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Yoongi se dirigió a su departamento, recordando la reciente conversación con Namjoon, sabía que él debía poner de su parte, trabajar y superar en lo que le había dicho el moreno, sus demonios. Llegó y el silencio lo invadió, extrañó no encontrar a Hoseok para que lo recibiera con un abrazo y beso en la mejilla.
Suspiró frustrado.
Buscó el número de un psicólogo en las páginas amarillas, señaló al azar con el dedo y marcó. La secretaria le dijo que tiene disponible una cita para el fin de semana —el sábado por la mañana. Yoongi sabe que es un pequeñísimo pasó que está tomando para ayudarse.
Al día siguiente se levantó muy temprano, preparó un café muy cargado y se sentó saboreando la amargura. No miró un punto específico, estaba pensando y se encontraba en un pequeño viaje astral, en donde se imaginaba que, si estuviera su novio, este le preguntaría ¿Cómo estaba en el trabajo?, ¿Qué estaba escribiendo?, ¿A qué hora regresaría para comer juntos?
Una lágrima bajó por su mejilla, rodando por la áspera mejilla y perdiéndose en el hueso de quijada; un nudo en su garganta se formó como si fuera una enorme cuerda ya atada por un experto. Los recuerdos llegaban para atormentarlo y recordar su estúpido comportamiento, que llegaba a la misma conclusión que todo era su culpa. Varios minutos después y con la taza vacía, se marchó de su departamento, rumbo a la casa de sus padres.
Mentiría si dijera que estaba emocionado, se había prometido no regresar jamás a la casa que lo vio crecer, lo cumplió hasta la muerte de su progenitor, donde estuvo apenas unos minutos y partieron rumbo al cementerio. Fue más por obligación y un poco de respeto, después de eso, condujo regreso a casa.
Llevaba en su auto viajando por más de dos horas, el trasero estaba empezando adormecerse y su estómago rugía, necesitaba ingerir alimento o el café sería el único que se encontraba con los ácidos gástricos y aquello sería fatal, aunque ya había hecho eso algunas veces, Hoseok solía recordarle que debía comer al menos una fruta.
No divisaba algún restaurante o gasolinera, perosu estómago rugía clamando atención inmediata, tamborileaba sus dedos en elvolante y decidió poner un poco de música para relajarse, pero como la vida esuna perra, salió la canción que le escribió a su ex. ¿El karma? —quizás.
Cambió a otra emisora, sonando una canción alegre, nunca la había escuchado, pero decidió dejarla. Minutos después logró observar una gasolinera, optó parar antes de que ocurriera lo peor.
Cuando ya llevaba casi cinco horas conduciendo, se estacionó fuera de la que fue su casa, cerró los ojos con fuerza y tomó toda la valentía posible para entrar. No supo cómo, pero se encontraba tocando el timbre y esperando frente a la puerta.
El rostro de sorpresa de su madre al notar a su pequeño hijo —ya no tan pequeño— fue indescriptible, no pronunció palabra y Yoongi sabía que él debía empezar, porque si no pasaría todo el día ahí parado.
—Hola madre —saludó sin mucho ánimo, pero siendo educado.
Al escuchar la voz de su hijo y saber que no está soñando, habló. —Hola hijo —respondió con la voz débil.
—Puedo pasar, necesito hablar contigo —añadió unos segundos después.
—Si, pasa cariño —reaccionó rápido y abrió la puerta.
Una oleada llena de nostalgia y recuerdos golpearon a Yoongi al poner el primer pie dentro. Aclaró su garganta y esperó que su madre cerrara la puerta para seguir a la sala, era un invitado, no el dueño.
Yoongi posó sus manos en el tapiz un poco desgastado de los muebles, acariciando disimuladamente antes de sentarse frente a su madre, que en cambio, reflejaba emoción en su rostro.
—Madre —empezó carraspeando un poco. —Se que han pasado muchos años desde mi partida —diez años para ser exactos pensó.
Y como si una burbuja hubiera abarcado su antiguo hogar, parecía no pasó el tiempo ahí.
—Que tomé decisiones en las que mi familia no formaba parte —su madre quiso interrumpir —. Déjame terminar, por favor —pidió.
Le estaba costando continuar, cada palabra que intentaba salir de su boca dolía, pero al mismo tiempo sintió que alivianaba su corazón.
—Pido perdón por todos estos años que te hice sufrir, al alejarme de ti y mi padre, al no permitir que formen parte de mi vida. Por ser un mal hijo que nunca pude ser suficiente, llenarlos de orgullo y admiración —empezó a golpearse el pecho —. Que no fui el mejor estudiante, ni el mejor hijo, que no pude seguir sus ideales y planes para mi —repetía con los ojos llenos de lágrimas —. Perdón por no ser como mi hermano, un alumno e hijo ejemplar, aquel que ustedes preferían.
El sollozo se rompió en la garganta de Yoongi y desencadenó un llanto desconsolado sin intenciones de parar. Yoongi estaba sacado todo lo que había guardado por años y que jamás consiguió liberarse.
Unas manos pequeñas rodearon su cuerpo, atrapándolo en un cálido abrazo. Su madre lo consolaba como debió hacerlo siempre, ella también lloraba.
—Calma cariño —consoló con voz dulce —. La que debería pedir perdón soy yo, no fui la mejor madre para ti y tu padre no fue el mejor para ambos —reconoció.
Yoongi continuó llorando y para cuando se calmó, tomó las manos de su madre llevándolas muy cerca de su rostro para mirarlas en silencio. Sabían que sí seguían hablando no pararían de llorar y no llegarían a nada. Suspiró, no sólo ha venido a pedirle perdón, también lo hizo por Hoseok.
El amor de su vida.
Decirlo de esa manera lo hacía sentir tan correcto y se lamentó nuevamente por todo el tiempo que pasó sin ser honesto consigo mismo.
—Madre debo contarte algo —habló, el tono de voz le indicó que era de suma importancia —. Yo amo a una persona, demasiado diría yo —sonrió estúpidamente —. Sin embargo, por mi actitud, lo perdí. Él se marchó lejos de mí —murmuró con dolor.
—"Él" —dijo con duda —. Es un ¿hombre?
—Si, estoy enamorado de un hombre —afirmó. —La persona que más amo en este mundo, que después de perderlo y no saber dónde se encuentra, me doy cuenta de los múltiples errores que he cometido.
Su madre escuchaba atenta. — No quiero oír discursos de moral, buenos valores o decirme que es pecado, que me iré al infierno y muchas cosas más que equivalen a juzgarme, nada ni nadie hará que cambie mis sentimientos por él —aclaró —. Lo digo porque eres parte de mi familia y como tal, debes estar enterada, pero sin poder interferir en ella.
—Iré a terapia —continuó hablando a su madre y notar que ella seguía en silencio—. No puedo perdonar fácilmente a mi padre, aunque ya no se encuentre con vida, es difícil para mí, necesito perdonar y dejar atrás el rencor para poder recuperarlo.
—No lo hago porque realmente lo merezca mi padre, pero yo lo necesito. Necesito soltar.
—No te juzgaré, no puedo hacerlo —mencionó —. No fui la mejor de las madres contigo, sería hipócrita de mi parte. Si tú eres feliz —añadió —. Yo también lo seré, por ti.
Pasaron un par de horas charlando y almorzaronjuntos, no podía decir que estaban brincando de alegría y riendo emocionadoscomo si Yoongi extrañara algo de ahí, pero si se hallaban contentos,disimulando sonrisas fugaces.
Pasado el mediodía, Yoongi decidió regresar porque el viaje era un poco extenso y llegaría por la noche a Seúl. En el camino llamó a la empresa, ya que necesitaba hacer una rueda de prensa con urgencia.
Para cuando eran las siete de la noche, se encontraba en su departamento bañándose y alistándose, la reunión empezaba en una hora y debía conducir a la empresa. El no solía salir ante cámaras, lo conocían como uno de los compositores más importantes de la empresa.
Bajó de su auto, dirigiéndose a la sala de prensas, lo miraron con curiosidad y su jefe se aproximó.
—¿Cuál es el motivo de la rueda de prensa Min? —preguntó Kim MinSeok —. Espero que sea relacionado al trabajo y nuevos proyectos, no queremos que se filtre información.
Si supiera —pensó Yoongi, solo asintió y se sentó mostrando una sonrisa fingida. La prensa estaba emocionada, pocas veces habían tenido acercamiento con el compositor y muchas no eran por voluntad. Notó la señal donde le indicaba que ya empezaron a grabar. Yoongi diría la verdad.
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Hoseok ya no se hallaba en el departamento que alquilaba, ahora se hospedaba en un hotel, más barato ¿no?
Para el joven bailarín si, lo que muchos no sabían o ignoraban que el castaño era único hijo del dueño de Hoteles Jung en Corea y en algunos países. Después de que su padre le insistiera que se alojara en la suite presidencia, llegaron a un acuerdo; se quedaría en el hotel, pero en una habitación normal.
El Sr. Jung no podía oponerse, al menos ahí sabría que su pequeño retoño se encontraba bien, el desayuno lo tomaría sin falta. Aquel castaño era su punto débil, el vivo retrato de su difunta esposa.
Hoseok había llegado a la unánime decisión de cerrar sus redes sociales, nada de instagram y twitter, miraba las noticias o novedades de su país mediante páginas. Su rutina antes de acostarse era leer una página de noticias muy confiable, así que cuando vio el nombre de Min Yoongi en el titular, sintió que le faltaba oxígeno y su mente quedó en blanco.
"El compositor Min Yoongi, de la empresa Vaydat Music declaró que es Homosexual"
Hoseok siguió leyendo, con el corazón latiendo demasiado fuerte, aquello debía ser una broma por el día de los inocentes, pero recordó que no estaban en abril, ni tampoco en diciembre. Tenía que ser verdad, la página tenía credibilidad y no publicaban nada antes de verificar si eran válidos.
"El jueves 11 de mayo del presente año el reconocido compositor Min Yoongi declaró en una rueda de prensa que es Homosexual. Min, con 28 años y proveniente de Daegu aceptó sus gustos por las personas de su mismo sexo. El compositor, dueño de las letras de las canciones Pétalos al viento, You, Eco, entre sus más reconocidas"
Hoseok releyó aquel párrafo como cinco veces, procesando la información. Había más texto, pero casi al final estaba el video de la rueda de prensa. Con la mano temblorosa y sudada dio clic con el mouse. El corazón dejó de latir por un segundo, al observar el rostro delgado del rubio, con pequeñas ojeras y ojos cansados, podía notar que Yoongi no estaba bien y eso, aunque no debía afectarle —lo hizo.
—Buenas Noches, los he reunido aquí para dar una noticia muy importante. Comprenderé si la empresa no me apoya, mi madre lo hace y eso es lo que importa por ahora—aclaró su garganta —. Soy Homosexual, me gustan los hombres, en realidad me gusta solo uno, pero acepto lo que soy.
Enfocaron el rostro de confusión de MinSeok, mirando a todos lados. —Lamento no ser honesto desde antes, no lo fui conmigo por todos estos años — encogió los hombros y los periodistas quedaron sorprendidos, no sabían que preguntar, así que Yoongi aprovechó y se levantó —. Bueno, como no hay preguntas, me retiro —realizó una leve reverencia —. Gracias por venir.
Y un Yoongi con swag salió del salón.
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Nota: Para escribir tengo mentalizarme y ponerme en el papel de los personajes, así que derramé unas cuantas lágrimas, el capítulo se extendió y me tocó separarlo en dos.
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