La música era suave y melodiosa, perfecta para bailar en pareja, abrazados o tomados de las manos, diciéndose cursilerías al oído y lo mucho que se querían.

Hoseok miraba las parejas bailar, los hombres con trajes de gala y las damas con vestidos muy elegantes, perfectos para una boda. La decoración del salón parecía sacada de una película, las rosas de color pastel adornaban cada rincón, centro de mesa y mesa principal de los novios.

Se sentía nervioso, por qué en el fondo el quisiera una boda así, pero no con una mujer. Se levantó dirigiéndose al baño, se lavó las manos y las secó, no humedeció su rostro porque tenía maquillaje y podía arruinarlo. Se dirigió al inodoro, cerrando la puerta para pensar.

Escuchó pasos acercarse y la puerta principal abrirse, se mantuvo en silencio, y más cuando escuchó la conversación.

—Miraste al hermano del novio —susurró uno de los jóvenes.

—Si, vi que está acompañado de un hombre —respondió el otro joven—. ¿Qué pasa con él? —añadió luego de un largo silencio.

—Mi hermana quiere su número y que yo le haga conversación para ella llegar sutilmente —explicó con un tono de voz diferente, como de vergüenza ajena.

—¡Sutilmente! —gritó el desconocido, asustando a Hoseok en su intento de mantenerse en silencio. —Conociendo a tu hermana se lo que quiere del tipo— afirmó con otras intenciones.

—Si, pero —se disculpó bajando la voz. —Yo escuché que tiene un compañero de departamento.

—¿Ese es el problema? —inquirió confundido.

Hoseok escuchaba atentamente la charla, sin perderse una pizca de información que tenían que ver con SU NOVIO.

—No, pero escuché rumores de que supuestamente mantiene un romance con ese tipo y no quiero que se aproveche de mi hermana y la lastime.

—¡Es una broma! —soltó una carcajada llena de incredulidad. —Tu hermana se aprovechará de la situación —prosiguió riéndose —.Pero el hermano nos mencionó que es Hetero.

—Si, pero —a ese punto Hoseok ya había escuchado muchos peros. —El tipo que lo acompaña lo mira como si lo deseara, así como tu con la comida —mencionó riendo.

—No me fijé, pero estaré observándolo —aseguró.

—Vamos, porque después empezarán a molestar por la demora en el baño —apuró los pasos a la salida del baño.

—¿Y que con eso?, sé que me amas en secreto —mencionó meloso —. Ven y dame un beso —se escucharon sonidos raros y forcejeos.

—Cállate, le diré a tu novia que quieres conmigo —los jóvenes salieron riendo del baño.

Hoseok que estaba callado, pudo recién expulsar todo el aire que tenía retenido. Sabía que su novio llamaba la atención por donde iba, su rostro serio y su cuerpo tonificado no pasaba desapercibido.

Regresó a la mesa más nervioso e incómodo, ahora sabía que una mujer quería con su novio.

De soslayo miró para comprobar que no estuviera conversando con alguien más. Confirmando que se hallaba jugando y que parecía nada más importaba. Las horas transcurrieron con un Yoongi distraído y un Hoseok aburrido. La fiesta llegó a su fin pasada las cinco de la mañana, la mayoría estaban borrachos, bailando súper gracioso y con sus corbatas en la cabeza.

Hoseok quería hacer eso, el quería disfrutar de la boda de Geumjae Hyung y su esposa, pero lo único que consiguió fue un aburrimiento total.

Se dirigieron a la casa en silencio, el mayor condujo con cuidado, no había bebido y no tenía ninguna intención de ir a más velocidad. Hoseok miraba por la ventana, volando con sus pensamientos en un futuro no muy lejano.

—Estuvo muy hermosa la boda de Geumjae Hyung— mencionó el menor aun mirando la ventana.

—¿Hermosa? —bufó hastiado. —Costosa deberías decir, mi hermano siquiera gasto la mitad de sus ahorros en eso y sin contar la luna de miel.

—Lo hace porque la ama y quiere verla feliz —aclaró el punto de vista de una persona enamorada.

—Bobadas, yo no gastaría tanto en una fiesta, ni aunque ame tanto a una persona.

—Oh— solo pudo decir el menor y no pronunció nada más.

Porque su corazón se agrietó con aquella confesión.

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El mayor tomó sus labios cuando cerraron la puerta del departamento, la ropa empezó a caer de manera desordenada por el pasillo, formando un camino de las evidencias de su pasión hacia la habitación que compartían.

Sus cuerpos desnudos danzaban hacia el placer, el sudor, los gemidos, las embestidas y el olor a sexo inundaba la habitación, llevándolos a un clímax devastador. Sin olvidarse del silencio, ese que causaba temor en el menor.

Hoseok miraba el rostro dormido de su novio, la sábana cubría pequeñas partes de su cuerpo, dejando a la vista su duro abdomen y una de sus piernas desnudas.

No podían culparlo por perderse en ese cuerpopecaminoso, con solo una mirada.

Decidió tomar una ducha y preparó algo para comer. No pasó demasiado tiempo cuando ya tenía preparado café, sopa de algas y fruta picada. Sabía a conciencia que a Yoongi le encantaba esa sopa para al día siguiente de haber bebido o después de trasnocharse, acompañada con una taza de café.

No importaba que hora podía levantarse el mayor,pero lo primero que tomaba era café.

Cuando se dispuso a despertar a su novio para comer juntos, su celular sonó con un tono muy particular, uno personalizado. Su antiguo jefe.

Tomó la llamada, y habló por unos minutos. Sabía de qué se trataba, la fecha del año lo indicaba.

Escribió una nota avisando que saldría y la pegó a la nevera, así, cuando Yoongi se levantara, la podría observar.

Se cambió rápidamente y besó en la frente de su novio antes de salir.

—Ya vengo Yoonie.

Recibió un gruñido como respuesta.

Le envió un mensaje en su celular y salió del departamento.

El lugar que se encontraría con su antiguo jefe era un lugar muy tranquilo, una cafetería muy cálida y hermosa.

El Señor Park fue su jefe por más de cinco años, hasta que empezó a vivir con su novio. En ese momento le estaba planteando una propuesta muy tentadora para Hoseok.

Para no apresurarse a tomar decisiones impulsivas, decidió pedir unos días de tiempo para pensar y responder. Park aceptó, mencionando que tenía la esperanza que la respuesta sería positiva.

La reunión se extendió por una hora más, rememorando aquellas anécdotas que habían forjado y vivido. Se despidieron alegremente y Hoseok decidió pasar por el supermercado.

Le encantaba realizar las compras, siempre tomaba los productos favoritos de su novio y así poder prepararle lo que más le gustaba. Cuando salió del supermercado, un tráfico terrible lo atacó, tomándolo por sorpresa.

Llegó a casa pasado la hora de la cena, encontrando una completa oscuridad en el departamento. Pudo observar que el cuarto de estudio de Yoongi estaba ocupado, ya que se reflejaba una pequeña luz por debajo de la puerta.

Caminó a la cocina, esperando ver comida guardada en el horno, microondas o en alguna parte, pero lo único que encontró fue la vajilla sucia en el fregadero.

No había rastro de comida ni de haber preparadoalgo más de lo que él hizo temprano antes de salir.

Ordenó lo comprado con un nudo flojo subiendo y bajando de su garganta. Le dolía el paladar y la lengua de pura frustración y pena. Se sentó en un rincón de la cocina, en la limpia y fría baldosa, con las rodillas pegadas a su pecho y las manos en su rostro.

Empezó a llorar de manera lenta, sin dejar que le gane la angustia y lo devore, pero no soportó y lloró por todo lo que tenía reprimido en su corazón.

Recordó la primera vez que lo vio, en la grabación de un Mv, todo serio y solo. Hoseok formaba parte de los bailarines de la empresa que solían acompañar a algún cantante o grupo, donde Yoongi trabajaba como el compositor de la letra y música. No solía verlo muy seguido, pero como mínimo iba a una grabación de algún Mv.

Le llamó la atención y por primera vez creyó en el amor a primera vista. Le tomó más de un mes entablar una conversación amena con Yoongi, sin que éste le contestara en monosílabos. Los siguientes meses, estaba pendiente a cualquier asomo del mayor a los ensayos.

Cuando Hoseok consiguió su número, una gran felicidad lo invadió. A continuación, fue seguir insistiendo en muchas salidas, recibiendo negaciones como respuestas. Pero Hoseok no se dio por vencido fácilmente e perseveró.

Cuando por fin obtuvo un sí, Hoseok brincó de emoción. Las salidas empezaron a aumentar y el menor le contó de sus sentimientos. Yoongi no le respondió, simplemente le dijo que él no se sentía igual, pero a Hoseok no le importó, porque realmente pensaba que con él tiempo lograría que el sentimiento fuera mutuo.

Que equivocado estaba, tenían dos años viviendo juntos y de la boca de Yoongi nunca había salido un Te Quiero o alguna palabra parecida denotando algún afecto.

Yoongi pasaba más ocupado escribiendo letras de canciones o música. Podría estar encerrado por días y salir como un zombi en busca de comida o agua para sobrevivir encerrado. Su trabajo era muy importante y no lo dejaba de hacer, ni, aunque estaba enfermo o fuera una fecha especial.

Como los aniversarios que Hoseok pasó solo en la sala del departamento, los cumpleaños y más. Navidad solían pasarla juntos, era la única fecha donde Yoongi no se encontraba en su estudio trabajando.

La diferencia no era mucha, Yoongi se sentaba en un sillón con un libro mientras Hoseok miraba alguna película navideña a un volumen bajo. La entrega de regalos era un poco desoladora para el menor, ya que él se encargaba de conseguir o diseñar un buen regalo para su novio, mientras Yoongi solía darle algo parecido a algún souvenir comprado a última hora.

No es que no apreciara el detalle de su novio, pero podría jugar que Yoongi lo adquiría un día antes de navidad.

Cubrió su boca con la mano, no quería causar ningún ruido con su sollozo y con una fuerza que no tenía, se levantó para sentarse en el sofá de la sala, quedándose dormido ahí, solo y con frío.

Se despertó muy temprano con un dolor de cuello severo, miró la sala y cocina, seguía igual que la noche anterior. Se dirigió a la habitación, encontrándola completamente vacía. Yoongi no se hallaba en el departamento, había salido mucho más temprano.

Su corazón se apachurró al imaginarse que Yoongi lo vio en ese estado y no haya intentado hacer algo, como, por ejemplo, despedirse o despertarlo.

Empezó a llorar nuevamente en la cama que los dos compartían. Recordando lo desconsiderado que Yoongi fue con él, abriendo una herida que dolía cada vez más; pero lo que más le dolía, era que nadie de su familia sabía de su relación.

El sólo decía que era su compañero de departamento, un hombre que había ganado un poco de su confianza y habían decidido vivir juntos. Hoseok tampoco contó a su familia la verdad, pero existía una persona que si sabía de la relación que mantenía con Yoongi.

Recorrió la mirada por la mesa de noche a lado de la cama, observando una foto de los dos. Una imagen donde se ve a un Hoseok sonriente con un cuadro y Yoongi serio tras suyo, no se tocaban ni rozaban, pero parecía como si al mayor le molestaba algo. Miró el cuadro de la foto colgado en la pared de la habitación.

Se levantó y lo descolgó, había tomado una decisión.

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Aún tengo sentimientos encontrados con esta historia. ¿Y saben que lo que más me duele?

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