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Capítulo 0.2

Regresé a mi casa después de mi salida con Henry, puse el mapa en mi teléfono ya que todavía me confundía un poco en las calles, y es que siempre cuando debía doblar en una esquina, me confundía con el callejón que estaba detrás de mi casa, en el cual había una especie de tubería que suponía llevaba a la alcantarilla.

En fin, al llegar a mi casa, se podía escuchar desde fuera el ruido y los gritos de mis cuatro hermanos que siempre hacían, situación que era demasiado extraña pues no estaba acostumbrada a tenerlos aquí algún viernes por la noche, sin embargo, las fiestas en Swellview no eran la gran cosa como normalmente podía esperarse, así que me tocaba aguantar sus estupideces.

Además ahora había una cuarentena temporal obligatoria por la fuga de un criminal demasiado peligroso, nadie podía salir o entrar a mi casa... oh jeez. Aunque conociendo a los ciudadanos de aquí, no creo que la respeten mucho.

Tomé la perilla de la puerta, y un poco titubeante abrí ésta, más que nada porque no quería ser bombardeada por preguntas de mis hermanos en porqué no había regresado más temprano a casa. Sabían de Henry, sabían de mis amigos, pero jugaban conmigo al decirme que él me gustaba y que éramos novios, cosas que con las que suelen molestar.

Bastante estresante si puedo decir.

Así que como lo esperaba, al entrar a la casa, el sillón estaba completamente hecho un desastre, no nada más eso, si no que toda la sala en general. Precisamente, el sofá estaba al revés, todos los cojines en el suelo, la mesa de centro pegada a la televisión, papas en todos lados, al igual que palomitas, y cosas de adolescentes. A veces me preguntaba como sobrevivía con cuatro hombres.

Los cuatro gritaban, se reían, se molestaban, mientras que yo los observaba incrédula desde la ahora puerta cerrada.

–¿Qué rayos les pasa?– pregunté, todos se callaron y me voltearon a ver.

–¡Oh! ____– exclamó A.J –por fin llegas, no deberías salir, hay un criminal suelto–.

–¿Dónde están el abuelo y la abuela?– volví a preguntar ignorando las preguntas.

–Se quedaron en cuarentena en casa de los Miller– contestó Jake –dijeron que vendrían lo más pronto posible pero no creo que lo hagan–.

–Entonces ¿ustedes están aquí desde que salimos de la escuela?–.

Max asintió –como debimos, así como tú debiste hacerlo–.

Rodeé los ojos –no tengo tiempo para esto–.

–No, no, no, no te vayas, Max tiene un punto– habló Ian –¿con quién estabas, hermanita?– tono burlón –¿con tu novio Henry?–.

Cerré los ojos y mordí mí lengua ante las risas de los cuatro idiotas que tenía frente a mí, por más que hice evitar ese tema, me siento terriblemente mal conmigo por no haberlo logrado como debía, de un momento a otro, las burlas ya reinaban toda la casa, toda clase de burlas, imitaciones de besos, abrazos y alguna que otra de Max de "Asco".

Quería escapar de ahí, era una urgencia escapar de ahí, pero cuando intenté hacerlo, A.J se levantó de donde estaba, jaló mi brazo a todo el bullicio y ahí comenzaron a molestarme aún más que hace unos instantes.

Fue algo que duró por lo menos cinco minutos, ellos molestándome, yo sin poder irme, cuando de la nada, mis hermanos fueron interrumpidos por el sonido de "Noticias de Último Momento" que provenían de la televisión, que nos hicieron voltear la cabeza a ella en tan solo cuestión de micro segundos.

"... y de acuerdo con oficiales de la ciudad, este error en la Prisión de Swellview, es el error más grande en la historia de errores de prisión" decía Mary Gaperman.

Otra de las cosas que admiraba de esta ciudad, era que las noticias no eran como suelen serlas en distintas partes del país, ya que bueno, éstas eran divertidas, Trent Overrunder y Mary Gaperman eran los conductores más graciosos que alguna vez había escuchado, todo mundo podía ver las noticias, y jamás aburrirse.

"Wow, que perturbador" habló Trent "y ahora nos vamos en vivo a la prisión de Swellview, con el reportero, Barney Villaraigosa".

La imagen cambió del estudio de las noticias, a lo que parecía eran las afueras de la prisión de Swellview. Ahí aparecieron el reportero con el apellido gracioso, con un guardia que se veía demasiado apenado ante la situación.

"Estoy aquí afuera de la Prisión de Swellview, con Mark Landry" dijo Barney "quien es parte de la junta de libertad condicional de la prisión; Sr. Landry...".

"Lo lamento mucho, en serio lo lamento" interrumpió el tal Sr. Landry tomando el micrófono.

Barney lo miró extrañado "¿cómo fue que accidentalmente liberara a uno de los criminales más peligrosos del FBI, por accidente?".

"Si... um... como pueden ver... hoy es día de lleva a tu hijo al trabajo y mi hija Molly..." Landry señaló a una pequeña niña que estaba debajo de él "... jugaba con la computadora y de alguna forma u otra liberó a... heh... Drex... heh... de prisión... de nuevo, lo lamento mucho".

"Molly" él reportero habló a la niña que comía felizmente y despreocupada una banana "¿por qué liberaste a Drex? Si sabes lo peligroso que es".

"Tengo 5 años" respondió la niña.

"Ahhh, los niños en serio dicen las cosas más tontas" se río Barney.

Uno de los criminales más peligrosos llamado Drex nos había puesto en cuarentena; para ser el nombre de una persona peligroso su nombre no causaba miedo, obviamente que no conocía ni quería conocerlo algún día de mi vida y esperaba que la policía de Swellview o Capitán Man y Kid Danger lidiaran con el asunto, no creo poder soportar más aquí o a mí me meterían a prisión.

"Y Barney, cuéntanos ¿hay alguna información sobre el paradero de este criminal llamado Drex?" volvió Trent.

"No en este momento" contestó Barney "pero investigadores están utilizando todos los posibles recursos para conducir una completa búsqueda, literal en todas partes".

Las noticias fueron a comerciales, después de que en la parte de atrás donde ocurría el reportaje apareciera Drex atacando a un policía, escaparse sin ningún problema y nadie hizo nada para detenerlo.

Ian apagó la televisión antes de que comenzara el comercial de "Fred Lobster", así formándose un silencio lleno de perturbación por lo que habíamos visto hace unos segundos, y para decir verdad, estaba algo asustada por lo que fuera a pasar con Drex, retiro todo lo dicho acerca de él.

(...)

Henry's P.O.V

–No puedo creerlo, me voy de tener la mejor cita con la chica más linda que he visto en mucho tiempo, y llego aquí para enterarme de que tenías otro compañero antes que yo... no... no puedo creerlo–.

Ray hizo un ademán –oh, dices eso cada semana–.

–¿La parte de la chica o de que no puede creerlo?– preguntó Jasper, le dirigí una mala mirada –lo siento–.

–No lo sé, es que...– rasqué mi nuca –siempre creí que yo era tu primer compañero–.

–Bueno...–.

–¿En serio tuviste a un compañero antes que yo? Y nunca me dijiste–.

–Pues no... solo... solo porque no quería que supieras–.

Momentos después de haber dejado el momento con ____ en el parque, fui directo a la Capi Cueva para averiguar que era lo que sucedía con este tal criminal nivel 10, aunque para ser sinceros, la sonrisa que mostraba en mis labios decía todo lo que quería expresar justo ahora, todo gracias a ____ Martin. 

____ Martin, la chica nueva que entró asustada el primer día de clases en preparatoria, la que llamó mi atención solo con segundos de haberla visto, con esa mirada llena de pavor, buscando su casillero con una hoja en las manos, la que mis amigos y yo decidimos hacer parte de nosotros, y la que me di cuenta sería una buena compañía para nosotros, y nosotros para ella. 

Hoy la había invitado a salir, como amigos, claro, y he de admitir que me había sacado varias sonrisas y felicidad que poco había tenido. 

Sin embargo, esa sonrisa y ese momento feliz se había arruinado cuando llegué a la tienda, para enterarme de que no había sido él primer compañero de Ray, y que ahora ese tipo era la razón por la que no pasé más tiempo con mi nueva amiga.

–Hey, algo está pasando arriba en Junk N' Stuff– anunció Schwoz.

Los cuatro presentes corrimos a la computadora de los monitores, en donde Schwoz mostró la imagen de una señora de mayor edad, con un jarrón en las manos, tratando de llamar la atención de quien sea que la estuviera atendiendo.

"¿Hola? ¿Hola? ¿¡A dónde fuiste?! ¡Necesito mi cambio!".

–Jasper ¿por qué no estás ahí arriba?– le reclamó Charlotte.

–Pues lo estaba pero...– mi amigo sacó un billete de su bolsillo –vine aquí abajo por cambio de billete de 20 dólares y luego sólo me distraje–.

–¡Eso fue hace 45 minutos!–.

"¡Vamos, Jasper!", "¡No puede ser!", "¡Tienes que ir arriba ya, viejo!".

–Está bien, está bien– contestó resignándose.

–Hijo– lo llamó Ray, logrando que él se volteara antes de entrar al elevador –dame la granada de protones–.

Jasper hizo una mueca –pero es tan cool–.

–¡Hijo!–.

–Está bien–.

Jasper lanzó la granada a Ray sin previo aviso, lo que hizo que nuestros instintos actuarnos para poder protegernos por si la granada explotaba, pero los únicos que nos "protegimos" fuimos Charlotte, Schwoz y yo, ya que Ray y él otro chico fingían como si fuera lo más normal del mundo.

Sin más que decir, Jasper se fue por el elevador, dejándonos aún con la tensión de que Drex era el antiguo compañero de Ray.

–Entonces...– empecé a hablar –este tipo malo, Drex, era tu compañero–.

Ray asintió –si, lo contraté hace como 9 años, fue antes de que tuviera esta Capi Cueva–.

–¿Por qué contrataste a un tipo tan malo para que fuera tu compañero?– preguntó Charlotte.

–Porque, se veía perfecto al inicio–.

Fruncí el ceño y pasé mi lengua dentro de mi mejilla –¿por... por... por qué? Quiero decir ¿qué lo hacía tan perfecto?–.

–Drex lo tenía todo, valentía, increíbles habilidades para luchar... una mamá linda–.

–¡Ray!–.

–Bue... bueno, no tan linda como la tuya–.

Hice una mueca de asco –¡Ray!–.

Lo que me sacaba de quicio por parte de mi jefe es que nunca dejaba en paz a mi mamá, desde que llegué a la Capi Cueva lo único que era alagarla, incluso si mi padre estaba ahí. Era una costumbre que comenzó a hacerse extraña e incómoda, pero a él como siempre solo parecía importarle él mismo, y eso no es ninguna sorpresa.

–Entonces ¿qué fue lo que lo hizo un mal compañero?–.

–Uh, bueno, me enteré de que Drex tiene un lado obscuro–.

–Obscura ¿cómo?– cuestioné.

–Malévola, cruel... impuntual– mencionaba Ray –masticaba con la boca abierta, nunca le bajaba al baño y era violento, y malo, y terrible y un día Drex y yo... sólo, sólo lo sacamos todo–.

–¿Ustedes pelearon?– preguntó Charlotte.

–Oh si– respondió Ray

–Fue horrible– completó Schwoz.

Di una ligera risa –pero ganaste ¿no es así?–.

–Apenas–.

–¿Apenas?– preguntó Char por segunda vez incrédula –¿cómo? Tú eres el mejor peleador en todo el mundo–.

–Drex es mejor, si no fuera indestructible, bueno, me hubiera ya saben... destruido–.

Oh jeez... ¿¡entonces no soy el primer compañero de Ray?! Lo admito, me sentía mal, lleno de "traición" y con un alto nivel de celos que no podía evitar por más que trataba de pensar en algo más. Soy un chico celoso, demasiado, si tuviera una novia se lo haría saber, sé que es malo y tóxico pero, no puedo evitarlo.

–Sigo sin creer que yo no soy tu primer compañero– dije alzando los brazos.

–Hey– Ray puso su mano sobre mi hombro –eres mi primer compañero... que me importa–.

Quité su mano de mí –oh si, de seguro también le dijiste eso a Drex–.

–Noooo...– hizo una pausa –... bueno tal vez, pero mira esto, Drex y y solo estuvimos juntos por un par de meses, ni siquiera, huh, ni siquiera peleamos contra el crimen juntos–.

Ladeé mi cabeza –¿pensaste en hacerlo?–.

–Henry...–.

–¡Noooo! ¡No! ¿En serio?–.

–Viejo, solo di que no– Schwoz le dijo a Ray.

Puse mis dedos sobre el puente de mi nariz y me alejé un poco de la situación, no quería darle mucha importancia al asunto, ya que no era la gran cosa, pero si tan solo Ray me hubiera dicho que había alguien más antes que yo, no creo que me hubiera sentido tan mal o tan solo de esta manera.

Ray y Schwoz hablaban sobre como Ray debía permanecer con la boca cerrada o solo contestar "no", yo seguía asimilando toda la información de la que me acababa de enterar, mientras que Charlotte, que tenía la Pera Pad en las manos, dio un grito ahogado llamando nuestra atención.

–Huh... chicos, hay noticias de última hora– habló ella.

–¿Si?–.

–¿Qué noticias?–.

–"Criminal liberado por error, solo conocido como Drex, ha sido captado en el Norte de Swellview, viajando al Sur en la Avenida Este"–.

Ray negó lentamente –sé a donde se dirige, el distrito de las panaderías– éste corrió hasta los tubos –y cuando llegue ahí, va a tener que lidiar conmigo–.

–¡No!– grité, a la vez que sacaba mi tuvo de transformación –va a tener que lidiar con nosotros–.

–¡Ni de chiste!–.

–¡Iré contigo!–.

–¡Olvídalo! ¡No puedes!–.

Encogí mis hombros fastidiado –¡dame una razón por la que no puedo! ¡una razón!–.

–Porque...– movió sus piernas ansioso –él solía ser mi compañero, ahora tu eres mi compañero, y cuando estemos ahí todos juntos, no lo sé, viejo, todo se pondrá raro–.

Tenía un punto a su favor Ray con esa afirmación, sin embargo, mi mente viajó a hace dos años cuando hice mi juramento de proteger a las personas de Swellview, y ahora que Drex estaba suelto, siendo demasiado peligroso, no podía vivir con la idea de que le pasara algo a los que quería, aún estando en cuarentena obligatoria.

Debía de ir, sin importar el pasado.

–Si vas a ver a tu antiguo compañero, entonces yo también voy– dije firme.

–Henry...–.

–Déjalo ir– soltó Charlotte.

–¡Si! ¡Vamos, viejo!–.

–Bien– Ray sacó una clase de arma de las mieles que traía pegadas al cuerpo –pero si vas a venir conmigo, ponte esto– me extendió una.

La tomé sorprendido –wow ¿qué es esto?–.

–Es una máquina que lanza dardos tranquilizantes, Schwoz está trabajando en la versión pequeña y que se camuflajea–.

–Exacto– habló él antes mencionado –puedes usarla para derribar a Drex–.

–Okay– respondí confundido –¿cómo funciona?–.

–Solo apunta al cuello de Ray, y dispara–.

Acatando las órdenes de Schwoz, traté de apuntar lo más directo que pude al cuello de Ray, y cuando ya lo tenía en la mira, lo único que hice fue jalar del gatillo, pero en lugar de quedarse ahí, el dardo que salió de la máquina rebotó en su cuello, sin tener alguna idea de donde pudo haber quedado.

–Ahora, eso se hubiera quedado en mi cuello si no fuera indestructible y me hubiera derribado en seguida–.

Sonreí –cool ¿a dónde se fue el dardo?–.

–Justo aquí– contestó Charlotte detrás de nosotros.

–Charlotte, eso es peligroso, dáselo a Schwoz–.

Mi amiga tenía la mirada perdida y se movía de un lado a otro como si estuviera mareada, y con la poca fuerza que tenía y cordura, quitó el dardo de su frente para después entregárselo a Schwoz.

–Hey...– dijo casi sin voz –la Capi Cueva siempre ha estado... llena de... glitter–.

Pero antes de que ella pudiera decir algo más, ésta cayó directo al suelo, completamente noqueada.

–Charlotte parece cansada– arrugué mi nariz.

–Como sea, si vas a venir conmigo más te vale que soples una burbuja y rápido–.

–Oh si– metí la goma a mi boca y la comencé a masticar.

–¿Cómo van a encontrar a Drex en el distrito de las panaderías?– preguntó Schwoz.

–Hay solo un lugar al que puede ir...– respondió Ray con voz grave –y yo conozco ese lugar–.

La goma se sentía lista dentro de mi boca, así que sin más preámbulos, lo único que hice fue soplarla y dejarla hacer lo suyo. En solo poco tiempo ya tenía mi traje de Kid Danger, me moví un poco en él para ajustarlo y corrí a mi tubo.

–Vayamos a conocer a tu primer compañero– rodeé los ojos –que solías amar–.

–Oh jeez– exclamó Ray, para después golpear su cinturón causando que los dos tubos bajaran –¿quieres decirlo?–.

Chasqueé la lengua –nope, posiblemente no lo diga también como Drex lo hacía–.

–Por los tubos–.

–¡Quería decirlo!–.

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