Capítulo siete
«CAPÍTULO SIETE»
"Bloody day"
Estaba en una especie de shock al presenciar lo mentirosa que una persona puede llegar a ser. Sumado a eso, la nariz aún me palpita en dolor y aunque batalle con todas mis fuerzas por mantener la cordura y paz, ver a Aimee frente a mí me hace perder los estribos. ¿Qué sucede por su cabeza? Sigue con el parloteo acusatorio, llamándome "el ligue de Dalton" y honestamente estaba comenzando a cabrearme. ¿Qué tenía yo que ver en esto? ¡Absolutamente nada! Y aún así recibía insultos sin fundamento alguno y para el colmo, un golpe en la nariz.
—¿Te duele mucho? —pregunta Yoonmi intentando ver mi nariz. Sentía la asesina mirada de Aimee a cada segundo, era impresionante.
—Te mereces mucho más que eso, estúpida.—escupe ella, antes de tener la oportunidad de hablar.
—¿Cuál es tu maldito problema eh? —contesto, harta de ser insultada por haber hecho absolutamente nada.—Dalton es mi amigo, ¿entiendes el significado de amigo o te lo explico?
—Aimee, deja de joder y elimina la publicación, ¿quieres? —menciona Dalton con cansancio.
Aun manteniendo las manos en la nariz ya que el dolor se negaba a cesar, doy un paso al costado dejando a los dos discutir para concentrarme en mi. Yoonmi al verme a un lado se acerca hasta mí y saca las manos de mi rostro para inspeccionarme más de cerca y sin interrupciones de por medio.
—Tienes la nariz roja, pero lo bueno es que no te sangra.
—Sí, bravo.—ironizo, y tal pareciera que le hace gracia verme en este estado de cabreo, porque sonríe, casi mofándose. —Además me duele el trasero.
—¿Quieres que lo revise? —abro los ojos, pasmada ante sus palabras. Por poco me lo creo, hasta que vislumbro atisbos de una divertida sonrisa exhibirse. La timidez se abre paso en mi rostro, inclusive en mi cuello, y agradezco que no estén tan pendientes de nuestra conversación porque se hubiesen cuestionado el por qué me he puesto roja de la nada.—¿Te duele mucho? —vuelve a preguntarme, esta vez exponiendo de lleno su sonrisa. Yo asiento, afirmando.—deberíamos ir a la enfermería y conseguir algo de hielo para tu nariz, de esa forma tu hinchazón bajará y el dolor disminuirá.
—No podemos irnos, no al menos hasta que April llegue.
Dalton sigue discutiendo con Aimee a nuestras espaldas mientras intento pensar en otra cosa que no sea el malestar que estoy sintiendo. De pronto vemos a April a lo lejos en compañía de alguien más así que le aviso a Yoonmi con la mirada que al fin han llegado.
— ¿Qué te pasó, Bea? —cuestiona April al llegar y verme posiblemente con una expresión de fastidio.
—Larga historia.—contesto cortamente.
— ¿Qué es lo que pasa? ¿Por qué están discutiendo?
Si no me equivoco el nombre de la chica es Alexa, y forma parte del grupo de asuntos estudiantiles. April es su amiga y le pidió ayuda en este asunto, por lo que pensamos que sería buena idea reunirnos en este lugar y que ella viera por si misma lo maniática que estaba Aimee.
—¿Ella te hizo eso? —murmura Alexa hacia mí.
—Sí, pero fue un accidente.
Pues sí lo era, pero no quita el hecho de insultarme porque que se le da la gana.
—¿Qué es esto? ¿Otra de tus ligues? ¿Me quieres ver la cara de estúpida, Dalton? Definitivamente te mereces mucho más. —cada palabra que salía de la boca de esa chica estaba acabando con mi paciencia. ¿Cómo es posible que exista una persona así?
—April solicitó mi ayuda en esta situación, ¿Qué es lo que sucede?
—Sucede que Aimee hizo una publicación en mi contra totalmente falsa.—Se apresura en contestar Dalton. Puedo ver la furia en los ojos de la chica. —Le estoy pidiendo amablemente que dé de baja la publicación porque claramente es una mentira.
—Te lo mereces.—espeta la chica, con una seguridad que me impresiona.
—¿Qué dice la publicación?
—Que soy un acosador. Que le envío fotos de índole sexual lo cual es bastante ilógico porque dejamos de hablar hace semanas, ¡me está difamando! Y todo el mundo le cree. Si tan sólo mostrara la verdad, nada de esto estaría pasando.
—¿Verdad? —cuestionamos al unísono.
—Sí, encontré las conversaciones, está todo allí. —suspira pesadamente. —Pero nadie me creerá ahora, no tiene sentido.
—¿Por qué hiciste eso, Aimee? —ahora las miradas se dirigen a la recién nombrada, que pareciera que se enfurece mas con cada segundo que pasa.—¿Es esto alguna clase de venganza? ¿Sabes que lo grave que es esto, verdad? Puede traer consecuencias delicadas para ambos si no llegamos a un acuerdo.
—El punto aquí es que este idiota—Apunta a Dalton, con ira estallando por sus ojos— Está acosándome. ¡Deben hacer algo al respecto!
—Vete a la mierda, Aimee. —gruñe Dalton.
—El que se irá a la mierda en este instante serás tú.
—Bien, creo que será mejor que hablemos esto en una oficina. ¿Me acompañan?
Lo siguiente fue la cereza del pastel. Uno creería que al ver a alguien con un rango importante dentro de la universidad, merecería el respeto necesario, mínimo, siquiera. Bueno, Aimee pensaba lo contrario.
Al verse presa dentro de su propia mentira, comenzó a insultar a todos, incluyendo a Alexa, quien sólo estaba allí para ayudarnos. Vaya paciencia que tuvo con ella, Aimee se negaba a llevar la conversación a una oficina, o que alguien más se involucrara en el problema, su único fundamento fue que Dalton era un acosador y merecería el castigo necesario.
Puede percibirse la rabia en el rostro de él, es comprensible, incluso yo, que no tengo nada de ver con el tema, estoy enfurecida por todo esto, ¡odio la mentira! Y la mentira de Aimee llegó demasiado lejos.
Finalmente, cuando Alexa logra convencerla de hablar en otro lugar, los tres emprenden rumbo hacia alguna parte dentro de la universidad, dejándonos a Yoonmi, April y yo afuera.
—Ella tiene problemas, definitivamente. —asegura April, mientras los vemos desaparecer.—Hablé con algunas personas y no dijeron nada bueno de ella. Parece ser que Dalton no es la primera persona con el que tiene inconvenientes.
—¿Es en serio?
—Sí. Al parecer es demasiado impulsiva y no mide para nada sus acciones, no le importa cuánto pueden afectar al otro.
—Espero que no sigan perjudicándolo.—señala Yoonmi, no puedo estar más de acuerdo con él.
—Bueno, yo me voy ahora. Nos vemos Bea, adiós Yoonmi.
—¡Adiós! ¡Qué llegues bien a casa!
Me despido con la mano, olvidando por instantes el golpe anterior, hasta que siento un líquido cálido resbalar por mi nariz. Miro a Yoonmi asustada, llevando mis manos al lugar y dándome cuenta que es nada más y nada menos que sangre. ¡Lo que faltaba!
—¡Esto es el colmo! —lloriqueo, alzando mi cabeza hacia el cielo para no mancharme.
—Ten, toma esto.
No puedo ver lo que me tiende en sus manos, pero supongo que es papel higiénico. Lo pongo en mi nariz en busca de frenar el esporádico sangrado, arrepintiéndome de pronto de haber ayudado a Dalton en esto.
—Vamos a la enfermería. —ordena, y no me queda otra que hacerle caso.
Toma la mochila que cuelga en mi hombro mientras me guía una vez dentro de las instalaciones y nuevamente me siento tonta por no tener la remota idea de donde se encuentra la enfermería, aunque esta vez puedo excusarme con el tamaño de la universidad, la cual es bastante grande.
—Nunca creí que te vería enojada —bromea el chico a mi lado, y como no tengo muchas ganas de hablar, solo encojo mis hombros sin saber si está pendiente de mis acciones, pero el suelta una risita que dado a como me encuentro, me hace rechistar.
—¿De qué te ríes ahora? —bramo, refunfuñando.
No contesta la pregunta pues al parecer llegamos hasta nuestro destino. Una vez dentro Yoonmi se encarga de comunicarle a la enfermera que necesito hielo y me obliga a sentarme en la camilla para revisar con detención mi nariz. Duele como el demonio aún, más cuando pone el hielo sobre esta, haciendo que mis ojos se cristalicen y unas pequeñas lágrimas resbalen de ellos.
—¡Me duele!—gimoteo, cerrando los ojos con fuerza, sin embargo los abro cuando siento como toma una de mis manos y la agarra con fuerza, ya que la otra está en el hielo puesto sobre mi nariz.
—Puedes apretar mi mano—ofrece, y por supuesto lo hago. Mis dos manos sostienen la suya, la cual es mucho más grande que la mía, y la estrujo con fuerza cuando por algún motivo oprime el hielo con más presión.
—¡¡Auch!! ¡¿Por qué haces más presión?! —le regaño, a lo que el ríe disculpándose. No sé qué tiene de gracioso todo esto, mi nariz está sufriendo las consecuencias.—¿Cuánto más tendré que estar así?
—Pues...
—¡Ay! ¡Me duele! —vuelvo a quejarme porque ha hecho presión, no sé si de adrede o que. Presiono su mano con la poca fuerza con la que cuento, a modo de venganza.
—¡Hey! A mí también me duele.
Su teléfono de pronto resuena entre los bolsillos de su jeans, por lo que suelto su mano y con ésta misma contesta, apoyándose en su hombro.
—¿Sí?
—Hermano, ¿sigues en tu universidad?
Desde mi corta distancia puedo distinguir una voz conocida, y a juzgar por su reciente comentario es Daehyun, su hermano. Lo gracioso es que debido a mi cercanía puedo escuchar todo a la perfección.
—Sí, ¿por qué?
—Oh, es que estoy frente a ella en este momento. ¿Dónde estas?
—¿Qué haces aquí?
—Pues... pasaba por aquí.
—Daehyun... —advierte en tono de reproche.
—¿Qué? ¡Es verdad! Iba de camino a juntarme con alguien y recordé que por aquí queda tu universidad y quise pasar a verte. ¿Ya me dirás donde estas?
—Ugh se supone que debes estar en casa. —Murmura. — Estoy en la enfermería
—¿Te pasó algo?
—No.
—¿Entonces qué?
—No te incumbe.
—¿Estás con alguien?
—Eso no te importa, te enviare la ubicación para que no te pierdas.
—Bien, ¡nos vemos!
—¿Ya puedo sacarme esto de la nariz? —cuestiono cuando cuelga la llamada. Yoonmi saca paulatinamente el hielo, inspeccionado que todo este correcto y que la sangre no vuelva a caer.
—Creo que estás bien por ahora.
—Genial, ahora iré a lavarme las manos.
Mis manos estaban con pequeños rastros de sangre ahora seca, así que me acerque hasta el lavamanos que se encontraba allí, observando mi reflejo. Mi nariz no estaba tan roja como pensé, no era evidente y lo agradecí porque caminar con la nariz enrojecida de vuelta a casa sería algo vergonzoso.
La puerta de la enfermería vuelve a abrirse minutos más tarde pero está vez un chico conocido entra por ahí, viendo todo a su alrededor, con asombro.
—¡Hey! —saluda a su hermano cuando consigue toparlo. —Casi me pierdo, este lugar es enorme... —hace una pausa, yo lo observo por el reflejo del espejo y noto que mira en mi dirección. —¿Eh? ¿Esa es la chica de tu cumpleaños?
—Sí. Ahora, ¿quieres decirme la verdadera razón por la que estás aquí?
Vuelvo al lugar en donde están charlando, saludando con mi mano a Daehyun.
—Eh, Bea. ¿Qué te sucedió? —se dirige hasta mi, ignorando la pregunta de su hermano.
—Daehyun... —advierte el mayor.
—Una loca me pegó en la nariz. —le contesto.
—Oh, por eso están aquí.
—Sí, ahora responde. —vuelve a insistir Yoonmi, cruzando sus brazos.
—¿Y no te defendiste?
—Técnicamente fue un accidente, no lo vi venir. —replico, alzando mis hombros.
—Daehyun ¿vas a prestarme atención? —refunfuña Yoonmi.
—Bien, gruñoncito. —contesta al fin Daehyun, riendo. — pero ya te dije lo que sucedía.
—Yo debo irme al trabajo ahora, ¿Cómo volverás a casa?
—Ya te dije que me juntaría con alguien cerca de aquí, volveré a casa en un rato.
—Uh... ¿una cita? — Inquiero, con picardía.
—Ya lo veremos Bea, ya lo veremos... —señala, levantando y bajando sus cejas, suelto una risita al ver la cara de enfado de su hermano mayor. —ahora que estoy aquí, puedes enseñarme el gimnasio donde juegas básquetbol.
—Te dije que debo trabajar ahora.
—¡Oh vamos!
—Pero queda de camino a la salida... —interrumpo su conversación. Yoonmi me mira con reproche, pero a su hermano se le iluminan los ojos.
—Deberías aprender de Bea, hermano.
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