio.
Jungkook quería algo así en su vida, quería a Seokjin en ella pero eso era un imposible. El Deneb que alguna vez conoció ya no existía y ahora él pagaba una terapia carísima para tratar de sanar su corazón, pero por otro lado no quería soltarlo. Quería un poquito más del hombre de ojos verdes.
Se irguió nuevamente en asiento y contestó el mensaje.
Luego salió del estacionamiento rápidamente. Estaba ansioso por saber que había descubierto el investigador privado que había contratado meses atrás.
Quería saber si era posible conquistar a Seokjin.
Y él estaba dispuesto a todo por hacerlo o dejarlo ir si fuese necesario.
🌈
Listo!! Primer capítulo y esta vez mis personajes secundarios serán algunos de los chicos de stray kids 🤭
Tenemos a Lee Minho
Y Kim Seungmin.
Espero que les haya gustado el primer capítulo y sé que la mayoría lee sin dejar comentarios me gustaría que por esta vez me dijeran que tal les pareció.
Nos leemos pronto ❤️ gracias por leer todas las cosas que se me ocurren escribir 🤭
Lxs amo mucho 💜
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