Capítulo seis
«CAPÍTULO SEIS»
"Two faces"
Cuando siento en mi bolsillo la quinta vibración, la curiosidad por saber quién es termina por ganarme. Discretamente me encargo de revisar cual es el motivo de las notificaciones y en cuanto veo el nombre de Dalton mi duda incrementa.
Dalton
Bea, estás en clase?
enviado a las 11:20
Necesito tu ayuda, acabo de meterme en un puto lío
enviado a las 11:21
Dime que me ayudarás
enviado a las 11:25
Bea!! Para que tienes tu teléfono si no contestas
enviado a las 11:28
Bea por favor😭😭
enviado a las 11:30.
Qué sucede? Aún estoy en clase
enviado a las 11:30.
Está por terminar, espérame fuera del salón D501
enviado a las 11:31.
Pongo todo mi esfuerzo en concentrarme los minutos que restan de clase, hasta que al fin la profesora da el término y con una rapidez que incluso me impresiona, camino hasta abandonar del salón en busca de Dalton. Su semblante me alarma. Se encuentra agitado, y observa de un lado a otro, como si fuese perseguido por alguien.
—¿Qué sucede? ¿Por qué tienes esa expresión? —le pregunto a penas llego a su lado. El niega con la cabeza sin responderme, mientras me guía tomando mi brazo, a algún lugar desconocido.
—Estoy metido en un maldito lío por ser un idiota Bea, ¡Soy un idiota!
—Pero... ¿Qué sucede? Me estás asustando.
—Te lo explicaré cuando lleguemos. Yoonie y yo estábamos en el gimnasio, allí no hay mucha gente para poder hablar tranquilamente. —Señala aflojando un poco su agarre en mí. Me pregunto nuevamente cual es el asunto que requiere tanta discreción, sólo espero que no sea algo grave.
—¿Has reprobado algún ramo? —Insisto. El que no hable me desespera, y su inquietud me está contagiando.—Aunque es muy pronto para saberlo, no puede ser eso. —respondo a mi propia pregunta. —Oh, ¿dejaste a alguien embarazada?
—Bea, ¡silencio! —brama una vez que llegamos al gimnasio. Ambos nos encaminamos a un costado, al lado de las graderías, en donde diviso el cuerpo de Yoonmi. Mi vista pasa por el atuendo que porta, claramente se nota que estuvo o está jugando, ya que se encuentra con unos shorts deportivos y la típica camiseta de baloncesto suelta con un gran número en el frente.
Aún con el balón en mano, Yoonmi gira a vernos en cuanto entramos al gimnasio. Debido a su vestimenta puedo notar con más claridad su contextura, es bastante delgado, y me atrevo a decir que posee bonitas piernas.
—¿Y bien? —vuelvo a insistir. Veo al pelinegro aproximarse hasta donde nos encontramos, por lo que desvío mi mirada de él. —Dalton, ¿me dirás que sucede?
—Escucha, promete que no pensarás mal de mí con todo esto que te diré. Tú me conoces Bea, por favor no te dejes llevar por los comentarios, ¿sí?
—Está bien... ¡ya habla!
—Conocí a una chica cuando fui a una fiesta. —El pelinegro llega a nuestro lado y levanta el mentón hacia mi dirección en forma de saludo, yo sólo sonrío concentrando mi atención en Dalton. —Su nombre es Aimee...
—Creo que la recuerdo, alguna vez te vi con ella... ¿es de la facultad de ciencias?
—Sí —Asiente, revolviendo su cabello color chocolate con frustración. —Me está acusando de acoso por las redes sociales.
—¿Qué? —Chillo ante lo inesperado que ha sido eso, el asiente nuevamente maldiciendo. Yoonmi a su lado guarda silencio manteniendo la vista en el piso, su pecho sube y baja ahora de forma más calmada, todo lo contrario a Dalton quien está moviéndose de un lado a otro. — ¿Pero por qué? ¿Qué le hiciste?
—¡Nada! Esa es la cuestión. ¡No se que hice mal! —Estalla, subiendo el tono de voz.
—Nada, y no saber qué hiciste son cosas totalmente distintas, Dalton. —aclaro, cruzando mis brazos.
—Yo no... No sé... Escucha, nos conocimos en aquella fiesta que te mencioné. A mí me gustó, era linda y a medida que hablamos se me hizo alguien bastante interesante. Quedamos varias veces, éramos algo más que amigos, pero no más.
—Okey...
—Hasta que... hubo un momento en donde me aburrí, y quiero aclarar que no fue porque no tuvimos sexo, sino que ella empezó a comportarse de una forma que a mí no me agradó, entonces decidí dejar lo que sea que tuviéramos.
—Bien... hasta el momento no consigo comprender por qué ella te culparía de algo así. ¿Hay algo que no me estás diciendo?
—¡Claro que no! ¡Ni siquiera yo mismo entiendo porque esa bruja me acusaría de algo así! ¡No tiene ningún maldito sentido, Bea!
—¿Quizás está dolida porque la dejaste?
—¡Es que es una puta loca!
—¡Dalton! —exclamo. Y parece estar tan exasperado que da vueltas de un lado a otro, rascando su nuca con nerviosismo. —¿Y por qué decidiste terminar todo?
—Por sus malditos celos. ¡Ni siquiera éramos pareja o algo exclusivo! ¡Y cada vez que me observaba hablando con otra chica me hacía un maldito escándalo! Incluso me mandaba mensajes luego de terminar... ¡Me maldecía por todo! Dime si eso no aburriría a cualquiera, Bea.
—Entonces es por venganza.—aseguro en un murmuro.
—¡¿Qué tal si se entera el rector de la universidad y me manda a llamar?! ¡¿Cómo me defenderé de algo así?!
—Dalton, relájate un poco. Pensemos las cosas con clarid-
—Me van a matar en casa. ¡Debes ayudarme!
¿Pero que quería que hiciese? Nunca me ha sucedido algo así, ¡Ni siquiera sé qué haría yo en su lugar!
—¡Estoy pensando! Tu... mm, ¿tienes las conversaciones aún? —cuestiono, aunque mi vista se va a Yoonmi, quien juega con el balón con sus dedos como todo un experto. Nunca me fijé en sus manos, ¡son bastante grandes! Y tiene dedos largos y pálidos, tanto así que puedo visualizar algunas venas. ¿Cómo se verán mis manos al lado de las suyas? Creo que las mías no son tan grandes como las suyas... oh, y ni hablar de sus brazos, pues a pesar de que su contextura sea delgada, tiene unos brazos bien trabajados.
—Creo que sí, hablo con mucha gente y me da pereza borrar las conversaciones así que probablemente aún esté allí. De todas formas, ¿De qué sirve? Es su palabra contra la mía, ¿A quién crees que le creerán en este caso?
—No seas pesimista Dalton, encontraremos la forma de mostrar tu inocencia, ¿sí?
Dalton tiene razón. Esta situación es compleja, sobre todo porque podía traer consigo grandes consecuencias para mi amigo, en este caso, injustas.
Esa tal Aimee estaba dejando mal a todas aquellas chicas o chicos por los que sí pasan por algo como esto debido a sus mentiras, no puedo entender su afán por destruir la imagen de Dalton, ¿Sólo porque él decidió terminar lo que tenían?
—No hay nada más que deba saber, ¿verdad?
—¿Eh?
—Que... no sucedió nada mas aparte de lo que me dices.
—Claro que no.
—¿Estás seguro?
—Bea, no sucedió nada más. —me asegura, confiado. —No la engañé ni nada parecido, incluso cuando ni siquiera estábamos en una relación formal. Lo único que hicimos fue... mandarnos fotos que ahora esa maldita las usó en mi contra. ¿Puedes creer que está diciendo que sólo era yo el que le enviaba esas fotos? ¡Ella lo empezó!
—Dalton...
—Maldita sea el puto momento donde me fijé en ella.
—Escucha... Lo mejor que se me ocurre ahora es que hables con ella e intentes hacer que dé de baja esa publicación.
—¿Y si no resulta? —inquiere, negativamente—¿Y si me manda a la mierda de nuevo?
—Acabo de tener una idea. —les digo, atrayendo sus miradas.
...
Mi última clase del día llega a su fin y mientras el resto de mis compañeros arreglan sus cosas para irse, yo reviso mi teléfono en busca de aquel mensaje que nos indicaría que podíamos llevar nuestro plan a cabo.
Normalmente yo estaría ya tomando el bus para dirigirme a mi hogar, pero no podía hacer la vista gorda ante lo que estaba sucediendo con Dalton, así que entre todos organizamos un plan y por el momento las cosas estaban marchando adecuadamente.
Cuelgo mi mochila en el hombro cuando mis cosas están listas, y al mismo tiempo en el que guardo mi teléfono en el bolsillo, Yoonmi aparece por la puerta, observando curiosamente el salón.
—Hola, ¿Que...qué haces aquí? —Cuestiono acercándome a su lado. Noto también que se ha cambiado de ropa, ahora viste unos jeans azules y un suéter bastante abrigador unas tallas más grandes. Además el aroma de su fragancia me sacude fuertemente, casi deseo quedarme más tiempo a su lado porque huele de maravilla.
—Dalton me mandó a buscarte, está demasiado histérico con todo esto. ¿Ya hablaste con April?
—Sí, estoy esperando su mensaje. ¿El ya está allí?
—Creo que sí, ¿Vamos?
Finalmente terminamos emprendiendo rumbo hacia la facultad de ciencias sociales, atravesando el pequeño parque del campus que separa nuestras facultades. En el camino recibo el mensaje de April, así que junto con Yoonmi apresuramos el paso hasta llegar al lugar que Dalton previamente nos indicó.
—¿Qué hacemos? —pregunto. Lo cierto es que según el plan que ideamos, Aimee no debía vernos cerca, pero al mismo tiempo la idea era que estuviésemos presentes, por si algo no salía como lo esperado.
Él no dice nada, pero en cosa de segundos sus ojos se desvían observando algo a mis espaldas, lo que me hace seguir su vista hasta toparme con Dalton y Aimee. Yoonmi toma mi brazo y nos guía hasta un lugar en donde ella no puede vernos, pero nosotros a ellos sí. Me siento como en un programa televisivo.
Nos sentamos en el pasto, mirando de reojo al par entrar en una conversación que espero sea tranquila.
— ¿Juegas básquetbol? —inquiero, cuando el silencio nos atrapa.
—Sí.
—Es genial, yo en la escuela también jugué un poco, es divertido.
—Aja.
—Pero hace mucho no lo hago, ¿tú jugabas en un equipo profesional o algo así?
Mi acompañante me ojea, suspirando. Pone su mochila en el pasto y se acomoda en él para recostarse. Su nívea piel deslumbra bajo los débiles rayos de sol.
—Sí, cuando vivía en Corea jugué por la escuela y además estaba inscrito en el equipo nacional.
— ¡No inventes! —exclamo, impresionada. — ¿Y ahora te inscribiste en el equipo de la universidad?
—No.
—¿Por qué?
—Bea... —me advierte, contemplándome desde el piso.
—Bien, bien, me callo.
El cierra los ojos, disfrutando el silencio y la comodidad. Por mi parte, planeo acomodarme pero me quedo allí, sentada a su lado observándolo embobada. Su piel blanquecina no muestra ningún rastro de imperfección, sus pequeños y rosados labios poseen esa fina línea de seriedad que reconozco, e incluso sus cejas parecen estar en perfecto estado. ¿Cómo lo hace?
—Deja de mirarme. —pide aun con los ojos cerrados, sobresaltándome.
—Ugh, no puedo hablar ni mirarte, ¡no me dejas hacer nada! —replico en una queja, cruzando mis brazos en un mohín.
—Bien, puedes mirarme. —accede, burlesco. —Estoy casi seguro de que estás haciendo un puchero ahora. —vuelve a decir, abriendo un ojo. En seguida modifico mi expresión, ocasionando que una tenue sonrisa nazca de sus labios.
Estaba por quejarme hasta que escuchamos como los chicos frente a nosotros alzaban la voz, llamando nuestra atención, y lo siguiente fue ver a Aimee darle manotazos a Dalton.
—Mierda, esta tipa sí que está loca. —murmura Yoonmi, levantándose con un gruñido.
Lo sigo de cerca, pudiendo oír con más claridad la intensa conversación que estaban teniendo. Yoonmi se escabulle por detrás de Aimee sin que pueda verle, y cuando estoy a punto de imitarle, el brazo de la chica impacta directamente en mi nariz, haciéndome caer de trasero al piso.
—¡Auch! —chillo, sosteniendo mi nariz. Los tres pares de ojos me miran expectantes y con sorpresa, especialmente Aimee quien frunce el entrecejo al verme.
—¡Bea! —gritan al unísono Dalton y Yoonmi. Aún tirada en el suelo sosteniendo mi nariz, puedo distinguir como Aimee cambia drásticamente su semblante al escuchar mi nombre.
—¡¿Encima tienes el descaro de venir con ésta?! —masculla, apuntándome. ¿Cómo que ésta? ¡Ni siquiera fue capaz de pedirme disculpas por haberme pegado en la nariz!
—¿A quién le llamas "ésta"? —Refunfuño molesta, intentando levantarme del piso, con ayuda de Yoonmi. Mi nariz duele endemoniadamente, sumado a que mi aguante al dolor es casi nulo. — ¡Ni siquiera te disculpas por haberme golpeado!
—¡Yo no te golpeé! ¡Tú chocaste contra mí, estúpida! —responde, arisca— No puedo creer que seas tan cretino como para venir con tu ligue hasta aquí, ¡creí que la publicación te haría recapacitar!
—¿Ligue? —escucho a Yoonmi a mi costado, completamente desconcertado.
—¿De qué estás hablando? ¡No soy su ligue! —contesto inmediatamente, pero Aimee solo tiene ojos para Dalton. —¿De dónde sacaste esa idea?
—¡No mientas, maldita fácil! —ahora me apunta con molestia—Que te quede claro que él solo está contigo porque no pudo conseguir eso de mi.
—¡Aimee ya cállate! ¡Vine a hablar contigo como gente civilizada y estás haciendo un puto escándalo! Bea es mi amiga, y si terminé contigo fue exclusivamente por tú culpa, ¡Me tienes malditamente harto! Iré a hablar con el rector ahora, si no quieres dar de baja la publicación por las buenas lo harás por las malas.
— ¡¿Y quién crees que te va a creer?! Nadie Dalton, es tu palabra contra la mía, ¡piensa un poco!
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